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Salmos 101

Promesa del rey a Dios

(1a) Himno de David.

1-2 1-2 (1b-2)Dios mío,

tú eres justo y fiel;

por eso quiero cantarte himnos.

¿Cuándo vendrás a visitarme?

Quiero vivir una vida correcta

y demostrar en mi propio palacio

que no guardo malos pensamientos.

3 No quiero poner los ojos

en la maldad que me rodea.

No quiero nada con los desobedientes.

¡Odio todo lo que hacen!

4 Me alejaré de los malos pensamientos

y no participaré en nada malo.

5 Destruiré por completo

al que hable mal de su amigo;

no soportaré a mi lado

al que se crea más importante

y más inteligente que los demás.

6 Pero sí me juntaré

con la gente obediente de este país;

solo estará a mi servicio

quien lleve una vida correcta.

7 ¡Ningún mentiroso podrá vivir

bajo mi techo!

¡Ningún hipócrita podrá estar

en mi presencia!

8 ¡Arrojaré de la ciudad de Dios

a todos los malhechores!

¡No pasará un solo día

sin que yo destruya

a todos los malvados del país!

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Salmos 102

¡Dios mío, tus años no tienen fin!

(1) Oración de un afligido que se desahoga en la presencia de Dios.

1-2 1-2 (2-3)Dios mío,

escucha mi oración;

atiende a mis ruegos.

No tardes en responderme

cuando te llame;

no me des la espalda

cuando me encuentre angustiado.

3 3 (4)La vida es como el humo

y se me escapa.

Los huesos me arden de dolor;

parecen carbones encendidos.

4 4 (5)Me siento muy afligido;

hasta parezco hierba marchita.

¡Ni ganas de comer tengo,

y hasta los huesos se me ven!

5 5 (6)¡Es muy grande mi angustia!

6-7 6-7 (7-8)Estoy tan triste y solitario

como un buitre en el desierto,

como un búho entre las ruinas,

como un gorrión sobre el tejado.

¡Hasta he perdido el sueño!

8 8 (9)No pasa un solo día

sin que mis enemigos me ofendan;

¡hasta me echan maldiciones!

9 9 (10)Mi comida y mi bebida

son mi propio llanto.

10 10 (11)¡Te enojaste,

te llenaste de furia!

¡Me levantaste,

para derribarme después!

11 11 (12)Mi vida va pasando

como las sombras en la noche;

¡me estoy marchitando como la hierba!

12 12 (13)Pero tú, mi Dios,

eres el rey eterno

y vives para siempre.

13-14 13-14 (14-15)Un día te levantarás

y tendrás compasión de tu pueblo.

¡Ese día ha llegado!

¡Ya es tiempo de que lo perdones!

Nosotros estamos a tu servicio

y amamos a la ciudad de Jerusalén;

¡verla en ruinas y entre escombros

nos causa mucho dolor!

15 15 (16)Dios mío,

todas las naciones teadorarán;

todos los reyes de la tierra

reconocerán tu grandeza.

16 16 (17)Tú reconstruirás a Jerusalén

y así demostrarás tu poder.

17 17 (18)Prestarás toda tu atención

a los ruegos de los desamparados,

y no dejarás de atenderlos.

18 18 (19)Que esto quede por escrito

para los que aún no han nacido;

para que alabe a Dios

el pueblo que está por nacer.

19 19 (20)Mientras Dios miraba

desde su palacio celestial,

se fijó en la tierra;

20 20 (21)al escuchar los lamentos

de los presos condenados a muerte,

los puso en libertad.

21 21 (22)Por eso en Jerusalén

se alaba su nombre;

por eso en Jerusalén

se le cantan alabanzas.

22 22 (23)Todos los pueblos y reinos

se juntan para adorarlo.

23 23 (24)En el transcurso de mi vida,

Dios usó su poder para humillarme

y para acortar mi existencia.

