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Ezequiel 19

Lamento por los jefes de Israel

1 »Pero tú, dedica a los jefes de Israel este lamento:

2 “Israel era como una leona:

vivía entre los leones

y cuidaba de sus cachorros.

3 Uno de ellos fue Joacaz,

y ella lo vio crecer

hasta convertirse en un león;

y el que antes fue cachorro

aprendió a devorar gente.

4 ”Las naciones oyeron hablar de él,

le pusieron una trampa y lo atraparon;

le pusieron un gancho en la nariz,

y se lo llevaron a Egipto.

5 ”Israel perdió toda esperanza

de volver a ver a su cachorro;

crió entonces a Joaquín,

otro de sus cachorros,

hasta convertirlo en león.

6 Y este león andaba entre leones,

muy seguro de sí mismo,

y aprendió a devorar gente.

7 Hacía destrozos en los palacios

y dejaba en ruinas las ciudades;

con sus feroces rugidos

hacía temblar a todo el mundo.

8 ”Las naciones vecinas se juntaron

con la intención de apresarlo;

le tendieron una trampa,

y Joaquín cayó en ella.

9 Le pusieron un gancho en la nariz,

y se lo llevaron al rey de Babilonia.

Lo encerraron en una jaula,

y no volvieron a oírse sus rugidos

en las montañas de Israel.

Lamento por Jerusalén

10 ”Israelitas,

nuestra nación parecía una vid

en medio de un viñedo;

estaba plantada junto al agua,

y era tanta el agua que tenía

que estaba llena de uvas y ramas.

11 Era la más alta de las vides;

podía verse por encima

de otros árboles.

Sus ramas eran tan fuertes

que con ellas se hacían

los cetros para los reyes.

¡Tanto se extendían sus ramas

que todo mundo podía verla!

12 ”Pero el viento del este la marchitó,

y todas sus uvas se cayeron.

Ella misma fue arrancada con furia

y arrojada por el suelo.

Sus fuertes ramas se secaron,

y el fuego acabó con ellas.

13 Ahora está sembrada en el desierto,

y no recibe gota de agua.

14 De sus ramas brota fuego,

y ese fuego consume sus frutos.

¡Ya no tiene ramas fuertes

para hacer cetros de reyes!

”Este es un lamento, y se usará como canto de luto”».

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Ezequiel 20

Historia de un pueblo infiel

1 Habían pasado siete años desde que habíamos sido llevados presos a Babilonia. El día diez del mes de Ab de ese año, algunos de los jefes de Israel vinieron a verme para consultar a Dios. En cuanto se sentaron delante de mí,

2 Dios me dijo:

3-4 «Ezequiel, hombre mortal, habla con los jefes de Israel y dales de mi parte el siguiente mensaje: “Ustedes vienen a consultarme, para que les diga lo que deben hacer. Pero les juro que no les diré nada. Yo soy el Dios de Israel, y cumpliré mi palabra”.

»Lo mejor será que tú te encargues de juzgarlos y les hagas ver lo mal que se portaron susantepasados.

5 Diles de mi parte lo que voy a contarte:

»El día que yo elegí a Israel, le juré seriamente que yo sería el Dios de susdescendientes. Luego me di a conocer a ellos en Egipto, y les repetí mi juramento. Les dije que yo soy su Dios.

6 Ese mismo día les prometí sacarlos de Egipto y llevarlos al país que yo mismo había buscado para ellos, ¡una tierra muy bella y fértil, donde siempre hay abundancia de alimentos!

7 A todos ellos les ordené que tiraran losídolosodiosos que tanto querían, y que no tuvieran nada que ver con los malolientes ídolos egipcios, porque el Dios de Israel soy yo.

8 »Pero ellos fueron rebeldes y no me obedecieron. Ninguno de ellos tiró sus odiosos ídolos, ni renunció a los malolientes ídolos egipcios.

»Yo estaba tan enojado que, para desahogarme, quise castigarlos allí en Egipto.

9 Si no lo hice, fue por respeto a mí mismo y para que no hablaran mal de mí los pueblos entre los cuales vivían los israelitas. Y es que yo me di a conocer a los israelitas, y los saqué de Egipto, en presencia de esos pueblos.

10 »Fue entonces cuando los llevé al desierto.

11 Allí les di todos mismandamientos, que dan vida a quienes los obedecen.

12 También les dije que el díasábadome pertenece, y que en ese día debíanadorarme. Así reconocerían que yo soy su Dios.

13 Pero ellos se rebelaron contra mí allá en el desierto; no obedecieron mis mandamientos, que dan vida a quienes los obedecen, ni me adoraron el día sábado.

»Yo estaba tan enojado que, para desahogarme, quise acabar con ellos en el desierto.

14 Si no lo hice, fue por respeto a mí mismo, y para que no hablaran mal de mí los pueblos que me vieron sacarlos de Egipto.

15 También allí, en el desierto, les juré seriamente que no los llevaría a la tierra que les había dado, esa tierra bella y fértil, donde siempre hay abundancia de alimentos.

16 Pero ellos, en vez de obedecer mis mandamientos, los rechazaron; en vez de adorarme el día sábado, siguieron adorando a sus ídolos malolientes.

17 »A pesar de todo, yo les tuve compasión y no los destruí en el desierto;

18 pero a sus hijos les advertí que no siguieran el mal ejemplo de sus padres, ni tuvieran nada que ver con sus ídolos malolientes.

19 »Yo soy el Dios de Israel. Por eso les pedí que obedecieran todos mis mandamientos,

20 y que me adoraran el día sábado, como señal de que me reconocían como su Dios.

21 Sin embargo, ellos fueron rebeldes. No obedecieron mis mandamientos, que dan vida a quienes los obedecen, ni me adoraron el día sábado.

»Yo estaba tan enojado que, para desahogarme, allí en el desierto quise acabar con ellos.

