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Mateo 23

Advertencias de Jesús

1 Tiempo después, Jesús les dijo a la gente y a susdiscípulos:

2 «Losfariseosy losmaestros de la Leyson los que más conocen la ley de Moisés.

3 Ustedes deben hacer todo lo que ellos digan; pero no hagan lo que ellos hacen, porque enseñan una cosa y hacen otra.

4 Imponenmandamientosmuy difíciles de cumplir, pero no hacen ni el más mínimo esfuerzo por cumplirlos.

5 Todo eso lo hacen para que la gente los vea y los admire. Por eso escriben frases de laBibliaen papelitos que guardan en cajitas de cuero, y se las ponen en la frente y en los brazos. Cada vez hacen más grandes esas cajitas y los flecos que le ponen a la ropa, para que la gente piense que son muy obedientes a Dios.

6 Cuando van a lasinagogao asisten a fiestas, les encanta que los traten como si fueran los más importantes.

7 Les gusta que la gente los salude en el mercado con gran respeto, y que los llame maestros.

8 »Pero ustedes no esperen que la gente los llame maestros, porque ustedes son como hermanos, y tienen solamente un maestro.

9 No le digan padre a nadie, porque el único padre que ustedes tienen es Dios, que está en el cielo.

10 Tampoco esperen que la gente los trate comolíderes, porque yo, elMesías, soy su único líder.

11 El más importante de ustedes deberá ser el sirviente de todos.

12 Porque los que se creen más importantes que los demás serán tratados como los menos importantes. Y los que se comportan como los menos importantes serán tratados como los más importantes.»

¡Qué mal les va a ir!

13-14 Jesús les dijo a losfariseosy a losmaestros de la Ley:

«¡Qué mal les va a ir, hipócritas! Ustedes les cierran la puerta delreino de Diosa los demás. Y ni entran ustedes ni dejan que otros entren.

15 »¡Qué mal les va a ir, hipócritas! Ustedes van por todas partes tratando de ganar un seguidor y, cuando lo consiguen, lo hacen dos veces más merecedor delinfiernoque ustedes mismos.

16 »¡Qué mal les va a ir! Se supone que ustedes deben enseñar al pueblo a obedecer a Dios, pero ni ustedes mismos lo hacen. Enseñan que se puede no cumplir una promesa, si se jura solo por el templo; pero que se debe cumplir esa promesa, si se jura por el oro del templo.

17 ¡Ustedes no saben nada, son unos tontos! No se dan cuenta de que el templo es más importante que el oro, y que el templo hace que el oro sea valioso ante Dios.

18 »También enseñan que se puede no cumplir una promesa, si se jura solo por el altar del templo; pero que se debe cumplir esa promesa si se jura por laofrendaque está sobre el altar.

19 ¡Ignorantes! El altar de Dios es más importante que la ofrenda, y hace que la ofrenda sea valiosa ante Dios.

20 Cuando una persona hace una promesa, y jura por el altar del templo que la cumplirá, está jurando no solo por el altar, sino también por todo lo que hay sobre el altar.

21 Y si alguien jura por el templo, no solo está jurando por el templo, sino también por Dios, que vive allí.

22 Si jura por el cielo, también jura por Dios, porque el trono de Dios está en el cielo.

23 »¡Qué mal les va a ir a ustedes, maestros de la Ley y fariseos! ¡Hipócritas! Se preocupan por dar como ofrenda la décima parte de la menta, del anís y del comino que cosechan en sus terrenos. Pero no obedecen las enseñanzas más importantes de la ley: ser justos con los demás, tratarlos con amor, y obedecer a Dios en todo. Hay que hacer esas tres cosas, sin dejar de obedecer los demásmandamientos.

24 ¡Ustedes, comolíderes, no saben nada! Cumplen los detalles más insignificantes de la ley, pero no cumplen lo más importante de ella. Ustedes son como los que, al beber vino, sacan el mosquito pero se tragan el camello que hay en el vino.

25-26 »¡Qué mal les va a ir, hipócritas! Parecen buena gente, pero en realidad son malos, no ayudan a nadie, y roban a los demás. ¡Tontos! Sean buenos de verdad, porque si no lo hacen, serán como un vaso o un plato limpio por fuera, pero lleno de suciedad por dentro. Pero si el vaso o el plato se limpian por dentro, todo estará limpio de verdad.

27-28 »¡Qué mal les va a ir! Aparentan ser gente buena y honrada, pero en realidad son hipócritas y malvados. Son como una tumba pintada de blanco, que por fuera se ve limpia, pero que por dentro está llena de huesos y de suciedad.

29 »¡Pobrecitos de ustedes, qué mal les va a ir, hipócritas! Construyen monumentos para recordar a losprofetasmuertos, y ponen adornos en las tumbas de las personas buenas.

30 Dicen que, si hubieran vivido en aquel tiempo, no habrían estado de acuerdo con los que mataron a los profetas.

31 Pero, en realidad, demuestran ser iguales a ellos.

32 ¡Terminen, pues, de hacer lo que ellos comenzaron!

33 »¡Ustedes son unos mentirosos y unos malvados! Son tan malos como el veneno de una serpiente. ¡Por eso no se escaparán de ir al infierno!

34 Yo les enviaré profetas,sabiosy maestros, pero a algunos de ellos ustedes los matarán o los clavarán en una cruz, a otros los golpearán en lassinagogas, y a otros los perseguirán por todas las ciudades.

35 Por eso, serán culpables de la muerte de toda persona buena en el mundo; comenzando por la muerte de Abel hasta terminar con la muerte del profeta Zacarías, que era hijo de Berequías. A este profeta lo mataron entre el templo y el altar de lossacrificios.

36 Les aseguro que todos ustedes serán castigados por esto.

Jesús sufre por la gente de Jerusalén

37 »¡Gente de Jerusalén, gente de Jerusalén! Ustedes matan a losprofetasy a los mensajeros que Dios les envía. Muchas veces quise protegerlos, como protege la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero ustedes no me dejaron.

38 Su templo quedará abandonado.

39 Les aseguro que a partir de este momento no volverán a verme, hasta que digan: “BenditoelMesíasque viene en el nombre de Dios”.»

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Mateo 24

El templo será destruido

1 Cuando Jesús salió del templo, susdiscípulosse le acercaron para mostrarle los edificios del templo.

2 Entonces él les dijo: «¿Ven ustedes todos estos edificios? Les aseguro que todos ellos serán destruidos. ¡Ni una sola pared quedará en pie!»

Prepárense para el fin

3 Después, Jesús y susdiscípulosse fueron al Monte de los Olivos. Jesús se sentó y, cuando ya estaban solos, los discípulos le preguntaron:

—¿Cuándo será destruido el templo? ¿Cómo sabremos que tú vendrás otra vez, y que ha llegado el fin del mundo? ¿Cuáles serán las señales?

4 Jesús les respondió:

—¡Cuidado! No se dejen engañar.

5 Muchos vendrán, y se harán pasar por mí, y le dirán a la gente: “Yo soy elMesías”. Usarán mi nombre y lograrán engañar a muchos.

6 »Ustedes oirán que en algunos países habrá guerras, y que otros países están a punto de pelearse. Pero no se asusten; esas cosas pasarán, pero todavía no será el fin del mundo.

7 Porque los países pelearán unos contra otros, la gente no tendrá qué comer, y en muchos lugares habrá terremotos.

8 Eso es solo el principio de todo lo que el mundo sufrirá.

9 »Ustedes serán llevados presos, y entregados a las autoridades para que los maltraten y los maten. Todo el mundo los odiará por ser mis discípulos.

10 Muchos de mis seguidores dejarán de creer en mí; uno traicionará al otro y sentirá odio por él.

11 Llegarán muchos falsosprofetasy engañarán a muchas personas.

12 La gente será tan mala que la mayoría dejará de amarse.

13 Pero yosalvaréa todos mis seguidores que confíen en mí hasta el final.

14 El fin del mundo llegará cuando lasbuenas noticiasdelreino de Diossean anunciadas en toda la tierra, y todo el mundo las haya escuchado.