24 24 (25)Entonces le rogué:

«Para ti, Dios mío,

los años no tienen fin;

¡no me lleves en plena juventud!

25 25 (26)En el principio

tú afirmaste la tierra;

tú mismo hiciste los cielos,

26 26 (27)pero se irán gastando,

como la ropa,

y un día, los destruirás.

Pero tú te mantendrás firme;

27 27 (28)siempre serás el mismo,

y tus años no tendrán fin.

28 28 (29)Nuestros hijos y nuestros nietos

estarán a tu servicio,

como lo estamos nosotros,

y vivirán contigo para siempre».

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Salmos 103

¡Te alabaré con todas mis fuerzas!

(1a) Himno de David.

1 1 (1b)¡Con todas las fuerzas de mi ser

alabaré a mi Dios!

2 ¡Con todas las fuerzas de mi ser

lo alabaré y recordaré

todas sus bondades!

3 Mi Dios me perdonó

todo el mal que he hecho;

me devolvió la salud,

4 me libró de la muerte,

¡me llenó de amor y de ternura!

5 Mi Dios me da siempre todo lo mejor;

¡me hace fuerte como las águilas!

6 Mi Dios es un juez justo

que reconoce los derechos

de la gente que sufre.

7 A Moisés y a los israelitas

les dio a conocer sus planes

y lo que esperaba de ellos.

8 Mi Dios es muy tierno y bondadoso;

no se enoja fácilmente,

y es muy grande su amor.

9 No nos reprende todo el tiempo

ni nos guarda rencor para siempre.

10 No nos castigó como merecían

nuestrospecadosy maldades.

11 Su amor por quienes lo honran

es tan grande e inmenso

como grande es el universo.

12 Apartó de nosotros

los pecados que cometimos

del mismo modo que apartó

los extremos de la tierra.

13 Con quienes lo honran,

Dios es tan tierno

como un padre con sus hijos.

14 Bien sabe nuestro Dios cómo somos;

¡bien sabe que somos polvo!

15 Nuestra vida es como la hierba,

que pronto se marchita;

somos como las flores del campo:

crecemos y florecemos,

16 pero tan pronto sopla el viento,

dejamos de existir

y nadie vuelve a vernos.

17 En cambio, el amor de Dios

siempre será el mismo;

Dios ama a quienes lo honran,

y siempre les hace justicia

a susdescendientes,

18 a los que cumplen fielmente

supactoy susmandamientos.

19 Mi Dios es el rey del cielo;

es el dueño de todo lo que existe.

20 Ustedes, susángelespoderosos,

que cumplen sus mandatos

y llevan a cabo sus órdenes,

¡alaben a mi Dios!

21 Y ustedes, sus ejércitos,

que están a su servicio

y cumplen su voluntad,

¡alaben a mi Dios!

22 Y ustedes, sus criaturas,

que llenan todos los rincones

de todo lo que existe,

¡alaben a mi Dios!

Yo, por mi parte,

¡alabaré a mi Dios,

con todas las fuerzas de mi ser!

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Salmos 104

Himno al Creador

1-3 ¡Alabemos a nuestro Dios,

con todas nuestras fuerzas!

Dios mío,

tú eres un Dios grandioso,

cubierto de esplendor y majestad,

y envuelto en un manto de luz.

Extendiste los cielos como una cortina

y sobre las aguas del cielo

pusiste tu habitación.

Las nubes son tus carros de combate;

¡viajas sobre las alas del viento!

4 Los vientos son tus mensajeros;

los relámpagos están a tu servicio.

5 Afirmaste la tierra sobre sus bases,

y de allí jamás se moverá.

6 Cubriste la tierra

con el agua del mar;

¡cubriste por completo

la cumbre de los cerros!

7 Pero lo reprendiste,

y el mar se retiró;

al oír tu voz de trueno,

el mar se dio a la fuga.