22 Si no lo hice, fue por respeto a mí mismo, y para que no hablaran mal de mí los pueblos que me vieron sacarlos de Egipto.

23 También allí, en el desierto, les juré seriamente que los dispersaría por todas las naciones del mundo,

24 porque ellos no obedecieron mis mandamientos ni me adoraron el día sábado, sino que siguieron adorando a los ídolos malolientes que adoraron sus antepasados.

25 »Llegué al extremo de dejarlos seguir leyes que no eran buenas y mandamientos que no les daban vida.

26 Dejé que presentaran a sus hijos mayores comoofrendaa sus ídolos. Lo hice para luego rechazarlos y ver si así se llenaban de horror y reconocían que yo soy su Dios.

27 »Por todo esto, habla con los israelitas y diles de mi parte lo siguiente: “También los antepasados de ustedes me ofendieron con su infidelidad.

28 Cuando yo les entregué la tierra que había prometido darles, ellos hicieron pequeños templos en lo alto de los cerros y bajo la sombra de los árboles, y allí presentaron toda clase de ofrendas a los dioses falsos.

29 Yo les pregunté: ¿Por qué adoran ídolos en esos pequeños templos en lo alto de los cerros?

30 »Por eso, dales de mi parte el siguiente mensaje a los israelitas:

“Ustedes siguen el mal ejemplo de sus antepasados. Ya no puedo recibir sus cultos con agrado, pues ustedes se han relacionado con esos ídolos odiosos.

31 Ustedes siguen presentando a sus hijos como ofrendas quemadas en honor de sus ídolos malolientes. ¿Y todavía esperan que yo les dé mensajes cuando vienen a consultarme? Pues les juro que no les daré ninguna respuesta. Yo soy el Dios de Israel.

32 ”Ustedes quieren ser como las demás naciones de la tierra, que adoran a ídolos hechos de palo y de piedra,

33-34 pero yo les juro que eso nunca sucederá. Yo soy el Dios de Israel.

”Ustedes, israelitas van a conocer mi enojo y mi gran poder. Yo los reuniré de entre los pueblos y naciones donde ahora están dispersos, y seré su rey.

35-36 Así como en el desierto de Egipto castigué a sus antepasados, así también los castigaré a ustedes. Los llevaré al desierto, lejos de todos los pueblos, y yo mismo los castigaré. Yo soy el Dios de Israel, y cumpliré mi palabra.

37 ”Así como los pastores apartan sus ovejas de las que no son suyas, yo elegiré uno por uno a los que formarán mi pueblo. Haré unpactocon ustedes,

38 y los sacaré del país donde ahora viven como extranjeros. Pero pondré aparte a los rebeldes que no me obedezcan, y ellos no volverán a la tierra de Israel. Entonces ustedes reconocerán que yo soy el Dios de Israel.

39 ”¡Israelitas! Yo soy su Dios. Si no quieren obedecerme, ¡entonces sigan adorando a sus ídolos malolientes! Pero llegará el día en que tendrán que obedecerme y no dejaré que me falten al respeto presentando esas ofrendas a sus ídolos.

40-42 Delante de todas las naciones les mostraré que soy diferente. Yo los sacaré de entre todos los pueblos y naciones donde ahora andan dispersos. Los reuniré de nuevo en Israel, tierra que juré dar a sus antepasados, y me adorarán en mi montañasanta, que es la montaña más alta de Israel. Allí recibiré todas las ofrendas que ustedes quieran presentarme, y ustedes serán para mí tan agradables como el aroma delincienso. Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel, y que yo cumplo mi palabra.

43-44 ”Israelitas, ustedes han sido malvados y corruptos, pero no los castigaré como se merecen. Voy a tratarlos bien solo por honor a mí mismo. Y cuando ustedes se acuerden de su mala conducta y de todas las malas acciones por las que los rechacé, sentirán asco de ustedes mismos. Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel, y que cumplo mi palabra”».

Un mensaje contra el bosque del sur

45 45 (21.1)Dios también me dijo:

46-47 46-47 (21.2-3)«Ezequiel, dirige la mirada hacia el sur, y dale a Jerusalén este mensaje de mi parte:

“Jerusalén, voy a prenderte fuego. Destruiré a todos tus habitantes, y no dejaré a ninguno con vida. El fuego se extenderá de sur a norte, y acabará con todos a su paso. ¡Nadie podrá apagar ese incendio!

48 48 (21.4)Todo el mundo se dará cuenta entonces de que el fuego que Dios enciende, nadie puede apagarlo”».

49 49 (21.5)Yo me quejé con Dios y le dije: «¡Ay, Dios mío! ¡La gente dice que yo solo hablo por hablar!»

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Ezequiel 21

Dios castiga a Jerusalén

1 1 (6)Dios también me dijo:

2-4 2-4 (7-9)«Ezequiel, hombre mortal, vuelve la mirada hacia Jerusalén y diles a los israelitas que yo me he declarado enemigo de ellos y del templo. Tomaré la espada y, desde el norte hasta el sur, mataré por igual a justos y apecadores.

5 5 (10)Todo el mundo se dará cuenta entonces de que, cuando yo saco la espada, algo terrible va a suceder.

6 6 (11)»Pero tú, ve y llora amargamente delante de todos ellos. Déjales ver tu dolor.

7 7 (12)Y si te preguntan por qué lloras, diles que te da tristeza saber que pronto pasará algo que dejará a todos sin aliento, sin fuerzas y temblando de miedo. Esto sucederá en cualquier momento. Ya no tarda. Les juro que así será».

8 8 (13)Dios también me dijo:

9 9 (14)«Anuncia de mi parte lo siguiente:

“¡La espada, la espada!

Ya le he sacado filo y brillo.

10 10 (15)Le saqué filo para matar;

le saqué brillo para deslumbrar.