Una señal para huir

15 Jesús siguió hablando con susdiscípulosacerca del fin del mundo, y les dijo:

—El que lea esto debe tratar de entender lo que dijo elprofetaDaniel. Él anunció que algún día se presentaría unaofrendaasquerosa en el templo.

»Cuando vean que en el LugarSantopasa lo que anunció Daniel, entonces huyan.

16 Los que estén en la región de Judea que corran hacia las montañas;

17 el que esté en la azotea de su casa que no baje a sacar nada;

18 y el que esté en el campo que no vaya a su casa a buscar ropa.

19 ¡Que mal les va a ir a las mujeres que en ese momento estén embarazadas, y a las que tengan hijos recién nacidos!

20 Oren a Dios y pídanle que esto no suceda en tiempo de invierno, o en un día de descanso,

21 porque ese día la gente sufrirá muchísimo. Nunca, desde que Dios creó el mundo hasta ahora, la gente ha sufrido tanto como sufrirá ese día; y jamás volverá a sufrir así.

22 Dios ama a quienes él ha elegido, y por eso el tiempo de sufrimiento no será muy largo. Si no fuera así, todos morirían.

23 »Si en esos días alguien les dice: “Miren, aquí está elMesías”, o “allí está el Mesías”, no le crean.

24 Porque vendrán falsos profetas y falsos mesías, y harán cosas tan maravillosas que engañarán a la gente. Si pueden, también engañarán a los que Dios ha llamado a seguirlo.

25 Ya antes les había dicho a ustedes

26 que si otros vienen y les anuncian: “¡El Mesías está en el desierto!”, no vayan. Y si les dicen: “¡El Mesías está escondido allí!”, no lo crean.

27 Cuando yo, elHijo del hombre, venga, no me esconderé. Todos me verán, pues mi venida será como un relámpago que ilumina todo el cielo.

28 Todo el mundo sabe que donde se juntan los buitres, allí hay un cadáver. Así será cuando yo venga: todos lo sabrán.

El regreso del Hijo del hombre

29 Jesús continuó diciendo:

—Cuando pase ese tiempo de sufrimiento:

“El sol se pondrá oscuro,

y la luna dejará de brillar.

Las estrellas caerán,

y temblarán los poderes

que están en el cielo.”

30 »Entonces todos verán en el cielo una señal, la cual indicará que yo, elHijo del hombre, vengo de nuevo. Y cuando me vean venir entre las nubes del cielo, con mucho poder ygloria, todos los países del mundo temblarán de miedo.

31 Y enviaré por todo el mundo a misángelescon una gran trompeta, para que reúnan a mis seguidores.

La lección de la higuera

32 »Aprendan la enseñanza que da la higuera. Cuando a este árbol le salen ramas tiernas y hojas nuevas, ustedes saben que ya se acerca el verano.

33 Del mismo modo, cuando vean que todo está pasando como les he dicho, sabrán que pronto vendré de nuevo.

34 Les aseguro que todo esto pasará antes de que mueran algunos de los que ahora están vivos.

35 El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras permanecerán para siempre.

36 »Nadie sabe el día ni la hora en que yo vendré; no lo saben ni siquiera losángelesdel cielo. Es más, tampoco yo lo sé. Solo Dios, mi Padre, lo sabe.

37 »Cuando yo, elHijo del hombre, venga otra vez, la gente estará viviendo como en la época de Noé.

38 En ese tiempo la gente seguía comiendo, bebiendo y casándose, hasta el momento mismo en que Noé entró en la casa flotante; y luego vino la inundación.

39 La gente no sabía lo que pasaba, hasta el momento en que llegó el diluvio y todos se ahogaron. Algo así pasará cuando yo, el Hijo del hombre, venga otra vez.

40 Si en ese momento hay dos hombres trabajando en el campo, me llevaré a uno y dejaré al otro.

41 Si dos mujeres están moliendo granos, me llevaré a una y dejaré a la otra.

42 Por eso, estén siempre alerta, pues ustedes no saben el día en que yo, su Señor, vendré otra vez.

43 Les aseguro que si el dueño de una casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, vigilaría la casa y no permitiría que el ladrón entrara.

44 Del mismo modo, ustedes deben estar atentos y preparados, porque yo, el Hijo del hombre, llegaré cuando menos lo esperen.

Los sirvientes

45 »¿Quién es el sirviente responsable y atento? Es aquel a quien el amo deja a cargo de toda su familia, para darles de comer a su debido tiempo.

46 ¡Qué feliz es el sirviente si su dueño lo encuentra cumpliendo sus órdenes!

47 Les aseguro que el dueño lo pondrá a administrar todas sus posesiones.

48 Pero supongamos que un sirviente malo piensa: “Mi amo salió de viaje y tardará mucho en volver”,

49 y comienza a golpear a sus compañeros, y a comer y beber con borrachos.

50 Cuando vuelva su amo, en el día y la hora en que el sirviente menos lo espere,

51 lo castigará como se castiga a todos los que engañan a sus amos. Entonces llorará y le rechinarán de terror los dientes.

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Mateo 25

Las diez muchachas

1 »En elreino de Diospasará lo mismo que sucedió en una boda. Cuando ya era de noche, diez muchachas tomaron sus lámparas de aceite y salieron a recibir al novio.

2 Cinco de ellas eran descuidadas, y las otras cinco, responsables.

3 Las cinco descuidadas no llevaron aceite suficiente,

4 pero las cinco responsables llevaron aceite para llenar sus lámparas de nuevo.

5 »Como el novio tardó mucho en llegar, a las diez muchachas les dio sueño y se durmieron.

6 Como a la media noche, se oyeron gritos: “¡Ya viene el novio, salgan a recibirlo!”

7 »Las muchachas se levantaron y comenzaron a preparar sus lámparas.

8 Entonces las cinco muchachas descuidadas dijeron a las responsables: “Compartan con nosotras el aceite que ustedes traen, porque nuestras lámparas se están apagando”.

9 »Las cinco responsables contestaron: “No tenemos bastante aceite para darles también a ustedes. Es mejor que vayan a comprarlo.”

10 »Mientras las cinco muchachas descuidadas fueron a comprar aceite, llegó el novio. Entonces, las cinco muchachas responsables entraron con él a la fiesta de bodas, y la puerta se cerró.

11 Cuando las cinco descuidadas volvieron, encontraron todo cerrado y gritaron: “¡Señor, Señor, ábranos la puerta!”

12 »Pero el novio les contestó: “No sé quiénes son ustedes. No las conozco.”

13 »Por eso ustedes, misdiscípulos, deben estar siempre alerta, porque no saben ni el día ni la hora en que yo volveré.

Los tres empleados

14 »En elreino de Diospasará lo mismo que sucedió cierta vez, cuando un hombre decidió irse de viaje. Llamó a sus empleados y les encargó su dinero.

15 El hombre sabía muy bien lo que cada uno podía hacer. Por eso, a uno de ellos le entregó cinco mil monedas, a otro dos mil, y a otro mil. Luego se fue de viaje.

16 »El empleado que había recibido cinco mil monedas hizo negocios con ellas, y logró ganar otras cinco mil.

17 El que recibió dos mil monedas ganó otras dos mil.

18 Pero el que recibió mil monedas fue y las escondió bajo tierra.

19 »Mucho tiempo después, el hombre que se había ido de viaje regresó, y quiso arreglar cuentas con sus empleados.

20 Llegó el que había recibido cinco mil monedas, se las entregó junto con otras cinco mil y le dijo: “Señor, usted me dio cinco mil monedas, y aquí tiene otras cinco mil que yo gané.”

21 »El hombre le dijo: “¡Excelente! Eres un empleado bueno, y se puede confiar en ti. Ya que cuidaste bien lo poco que te di, ahora voy a encargarte cosas más importantes. Vamos a celebrarlo.”

22 »Después llegó el empleado que había recibido dos mil monedas, y le dijo: “Señor, usted me dio dos mil monedas, y aquí tiene otras dos mil que yo gané.”

23 »El hombre le contestó: “¡Excelente! Eres un empleado bueno, y se puede confiar en ti. Ya que cuidaste bien lo poco que te di, ahora voy a encargarte cosas más importantes. Vamos a celebrarlo.”

