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Josué 23

Josué se despide de su pueblo

1 Hacía mucho tiempo que Dios les había dado paz a los israelitas. Para entonces, Josué ya era viejo,

2 y mandó llamar a todos loslíderesisraelitas. Y les dijo:

«Yo ya estoy muy viejo.

3 Ustedes han visto todo lo que nuestro Dios ha hecho en favor de ustedes con estas naciones. Dios mismo ha luchado por ustedes.

4 Les he dado a sustribustodo el territorio que va desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo. Esto es, la tierra de las naciones que ya hemos conquistado, y también la de las naciones que todavía falta conquistar.

5 Nuestro Dios nos prometió: “Yo haré retroceder a sus enemigos. A medida que ustedes avancen, echaré a sus enemigos y ustedes se apoderarán de esas tierras”. Y cumplirá su promesa: echará a las naciones que todavía están en la tierra.

6 Pero obedezcan fielmente todo lo que está escrito en el libro de laLeyde Moisés. No se olviden de nada.

7 »No se mezclen con la gente de aquí, que todavía vive entre ustedes. Noadorena sus dioses ni los obedezcan. No juren por esos dioses, y ni siquiera mencionen sus nombres.

8 Al contrario, sigan fieles a Dios, como hasta ahora,

9 porque a medida que ustedes avanzaban él expulsó a naciones grandes y poderosas. Nadie ha podido hacerles frente.

10 Uno solo de ustedes puede hacer huir a mil enemigos, porque tal como lo prometió, nuestro Dios pelea por ustedes.

11 »Pero solo a Dios deben amar, ¡solo él es nuestro Dios!

12 Manténganse fieles a él. No se mezclen con las naciones que todavía viven allí, ni se casen con su gente.

13 De lo contrario, Dios no expulsará a estas naciones de delante de ustedes, sino que serán como una red o una trampa que los hará caer. Dios los usará como un látigo sobre las espaldas de ustedes, y como espinas en sus ojos. Y esto seguirá así, hasta que no quede ninguno de ustedes en esta tierra buena que nuestro Dios nos ha dado.

14 »Pronto moriré, como todo el mundo. Ustedes saben en su corazón que nuestro Dios no ha dejado de cumplir nada de todo lo bueno que nos prometió. Todo lo que prometió se ha hecho realidad.

15-16 Pero así como ha cumplido con todo lo bueno que les prometió, también cumplirá en castigarlos si lo desobedecen. Dios hizo un trato con ustedes, y espera que lo cumplan. Si ustedes no le son fieles, sino que adoran a otros dioses, él se enojará y los castigará hasta que no quede uno solo de ustedes en esta buena tierra que nuestro Dios nos ha dado».

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Eclesiastés 2

1 Entonces decidí ver qué de bueno ofrecen los placeres, ¡pero tampoco a esto le encontré sentido!

2 Y concluí que las diversiones son una locura, y que los placeres no sirven para nada.

3 Hice luego la prueba de beber mucho vino y de cometer las más grandes tonterías. Quería ver qué de bueno le encuentra la gente a sus pocos años de vida en este mundo. Pero hice esto sabiendo lo que hacía. Nunca perdí el control de la situación.

4 Todo lo hice en grande: construí mis propias casas, planté mis propios viñedos,

5 cultivé mis propios jardines, y en mis huertos planté toda clase de árboles frutales.

6 También mandé construir represas de agua para regar los árboles que allí crecían.

7 Llegué a tener muchos esclavos y esclavas, y también tuve más vacas y ovejas que todos los que reinaron en Jerusalén antes que yo.

8 Llegué a tener montones de oro y plata, y me quedé con las riquezas de otros reyes y de otras naciones. Tuve a mi servicio hombres y mujeres que cantaban para mí, y gocé de todos los placeres humanos, pues tuve muchas mujeres.

9 Entre los que reinaron en Jerusalén antes que yo, nunca nadie fue tan importante ni tansabio.

10 Hice todo lo que quise, todo lo que se me ocurrió. Disfruté plenamente de todos mis trabajos, pues bien ganado me lo tenía.

11 Luego me puse a pensar en todo lo que había hecho, y en todo el trabajo que me había costado hacerlo, y me di cuenta de que nada de esto tenía sentido; todo había sido como querer atrapar el viento. ¡En esta vida nadie saca ningún provecho!