11 11 (16)Está afilada y pulida,

lista para que sea puesta

en manos del asesino.

12 12 (17)¡Llora de dolor, hombre mortal!

¡Golpéate con rabia el pecho,

porque esta espada matará a mi pueblo!

Todos los jefes de Israel

y todos los israelitas

están condenados a muerte.

13 13 (18)Les juro que así será”.

14-15 14-15 (19-20)»Pero tú, Ezequiel, da este mensaje de mi parte:

“¡Que hiera la espada!

¡Que mate y vuelva a matar!

¡Que todos tiemblen de miedo!

¡Los tengo acorralados!

”Por todas partes he puesto

la espada asesina.

Pulida está, para deslumbrar;

afilada está, para matar.

16 16 (21)Se mueve de un lado a otro;

¡su filo hiere por todas partes!

17 17 (22)”Dejaré que la espada mate

hasta que se calme mi enojo.

¡Les juro que así será!”»

18 18 (23)Dios también me dijo:

19-20 19-20 (24-25)«Tú, Ezequiel, dibuja dos caminos, para que el rey de Babilonia pase por ellos con su espada. Los dos caminos saldrán del mismo país. Allí donde comience cada camino pondrás señales que indiquen a dónde llevan. Una de las señales apuntará hacia Rabá, la ciudad de los amonitas, y la otra apuntará hacia Jerusalén, la ciudad amurallada de Judá.

21 21 (26)»El rey de Babilonia se detendrá allí donde se aparten los dos caminos, y se preguntará qué camino seguir. Usará toda forma de adivinación con la esperanza de saber qué ciudad atacar.

22 22 (27)Y la respuesta será: “Marcha contra Jerusalén”. El rey dará la orden: “¡Al ataque! ¡Preparen las máquinas y derriben los portones! ¡Hagan rampas para subir a la muralla! ¡Pongan escaleras para entrar en la ciudad! ¡Lancen gritos de guerra! ¡Que empiece la matanza!”

23 23 (28)»La gente de Jerusalén no va a creer en tus palabras, pues confían en el tratado que hicieron con el rey de Babilonia. Sin embargo, este rey les recordará sus pecados y se los llevará prisioneros.

24 24 (29)Por eso yo, el Dios de Israel, afirmo:

“No me he olvidado de sus maldades;

sus crímenes todo el mundo los conoce.

Todo lo que ustedes hacen

demuestra que son unos pecadores.

Por eso serán capturados con violencia.

25-26 25-26 (30-31)”Y tú, rey de Israel,

eres un criminal malvado.

Pero te ha llegado la hora;

¡llegó el día de tu castigo!

¡Quítate de la cabeza el turbante!

¡Entrega ya tu corona,

que todo va a cambiar!

Lo que hoy está arriba,

mañana estará abajo;

lo que hoy está abajo,

mañana estará arriba.

Les juro que así será”.

27 27 (32)»Voy a destruir esta ciudad, y la dejaré convertida en un montón de escombros. Todo esto pasará cuando llegue el rey de Babilonia. A él le he encargado ejecutar la sentencia.

Dios castigará también a los amonitas

28 28 (33)»Los amonitas han ofendido a mi pueblo. Pero tú, Ezequiel, les dirás de mi parte:

“¡Ya está lista la espada!

Pulida está, para deslumbrar;

Afilada está, para destruir.

29 29 (34)¡Ustedes reciben mensajes falsos!

¡Sus adivinos les dicen mentiras!

Ustedes son unos criminales malvados,

pero les ha llegado la hora.

¡Llegó el día de su castigo,

y les cortarán la cabeza!

Dios castigará a Babilonia

30 30 (35)”Y tú, Babilonia,

guarda ya la espada en la funda,

que ahora voy a juzgarte

en tu propio país.

31 31 (36)Descargaré mi enojo sobre ti

y te destruiré por completo,

como si el fuego te consumiera.

Dejaré que caigas en manos

de gente cruel y sin piedad,

que fue entrenada para destruir.

32 32 (37)Les prenderán fuego a tus ciudades

y las destruirán por completo;

por todo el país correrá sangre,

y nadie volverá a recordarte.

Te juro que así será”».

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Ezequiel 22

Los delitos de Jerusalén

1 Dios también me dijo:

2 «Ezequiel, hombre mortal, declara culpable a esa ciudad asesina. ¡Échale en cara todas sus repugnantes maldades!

3-5 Dile de mi parte lo siguiente:

“¡Te llegó la hora, ciudad de Jerusalén! ¡Pronto serás castigada! Has matado a tus habitantes, y te has rebajado aladorara esosídolosmalolientes que tú misma has fabricado. Por eso voy a dejar que todos los pueblos y naciones se burlen de ti. Te has ganado la fama de ser una ciudad corrupta y llena de ídolos.

6 Tus gobernantes abusan de su poder y asesinan a cuantos pueden.

7 Tus habitantes no respetan ni a su padre ni a su madre, oprimen a las viudas y a los huérfanos, y maltratan a los extranjerosrefugiados.

8 Para colmo, no me adoran ensábadoni respetan los lugaressagrados.

9 ”Hay quienes son culpables de la muerte de otros por haberlos acusado falsamente. Hay también quienes hacen fiestas en honor de los ídolos, y allí cometen las peores maldades.

10 No faltan los que tienen relaciones sexuales con la esposa de su padre, ni los que abusan sexualmente de la mujer cuando está en su período de menstruación.

11 Otros tienen relaciones sexuales con la mujer de su prójimo, o tienen relaciones sexuales con su nuera, o violan a su medio hermana.

12 Hay también quienes matan por dinero, y quienes cobran altos intereses a los que les piden dinero prestado. ¡Por maltratar así a su prójimo, se han olvidado de mí! Les juro que así es.