24 »Por último, llegó el empleado que había recibido mil monedas, y dijo: “Señor, yo sabía que usted es un hombre muy exigente, que pide hasta lo imposible.

25 Por eso me dio miedo, y escondí el dinero bajo tierra. Aquí le devuelvo exactamente sus mil monedas.”

26 »El hombre le respondió: “Eres un empleado malo y perezoso. Si sabías que soy muy exigente,

27 ¿por qué no llevaste el dinero al banco? Así, al volver, yo recibiría el dinero que te di, más los intereses.”

28 »Entonces el hombre dijo a sus ayudantes: “Quítenle a este las mil monedas, y dénselas al que tiene diez mil.

29 Porque al que tiene mucho se le dará más, y le sobrará; pero al que no tiene nada, hasta lo poco que tiene se le quitará.

30 Y a este empleado inútil, échenlo afuera, a la oscuridad; allí tendrá tanto miedo que llorará y le rechinarán de terror los dientes.”

El juicio final

31 »Cuando yo, elHijo del hombre, regrese, vendré como un rey poderoso, rodeado de misángeles, y me sentaré en mi trono.

32 Gente de todos los países se presentará delante de mí, y apartaré a los malos de los buenos, como el pastor que aparta las cabras de las ovejas.

33 A los buenos los pondré a mi derecha, y a los malos a mi izquierda.

34 Entonces yo, el Rey, les diré a los buenos: “¡Mi Padre los habendecido! ¡Vengan, participen del reino que mi Padre preparó desde antes de la creación del mundo!

35 Porque cuando tuve hambre, ustedes me dieron de comer; cuando tuve sed, me dieron de beber; cuando tuve que salir de mi país, ustedes me recibieron en su casa;

36 cuando no tuve ropa, ustedes me la dieron; cuando estuve enfermo, me visitaron; cuando estuve en la cárcel, ustedes fueron a verme.”

37 »Y los buenos me preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te dimos de comer? ¿Cuándo tuviste sed y te dimos de beber?

38 ¿Alguna vez tuviste que salir de tu país y te recibimos en nuestra casa, o te vimos sin ropa y te dimos qué ponerte?

39 No recordamos que hayas estado enfermo, o en la cárcel, y que te hayamos visitado.”

40 »Yo, el Rey, les diré: “Lo que ustedes hicieron para ayudar a una de las personas menos importantes de este mundo, a quienes yo considero como hermanos, es como si lo hubieran hecho para mí.”

41 »Luego les diré a los malvados: “¡Aléjense de mí! Lo único que pueden esperar de Dios es castigo. Váyanse al fuego que nunca se apaga, al fuego que Dios preparó para el diablo y sus ayudantes.

42 Porque cuando tuve hambre, ustedes no me dieron de comer; cuando tuve sed, no me dieron de beber;

43 cuando tuve que salir de mi país, ustedes no me recibieron en sus casas; cuando no tuve ropa, ustedes tampoco me dieron qué ponerme; cuando estuve enfermo y en la cárcel, no fueron a verme.”

44 »Ellos me responderán: “Señor, nunca te vimos con hambre o con sed. Nunca supimos que tuviste que salir de tu país, ni te vimos sin ropa. Tampoco supimos que estuviste enfermo o en la cárcel. Por eso no te ayudamos.”

45 »Entonces les contestaré: “Como ustedes no ayudaron ni a una de las personas menos importantes de este mundo, yo considero que tampoco me ayudaron a mí.”

46 »Esta gente malvada recibirá un castigo interminable, pero los que obedecen a Dios recibirán la vida eterna.»

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Mateo 26

Un plan contra Jesús

1 Cuando Jesús terminó de enseñar, dijo a susdiscípulos:

2 «Ustedes saben que dentro de dos días va a celebrarse la fiesta de la Pascua. Durante la fiesta, yo, elHijo del hombre, seré apresado y moriré clavado en una cruz.»

3 En esos días, lossacerdotesprincipales y loslíderesdel país se reunieron en el palacio de Caifás, que era jefe de los sacerdotes.

4 Todos ellos se pusieron de acuerdo para ponerle una trampa a Jesús, apresarlo y matarlo.

5 Pero algunos decían: «No hay que hacerlo durante la fiesta, para que la gente no se enoje contra nosotros ni se arme un gran alboroto.»

Una mujer perfuma a Jesús

6 Jesús estaba en el pueblo de Betania, en casa de Simón, el que había tenidolepra.

7 Mientras Jesús comía, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro. La mujer se acercó a Jesús y derramó el perfume sobre su cabeza.

8 Losdiscípulosse enojaron y dijeron:

—¡Qué desperdicio!

9 Ese perfume pudo haberse vendido, y con el dinero hubiéramos ayudado a muchos pobres.

10 Jesús los escuchó, y enseguida les dijo:

—No critiquen a esta mujer. Ella me ha tratado con mucha bondad.

11 Cerca de ustedes siempre habrá gente pobre, pero muy pronto yo no estaré aquí con ustedes.

12 Esta mujer derramó perfume sobre mi cabeza, sin saber que estaba preparando mi cuerpo para mi entierro.

13 Les aseguro que en cualquier lugar donde se anuncien las buenas noticias de Dios, se contará la historia de lo que hizo esta mujer y se guardará la memoria de ella.

Judas traiciona a Jesús

14 Ese mismo día, Judas Iscariote, que era uno de los docediscípulosde Jesús, fue a ver a lossacerdotesprincipales

15 y les dijo: «¿Cuánto me pagan si los ayudo a atrapar a Jesús?»

Ellos le ofrecieron treinta monedas de plata.

16 Y desde ese momento, Judas buscó una buena oportunidad para entregarles a Jesús.

Una cena inolvidable

17 El primer día de la fiesta de lospanes sin levadura, losdiscípulosse acercaron a Jesús y le dijeron:

—¿Dónde quieres que preparemos la cena de la Pascua?

18 Jesús les respondió:

—Vayan a la ciudad, busquen al amigo que ustedes ya conocen, y denle este mensaje: “El Maestro dice: yo sé que pronto moriré; por eso quiero celebrar la Pascua en tu casa, con mis discípulos.”

19 Los discípulos fueron y prepararon todo, tal y como Jesús les mandó.

20 Al anochecer, mientras Jesús y sus discípulos comían,

21 él les dijo:

—Uno de ustedes me va a entregar a mis enemigos.

22 Los discípulos se pusieron muy tristes, y cada uno de ellos le dijo:

—Señor, no estarás acusándome a mí, ¿verdad?

23 Jesús respondió:

—El que ha mojado su pan en el mismo plato en que yo estoy comiendo, es el que va a traicionarme.

24 LaBibliadice claramente que yo, elHijo del hombre, tengo que morir. Sin embargo, al que me traiciona va a pasarle algo muy terrible. ¡Más le valdría no haber nacido!

25 Judas, el que después entregó a Jesús, también le preguntó:

—Maestro, ¿hablas de mí?

Jesús le contestó:

—Tú lo has dicho.

26 Mientras estaban comiendo, Jesús tomó un pan y dio gracias a Dios. Luego lo partió, lo dio a sus discípulos y les dijo:

«Tomen y coman; esto es mi cuerpo.»

27 Después tomó una copa llena de vino y dio gracias a Dios. Luego la pasó a sus discípulos y les dijo:

«Beban todos ustedes de este vino.

28 Esto es mi sangre, y con ella Dios hace un trato con todos ustedes. Esa sangre servirá para perdonar lospecadosde mucha gente.

29 Esta es la última vez que bebo de este vino con ustedes. Pero cuando estemos juntos otra vez, en el reino de mi Padre, entonces beberemos del vino nuevo.»

30 Después de eso, cantaron un himno y se fueron al Monte de los Olivos.

Pedro promete no dejar a Jesús

31 Cuando llegaron al Monte de los Olivos, Jesús les dijo a losdiscípulos:

—Esta noche ustedes van a perder su confianza en mí. Porque laBibliadice:

“Mataré a mi mejor amigo,

y así mi pueblo se dispersará.”