8 Las aguas subieron a los cerros,

y bajaron a los valles,

hasta llegar al lugar

que les habías señalado.

9 Tú les pusiste límites

que jamás deben rebasar,

para que nunca más vuelvan

a inundar la tierra.

10 Dios mío,

tú dejas que los arroyos

corran entre los cerros,

y que llenen los ríos;

11 en sus aguas apagan su sed

las bestias del campo

y los burros salvajes;

12 en las ramas cercanas

las aves del cielo ponen su nido

y dejan oír su canto.

13 Dios mío,

tú, con tu lluvia,

riegas desde el cielo las montañas;

tu bondad satisface a la tierra.

14 Tú haces crecer la hierba

para que coma el ganado;

también haces crecer las plantas

para el bien de toda la gente:

15 el pan, que da fuerzas,

el vino, que da alegría,

y el perfume, que da belleza.

16 Los cedros del Líbano,

árboles que tú mismo plantaste,

tienen agua en abundancia.

17 En ellos anidan las aves;

en sus ramas habitan las cigüeñas.

18 En las montañas más altas

viven las cabras monteses,

y entre las rocas

se refugian los conejos.

19 Tú hiciste la luna

para medir los meses,

y le enseñaste al sol

a qué hora debe ocultarse.

20 En cuanto el sol se pone,

llega la oscuridad.

Es la hora en que rondan

todos los animales del bosque.

21 A esa hora rugen los leones,

y te reclaman su comida.

22 Pero en cuanto sale el sol

corren de nuevo a sus cuevas,

y allí se quedan dormidos.

23 Entonces nos levantamos

para hacer nuestro trabajo,

hasta que llega la noche.

24 Dios nuestro,

tú has hecho muchas cosas,

y todas las hiciste consabiduría.

¡La tierra entera está llena

con todo lo que hiciste!

25 Allí está el ancho mar,

con sus grandes olas;

en él hay muchos animales,

grandes y pequeños;

¡es imposible contarlos!

26 Allí navegan los barcos

y vive el monstruo del mar,

con el que te diviertes.

27 Todos estos animales dependen de ti,

y esperan que llegue la hora

en que tú los alimentes.

28 Tú les das, y ellos reciben;

abres la mano, y comen de lo mejor.

29 Si les das la espalda,

se llenan de miedo;

si les quitas el aliento,

mueren y se vuelven polvo;

30 pero envías tu espíritu

y todo en la tierra cobra nueva vida.

31 Dios nuestro,

¡que tu poder dure para siempre!,

¡que todo lo que creaste

sea para ti fuente de alegría!

32 Cuando miras la tierra,

ella se pone a temblar;

cuando tocas los cerros,

ellos echan humo.

33-35 Que lospecadores

desaparezcan de la tierra,

y que los malvados dejen de existir.

Dios nuestro,

¡mientras tengamos vida

te alabaremos

y te cantaremos himnos!

Recibe con agrado

nuestros pensamientos;

¡tú eres nuestra mayor alegría!

¡Alabemos a nuestro Dios,

con todas nuestras fuerzas!

¡Sí, alabemos a nuestro Dios!

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Salmos 105

Dios de la historia

1 ¡Demos gracias a nuestro Dios!

¡Demos a conocer entre las naciones

todo lo que él ha hecho!

2 ¡Cantémosle himnos!

¡Demos a conocer sus grandesmilagros!

3 ¡Digamos con orgullo

que no hay otro Dios aparte del nuestro!

¡Alegrémonos de corazón

todos los queadoramosa Dios!

4 Acerquémonos a nuestro poderoso Dios,

y procuremos agradarle siempre.

5 Hagamos memoria de las maravillas

que nuestro Dios ha realizado;

recordemos sus milagros

y losmandamientosque nos dio.

6 Somos losdescendientes

de Abraham y de Jacob;

somos el pueblo elegido de Dios

y estamos a su servicio;

por lo tanto, ¡escúchenme!