13 ”Tú, Jerusalén, te has hecho rica injustamente; tus asesinatos me ponen furioso.

14 Cuando decida castigarte, no tendrás ánimo ni fuerzas para enfrentarte conmigo. Yo soy tu Dios, y lo que digo lo cumplo.

15 Te dispersaré por todo el mundo, y así telimpiaréde tuspecados.

16 Por tu culpa, todas las naciones hablarán mal de mí, pero al final reconocerás que yo soy el Dios de Israel”».

El castigo de Jerusalén

17 Dios también me dijo:

18 «Para mí, los israelitas son como la basura que queda en el horno después de fundir diferentes metales.

19 Por eso quiero dejar esto bien claro con ellos: Puesto que son como basura en el horno, voy a juntarlos dentro de Jerusalén

20-22 como se juntan dentro del horno los metales. Estoy tan enojado con ellos que los juntaré, y atizaré el fuego de mi enojo, y los fundiré en medio de la ciudad como si fueran metal. Así, cuando haya descargado mi enojo sobre ellos, reconocerán que yo soy el Dios de Israel».

Israel no tiene quien la defienda

23 Dios también me dijo:

24 «Dale de mi parte el siguiente mensaje a Israel:

“Eres como una tierra sucia y castigada por falta de lluvia.

25 Tusprofetasse ponen de acuerdo para quitarle a la gente sus objetos de valor, y para dejar viudas a muchas mujeres. ¡Devoran a la gente como leones feroces, que despedazan a su presa!

26 Tussacerdotesno respetan mi ley ni nada de lo que para mí essagrado. No distinguen entre lo que es mío y lo que es de ellos, ni entre lo que me gusta y lo que me disgusta. Me desobedecen al noadorarmeensábado, que es mi día especial.

27 Tus gobernantes siempre están dispuestos a matar y eliminar gente, con tal de hacerse ricos. ¡Parecen lobos que despedazan a su presa!

28 Tus profetas creen que pueden engañarme. Aseguran hablar de parte mía y repetir mis propias palabras, pero eso es mentira. Lo único cierto es que yo nunca les he hablado.

29 Los ricos son injustos; roban y asaltan a los pobres, maltratan a los necesitados y se aprovechan de los extranjerosrefugiados”.

30 »Yo he buscado entre ellos a alguien que los defienda; alguien que se ponga entre ellos y yo, y que los proteja como una muralla; alguien que me ruegue por ellos para que no los destruya. Pero no he encontrado a nadie.

31 Por eso voy a descargar sobre ellos mi enojo; voy a consumirlos por completo con el fuego de mi ira. ¡Me las pagarán por todo el mal que han hecho! Les juro que así será».

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Ezequiel 23

Historia de dos prostitutas

1 Dios también me dijo:

2-8 «Ezequiel, voy a contarte la historia de dos hermanas. La mayor se llamaba Oholá, y representa a la ciudad de Samaria. La menor se llamaba Oholibá, y representa a la ciudad de Jerusalén. Desde que eran jóvenes se portaron como prostitutas, y eso es lo que son: Mientras vivían en Egipto, se dejaban tocar los pechos, y acabaron teniendo relaciones sexuales con muchos hombres.

»A pesar de todo esto, yo me casé con ellas, y tuvimos hijos e hijas.

La historia de Oholá

»Como esposa, Oholá me fue infiel. Se enamoró locamente de sus amantes asirios, que eran jóvenes muy bien parecidos. Vestían elegantes uniformes y sabían montar a caballo; en su país los reconocían como jefes. Eran los mejores hombres de su país. Y Oholá no solo tuvo amoríos con ellos, sino que ademásadoróa todos susídolosmalolientes.

9 »Tan enamorada estaba Oholá de sus amantes asirios, que dejé que ellos hicieran con ella lo que quisieran.

10 Así que ellos la maltrataron y le quitaron sus hijos y sus hijas, y a ella la mataron. Todas las mujeres hablaban del castigo que Oholá sufrió.

La historia de Oholibá

11-15 »Oholibá se dio cuenta de lo que pasó con Oholá, pero no aprendió la lección. Al contrario, se enamoró locamente de los asirios, que eran jóvenes muy bien parecidos y vestían elegantes uniformes, además de saber montar a caballo y ser jefes de su nación.

»Oholibá resultó peor que su hermana. En cierta ocasión, vio dibujados en las paredes a unos babilonios. Estaban pintados de rojo y, a juzgar por su modo de vestir, parecían ser oficiales de alto rango.

16 En cuanto los vio Oholibá, se enamoró de ellos. Enseguida mandó mensajeros a Babilonia

17 y los hizo venir a donde ella estaba. Cuando llegaron, tuvieron relaciones sexuales con ella. Esto se repitió tantas veces, que finalmente ella quedó asqueada y se apartó de ellos.

18-21 »Pero también yo sentí asco de ella, como antes lo había sentido de su hermana. Ella, por su parte, se acordó de los días de su juventud en Egipto. Se acordó de cuando dejaba que los egipcios le tocaran los pechos, y de cuando tenía relaciones sexuales con ellos. Oholibá amaba a los egipcios con locura porque, en su trato sexual, se portaban como animales.

»Tú, Oholibá, sentiste nostalgia al acordarte de esos días, y te entregaste de lleno a la prostitución.

22 Pero yo soy tu Dios, y te advierto que haré que tus amantes se vuelvan tus enemigos. Ahora te dan asco, pero vendrán contra ti de todas partes.

23 Vendrán los babilonios, los caldeos, los de Pecod, Soa y Coa. Vendrán también los asirios, esos jóvenes bien parecidos y elegantemente uniformados, que saben montar a caballo y son jefes de su nación.

24 Todos ellos vendrán contra ti. Llegarán bien armados y con grandes ejércitos, te rodearán por completo, y te castigarán de acuerdo con sus leyes.