32 »Pero cuando Dios me devuelva la vida, iré a Galilea antes que ustedes.

33 Entonces Pedro le dijo:

—Aunque todos te abandonen, yo no te abandonaré.

34 Jesús le respondió:

—Pedro, no estés muy seguro de eso; antes de que el gallo cante, tres veces dirás que no me conoces.

35 Pedro le contestó:

—Aunque tenga que morir contigo, yo nunca diré que no te conozco.

Los demás discípulos dijeron lo mismo.

Jesús ora con mucha tristeza

36 Después, Jesús fue con susdiscípulosa un lugar llamado Getsemaní, y les dijo: «Quédense aquí, mientras yo voy allí a orar.»

37 Jesús invitó a Pedro, a Santiago y a Juan para que lo acompañaran. Luego empezó a sentir una tristeza muy profunda,

38 y les dijo: «Estoy muy triste. Siento que me voy a morir. Quédense aquí conmigo y no se duerman.»

39 Jesús se alejó un poco de ellos, se arrodilló hasta tocar el suelo con la frente, y oró a Dios: «Padre, ¡cómo deseo que me libres de este sufrimiento! Pero no será lo que yo quiera, sino lo que quieras tú.»

40 Jesús regresó a donde estaban los tres discípulos, y los encontró durmiendo. Entonces le dijo a Pedro: «¿No han podido quedarse despiertos conmigo, ni siquiera una hora?

41 No se duerman; oren para que puedan resistir la prueba que se acerca. Ustedes están dispuestos a hacer lo bueno, pero no pueden hacerlo con sus propias fuerzas.»

42 Jesús se fue a orar otra vez, y en su oración decía:

—Padre, si tengo que pasar por este sufrimiento, estoy dispuesto a obedecerte.

43 Jesús regresó de nuevo a donde estaban los tres discípulos, y otra vez los encontró completamente dormidos, pues estaban muy cansados.

44 Nuevamente se apartó de ellos y oró por tercera vez, repitiendo las mismas palabras con que había orado antes.

45 Luego volvió Jesús a donde estaban los tres discípulos y les dijo: «¿Todavía están durmiendo? Ya vienen los malvados para apresarme a mí, elHijo del hombre.

46 ¡Levántense y vengan conmigo, que allí viene el que me va a entregar!»

Los enemigos apresan a Jesús

47 Todavía estaba hablando Jesús cuando llegó Judas, uno de los docediscípulos. Con él venían muchos hombres armados con palos y cuchillos. Lossacerdotesprincipales y loslíderesdel país los habían enviado.

48 Judas ya les había dicho: «Al que yo bese, ese es Jesús; ¡arréstenlo!»

49 Judas se acercó a Jesús y le dijo:

—¡Hola, Maestro!

Y lo besó.

50 Jesús le dijo:

—Amigo, haz pronto lo que tienes que hacer.

Los hombres, por su parte, arrestaron a Jesús.

51 Entonces uno de los que acompañaban a Jesús sacó su espada, y con ella le cortó una oreja al sirviente del jefe de los sacerdotes.

52 Pero Jesús le dijo:

—Guarda tu espada, porque al que mata con espada, con espada lo matarán.

53 ¿No sabes que yo puedo pedirle ayuda a mi Padre, y que de inmediato me enviaría todo un ejército deángelespara defenderme?

54 Deja que todo pase como está sucediendo ahora; solo así puede cumplirse lo que dice laBiblia.

55 Jesús se volvió a la gente y le preguntó:

—¿Por qué han venido con palos y cuchillos, como si yo fuera un criminal? Todos los días estuve enseñando en el templo, y allí nunca me apresaron.

56 Pero todo esto debe suceder para que se cumpla lo que anunciaron losprofetas.

En ese momento, todos los discípulos abandonaron a Jesús y huyeron.

El juicio contra Jesús

57-58 Pedro siguió a Jesús desde lejos y llegó hasta el patio del palacio. Allí se sentó con los guardias para no perderse de nada. Los que arrestaron a Jesús lo llevaron al palacio de Caifás, el jefe de lossacerdotes. Allí estaban reunidos losmaestros de la Leyy loslíderesdel pueblo.

59 Los sacerdotes principales y todos los de laJunta Supremabuscaban gente que mintiera contra Jesús, para poder condenarlo a muerte.

60 Sin embargo, aunque muchos vinieron con mentiras, no pudieron condenarlo.

61 Por fin, hubo dos que dijeron: «Este hombre dijo que es capaz de destruir el templo de Dios, y de construirlo de nuevo en tres días.»

62 El jefe de los sacerdotes dijo a Jesús:

—¿Oíste bien de qué te acusan? ¿Qué puedes decir para defenderte?

63 Pero Jesús no respondió nada. Entonces el jefe de los sacerdotes le dijo:

—Dinos por Dios, quien vive para siempre, si eres tú elMesías, el Hijo de Dios.

64 Jesús le respondió:

—Tú lo has dicho. Y déjame decirte que, dentro de poco tiempo, ustedes verán cuando yo, elHijo del hombre, venga en las nubes del cielo con el poder y la autoridad que me da Dios todopoderoso.

65-66 Al escuchar esto, el jefe de los sacerdotes se desgarró la ropa para mostrar su enojo, y dijo:

—¿Qué les parece? ¡Ha insultado a Dios, y ustedes mismos lo han oído! ¡Ya no necesitamos más pruebas!

—¡Que muera! —contestaron todos.

67 Entonces algunos le escupieron en la cara y otros lo golpearon. Aun otros le pegaban en la cara,

68 y le decían: «Mesías, ¡adivina quién te pegó!»

Pedro niega conocer a Jesús

69 Mientras sucedía todo esto, Pedro estaba sentado en el patio del palacio. De pronto, una sirvienta se le acercó y le dijo:

—Tú siempre estabas con Jesús, el de Galilea.

70 Y delante de todos, Pedro le contestó:

—Eso no es cierto; ¡no sé de qué me hablas!

71 Pedro salió por la puerta del patio, pero otra sirvienta lo vio y dijo a los que estaban allí:

—Este también estaba con Jesús, el que vino de Nazaret.

72 Pedro lo negó de nuevo y dijo:

—¡Les juro que no conozco a ese hombre!

73 Un poco más tarde, algunos de los que estaban por allí se acercaron a Pedro y le dijeron:

—Estamos seguros de que tú eres uno de los seguidores de Jesús; hablas como los de Galilea.

74 Pedro les contestó con más fuerza:

—¡Ya les dije que no conozco a ese hombre! ¡Que Dios me castigue si no estoy diciendo la verdad!

En ese momento un gallo cantó,

75 y Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: «Antes de que el gallo cante, vas a decir tres veces que no me conoces.» Entonces Pedro salió de aquel lugar y se echó a llorar con mucha tristeza.

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Mateo 27

Jesús en el palacio de Pilato

1 Al amanecer, todos lossacerdotesprincipales y loslíderesdel país hicieron juntos un plan para matar a Jesús.

2 Lo ataron, lo sacaron del palacio de Caifás y lo entregaron a Poncio Pilato, el gobernador romano.

Judas se mata

3 Cuando Judas supo que habían condenado a muerte a Jesús, se sintió muy mal por haberlo traicionado. Entonces fue a donde estaban lossacerdotesprincipales y loslíderesdel país, les devolvió las treinta monedas de plata,

4 y les dijo:

—Hepecadocontra Dios porque entregué a Jesús, y él es inocente.

Ellos le contestaron:

—¡Y eso qué nos importa! ¡Es problema tuyo!

5 Entonces Judas tiró las monedas en el templo, y fue y se ahorcó.

6 Los sacerdotes principales recogieron las monedas y dijeron: «Estas monedas son el precio de la vida de un hombre; la ley no nos permite que las pongamos en la caja de lasofrendas.»

7 Entonces decidieron comprar con ese dinero el terreno conocido como «Campo del Alfarero», para enterrar allí a los extranjeros.

8 Por eso, aquel terreno se conoce con el nombre de «Campo de Sangre».

9 Así se cumplió lo que había dicho elprofetaJeremías:

«La gente de Israel puso el precio

que se pagó por la vida de aquel hombre:

¡Treinta monedas de plata!