7 Pertenecemos a nuestro Dios;

su palabra llena la tierra.

8 Él no ha olvidado supacto

ni las promesas que nos hizo.

9 Hizo el pacto con Abraham,

y se lo confirmó a Isaac.

10 Con Israel lo estableció

como un pacto para toda la vida,

11 y le dijo:

«Yo te daré Canaán.

Es la tierra que te ha tocado».

12 Nosotros no éramos muchos;

¡éramos gente sin patria!

13 ¡Todo el tiempo andábamos

de país en país

y de reino en reino!

14 Pero Dios jamás permitió

que nadie nos molestara,

y les advirtió a los reyes:

15 «No se metan con mi pueblo elegido;

no les hagan daño a misprofetas».

16 En Canaán hubo mucha hambre,

pues Dios destruyó todos los trigales.

17 Pero él ya había dispuesto

que nos salvara José,

a quien antes sus hermanos

habían vendido como esclavo.

18 Los egipcios humillaron a José

y lo tuvieron encarcelado,

19 hasta el día en que se cumplió

lo que él ya había anunciado:

¡ese día Dios dejó en claro

que José había dicho la verdad!

20 Entonces el rey de Egipto,

que gobernaba a muchos pueblos,

ordenó que liberaran a José,

y fue puesto en libertad.

21 El rey le dio autoridad

sobre todo su pueblo

y sobre todas sus posesiones.

22 José se dedicó a enseñar

a los consejeros y a los ayudantes del rey,

y a compartir con ellos susabiduría.

23 Nuestros abuelos fueron a Egipto,

y allí les permitieron vivir.

24 Dios hizo que aumentara

nuestro pueblo,

y lo hizo más fuerte

que sus enemigos.

25 Por eso los egipcios

nos odiaron y maltrataron.

26 Dios envió entonces

a Moisés y a Aarón,

sus ayudantes favoritos,

27 y allí en Egipto

ellos hicieron grandes milagros.

28 Dios envió sobre el país

una gran oscuridad,

pero los egipcios no hicieron caso

de esta señal maravillosa.

29 Dios convirtió en sangre

los ríos de Egipto,

y así mató a sus peces.

30 Todo Egipto se llenó de ranas;

¡había ranas hasta en el palacio!

31 Dios dio una orden,

y todo el país se llenó

de moscas y de mosquitos.

32 En vez de lluvia,

Dios mandó granizo,

y con sus relámpagos

le prendió fuego al país.

33 Por todo Egipto

Dios derribó viñas e higueras;

¡hizo astillas los árboles!

34 A una orden suya,

vino unaplagade saltamontes

35 que acabó con los frutos del campo,

y todo lo verde quedó seco.

36 Dios hirió de muerte

a los mejores jóvenes egipcios;

¡en todo el país murió

el hijo mayor de cada familia!

37 En cambio, a nuestros abuelos

los hizo salir de Egipto

cargados de plata y de oro,

sin que nada se los impidiera.

38 Cuando ellos salieron de Egipto

los egipcios se alegraron,

pues les tenían mucho miedo.

39 A nuestros abuelos

Dios los protegió con una nube,

y de noche los alumbró con fuego.

40 Ellos pidieron comida,

y Dios les envió codornices;

¡calmó su hambre con pan del cielo!

41 Partió una piedra en dos,

y brotó agua como un río

que corrió por el desierto.

42 Dios nunca se olvidó

de la promesa que él mismo

le hizo a Abraham, su servidor.

43 Entre cantos y gritos de alegría

nuestro Dios sacó de Egipto

a su pueblo elegido,

44 para darle como propiedad

las tierras de otros pueblos.

¡Nuestros abuelos se adueñaron

de las tierras cultivadas por otros!

45 Pero Dios les puso como condición

que respetaran y practicaran

sus mandamientos y sus leyes.

¡Alabemos a nuestro Dios!