25-29 »Yo descargaré todo mi enojo sobre ti, y ellos te maltratarán con gran crueldad: te arrancarán tus vestidos y te quitarán tus joyas; también te quitarán tus hijos y tus hijas, y a los que logren escapar los consumirá el fuego; a ti te cortarán la nariz y las orejas, y a quien quede vivo lo matarán. Solo así les pondré freno a tus deseos sexuales y a la vida de prostituta que llevaste en Egipto. Así no andarás buscando a los egipcios, ni volverás a acordarte de ellos.

»Yo soy tu Dios, y te aseguro que voy a entregarte en manos de esa gente que odias y que te da asco. Entonces todo el mundo se dará cuenta de la clase de mujerzuela que eres.

»Tu desobediencia

30 es la causa de todo lo que te ha pasado. Tuviste relaciones sexuales con esa gente yadorastea susídolosmalolientes;

31 además, seguiste el mal ejemplo de tu hermana. Por eso, te castigaré igual que a ella.

32-34 »Yo, el Dios de Israel, te juro que sufrirás el mismo castigo que sufrió tu hermana. Sufrirás burlas y desprecios, grandes sufrimientos y una terrible soledad. Así castigué a tu hermana Samaria, y así también te castigaré a ti. Después de eso, tú misma te desgarrarás los pechos. Yo, el Dios de Israel, he dado mi palabra y la cumpliré.

35 »Como te olvidaste de mí y me diste la espalda, tendrás que sufrir las consecuencias de tu desvergüenza como prostituta. Te juro que así lo haré».

Ezequiel acusa a las dos hermanas

36 Dios también me dijo:

«Tú, Ezequiel, encárgate de anunciarles a Oholá y a Oholibá que son culpables. ¡Recuérdales a Samaria y a Jerusalén sus repugnantes acciones!

37-39 Ellas me fueron infieles, puesadorarona susídolosmalolientes. Además, son unas asesinas, pues presentaron a nuestros hijos comoofrendaa esos ídolos. Por si fuera poco, iban lossábadosal templo no para adorarme, sino para ofenderme. ¡Todo eso lo hicieron en mi propio templo!

40 »Luego mandaron traer a gente de tierras lejanas, y mientras tanto se bañaron, se pintaron los ojos y se adornaron con joyas. Cuando ellos llegaron, ellas los recibieron

41 recostadas en lujosas camas. La mesa estaba ya servida, frente a ellas, y allí pusieron elinciensoy el perfume que antes me ofrecían a mí.

42 »El griterío que se escuchaba era el de una multitud en fiesta. Era la gente que había llegado del desierto, y que estaba adornando a esas mujeres con pulseras y con bellas diademas.

43 Entonces pensé: “Estos van a acostarse con esas prostitutas. ¡Pero tan acabadas están, que ni para prostitutas sirven!”

44 Y así sucedió. Una y otra vez tuvieron relaciones sexuales con Oholá y con Oholibá, ese par de mujerzuelas.

45 Pero un día los hombres justos las acusarán y declararán culpables, porque son unasadúlterasy asesinas.

46 »Yo, el Dios de Israel, ordeno que se reúna todo el pueblo para acusarlas, y que les haga sentir miedo y les quite todo lo que tengan.

47-48 Que las mate a pedradas y las atraviese con espadas. Que mate a sus hijos y a sus hijas, y que les prenda fuego a sus casas. Así terminaré de una vez por todas con esa conducta repugnante. Y cuando las demás mujeres vean el castigo que les daré a Oholá y a Oholibá, no seguirán su mal ejemplo.

49 Esas dos hermanas sufrirán el castigo que merecen, por entregarse a la prostitución y por adorar a los ídolos. Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel».

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Ezequiel 24

El ejemplo de la olla hirviendo

1 Habían pasado nueve años desde que llegamos presos a Babilonia. Era el día diez del mes de Tébet cuando Dios me dijo:

2-6 «Ezequiel, toma nota de esta fecha, porque hoy mismo el rey de Babilonia ha empezado su ataque contra Jerusalén. Quiero que vayas a ver a los israelitas, y que delante de ellos hagas lo siguiente: Pon una olla en el fuego, y llénala de agua para cocinar carne. Echa en ella lo mejor de la pierna, del lomo y de los huesos. Échale leña al fuego, para que se cueza bien todo. Cuando termines, dales este mensaje de mi parte:

“¡Ay de ti, ciudad asesina!

Eres como una olla oxidada,

que no se puede limpiar.

Saca ahora los trozos de carne,

no importa el orden en que salgan.

7 ¡Estás toda manchada de sangre!

A la gente que mataste

la estrellaste contra las rocas;

¡no dejaste que esa sangre

la absorbiera la tierra!

8 Pero yo dejaré que la sangre

se seque sobre la roca desnuda.

Así podré verla siempre,

y no se calmará mi enojo

hasta que haya hecho justicia.

9-10 Les juro que así será.

”¡Ay de ti, ciudad asesina!

Yo mismo traeré la leña.

Y tú, Ezequiel, ¡atiza el fuego!

Que se cueza bien la carne,

hasta que el caldo se consuma

y los huesos se quemen por completo.

11 Pon sobre el fuego la olla vacía,

para que el cobre se caliente.

Así se pondrá al rojo vivo,

y el óxido se le quitará.

12 ¡Aunque es tanto el óxido que tiene

que ni con fuego se le quitará!

13 ”Tú, Jerusalén, eres como una olla oxidada. Tienes tan pegado tupecado, que aunque quiselimpiarteno quedaste limpia. Solo quedarás limpia después de que te haya castigado.

14 De eso me encargaré yo mismo. No voy a cambiar de parecer. Voy a castigarte sin piedad ni compasión, por todo lo que has hecho. Te juro que lo haré; ya he dado mi palabra, y la cumpliré”».