Nada nos llevamos de este mundo

12 Como yo era el nuevo rey, y no podía hacer más de lo que ya estaba hecho, me puse a pensar en lo que significa sersabioy ser tonto.

13 Entonces me di cuenta de que ser sabio es como andar en la luz, y que ser tonto es como andar a oscuras,

14 pues el sabio sabe lo que hace, pero el tonto no sabe nada de nada.

Pero también me di cuenta de que todos tenemos un mismo final,

15 así que me puse a pensar: «¿Qué gano yo con ser tan sabio, si al fin de cuentas moriré igual que los tontos? ¡Esto no tiene ningún sentido!»

16 Como los sabios mueren igual que los tontos, y como todo se olvida con el tiempo, después nadie vuelve a acordarse ni de unos ni de otros.

17 Como nada en este mundo me causaba alegría, terminé por aborrecer la vida. Lo cierto es que nada tiene sentido; ¡todo es como querer atrapar el viento!

18 También terminé por aborrecer el haber trabajado tanto en esta vida, pues el fruto de todo mi trabajo tendría que dejárselo a quien reinara después de mí,

19 sin importar que ese nuevo rey fuera sabio o tonto. ¡Realmente no tiene sentido que alguien venga y se quede con todo lo que tanto trabajo nos ha costado llegar a tener!

20 Una vez más me desanimó el haber trabajado tanto en esta vida.

21 Resulta que algunos ponemos a trabajar nuestrasabiduría, nuestros conocimientos y experiencia, ¡tan solo para dejarle todos nuestros bienes a quien nunca hizo nada para ganárselos! ¡Eso está muy mal, y no tiene ningún sentido!

22 Después de tantos trabajos, esfuerzos y preocupaciones, ¿qué nos llevamos de este mundo? ¡Nada!

23 Nuestra vida está llena de dolor y sufrimiento; ni de noche logramos descansar. ¡Eso no tiene sentido!

24 Lo mejor que podemos hacer es comer y beber, y disfrutar de nuestro trabajo. He podido darme cuenta de que eso es un regalo de Dios,

25 pues si no fuera por él, ¿quién podría comer y estar alegre?

26 Cuando Dios quiere a alguien, le da sabiduría y conocimientos, y lo hace estar alegre; en cambio, al que desobedece lo hace trabajar y amontonar mucho dinero, para luego dárselo todo a quien él quiere. ¡Pero eso tampoco tiene sentido! ¡Es como querer atrapar el viento!

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Eclesiastés 3

Hay un tiempo para todo

1 En esta vida todo tiene su momento; hay un tiempo para todo:

2 Hoy nacemos,

mañana morimos;

hoy plantamos,

mañana cosechamos;

3 hoy herimos,

mañana curamos;

hoy destruimos,

mañana edificamos;

4 hoy lloramos,

mañana reímos;

hoy guardamos luto,

mañana bailamos de gusto;

5 hoy esparcimos piedras,

mañana las recogemos;

hoy nos abrazamos,

mañana nos despedimos;

6 hoy todo lo ganamos,

mañana todo lo perdemos;

hoy todo lo guardamos,

mañana todo lo tiramos;

7 hoy rompemos,

mañana cosemos;

hoy callamos,

mañana hablamos;

8 hoy amamos,

mañana odiamos;

hoy tenemos guerra,

mañana tenemos paz.

Los regalos de Dios

9-10 Me he fijado en la carga tan pesada que Dios ha echado sobre nosotros. ¡Pero nada nos queda después de tanto trabajar!

11 Cuando Dios creó este mundo, todo lo hizo hermoso. Además, nos dio la capacidad de entender que hay un pasado, un presente y un futuro. Sin embargo, no podemos comprender todo lo que Dios ha hecho.

12-13 Mientras tengamos vida, hagamos lo bueno y pasémosla bien. El comer y el beber, y el disfrutar del fruto de tanto trabajo, es algo que Dios nos permite. Eso lo sé muy bien,

14 como sé también que todo lo que Dios ha hecho permanecerá para siempre; a su creación no hay nada que agregarle ni nada que quitarle; Dios lo hizo todo así para que reconozcamos su poder.

15 Todo lo que ahora existe, ya existía mucho antes; y todo lo que habrá de existir, existe ya. Dios hace que todo vuelva a repetirse.