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Salmos 106

El pueblo de Dios se arrepiente

1 ¡Alabemos a nuestro Dios!

¡Démosle gracias porque él es bueno!

¡Dios nunca deja de amarnos!

2 ¡Nadie es capaz de describir

losmilagrosque Dios ha hecho!

¡Nadie puede alabarlo

como él se lo merece!

3 ¡Diosbendicea los que son justos

y aman la justicia!

4 Dios, acuérdate de mí

cuando muestres tu bondad a tu pueblo;

tómame en cuenta

cuando vengas a salvarnos.

5 Permíteme cantarte alabanzas

en compañía de tu pueblo elegido;

¡permíteme disfrutar

de su bienestar y alegría!

6 Nosotros hemospecado,

hemos hecho lo malo;

hemos sido muy malvados,

como nuestros padres y abuelos.

7 Cuando ellos estaban en Egipto,

no tomaron en cuenta tus grandes hechos;

no tuvieron presente tu gran amor,

y a la orilla del Mar de los Juncos

se rebelaron contra ti.

8 Pero tú los salvaste

para que vieran tu gran poder

y te alabaran.

9 El Mar de los Juncos quedó seco

cuando oyó tu reprensión;

tú hiciste que nuestros abuelos

cruzaran el fondo del mar

como si cruzaran el desierto.

10-11 Sus enemigos los odiaban,

pero murieron ahogados en el mar.

Tú los libraste de ellos;

¡ningún egipcio quedó con vida!

12 Entonces nuestros padres

creyeron en tus promesas

y te cantaron alabanzas;

13 pero al poco tiempo

se olvidaron de tus hechos

y no esperaron a conocer

los planes que tenías.

14 Eran tantas sus ganas de comer

que allí, en pleno desierto,

te pusieron a prueba

y te exigieron comida.

15 Y tú los complaciste,

pero también les enviaste

una enfermedad mortal.

16-17 Cuando estaban en el desierto,

los que seguían a Datán y a Abiram

sintieron envidia de Moisés,

y también sintieron celos de Aarón,

a quien tú habías elegido;

pero se abrió la tierra

y se tragó a todos los rebeldes;

18 ¡llamas de fuego cayeron

sobre esa pandilla de malvados!

19 Nuestros abuelos

llegaron al monte Horeb,

y allí hicieron unídolo;

¡adoraronun toro de metal!

20 Dejaron de adorar a Dios,

que era su motivo de orgullo,

para adorar la imagen de un toro.

21-22 Dios hizo grandes maravillas

frente al Mar de los Juncos:

¡los salvó de los egipcios!

Pero ellos se olvidaron de él,

23 y tan enojado se puso Dios

que quiso destruirlos.

Moisés, su elegido,

intervino en favor de ellos

y calmó el enojo de Dios

para que no los destruyera.

24 Pero ellos rechazaron

la tierra que Dios les dio

y no confiaron en sus promesas.

25 Dentro de sus casas

hablaron mal de su Dios

y no quisieron obedecerlo.

26 Dios les advirtió

que los dejaría morir en el desierto,

27 y que a susdescendientes

también los haría morir,

o que los dispersaría

por todos los pueblos y países.

28 Pero ellos prefirieron

adorar al dios Baal

de la ciudad de Pegor,

y comieron de lasofrendas

que se hacen a dioses muertos.

29 Con esas malas acciones

hicieron enojar a Dios,

y él les mandó un terrible castigo.

30 Pero un hombre llamado Finees

intervino en favor de ellos

y logró que Dios no los castigara.

31 Por eso Finees

será siempre recordado

por este acto de justicia.

32 Junto a las aguas de Meribá

los israelitas hicieron enojar a Dios,

y por culpa de ellos

le fue muy mal a Moisés;

33 tanto le amargaron el ánimo

que Moisés no midió sus palabras.

34-35 Dios les había ordenado

destruir a los otros pueblos,

pero ellos no lo obedecieron.