10 Y ellos tomaron las monedas,

y compraron el Campo del Alfarero,

como Dios me lo había ordenado.»

Jesús y Pilato

11 Cuando llevaron a Jesús ante Pilato, este le preguntó:

—¿Eres en verdad el rey de los judíos?

Jesús respondió:

—Tú lo dices.

12 Lossacerdotesprincipales y loslíderesdel país acusaban a Jesús delante de Pilato, pero Jesús no respondía nada.

13 Pilato le preguntó:

—¿No oyes todo lo que dicen contra ti?

14 Y como Jesús no respondió nada, el gobernador se quedó muy asombrado.

¡Que lo claven en una cruz!

15 Durante lafiesta de la Pascua, el gobernador tenía la costumbre de poner en libertad a uno de los presos; el que el pueblo quisiera.

16 En ese tiempo estaba encarcelado un bandido muy famoso, que se llamaba Jesús Barrabás.

17 Pilato le preguntó a la gente que estaba allí: «¿A quién quieren ustedes que ponga en libertad: a Jesús Barrabás, o a Jesús, a quien llaman elMesías?»

18 Pilato preguntó esto porque sabía que, por envidia, lossacerdotesprincipales y loslíderesacusaban a Jesús.

19 Mientras Pilato estaba juzgando el caso, su esposa le mandó este mensaje: «No te metas con ese hombre, porque es inocente. Por causa de él, anoche tuve un sueño horrible.»

20 Mientras tanto, los sacerdotes principales y los líderes convencieron a los que estaban allí, para que pidieran la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús.

21 El gobernador volvió a preguntarle al pueblo:

—¿A cuál de los dos quieren que ponga en libertad?

Y todos respondieron:

—¡A Barrabás!

22 Entonces Pilato les dijo:

—¿Y qué quieren que haga con Jesús, a quien llaman el Mesías?

—¡Que muera en una cruz! —respondieron a coro.

23 El gobernador les preguntó:

—Díganme, ¿qué mal ha hecho este hombre?

Pero la multitud gritó con más fuerza:

—¡Que muera en una cruz!

24 Pilato vio que ya no le hacían caso, y que aquello podía terminar en un alboroto muy peligroso. Entonces mandó que le llevaran agua, se lavó las manos delante de la gente y dijo:

—Yo no soy culpable de la muerte de este hombre. Los culpables son ustedes.

25 Y la gente le contestó:

—¡Nosotros y nuestros hijos seremos responsables por la muerte de este hombre!

26 Entonces Pilato puso en libertad a Barrabás, luego ordenó que golpearan a Jesús en la espalda con un látigo, y que después lo clavaran en una cruz.

Todos se burlaron de Jesús

27 Los soldados de Pilato llevaron a Jesús al patio del cuartel y llamaron al resto de la tropa.

28 Allí desvistieron a Jesús y le pusieron un manto rojo,

29 le colocaron en la cabeza una corona hecha con ramas de espinos, y le pusieron una vara en la mano derecha. Luego se arrodillaron ante él, y en son de burla le decían: «¡Viva el rey de los judíos!»

30 Lo escupían y, con la misma vara que le habían dado, le pegaban en la cabeza.

31 Cuando se cansaron de burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron su propia ropa y se lo llevaron para clavarlo en la cruz.

32 Los soldados salieron con Jesús. En el camino encontraron a un hombre llamado Simón, que era del pueblo de Cirene, y obligaron a ese hombre a cargar la cruz de Jesús.

33 Cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que quiere decir «La Calavera»,

34 le dieron vino mezclado con una hierba amarga, la cual servía para aliviar los dolores. Jesús lo probó, pero no quiso beberlo.

35-38 Los soldados clavaron a Jesús en la cruz, y luego hicieron un sorteo para ver quién de ellos se quedaría con su ropa. También colocaron un letrero por encima de la cabeza de Jesús, para explicar por qué lo habían clavado en la cruz. El letrero decía: «Este es Jesús, el Rey de los judíos».

Junto con Jesús clavaron también a dos bandidos, y los pusieron uno a su derecha y el otro a su izquierda. Luego, los soldados se sentaron para vigilarlos.

39 La gente que pasaba por allí insultaba a Jesús y se burlaba de él, haciéndole muecas

40 y diciéndole: «Tú dijiste que podías destruir el templo y construirlo de nuevo en tres días. ¡Si tienes tanto poder, sálvate a ti mismo! ¡Si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz!»

41 También lossacerdotesprincipales, losmaestros de la Leyy loslíderesdel pueblo se burlaban de él. Decían:

42 «Estesalvóa otros, pero no puede salvarse a sí mismo. Dice que es el rey de Israel. ¡Pues que baje de la cruz y creeremos en él!

43 Dijo que confiaba en Dios, y que era el Hijo de Dios. ¡Pues si en verdad Dios lo ama, que lo salve ahora!»

44 Y también insultaban a Jesús los bandidos que fueron clavados a su lado.

Jesús muere

45 Desde el mediodía hasta las tres de la tarde, el cielo se puso oscuro.

46 A esa hora, Jesús gritó con mucha fuerza: «¡Elí, Elí!, ¿lemá sabactani?»

Eso quiere decir: «¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?»

47 Algunos de los que estaban allí, lo oyeron y dijeron: «¡Está llamando alprofetaElías!»

48 Uno de ellos buscó enseguida una esponja, la empapó con vinagre, la ató en el extremo de un palo largo y se la acercó a Jesús, para que bebiera.

49 Los demás que observaban le dijeron: «Déjalo, vamos a ver si Elías viene asalvarlo.»

50 Jesús lanzó otro fuerte grito, y murió.

51 En aquel momento, la cortina del templo se partió en dos, de arriba abajo, la tierra tembló y las rocas se partieron;

52 las tumbas se abrieron, y muchos de los que confiaban en Dios y ya habían muerto, volvieron a vivir.

53 Después de que Jesúsresucitó, esas personas entraron en Jerusalén y mucha gente las vio.

54 El oficial romano y los soldados que vigilaban a Jesús sintieron el terremoto y vieron todo lo que pasaba. Temblando de miedo dijeron: «¡Es verdad, este hombre era el Hijo de Dios!»

55 Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos. Ellas habían seguido y ayudado a Jesús durante su viaje desde Galilea.

56 Entre esas mujeres estaban María Magdalena; María, madre de Santiago y de José; y la esposa de Zebedeo.

El entierro de Jesús

57 Al anochecer, un hombre rico llamado José se acercó al lugar. Era del pueblo de Arimatea y se había hecho seguidor de Jesús.

58 José le pidió a Pilato que le permitiera llevarse el cuerpo de Jesús, para enterrarlo. Pilato ordenó que se lo dieran.

59 José tomó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia

60 y lo puso en una tumba. Era una tumba nueva, que hacía poco tiempo él había ordenado construir en una gran roca. José tapó la entrada de la tumba con una piedra muy grande, y se fue.

61 Frente a la tumba se quedaron sentadas María Magdalena y la otra María.

62 El día siguiente erasábado, el día de descanso de los judíos. Lossacerdotesprincipales y losfariseosfueron a ver a Pilato

63 y le dijeron:

—Señor, nos acordamos de que, cuando ese mentiroso de Jesús aún vivía, dijo: “Tres días después de que me maten resucitaré.”

64 Ahora susdiscípulospueden robar el cuerpo y empezar a decir a la gente que Jesúsresucitó. Ese engaño sería peor que cuando él dijo que era elMesías. Para que no pase esto, ordene usted que unos guardias vigilen cuidadosamente la tumba hasta después del tercer día.

65 Pilato les dijo:

—Ustedes tienen soldados a su servicio; vayan y protejan la tumba lo mejor que puedan.

66 Entonces ellos fueron a la tumba, y ataron la piedra que tapaba la entrada para que no se moviera. También dejaron allí a los soldados para que vigilaran.

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Mateo

Mateo 28

¡Él está vivo!

1 El domingo al amanecer, cuando ya había pasado el tiempo del descanso obligatorio, María Magdalena y la otra María fueron a ver la tumba de Jesús.