Todo vuelve al polvo

16 En esta vida he visto también las injusticias que cometen los jueces, de quienes esperamos que hagan justicia.

17 Pero como todo en este mundo tiene «su hoy y su mañana», me consuela pensar que un día, Dios juzgará al justo y al malvado.

18 También me consuela pensar que Dios nos pone a prueba, para que nosotros mismos nos demos cuenta de que no somos diferentes de los animales, ni superiores a ellos;

19 nuestro destino es el mismo: tanto ellos como nosotros necesitamos del aire para vivir, y morimos por igual. En realidad, nada tiene sentido.

20 Todos vamos al mismo lugar, pues «todo salió del polvo, y al polvo todo volverá».

21 Lo cierto es que nadie sabe si el espíritu del hombre sube a las alturas, ni tampoco si el espíritu de los animales baja al fondo de la tierra.

22 Lo que sí he visto es que, cuando morimos, nadie nos trae de vuelta para ver lo que pasará después. Por eso, disfrutemos de nuestro trabajo, ya que trabajar es nuestro destino.

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Isaías 11

Un reinado de paz y justicia

1 »Si de un tronco viejo sale un retoño,

también de la familia de David

saldrá un nuevo rey.

2 El espíritu de Dios estará sobre él

y le darásabiduría,

inteligencia y prudencia.

Será un rey poderoso,

y conocerá y obedecerá a Dios.

3 »No juzgará por las apariencias,

ni se guiará por los rumores,

pues su alegría será obedecer a Dios.

4 Defenderá a los pobres

y hará justicia a los indefensos.

Castigará a los violentos,

y hará morir a los malvados.

Su palabra se convertirá en ley.

5 Siempre hará triunfar la justicia y la verdad.

6 »Cuando llegue ese día,

el lobo y el cordero se llevarán bien,

el tigre y el cabrito descansarán juntos,

el ternero y el león crecerán uno junto al otro

y se dejarán guiar por un niño pequeño.

7 La vaca y la osa serán amigas,

sus crías descansarán juntas,

y el león y el buey comerán pasto juntos.

8 El niño jugará con la serpiente

y meterá la mano en su nido.

9 En la Jerusalén de aquel día

no habrá nadie que haga daño,

porque todos conocerán a Dios,

y ese conocimiento llenará todo el país,

así como el agua llena el mar.

10 »Cuando llegue ese día,

subirá al trono undescendientede David,

y juntará a todas las naciones.

Su país alcanzará la fama y el poder.

11 »Entonces, Dios hará que vuelva

todo su pueblo dispersado

en los países de:

Asiria,

Egipto,

Patros,

Etiopía,

Elam,

Sinar,

Hamat,

y las islas del mar.

12 »Reunirá a las naciones

y a losrefugiados

de Israel y de Judá,

que fueron esparcidos por todo el mundo.

13 »Ya no habrá celos entre Israel y Judá,

ni tampoco serán enemigos.

14 Juntos atacarán a los filisteos

que viven en la costa del Mediterráneo.

Juntos atacarán a los edomitas,

moabitas y amonitas,

que viven al otro lado del río Jordán.

15 Dios secará el Mar de los Juncos.

Enviará un viento caluroso

sobre el río Éufrates,

y lo dividirá en siete arroyos

para que lo puedan cruzar a pie.

16 Así como hubo un camino para Israel

cuando salió de Egipto,

habrá un camino de regreso

para los que hayan quedado en Asiria.»

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Isaías 48

Dios cumple su palabra

1 Isaías dijo:

«Escuchen esto, israelitas,

descendientesde Jacob;

escuchen esto, ustedes,

los que pertenecen a latribude Judá:

Ustedes juran y oran

en el nombre del Dios de Israel,

pero no lo hacen como es debido.

2 Ustedes están muy orgullosos

de vivir en lasantaciudad de Jerusalén,

y de ser protegidos por el Dios de Israel,

cuyo nombre es Dios todopoderoso».

3 Sin embargo, Dios declara:

«Yo di a conocer los hechos del pasado

antes de que sucedieran;

y tal como lo había anunciado

estos hechos se cumplieron.