¡Todo lo contrario!

Se mezclaron con ellos

y siguieron sus costumbres;

36 adoraron a susídolos

y se volvieron sus seguidores.

37-38 ¡Mancharon la tierra

al derramar sangre inocente!

¡Entregaron a sus hijos y a sus hijas

como ofrenda a esosdemonios!

39 Al cometer tales acciones,

se corrompieron a sí mismos

y resultaron culpables.

40 Dios se enojó mucho con ellos

y acabó por aborrecerlos.

41-42 Por eso los dejó caer

en poder de sus enemigos

para que los humillaran

y los maltrataran.

43 Muchas veces Dios los liberó;

pero ellos, siempre rebeldes,

insistieron en seguir pecando.

44 Dios los vio tan angustiados,

y los escuchó quejarse tanto,

45 que cambió de parecer.

Su amor lo hizo acordarse

de supactocon los israelitas,

46 e hizo que sus enemigos

les tuvieran compasión.

47 Dios nuestro, ¡sálvanos!

¡Permítenos volver a nuestra tierra,

para que te demos gracias

y te alabemos como nuestro Dios!

48 ¡Bendito sea ahora y siempre

el Dios de Israel!

¡Que diga el pueblo de Dios:

«Así sea»!

¡Alabemos a nuestro Dios!

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Salmos 107

Dios es bueno con su pueblo

1 ¡Alabemos a nuestro Dios!

¡Démosle gracias, porque él es bueno!

¡Dios nunca deja de amarnos!

2 ¡Digámoslo nosotros,

pues él nos liberó

del poder de los egipcios!

3 Digámoslo nosotros,

que somos su pueblo,

pueblo que él reunió

de países del norte y del sur,

del este y del oeste.

4 Nuestros abuelos andaban sin rumbo

y por lugares desiertos;

no encontraban el camino

que los llevara a un lugar habitado.

5 Tenían hambre y sed,

y habían perdido la esperanza

de quedar con vida.

6 Llenos de angustia, oraron a Dios,

y él los libró de su aflicción.

7 Los puso en el camino correcto

que los llevaría a un lugar habitado.

8 ¡Demos gracias a Dios por su amor,

por todo lo que ha hecho

en favor nuestro!

9 ¡Dios calma la sed del sediento,

y el hambre del hambriento!

10 Nuestros abuelos estaban afligidos,

vivían en la esclavitud

y no sabían qué hacer

ni a dónde ir,

11 pues no tomaron en cuenta

los consejos del Dios altísimo

y se rebelaron contra él.

12 Por eso Dios los castigó

con los trabajos más pesados;

tropezaban, y nadie los levantaba.

13 Llenos de angustia, oraron a Dios,

y él los salvó de su aflicción,

14 les mostró el camino a seguir

y los libró de su esclavitud.

15 ¡Demos gracias a Dios

por su amor,

por todo lo que ha hecho

en favor nuestro!

16 ¡Hizo pedazos las puertas de bronce

y las barras de hierro

que nos tenían prisioneros!

17 Nuestros abuelos fueron tan rebeldes

que se portaron como unos tontos;

sufrieron mucho por su maldad.

18 ¡Tan enfermos se pusieron

que al ver la comida vomitaban!

19 Llenos de angustia, oraron a Dios,

y él los salvó de su aflicción;

20 con solo una orden los sanó.

¡Así los salvó de la muerte!

21 ¡Demos gracias a Dios

por su amor,

por todo lo que ha hecho

en favor nuestro!

22 ¡Démosle muestras de gratitud,

y presentémosleofrendas!

¡Anunciemos entre gritos de alegría

las maravillas que ha hecho!

23 Nuestros abuelos compraron barcos

y se ganaron la vida

comerciando en otros países.

24 En alta mar presenciaron

la acción maravillosa de nuestro Dios:

25 Dios dio una orden,

y vino un fuerte viento

que levantaba grandes olas.