2 De pronto, hubo un gran temblor. Unángelde Dios bajó del cielo, movió la piedra que cerraba la tumba, y se sentó sobre ella.

3 El ángel brillaba como un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve.

4 Al verlo, los guardias se asustaron tanto que empezaron a temblar y se quedaron como muertos.

5 El ángel les dijo a las mujeres:

«No se asusten. Yo sé que están buscando a Jesús, el que murió en la cruz.

6 No está aquí; ha resucitado, tal y como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde habían puesto su cuerpo.

7 Y ahora, vayan de inmediato a contarles a susdiscípulosque él ya haresucitado, y que va a Galilea para llegar antes que ellos. Allí podrán verlo. Este es el mensaje que les doy.»

8 Las mujeres se asustaron mucho, pero también se alegraron, y enseguida corrieron a darles la noticia a los discípulos.

9 En eso, Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se acercaron a él, le abrazaron los pies y loadoraron.

10 Entonces Jesús les dijo: «No tengan miedo. Corran a avisarles a mis discípulos, para que vayan a Galilea; allí me verán.»

La mentira que contaron los soldados

11 Las mujeres fueron a buscar a losdiscípulos. Mientras tanto, algunos de los soldados que cuidaban la tumba regresaron a la ciudad. Allí les contaron a lossacerdotesprincipales todo lo que había pasado.

12 Entonces los sacerdotes y loslíderesdel país decidieron pagarles mucho dinero a los soldados, para que no dijeran lo que en verdad había sucedido.

13 Les dijeron:

«Vayan y digan a la gente que los discípulos de Jesús vinieron por la noche, cuando ustedes estaban dormidos, y que se robaron el cuerpo de Jesús.

14 Si el gobernador llega a saber esto, nosotros hablaremos con él, y a ustedes no se les culpará de nada.»

15 Los soldados aceptaron el dinero y le contaron a la gente lo que los sacerdotes principales les habían indicado. Esta misma mentira es la que se sigue contando entre los judíos hasta el momento de escribir esta historia.

La misión de los discípulos

16 Los oncediscípulosse fueron a Galilea, al cerro que Jesús les había indicado.

17 Cuando se encontraron con él, loadoraron, aunque algunos de ellos todavía dudaban de que realmente fuera Jesús.

18 Pero él se acercó y les dijo:

«Dios me ha dado todo el poder para gobernar en todo el universo.

19 Ustedes vayan y hagan más discípulos míos en todos los países de la tierra. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

20 Enséñenles a obedecer todo lo que yo les he enseñado. Yo estaré siempre con ustedes, hasta el fin del mundo.»

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Marcos

Marcos 1

Juan el Bautista

1 Esta es la historia de cómo empezaron a anunciarse lasbuenas noticiasacerca de Jesús, que es el Hijo de Dios y elMesías.

2 Todo comenzó como Dios lo había anunciado por medio delprofetaIsaías:

«Yo envío a mi mensajero

delante de ti,

y él va a preparar todo

para tu llegada.

3 »Alguien grita en el desierto:

“¡Prepárenle el camino a nuestro Dios!

¡Ábranle paso!

¡Que no encuentre estorbos!”»

4-8 Por esos días, Juan el Bautista apareció en el desierto. Se vestía con ropa hecha de pelo de camello y usaba un taparrabos de cuero. Comía saltamontes y miel silvestre.

Juan le decía a la gente: «¡Bautícense y demuestren que ya no quieren hacer lo malo! Solo así Dios los perdonará.» También decía: «Después de mí viene alguien más poderoso que yo. ¡Ni siquiera merezco ser su esclavo! Yo los hebautizadoa ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo.»

Todos los que vivían en la región de Judea, y en Jerusalén, iban al desierto para oír a Juan. Muchos confesaban suspecadosy Juan los bautizaba en el río Jordán.

Juan bautiza a Jesús

9 En esos días, Jesús estaba en la región de Galilea, en un pueblo llamado Nazaret. Desde allí viajó hasta el río Jordán, donde Juan lobautizó.

10 Cuando Jesús salió del agua, vio que se abría el cielo, y que el Espíritu de Dios bajaba sobre él en forma de paloma.

11 En ese momento, una voz que venía del cielo le dijo: «Tú eres mi Hijo, a quien quiero mucho. Estoy muy contento contigo.»

Jesús vence al diablo

12 De inmediato, el Espíritu de Dios llevó a Jesús al desierto.

13 Y Jesús estuvo allí cuarenta días, viviendo entre los animales salvajes.Satanástrataba de hacerlo caer en sus trampas, pero losángelesde Dios cuidaban a Jesús.

Jesús comienza su trabajo

14 Después de que metieron a Juan en la cárcel, Jesús fue a la región de Galilea. Allí anunciaba lasbuenas noticiasacerca de Dios:

15 «¡Ya está cerca el día en que Dios comenzará a reinar! Vuélvanse a Dios y crean en la buena noticia.»

Jesús elige a cuatro pescadores

16 Jesús pasaba por la orilla del Lago de Galilea, cuando vio a Simón y a Andrés, dos pescadores que eran hermanos, y que estaban pescando con sus redes.

17 Jesús les dijo: «Síganme. En lugar de pescar peces, les voy a enseñar a ganar seguidores para mí.»

18 En ese mismo instante, Simón y Andrés dejaron sus redes y siguieron a Jesús.

19 Un poco más adelante, Jesús vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo. Ellos también eran pescadores, y estaban en una barca arreglando las redes.

20 Jesús los llamó, y ellos lo siguieron, dejando a su padre en la barca, con los empleados.

El hombre con un espíritu malo

21 Jesús y susdiscípulosfueron al pueblo de Cafarnaúm. Elsábado, Jesús fue a lasinagogay comenzó a enseñar.

22 Todos estaban admirados de sus enseñanzas, pues cuando les hablaba, lo hacía con autoridad, y no como losmaestros de la Ley.

23 En la sinagoga, había un hombre que tenía unespíritu malo.

24 El espíritu le gritó a Jesús:

—¡Jesús de Nazaret! ¿Qué tienes contra nosotros? ¿Acaso vienes a destruirnos? Yo te conozco. ¡Tú eres el Hijo de Dios!

25 Jesús reprendió al espíritu malo y le dijo:

—¡Cállate! ¡Sal de este hombre!

26 El espíritu malo salió gritando y haciendo que el hombre se pusiera a temblar muy fuerte.

27 La gente se quedó muy asombrada, y se preguntaba: «¿Qué es esto? ¿Una nueva enseñanza? ¿Qué clase de poder tiene este hombre? Con autoridad y poder ordena a los espíritus malos que salgan, ¡y ellos lo obedecen!»

28 Y Jesús se hizo famoso en toda la región de Galilea.

Jesús sana a mucha gente

29 Luego Jesús salió de la sinagoga y se fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés.

30 Cuando entró en la casa, le dijeron que la suegra de Simón estaba enferma y con fiebre.

31 Jesús fue a verla, la tomó de la mano y la levantó. En ese mismo instante la fiebre se le fue, y la suegra de Simón les sirvió de comer.

32 Al anochecer, la gente le llevó a Jesús todos los enfermos y todos los que teníandemonios.

33 Todo el pueblo se reunió a la entrada de la casa de Simón.

34 Allí Jesús sanó a mucha gente que tenía diferentes enfermedades, y también expulsó a muchos demonios. Pero no dejaba hablar a esos demonios, porque ellos lo conocían.

Jesús anuncia las buenas noticias

35 En la madrugada, Jesús se levantó y fue a un lugar solitario para orar.

36 Más tarde, Simón y sus compañeros salieron a buscarlo.

37 Cuando lo encontraron, le dijeron:

—Todos te andan buscando.

38 Pero Jesús les dijo:

—Vamos a otros pueblos cercanos. También allí debo anunciar estasbuenas noticias, pues para eso vine al mundo.

39 Jesús recorrió toda la región de Galilea anunciando lasbuenas noticiasen lassinagogasde cada pueblo, y expulsando a losdemonios.