4 Como yo sabía que ustedes

tienen la cabeza más dura

que el hierro y el bronce,

5 les anuncié todo esto

desde mucho antes;

así no podrían decir

que eso lo hizo un falso dios.

6 Si ustedes se fijan bien,

reconocerán que todo esto es cierto.

Dios anuncia cosas nuevas

»Ahora les voy a anunciar

cosas nuevas y ocultas,

que ustedes no conocían.

7 Hoy voy a crear algo nuevo,

algo que antes no existía.

Ustedes, hasta hoy,

no habían oído hablar de ellas:

así que no podrán decir

que ya las sabían.

8 Ustedes no habían oído

ni conocido nada de esto,

porque yo bien sabía

que ustedes son infieles

y que siempre han sido rebeldes.

9 »Yo he tenido paciencia con ustedes.

Por respeto a mí mismo,

controlé mis deseos de destruirlos.

10 Yo loslimpiéde su maldad

por medio del sufrimiento,

y no lo hice por dinero.

11 Lo hice por respeto a mí mismo

y para salvar mi honor.

Porque mi nombre

debe ser siempre respetado.

Yo nunca permitiré

queadorena otros dioses,

porque solo a mí deben adorar».

Dios salvará a su pueblo

12 Dios dijo:

«Pueblo de Israel, yo te he llamado.

Yo soy el único Dios,

el primero y el último.

13 Con mi poder hice el cielo y la tierra:

con solo pronunciar sus nombres,

comenzaron a existir.

14 Por lo tanto, israelitas,

reúnanse ahora todos ustedes,

y escúchenme:

»Yo elegí a Ciro, el rey de Persia,

y él hará con Babilonia

todo lo que he decidido.

Nadie antes anunció

todo esto de antemano.

15 Fui yo quien lo dijo;

fui yo quien hizo venir a Ciro,

y quien siempre le dará la victoria.

16 »Acérquense a mí y escuchen:

todo esto lo pensé de antemano

y nunca lo guardé en secreto.

Ahora yo, el único Dios,

he enviado a Ciro

y le he dado mi poder».

Dios guía a su pueblo

17 Dios, elSalvadorysantode Israel, continuó diciendo:

«Israel, yo soy tu Dios,

que te enseña lo bueno

y te dice lo que debes hacer.

18 ¡Ojalá me hubieras hecho caso!

Entonces habrías sido muy feliz

19 y ahora tusdescendientes

serían tan numerosos

como las arenas del mar.

Yo nunca los habría destruido

ni los habría apartado de mi vista».

Dios da la libertad a su pueblo

20 Isaías les dijo a los israelitas:

«¡Salgan ya de Babilonia,

huyan de ese país!

¡Anuncien su liberación

con gritos de alegría!

Griten por todas partes:

“¡Dios ha puesto en libertad

a Israel, su fiel servidor!”

21 »Dios hizo que ustedes pasaran

por lugares desiertos,

pero no sufrieron de sed,

porque él partió la roca

y brotó agua en abundancia.

22 En cambio, a los malvados

nunca les va bien».

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Jeremías 41

Muerte de Guedalías

1 Ismael era hijo de Netanías y nieto de Elisamá. Había servido como oficial del rey de Judá, pues pertenecía a la familia del rey. En el mes de Etanim, Ismael fue a Mispá y se presentó ante el gobernador Guedalías. Iba acompañado de diez soldados. Guedalías invitó a comer a Ismael y a sus acompañantes. Allí en Mispá,

2 mientras comían, Ismael y sus hombres se levantaron y mataron a Guedalías.

3 Ismael mató también a todos los judíos y soldados babilonios que estaban allí.

4 Al día siguiente, nadie se había enterado todavía del asesinato de Guedalías.

5 Entonces llegaron ochenta hombres de Siquem, Siló y Samaria. Iban al templo para presentarofrendasy quemarinciensoen honor de Dios. Iban sin barba, con la ropa rota y con el cuerpo lleno de heridas que ellos mismos se habían hecho.

6 Como Ismael todavía estaba en Mispá, salió a su encuentro. Mientras avanzaba, fingía estar tan triste como ellos. Cuando estuvo cerca, les dijo:

—¡Vengan a saludar al gobernador Guedalías!