Muerte de la esposa de Ezequiel

15 Dios también me dijo:

16-17 «Ezequiel, tú quieres mucho a tu esposa, pero yo te la voy a quitar de repente. Y no quiero que llores, ni que des muestras de dolor como hace todo el mundo cuando alguien muere. Vas a tener que sufrir en silencio».

18 Por la mañana hablé con la gente, y por la tarde mi esposa murió. Al día siguiente me comporté como Dios me ordenó que lo hiciera.

19 La gente me decía:

—Con esto que haces, tú nos quieres decir algo. ¿De qué se trata?

20 Y yo les contestaba:

—Se trata de un mensaje que Dios me dio.

21 Me ordenó decirles de su parte lo siguiente:

“Israelitas, ustedes se sienten muy orgullosos de mi templo. Pero aunque lo quieren y lo admiran, yo voy a destruirlo. Y voy a dejar que maten a los hijos y a las hijas de ustedes que se quedaron en Jerusalén.

22-24 ”Cuando eso pase, ustedes no deberán llorar ni dar muestras de dolor como lo hace todo el mundo cuando alguien se muere. Al contrario, harán lo mismo que Ezequiel. Y por causa de suspecados, quedarán sin fuerzas y apenas les quedarán fuerzas para llorar. Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel.

25-26 ”Ezequiel, yo les quitaré el templo del que están orgullosos, y al que tanto quieren y admiran; y también les arrebataré a sus hijos y a sus hijas. Cuando eso suceda, uno de los que queden con vida vendrá a darte la noticia. Entonces tú

27 romperás tu silencio y hablarás con quien te traiga la noticia. Tú mismo serás la señal para el pueblo, y así reconocerán que yo soy el Dios de Israel”.

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Ezequiel 25

Mensajes contra las naciones

Contra Amón

1-3 Dios también me dijo:

«Ezequiel, enfréntate a los amonitas y diles de mi parte que pongan mucha atención a este mensaje contra ellos:

“Ustedes se alegraron cuando vieron que mi templo y la tierra de Israel eran destruidos. Ustedes se burlaron de mi pueblo cuando vieron que se lo llevaban prisionero a otro país.

4 Por eso, voy a dejar que los pueblos del este los conquisten a ustedes y se adueñen de su tierra. Ellos vendrán y pondrán sus campamentos en el país de ustedes, y allí se quedarán a vivir. Todo lo que produzcan los campos y los rebaños de ustedes les servirá de alimento a ellos.

5 Y aunque Rabá es la ciudad más importante de ustedes, yo la convertiré en pastizal para los camellos. ¡Amonitas, yo convertiré su país en un campo de ovejas! Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel.

6 ”Ustedes los amonitas se han burlado de Israel. Han festejado su desgracia. Yo sé que así fue,

7 y por eso voy a castigarlos. Voy a dejar que las naciones se apoderen de todo lo que ustedes tienen. De tal manera los destruiré, que ustedes desaparecerán de entre los pueblos. Así reconocerán que yo soy el Dios de Israel”.

Contra Moab

8 »Yo, el Dios de Israel, afirmo:

“Ustedes los moabitas menosprecian a Judá. Piensan que es igual que las otras naciones.

9-11 Por eso voy a dejar que los pueblos del este se adueñen de su país. Harán con ustedes lo mismo que hicieron con los amonitas: de un extremo al otro les quitarán las mejores ciudades. Les quitarán Bet-jesimot, Baal-megón y Quiriataim, que son su motivo de orgullo. Así es como voy a castigarlos, y nunca nadie volverá a acordarse de ustedes. Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel”.

Contra Edom

12 »Yo, el Dios de Israel, afirmo:

“Edom se vengó cruelmente del pueblo de Judá. Resulta grandemente culpable,

13 y por eso lo voy a castigar. Desde Temán hasta Dedán, todo el país quedará en ruinas. Voy a destruir a todos sus animales, y su gente morirá atravesada por la espada.

14 Mi pueblo Israel se encargará de ejecutar mi castigo contra Edom. Por medio de él descargaré sobre Edom todo mi enojo. Así sabrán cómo soy cuando tomo venganza. Les juro que así lo haré”.

Contra los filisteos

15 »Yo, el Dios de Israel, afirmo:

“Desde hace mucho tiempo, los filisteos han sido enemigos de mi pueblo Judá. Para vengarse de él, lo destruyeron con gran crueldad.

16 Por eso declaro que los voy a castigar. En mi enojo los destruiré, y acabaré con todos los que aún quedan en los pueblos de la costa.

17 Es tanto mi enojo que los castigaré duramente. ¡Mi venganza contra ellos será terrible! Cuando lo haga, reconocerán que yo soy el Dios de Israel”».

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Ezequiel 26

Contra Tiro

1-2 Habían pasado once años desde que llegamos presos a Babilonia, y el día primero del mes de Adar, Dios me dijo:

«Ezequiel, hombre mortal, la ciudad de Tiro se burla de Jerusalén y dice:

“¡La gran ciudad,

centro del comercio mundial,

ha quedado en ruinas!

¡Ahora me toca a mí

hacerme rica como ella!”

3 »Por eso yo, el Dios de Israel, afirmo:

“Ciudad de Tiro, yo me pondré en contra tuya. Haré que se levanten contra ti muchas naciones, como se levantan las olas en el mar.

4 Esas naciones derribarán tus murallas y echarán abajo tus torres; de la ciudad no quedarán más que piedras.

5-6 Te saquearán por completo. Tus playas no servirán más que para poner las redes a secar, y en tus ciudades en tierra firme la gente morirá atravesada por la espada. Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel. Les juro que así será.