Jesús sana a un leproso

40 Un hombre que tenía la piel enferma se acercó a Jesús, se arrodilló ante él y le dijo:

—Señor, yo sé que tú puedes sanarme. ¿Quieres hacerlo?

41 Jesús tuvo compasión del enfermo, extendió la mano, lo tocó y le dijo:

—¡Quiero hacerlo! ¡Ya estás sano!

42 De inmediato, aquel hombre quedó completamente sano;

43 pero Jesús lo despidió con una seria advertencia:

44 —No le digas a nadie lo que te sucedió. Solo ve con elsacerdotepara que te examine, y lleva laofrendaque Moisés ordenó. Así los sacerdotes verán que ya no tienes esa enfermedad.

45 Pero el hombre empezó a contarles a todos cómo había sido sanado. Por eso Jesús no podía entrar libremente en los pueblos, sino que tenía que quedarse en las afueras, donde no había gente. De todos modos, la gente iba a verlo.

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Marcos

Marcos 2

Jesús y el paralítico

1 Después de varios días, Jesús regresó al pueblo de Cafarnaúm. Apenas se supo que Jesús estaba en casa,

2 mucha gente fue a verlo. Era tanta la gente que ya no cabía nadie más frente a la entrada. Entonces Jesús comenzó a anunciarles lasbuenas noticias.

3 De pronto, llegaron a la casa cuatro personas. Llevaban en una camilla a un hombre que nunca había podido caminar.

4 Como había tanta gente, subieron al techo y abrieron un agujero. Por allí bajaron al enfermo en la camilla donde estaba acostado.

5 Cuando Jesús vio la gran confianza que aquellos hombres tenían en él, le dijo al paralítico: «Amigo, te perdono tuspecados.»

6 Al oír lo que Jesús le dijo al paralítico, unosmaestros de la Leyque allí estaban pensaron:

7 «¿Cómo se atreve este a hablar así? ¡Lo que dice es una ofensa contra Dios! Solo Dios puede perdonar pecados.»

8 Pero Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, y les dijo: «¿Por qué piensan así?

9 Díganme, ¿qué es más fácil? ¿Perdonar a este enfermo, o sanarlo?

10 Pues voy a demostrarles que yo, elHijo del hombre, tengo autoridad aquí en la tierra para perdonar pecados.»

Entonces le dijo al que no podía caminar:

11 «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.»

12 En ese mismo instante, y ante la mirada de todos, aquel hombre se levantó, tomó la camilla y salió de allí. Al verlo, todos se quedaron admirados y comenzaron a alabar a Dios diciendo: «¡Nunca habíamos visto nada como esto!»

Jesús llama a Mateo

13 Después de esto, Jesús fue otra vez a la orilla del Lago de Galilea. Mucha gente se reunió a su alrededor, y él se puso a enseñarles.

14 Luego, mientras caminaban, Jesús vio a Mateo hijo de Alfeo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba losimpuestospara Roma. Jesús le dijo: «Sígueme.»

Mateo se levantó enseguida y lo siguió.

15 Más tarde, Jesús y susdiscípulosestaban cenando en la casa de Mateo. Muchos de los que cobraban impuestos, y otras personas de mala fama que ahora seguían a Jesús, también fueron invitados a la cena.

16 Cuando algunosmaestros de la Ley, que eranfariseos, vieron a Jesús comiendo con toda esa gente, les preguntaron a los discípulos:

—¿Por qué su maestro come con cobradores de impuestos y con gente de mala fama?

17 Jesús los oyó y les contestó:

—Los que necesitan al médico son los enfermos, no los sanos. Y yo vine a invitar a lospecadorespara que regresen a Dios, no a los que se creen buenos.

Jesús enseña sobre el ayuno

18 Una vez, losdiscípulosde Juan el Bautista y los discípulos de losfariseosestabanayunando. Algunas personas fueron a donde estaba Jesús y le preguntaron:

—¿Por qué tus discípulos no ayunan? Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos sí lo hacen.

19 Jesús les respondió:

—Los invitados a una fiesta de bodas no ayunan mientras el novio está con ellos;

20 pero llegará el momento en que se lleven al novio, y entonces los invitados ayunarán.

21 »Si un vestido viejo se rompe, nadie le pone un parche de tela nueva; porque al lavarse el vestido, la tela nueva se encoge y el hueco se hace más grande.

22 »Tampoco se echa vino nuevo en recipientes de cuero viejo; porque al fermentar el vino nuevo hace que el cuero viejo se reviente. Así el vino nuevo se pierde, y los recipientes también. Por eso hay que echar vino nuevo en recipientes nuevos.

Los discípulos arrancan espigas de trigo

23 Unsábado, mientras Jesús y susdiscípulosiban por un campo sembrado de trigo, los discípulos comenzaron a arrancar espigas.

24 Cuando losfariseosvieron esto, le dijeron a Jesús:

—¡Mira lo que hacen tus discípulos! ¿Acaso no saben que está prohibido arrancar espigas en el día de descanso?

25-26 Jesús les respondió:

—¿No han leído ustedes en laBiblialo que hizo el rey David, cuando Abiatar era el jefe de lossacerdotes? David y sus compañeros sufrían gran necesidad y tenían mucha hambre. Entonces David entró en la casa de Dios y comió del pan especial, que solo a los sacerdotes les estaba permitido comer, y lo compartió con sus compañeros.

Además les dijo:

27 —El sábado se hizo para el bien de los seres humanos, y no los seres humanos para el bien del sábado.

28 Yo, elHijo del hombre, soy quien decide qué puede hacerse y qué no puede hacerse en el día de descanso.

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Marcos

Marcos 3

Jesús sana a un hombre en sábado

1 Jesús volvió a entrar en lasinagoga. Allí había un hombre que tenía una mano tullida.

2 Losfariseosestaban vigilando a Jesús para ver si sanaba a ese hombre en díasábado, y poder así acusarlo de trabajar en ese día de descanso.

3 Jesús le dijo al enfermo: «Levántate y ponte en medio de todos.»

4 Luego, les preguntó a los que estaban allí: «¿Qué es correcto hacer en sábado: el bien o el mal? ¿Salvaruna vida o destruirla?»

Pero nadie le contestó.

5 Jesús miró con enojo a los que lo rodeaban y, al ver que eran muy tercos y no tenían amor, se puso muy triste. Entonces le dijo al enfermo: «Extiende la mano.»

El hombre extendió la mano, y la mano le quedó sana.

6 Los fariseos salieron de la sinagoga y enseguida se reunieron con los partidarios del rey Herodes; y juntos comenzaron a hacer planes para matar a Jesús.

Jesús enseña y sana

7-8 Jesús se fue con susdiscípulosa la orilla del lago. Los seguía mucha gente que había oído hablar de las cosas que él hacía. Era gente de las regiones de Galilea y de Judea, de la ciudad de Jerusalén y de Idumea. Algunos venían también del otro lado del río Jordán, y de los alrededores de las ciudades de Tiro y de Sidón.

9 Como había tanta gente, Jesús les pidió a sus discípulos que prepararan una barca, para que la gente no lo apretujara.

10 Aunque Jesús había sanado a mucha gente, todavía quedaban muchos enfermos que lo rodeaban y que querían tocarlo para quedar sanos.

11 Cuando losespíritusmalos veían a Jesús, caían al suelo y gritaban: «¡Tú eres el Hijo de Dios!»

12 Pero Jesús les advertía muy seriamente que no dijeran a la gente quién era él.

Jesús elige a doce apóstoles

13 Después, Jesús invitó a algunos de sus seguidores para que subieran con él a un cerro. Cuando ya todos estaban juntos,

14 eligió a doce de ellos para que lo acompañaran siempre y para enviarlos a anunciar lasbuenas noticias. A esos doce los llamóapóstoles

15 y les dio poder para expulsar de la gente a losdemonios.

16 Estos son los doce que eligió: Simón, a quien llamó Pedro;

17 Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, y a quienes llamó Boanerges, que quiere decir «hijos del trueno»;

18 Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el patriota y

19 Judas Iscariote, que después traicionó a Jesús.

Jesús y el jefe de los demonios

20 Después de esto, Jesús regresó a la casa. Y era tanta la gente que volvió a reunirse, que ni él ni susdiscípulospodían siquiera comer.