7-9 Pero antes de que llegaran al centro de la ciudad, Ismael y sus hombres comenzaron a matarlos, y los iban arrojando en un pozo seco. Ese pozo había sido construido por el rey Asá de Judá, para defenderse de los ataques del rey Baasá de Israel. En ese mismo pozo habían arrojado el cadáver de Guedalías. El pozo ya se estaba llenando de cadáveres, cuando diez de los ochenta hombres le rogaron a Ismael:

—¡No nos mates! ¡En el campo tenemos escondido mucho trigo, cebada, aceite y miel!

Ismael los dejó con vida,

10 pero se llevó prisioneras a las hijas del rey, y también a la gente que se había quedado en Mispá, y que Nebuzaradán había puesto bajo el cuidado de Guedalías. Con toda esa gente prisionera, Ismael se dirigió a la región de los amonitas.

11-12 Cuando se supo lo que había hecho Ismael, salieron a perseguirlo Johanán hijo de Caréah y todos los jefes militares que estaban con él. Lo alcanzaron cerca del gran pozo de agua que está en Gabaón.

13 Todos los prisioneros que llevaba Ismael se pusieron muy alegres cuando vieron a Johanán y a todos los jefes militares,

14 y enseguida se dieron vuelta y se fueron con Johanán.

15 Pero Ismael y ocho de sus hombres lograron escapar y huyeron hacia la región de los amonitas.

El pueblo quiere escaparse a Egipto

16 Johanán y los jefes militares que lo acompañaban rescataron a los que Ismael se había llevado desde Mispá, luego de haber asesinado a Guedalías. Entre ellos había mujeres, niños, soldados y oficiales del rey.

17 Luego comenzaron el largo viaje de regreso, y descansaron en Guerut-quimam, un lugar de descanso que está junto a Belén. De allí pensaban seguir hasta Egipto,

18 para escaparse de los babilonios. Tenían mucho miedo de ellos porque Ismael había matado al gobernador Guedalías.

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Amós 9

Dios juzgará a su pueblo

1 Después de eso vi a Dios. Estaba de pie, junto al altar, y me dijo:

«Golpea la parte alta

de las columnas del templo,

para que el templo se derrumbe

y caiga sobre la gente.

¡Nadie escapará con vida!

Pero si alguno logra escapar,

morirá en el campo de batalla.

2 »No importa que se escondan

en lo más profundo de la tierra:

de allí los voy a sacar;

no importa que se escondan

en lo más alto del cielo:

de allí los voy a bajar.

3 Tal vez se escondan

en lo más alto del monte Carmelo,

pero yo mismo iré a buscarlos

y de allí los voy a sacar.

Tal vez se escondan de mi vista

en lo más profundo del mar,

pero yo mandaré una serpiente

para que los muerda.

4 Y si acaso sus enemigos

los llevan presos a otro país,

aun allí daré la orden:

“¡Que los maten a filo de espada!”

Voy a estar pendiente de ellos,

pero no para hacerles bien

sino para hacerles mal.»

El gran poder de Dios

5 Y yo les digo:

¡Nuestro Dios es todopoderoso!

Toca la tierra,

y esta se desmorona;

la hace subir y bajar

como al agua del río Nilo,

haciendo llorar a sus habitantes.

6 Dios hizo su casa en el cielo,

pero puso las bases en la tierra.

Dios llama a las aguas del océano,

y las derrama sobre la tierra.

¡Nuestro Dios es todopoderoso!

Israel será castigado

7 Nuestro Dios ha dicho:

«Para mí, ustedes los israelitas

no son diferentes a otros pueblos:

a ustedes los saqué de Egipto,

a los filisteos los saqué de Creta,

y a los arameos los saqué de Quir.

8 Yo he visto que ustedes

también son un pueblopecador;

¡por eso los borraré del mapa!

Pero salvaré a losdescendientesde Jacob.

Yo soy el Dios de Israel,

y les juro que así lo haré.

9 »Pueblo de Israel,

ahora mismo daré la orden

de que ustedes sean sacudidos,

como se sacude el trigo

para limpiarlo de basura,

sin dejar caer un solo grano.

10 Todos ustedes piensan

que nada malo les pasará,

pero al final sus pecados

les causarán la muerte.

Dios reconstruirá a Israel

11 »Cuando llegue ese día,

haré que losdescendientesde David,

vuelvan a reinar sobre Israel.

Volverán a ser fuertes como antes.