7 ”Ciudad de Tiro, voy a traer del norte al rey Nabucodonosor, para que te ataque. Nabucodonosor es rey de Babilonia; es el rey más poderoso que existe. Vendrá con un ejército grande y poderoso,

8 y matará a la gente de tus ciudades en tierra firme. Para conquistarte, lanzará sus ejércitos contra ti. Construirá rampas y hará escaleras,

9 y traerá máquinas para derribar la muralla y las torres de la ciudad.

10 ”El rey de Babilonia entrará por los portones de tu ciudad, como todo un conquistador. Sus caballos levantarán tanto polvo que ni respirar podrás, y harán tanto ruido al andar que las murallas se sacudirán.

11 ¡Tus calles quedarán totalmente pisoteadas!

”Nabucodonosor matará a todo tu pueblo, y derribará tus gruesas columnas.

12 Sus soldados se adueñarán de todas tus riquezas y mercancías, derribarán tus murallas y tus hermosos palacios, y luego echarán al mar todos los escombros.

13 Así es como pondré fin a tus fiestas y celebraciones.

14 Ciudad de Tiro, vas a quedar completamente desierta, como una roca donde se ponen las redes a secar, y nadie volverá a edificarte. Yo, el Dios de Israel, he dado mi palabra y la cumpliré.

15 ”Además, ciudad de Tiro, quiero decirte que será tan fuerte el ruido de tu caída, y tan agudos los gritos de dolor de quienes queden con vida, que los países cercanos al mar temblarán de miedo.

16 Todos sus reyes bajarán de sus tronos, se quitarán sus ropas reales, y llenos de miedo se sentarán en el suelo. Cuando vean lo que va a pasar contigo, se espantarán tanto que no dejarán de temblar.

17 Entonces te dedicarán este canto fúnebre:

“Ciudad de Tiro, antes tan conocida,

tan poderosa en el mar

y tan temida por todos,

¡cómo has quedado destruida!

18 Tu caída hace que tiemblen

los países a la orilla del mar;

los que viven en las islas

están llenos de miedo.

19 ”Pon atención a lo que te digo. Ciudad de Tiro, quedarás hecha un basurero. Serás como una ciudad fantasma, donde nadie vivirá. Yo haré que te hundas en las profundidades del mar.

20 Te hundirás en lo más profundo de la tierra. Allí, en ese mundo de ruinas, te harán compañía los que murieron hace tiempo.

”Jamás volverás a ser reconstruida. Nadie volverá a vivir en ti.

21 Cuando la gente te busque, no volverá a encontrarte. Yo te convertiré en un lugar espantoso, y así dejarás de existir. Te juro que así será”».

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Ezequiel 27

Lamento por la ciudad de Tiro

1 Dios también me dijo:

2 «Dedica este lamento a la ciudad de Tiro por su destrucción. Dale este mensaje de parte del Dios de Israel:

3 “Tú, ciudad de Tiro,

te creías bella y perfecta;

te aprovechaste de estar junto al mar

para comerciar con muchos países.

4 Ciertamente, dominabas los mares.

Tenías la belleza

de un barco bien construido.

5 Tu casco lo hicieron

con pinos del monte Senir;

tu palo mayor fue labrado

en cedro del monte Líbano.

6 Tus remos eran de roble,

fina madera del monte de Basán.

Las tablas de tu cubierta

eran de ciprés traído de Chipre.

Todas ellas estaban adornadas

con incrustaciones de marfil.

7 Tus velas te servían de bandera,

y eran de fino bordado egipcio.

Tus toldos, de tela roja y morada,

los trajeron de las costas de Elisá.

8 ”Contabas con una tripulación experta.

Tenías los mejores capitanes y marinos:

gente de Tiro, Arvad y Sidón.

9 Tus daños los reparaban

expertos carpinteros de Guebal.

Marineros de todas partes

hacían negocios en tus puertos.

10 Tu ejército estaba formado

por gente de Persia, Lidia y Libia;

cuando te adornaban con sus armas,

hacían que te vieras muy hermosa.

11 ”Soldados de Arvad y de Gamad

defendían tus murallas

con la ayuda de tu ejército.

Todo el tiempo vigilaban tus torres,

y cuando colgaban sus escudos

a lo largo de tus murallas,

hacían que te vieras más hermosa.

12 ”Tú, ciudad de Tiro, eras tan rica que la gente de Tarsis venía para hacer negocios contigo. Tu mercancía la pagaban con plata, plomo, hierro y estaño.

13 También los comerciantes de Grecia, Tubal y Mésec compraban tus mercancías, y te pagaban con esclavos y con utensilios de bronce.

14 La gente de Bet-togarmá te pagaba con finos caballos para montar, y con caballos y mulas para el trabajo.

15 También hacías negocios con los comerciantes de Dedán y de otros puertos lejanos, los cuales te pagaban con marfil y con madera de ébano.

16-18 ”Tus mercancías eran tan variadas, y tu riqueza tan grande, que hasta los sirios comerciaban contigo, y te pagaban con piedras preciosas y telas muy finas. También Israel y Judá te compraban mercancías, y te pagaban con su mejor trigo, y con pasteles, miel, aceite de oliva y especias aromáticas. Damasco te pagaba con vino de Helbón y con lana de Sahar.

19 Los comerciantes de Dan y los griegos te traían de Uzal hierro forjado y especias aromáticas.

20 ”La gente de Dedán te pagaba con sillas de montar.

21 Los de Arabia y todos los príncipes de Quedar te pagaban con corderos, chivos y carneros.

22 Tus clientes de Sabá y Raamá te pagaban con finos perfumes, y con oro y piedras preciosas.

23 Entre tus clientes estaban también los comerciantes de Harán, Cané, Edén, Sabá, Asiria y Media;

24 ellos te vendían telas finas, mantos bordados de color púrpura, tapices de muchos colores y fuertes cuerdas trenzadas.

25 ¡Las naves de Tarsis transportaban tus mercancías!