21 Cuando los familiares de Jesús supieron lo que hacía, fueron para llevárselo, porque decían que se había vuelto loco.

22 Pero losmaestros de la Leyque habían llegado de Jerusalén decían: «Este hombre tiene a Beelzebú, el jefe de losdemonios. Solo por el poder que Beelzebú le da, puede expulsarlos.»

23 Entonces Jesús los llamó y les puso este ejemplo:

«¿Cómo puedeSatanásexpulsarse a sí mismo?

24 Si los habitantes de un país se pelean entre sí, el país acaba por destruirse.

25 Si los miembros de una familia se pelean unos contra otros, la familia también acabará por destruirse.

26 Y si Satanás lucha contra sí mismo, acabará con su propio reino.

27 »Si alguien quiere robar todo lo que hay en la casa de un hombre fuerte, primero tiene que atar a ese hombre.

28 »Les aseguro que Dios le perdonará a la gente cualquierpecadoque haga, y todo lo malo que diga;

29 pero jamás perdonará a quien hable en contra del Espíritu Santo. ¡Eso nunca le será perdonado!»

30 Jesús dijo esto porque los maestros de la Ley pensaban que él tenía unespíritu malo.

La madre y los hermanos de Jesús

31-32 Mientras tanto, la madre y los hermanos de Jesús llegaron a la casa donde él estaba, pero prefirieron quedarse afuera y mandarlo a llamar. La gente que estaba sentada alrededor de Jesús le dijo:

—Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están allá afuera, y quieren hablar contigo.

33 Pero Jesús les preguntó:

—¿Quiénes son en verdad mi madre y mis hermanos?

34 Luego, miró a todos los que estaban sentados a su alrededor y dijo:

—¡Estos son mi madre y mis hermanos!

35 Porque, en verdad, cualquiera que obedece a Dios es mi hermano, mi hermana y mi madre.

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Marcos

Marcos 4

El ejemplo de las semillas

1 Otro día, Jesús estaba enseñando a la orilla del Lago de Galilea. Como mucha gente se reunió para escucharlo, Jesús tuvo que subir a una barca y sentarse para hablar desde allí. La gente se quedó de pie en la playa.

2 Jesús les enseñó muchas cosas por medio de ejemplos y comparaciones. Les puso esta comparación:

3 «Escuchen bien esto: Un campesino salió a sembrar trigo.

4 Mientras sembraba, algunas semillas cayeron en el camino. Poco después vinieron unos pájaros y se las comieron.

5 »Otras semillas cayeron en un terreno con muchas piedras y poca tierra. Como la tierra era poco profunda, pronto brotaron plantas de trigo.

6 Pero las plantas no duraron mucho tiempo. Al salir el sol se quemaron, porque no tenían buenas raíces.

7 »Otras semillas cayeron entre espinos. Cuando los espinos crecieron, ahogaron el trigo y no lo dejaron crecer. Por eso, las semillas no produjeron nada.

8 »En cambio, otras semillas cayeron en buena tierra, y sus espigas crecieron muy bien y produjeron una muy buena cosecha. Algunas espigas produjeron treinta semillas, otras sesenta, y otras cien.»

9 Luego Jesús dijo: «¡Si en verdad tienen oídos, presten mucha atención!»

¿Por qué Jesús enseña con ejemplos?

10 Después, cuando ya se había ido casi toda la gente, los que se quedaron con Jesús y los docediscípulosle preguntaron qué significaba el ejemplo del campesino.

11 Jesús les respondió:

«A ustedes les he explicado los secretos delreino de Dios, pero a los demás les enseño solamente por medio de ejemplos.

12 Así, aunque miren, no verán, y aunque oigan, no entenderán, a menos que se arrepientan de suspecadosy pidan perdón a Dios.»

Jesús explica el ejemplo de las semillas

13 Jesús les dijo:

«Si no entienden el ejemplo de las semillas, ¿cómo van a entender los otros ejemplos y comparaciones?

14 »El campesino representa al que anuncia lasbuenas noticias.

15 Las semillas que cayeron en el camino representan a los que escuchan las buenas noticias, pero luego vieneSatanásy hace que olviden todo lo que oyeron.

16 »Las semillas que cayeron entre piedras representan a quienes oyen el mensaje delreino de Diosy rápidamente lo aceptan con gran alegría.

17 Pero como no lo entienden muy bien, la alegría les dura muy poco. Tan pronto como tienen problemas, o son maltratados por ser obedientes a Dios, se olvidan del mensaje.

18 »Hay otros que son como las semillas que cayeron entre los espinos. Oyen el mensaje,

19 pero no dejan que el mensaje cambie su vida. Solo piensan en las cosas que necesitan, en cómo ganar dinero, y en cómo disfrutar de esta vida.

20 »Finalmente, las semillas que cayeron en buena tierra representan a los que escuchan el mensaje y lo aceptan. Esas personas cambian su vida y hacen lo bueno. Son como las semillas que produjeron espigas con treinta, sesenta y hasta cien semillas.»

El ejemplo de la luz

21 Después de esto, Jesús les dijo:

«¿Se enciende una lámpara para ponerla debajo de un cajón, o debajo de la cama? ¡Claro que no! Se enciende y se pone en un lugar alto, para que alumbre bien.

22 Porque todo lo que esté escondido se descubrirá, y todo lo que se mantenga en secreto llegará a saberse.

23 »Si en verdad tienen oídos, ¡úsenlos!»

24 También les dijo:

«¡Presten mucha atención! Dios les dará a ustedes la misma cantidad que ustedes den a los demás, y mucho más todavía.

25 Porque al que tenga algo, se le dará más; pero al que no tenga nada, se le quitará aun lo poquito que tenga.»

La comparación de la semilla que crece

26 Jesús también les puso esta otra comparación:

«Con elreino de Diospasa algo parecido a lo que sucede cuando un hombre siembra una semilla en la tierra.

27 No importa si ese hombre está dormido o despierto, o si es de noche o de día; la semilla siempre nace y crece sin que el campesino entienda cómo.

28 La tierra produce primero el tallo, después la espiga, y finalmente las semillas.

29 Y cuando llega el tiempo de la cosecha, el campesino recoge las semillas.»

La semilla de mostaza

30 Jesús también dijo:

«¿Con qué puede compararse elreino de Dios? ¿A qué se parece?

31 Es como la semilla de mostaza que el campesino siembra en la tierra. A pesar de que es la más pequeña de todas las semillas del mundo,

32 cuando crece llega a ser la más grande de las plantas del huerto. ¡Tiene ramas bien grandes, y hasta los pájaros pueden hacer nidos bajo su sombra!»

Las comparaciones que usaba Jesús

33 Jesús enseñó el mensaje delreino de Diospor medio de muchas comparaciones, de acuerdo con lo que la gente podía entender.

34 Hablaba solamente por medio de comparaciones y ejemplos, pero cuando estaba a solas con susdiscípulosles explicaba todo con claridad.

La gran tormenta

35 Ese mismo día, cuando llegó la noche, Jesús les dijo a susdiscípulos: «Vamos al otro lado del lago.»

36 Entonces dejaron a la gente y atravesaron el lago en una barca. Algunos fueron también en otras barcas.

37 De pronto se desató una tormenta. El viento soplaba tan fuerte que las olas se metían en la barca, y esta empezó a llenarse de agua.

38 Entre tanto, Jesús se había quedado dormido en la parte de atrás de la barca, recostado sobre una almohada. Los discípulos lo despertaron y le gritaron:

—Maestro, ¿no te importa que nos estemos hundiendo?

39 Jesús se levantó y ordenó al viento y al mar que se calmaran. Enseguida el viento se calmó, y todo quedó completamente tranquilo.

40 Entonces Jesús dijo a sus discípulos:

—¿Por qué estaban tan asustados? ¿Todavía no confían en mí?

41 Pero ellos estaban muy asombrados, y se decían unos a otros: «¿Quién es este hombre, que hasta el viento y el mar lo obedecen?»