12 Así, lo que quede de Edom

y de las otras naciones

volverá a ser de Israel,

el pueblo que alaba mi nombre.

Yo soy el Dios de Israel,

y les juro que así será.

13 »Ya está cerca el día

en que tendrán abundantes cosechas.

No habrán terminado de cosechar el trigo

cuando tendrán que volver a sembrar;

no habrán acabado de preparar el vino

cuando tendrán que plantar más viñas.

»¡En los cerros y en las colinas

correrá el vino como un río!

14 »Pueblo de Israel,

cuando llegue ese día,

los haré volver a su país.

Entonces reconstruirán sus ciudades

y volverán a habitarlas;

plantarán viñedos y beberán su vino,

sembrarán huertos y comerán sus frutos.

15 Yo mismo los plantaré en su tierra,

y nadie volverá a arrancarlos

de la tierra que les di.

Yo soy su Dios,

y les juro que así lo haré.»

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Abdías 1

Mensaje de Dios contra Edom

1-2 Dios le comunicó alprofetaAbdías lo que pensaba hacer con el país de Edom. Le dijo:

«Yo soy el Dios de Israel,

y ya envié un mensajero

por todas las naciones.

Escuchen bien su mensaje:

“¡Tomen sus armas, naciones todas!

¡Vamos a la guerra contra Edom!”

»Y tú, Edom, escúchame bien:

Yo voy a hacer de ti

la más pequeña de las naciones.

¡Todo el mundo te despreciará!

3 »Tú te crees muy importante

porque vives entre las rocas;

piensas que estás muy seguro

por vivir en las altas montañas;

crees que nadie podrá derribarte,

¡pero estás muy equivocado!

4 »Yo soy el Dios todopoderoso,

y juro que te derribaré

aunque vueles como las águilas

y pongas tu nido entre las estrellas.

5 »Cuando un ladrón te asalta de noche,

no te quita todo lo que tienes,

sino lo que tengas de más valor;

y cuando los que cosechan uvas

entran a tus viñedos,

no se llevan todos los racimos.

6 ¡Pero a ti te han quitado todo!

¡Se han llevado todos tus tesoros!

7 Los que estaban de tu parte

y decían que eran tus amigos

te pusieron trampas y te engañaron;

los que compartían tu mesa

se volvieron tus enemigos,

te echaron de tu propia tierra

¡y tú ni cuenta te diste!

8 »Pero escúchame, Edom:

yo soy el Dios todopoderoso,

y te juro que viene el día

en que no quedará en tus montañas

ni uno solo de tussabios.

¡Yo acabaré con todos ellos!

9 En la ciudad de Temán

tus valientes temblarán de miedo,

y en las montañas de Edom

todos morirán en la batalla.

El pecado de Edom

10 »Tú, Edom, quedarás en vergüenza

y serás destruido por completo

por haber tratado con violencia

a tus parientes, los israelitas.

11 Cuando un ejército enemigo

atacó la ciudad de Jerusalén

y derribó sus portones,

tú te portaste igual que ellos;

viste cómo se repartían

las riquezas de la ciudad,

¡y no hiciste nada para impedirlo!

12 »No debiste haberte alegrado

cuando tus hermanos sufrían;

no debiste haberte reído

cuando Judá estaba en ruinas;

no debiste burlarte de ellos

cuando estaban angustiados;

13 no debiste entrar en Jerusalén

ni alegrarte de su desgracia

cuando mi ciudad era destruida;

no debiste robarle sus riquezas

cuando ya no podía defenderse.

14 No debiste quedarte

donde se cruzan los caminos

para matar allí a los que huían,

ni debiste haberlos entregado

en manos de sus enemigos

cuando ya no sabían qué hacer.

15 »¡Pero ya está cerca el día

en que juzgaré a todas las naciones!

¡Ese día te daré tu merecido!

¡Ese día te voy a dar

el mismo trato que diste a otros!

Dios juzgará a todas las naciones

16 »Mi pueblo sufrió mucho

en el monte donde está mi templo;

¡pero así sufrirán también

todas las naciones extranjeras,

y al fin desaparecerán!

¡Será como si no hubieran existido!

17 »Pero algunos de mi pueblo

buscarán refugio en mi templo

y allí se pondrán a salvo,

pues Sión es mi monte preferido.