”Tú, ciudad de Tiro,

parecías un barco en alta mar

cuando va cargado de riquezas.

26 Pero tus marinos te llevaron

por los mares más profundos,

y allí te hizo pedazos

el fuerte viento del este.

27 ¡Al fondo del mar se fueron

tus mercancías y tus productos!

El día que te hundiste,

se fueron al fondo del mar

todas tus riquezas,

tus marineros y tus capitanes,

tus carpinteros y tus comerciantes,

tus soldados y tus pasajeros.

28 ”Tus capitanes pedían ayuda,

y temblaba la gente de las costas;

29 los marineros se lanzaron al agua,

y bajaron a tierra junto con los capitanes.

30-31 Sus gritos eran desesperados;

amargamente lloraban por ti,

se pusieron ropa de luto,

y de muchas otras maneras

mostraron su dolor.

32 Entonaron por ti un lamento,

y exclamaron con gran tristeza:

‘¡Ay, ciudad incomparable,

ahora estás en el fondo del mar!’

33 ”Cuando bajaban de los barcos

las mercancías que vendías,

las naciones quedaban satisfechas;

con tus riquezas y abundantes productos

se enriquecían los reyes del mundo.

34 Pero te hundiste en el océano;

ya descansas en el fondo del mar.

¡Y contigo se hundieron también

tus mercancías y tus pasajeros!

35 ”Esto que te ha sucedido

hace que tiemble de miedo

la gente que vive en las costas.

Sus reyes están espantados;

en la cara se les nota el terror.

36 Los comerciantes de otras naciones

te lanzan silbidos de burla.

¡Eres motivo de espanto

porque has dejado de existir!”»

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Ezequiel 28

Mensaje contra el rey de Tiro

1 Dios también me dijo:

2 «Tú, Ezequiel, dile de mi parte al rey de Tiro:

“Eres demasiado orgulloso.

Hasta crees que eres un dios

porque reinas en medio del mar.

Pero no te creas tansabio,

porque no eres más que un hombre.

3 No eres más sabio que elprofetaDaniel,

ni conoces todos los secretos,

4 pero ciertamente eres muy listo:

has logrado amontonar oro y plata,

y te has hecho muy rico.

5 Sabes cómo hacer negocios.

Por eso te has hecho rico

y te has llenado de orgullo.

6-8 ”Como te sientes muy sabio,

y hasta te crees un dios,

voy a lanzar contra ti

gente cruel de otros países.

Esa gente te atacará

y te hará la guerra.

Acabará con tu belleza,

con tu sabiduría y tu grandeza.

Con violencia te quitará la vida,

y morirás en el fondo del mar.

Te juro que así lo haré.

9 ”Cuando te enfrentes a ellos,

dejarás de creerte un dios.

Cuando te quiten la vida,

te verás como un simple hombre.

10 Gente extraña te quitará la vida,

y morirás como mueren

los que no me conocen.

Yo soy el Dios de Israel,

y cumpliré mi palabra”.»

Lamento por el rey de Tiro

11 Dios también me dijo:

12 «Ezequiel, entona un canto fúnebre por el rey de Tiro. Dile de mi parte lo siguiente:

“Tú, rey de Tiro,

eras perfecto en todo;

tusabiduríay tu belleza

no tenían comparación.

13 Vivías en el jardín de Edén,

y te adornabas con piedras preciosas.

Tus joyas y tus aretes

estaban hechos de oro,

y desde el día de tu nacimiento

estuvieron a tu disposición.

14 Unángelte protegía,

mientras pisabas piedras de fuego

en el monte elegido por Dios.

15 ”Desde el día en que naciste

te habías portado bien,

pero un día mostraste tu maldad.

16 En los muchos negocios que hacías,

llegaste a ser muy violento.

Por eso te arrojé de mi montaña.

¡El ángel que te protegía

te alejó de las piedras de fuego!

17 ”Era tan singular tu belleza

que te volviste muy orgulloso.

¡Tu orgullo y tu hermosura

te hicieron perder la cabeza!

Por eso te arrojé al suelo

y en presencia de los reyes

te hice quedar en ridículo.

18-19 ¡Fueron tantos tuspecados,

y tan sucios tus negocios

que ni tus templos respetaste!

”Por eso hice que de tu interior

brotara un fuego que te quemara.

Las naciones que te conocían,

y que antes te admiraban,

hoy se quedan impresionadas

al verte por el suelo,

convertido ya en cenizas.

¡Eres motivo de espanto

porque has dejado de existir!”»

Mensaje contra la ciudad de Sidón

20 Dios también me dijo:

21-22 «Ezequiel, enfréntate a la ciudad de Sidón y dile de mi parte lo siguiente:

“Yo me pondré en contra tuya.

Cuando te dé tu merecido,

la gente reconocerá mi grandeza.

Sabrá que soy el Dios de Israel,

y que soy diferente a otros dioses.

23 ”Voy a enviarplagascontra ti;

haré que tus enemigos

te ataquen por todos lados.

Correrá la sangre por tus calles,

y la gente morirá por la espada.

Así reconocerán que yo soy Dios.

24 ”No volverán los israelitas

a sufrir el desprecio de sus vecinos,

que tanto les hiere y hace daño.

Así reconocerán que yo soy Dios”.

25 »Por eso yo, el Dios de Israel, afirmo:

“Ahora los israelitas viven prisioneros entre las naciones, pero yo volveré a reunirlos y los llevaré de nuevo a su tierra. Yo prometí dársela a Jacob, suantepasado, pues él siempre estuvo a mi servicio.

26 Allí podrán vivir seguros. Volverán a construir casas y a plantar viñedos.

”Ahora sus vecinos los desprecian, pero yo les daré el castigo que se merecen. Entonces los israelitas y las demás naciones se darán cuenta de que yo soy diferente, y me reconocerán como el Dios de Israel”».