Allí losdescendientesde Jacob

recobrarán lo que les pertenece.

18 »Así como el fuego quema la estopa,

la gente de Edom será destruida

por las docetribusde Israel.

¡Nadie en Edom quedará con vida!

Yo soy el Dios de Israel,

y les juro que así será.

19 »Los israelitas del sur

recibirán las montañas de Edom;

los israelitas de la llanura

recibirán el territorio filisteo,

el territorio de Efraín

y el territorio de Samaria;

los de la tribu de Benjamín

recibirán el territorio de Galaad;

20 la gran multitud de israelitas

que fueron llevados a otros países

recibirá el territorio de los cananeos,

hasta la ciudad de Sarepta;

y los habitantes de Jerusalén

que fueron llevados a Sefarad,

recibirán las ciudades del sur.

21 Todos ellos vendrán a mi templo

como un pueblo victorioso;

gobernarán al orgulloso país de Edom,

¡y yo seré su rey!»

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Sabiduría 4

1 Vale más ser honrado

que tener muchos hijos.

A la persona honrada

todo el mundo la recuerda,

y Dios y la gente la aprecian.

2 La gente de buena conducta

es digna de ser imitada,

y cuando está ausente,

se le echa de menos.

La gente de buena conducta

siempre saldrá victoriosa,

pues sus triunfos son honestos.

Por eso, Dios les dará en el cielo

una corona que nadie les quitará.

3 Los hijos de los malvados

nacen como consecuencia

de relaciones sexuales prohibidas.

Aunque sean muchos,

no tendrán un final feliz;

parecen plantas sin buena tierra

y sin raíces profundas.

4 Aunque sus ramas

crezcan por un tiempo,

serán sacudidas por el viento

y arrancadas por los huracanes,

pues no tienen raíces profundas.

5 Sus ramas se quebrarán antes de tiempo,

y nadie comerá sus frutos

porque no madurarán.

6 Los hijos que nacen

de relaciones sexuales prohibidas,

son la prueba de la maldad de sus padres.

A su debido tiempo Dios los castigará.

La gente buena que muere pronto

7 La gente buena,

aunque muera muy joven,

gozará de mucha paz.

8 Los ancianos dignos de respeto

no son los que viven mucho tiempo.

Tampoco medimos su dignidad

por los años que viven.

9 Las canas son la prudencia;

y la vejez, una vida ejemplar.

10 Hubo una persona buena

que hizo lo que a Dios le agrada,

y Dios lo amó.

Como vivía entre gente mala,

Dios se lo llevó a vivir con él.

11 Se lo llevó para que el mal

no le dañara su mente,

y para que no se dejara engañar

por la mentira.

12 La maldad trata

de acabar con el bien;

los malos deseos

dañan la mente de los justos.

13 Algunos necesitan muchos años

para llegar a la madurez,

pero los que aman Dios

maduran en poco tiempo.

14 Como agradan a Dios,

él se los lleva para librarlos del mal.

La gente ve esto y no lo comprende,

15 porque no saben que Dios

ama, cuida y acompaña a sus elegidos.

El triunfo de los buenos

16 La muerte del bueno

condena a los malvados.

El joven bueno y sabio

que llega pronto a la madurez

condena la larga vida de los malvados.

17 Cuando la gente

ve morir a la persona sabia

no comprende

lo que Dios quería de ella.

Tampoco sabe por qué

Dios se la llevó a un lugar seguro.

18 Los malvados se burlan

cuando ven morir al sabio;

pero al final será Dios

quien se burle de ellos.

19 Cuando los malos mueren,

nadie los recuerda con respeto.

Dios los expulsará lejos de su presencia;

no los dejará decir ni una palabra.

Ellos nunca podrán abandonar

el mundo de los muertos.

Serán como una casa en ruinas,

sufrirán para siempre,

y de ellos nadie se acordará.

El castigo de los malvados

20 Al oír el llamado de Dios,

los malvados temblarán de miedo.

Cuando Dios los juzgue por sus pecados,

sus crímenes los condenarán.

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Sabiduría 16

El trato de Dios a su pueblo y a Egipto

Las codornices

1 Dios nuestro,

tú usaste a esos animales

y a gran cantidad de insectos

para darles a los egipcios

el castigo que se merecían.

2 En cambio a tu pueblo Israel,

en vez de castigarlo,

lo trataste con bondad.

Para calmar su hambre,

les diste a comer codornices,

aves que ellos no conocían.

3 Los egipcios,

aunque tenían hambre,

perdieron las ganas de comer,

por el asco que sentían

al ver esos horribles animales

que enviaste contra ellos.

Tu pueblo, en cambio,

después de sufrir hambre,

pudo darse el gusto de comer

la comida más deliciosa.

4 Los egipcios merecían sufrir mucha hambre

porque esclavizaron a tu pueblo;

así tu pueblo pudo ver

cómo hiciste sufrir a sus enemigos.

Las langostas y la serpiente de bronce

5 Dios nuestro,

tu pueblo sufrió

el ataque de fieras terribles.

Muchos murieron por la mordedura

de serpientes venenosas.

Sin embargo,

tu enojo duró muy poco.

6 Tú asustaste un poco a tu pueblo,

para que aprendiera la lección,

pero luego le diste una señal

para que se salvara

y recordara tus enseñanzas.

7 La señal era una serpiente de bronce,

y los que la miraron quedaron sanos.

Pero no se sanaron por mirar a la serpiente,

sino porque tú mismo los curabas,

pues eres el salvador de todos.

8 Así les mostraste a nuestros enemigos

que solo tú libras de todo mal.

9 Ellos murieron

picados por saltamontes y mosquitos,

y no hubo remedio que pudiera curarlos,

porque se merecían la muerte.

10 Tus hijos no fueron vencidos

por las serpientes venenosas,

porque tu bondad los protegió y los salvó.

11 Si eran mordidos, se sanaban enseguida,

para que se acordaran de tus palabras

y no se olvidaran de tus beneficios.

12 No los salvó una hierba

ni ningún otro remedio;

los salvó el poder de tu palabra.

13 Dios nuestro,

tú tienes poder sobre la vida y la muerte,

y puedes quitarla y devolverla.

14 Es verdad que hay hombres malvados

que pueden matar a otros;

pero ellos no tienen poder

para revivir a los muertos.

El maná

15 Nadie puede escapar de tu mano.

16 Los malvados,

que no quisieron reconocerte,

fueron golpeados por tu brazo poderoso.

Fueron perseguidos por terribles tormentas

y por un granizo destructor;

el fuego los carbonizó a todos.

17 El agua debió apagar el fuego,

pero más bien le dio fuerza.

¡La naturaleza peleó

a favor de los buenos!

18 A veces el fuego disminuía,

para no destruir a los animales

que enviaste contra los malos.

Eso les sirvió de lección a los malvados

para que se dieran cuenta

que la justicia de Dios los perseguía.

19 Otras veces,

aun en medio del agua

las llamas ardían con fuerza,

para destruir las cosechas

de aquella nación malvada.

20 En cambio, a tu pueblo

le enviaste desde el cielo

un pan listo para comer,

que a todos les encantó.

¡Fue un manjar digno de ángeles!

21 Por medio de ese alimento

les mostraste tu ternura,

pues al comerlo, cada uno sentía

el sabor de su comida preferida.

22-23 Aunque esa comida

parecía nieve o hielo,

no se derretía con el fuego.

Así, el fuego perdía su fuerza

para que los buenos pudieran comer.

Pero ese fuego, al mismo tiempo,

ardía en forma de rayos y relámpagos,

para que el furor de la tempestad

destruyera las cosechas de los enemigos.

24 Los elementos de la creación

se someten a ti,

pues tú eres su creador.

Estos mismos elementos

se enfurecen contra los malvados,

pero se calman para favorecer

a los que confían en ti.

25 Por eso la naturaleza

se transformó por completo

y se puso al servicio de tu bondad.

Así ayudó en todo a tu pueblo.

26 Dios nuestro,

tú permitiste que todo eso pasara

para que aprendieran tus amados hijos

que no son las cosechas sino tu palabra

la que alimenta a los que en ti confían.

27 El fuego no destruía al maná,

pero este se derretía al primer rayo del sol;

28 así tu pueblo aprendió

que debía levantarse antes del amanecer,

para darte gracias y encontrarse contigo.

29 Pero la esperanza del malagradecido

se derrite como la nieve

y se derrama como el agua.