26 Cuando se vieron en peligro,

los marineros perdieron el valor;

eran lanzados de arriba abajo,

27 y de nada les servía

ser marineros expertos,

pues se tropezaban y caían

como si estuvieran borrachos.

28 Llenos de angustia, oraron a Dios,

y él los sacó de su aflicción;

29 calmó la furia de la tormenta,

y aplacó las olas del mar.

30 Cuando se calmó la tormenta,

ellos se pusieron muy contentos

y Dios los llevó a su destino.

31 ¡Demos gracias a Dios

por su amor,

por todo lo que ha hecho

en favor nuestro!

32 ¡Que lo alaben todo el pueblo

y sus gobernantes!

33 Dios convirtió en desiertos

los ríos y los manantiales,

34 pero a la tierra fértil

la convirtió en tierra inútil,

porque los que allí vivían

eran gente muy malvada;

35 en cambio, al desierto

lo convirtió en tierra fértil,

rodeada de lagunas y manantiales.

36 Al pueblo que había pasado hambre,

lo dejó vivir allí,

y ellos construyeron grandes ciudades,

37 sembraron campos,

plantaron viñedos,

y tuvieron muy buenas cosechas.

38 Dios les dio subendición,

y ellos tuvieron muchos hijos

y sus ganados se multiplicaron.

39 Tiempo después,

los malvados los humillaron

y los hicieron sufrir,

hasta que solo unos pocos

quedaron con vida.

40 Pero Dios castigó a esos malvados

y los hizo perderse

por desiertos sin caminos.

41 A la gente pobre

Dios la saca de su aflicción

y hace que sus familias

aumenten como sus rebaños.

42 Cuando la gente honrada ve esto,

se llena de alegría;

pero los malvados se quedan callados.

43 Tomen esto en cuenta lossabios,

y pónganse a meditar

en lo mucho que Dios nos ama.

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Salmos 108

Con tu ayuda, saldremos victoriosos

(1) Himno de David.

1 1 (2)Dios mío,

mi corazón está dispuesto

a cantarte himnos.

2 2 (3)¡Voy a despertarme!

¡Despertaré al arpa y a la lira!

¡Despertaré al nuevo día!

3 3 (4)Dios mío,

yo te alabaré entre los pueblos;

te cantaré himnos entre las naciones.

4 4 (5)Tan grande y constante es tu amor

que llega hasta los cielos.

5 5 (6)Tú, mi Dios,

sobrepasas los cielos;

¡eres tan grande que cubres toda la tierra!

6 6 (7)Nosotros te somos fieles:

¡respóndenos!

¡Sálvanos con tu poder!

Así este pueblo que amas

quedará a salvo.

7 7 (8)Desde tu templo has declarado:

«Cuando yo triunfe,

repartiré entre mi pueblo

las tierras de Siquem

y las del valle de Sucot.

8 8 (9)Las tierras de Galaad son mías;

al norte están lastribusde José

para proteger a mi pueblo,

y en Judá he puesto al rey.

9 9 (10)Los de Moab son mis esclavos,

Edom es mi propiedad,

y en territorio filisteo

lanzo gritos de victoria».

10 10 (11)¿Quién quiere llevarme

hasta la ciudad con muros?

¿Quién quiere enseñarme

el camino que lleva a Edom?

11 11 (12)¡Tú, Dios mío,

te has alejado de nosotros

y ya no sales a pelear

al frente de nuestros ejércitos!

12 12 (13)La ayuda humana resulta inútil;

¡ayúdanos a vencer al enemigo!

13 13 (14)Dios nuestro, tú los vencerás;

¡con tu ayuda saldremos victoriosos!

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Salmos 109

¡Dios mío, ayúdame!

(1a) Himno de David.

1 1 (1b)Dios mío, yo te alabo;

¡no te quedes callado!

2 Hay un mentiroso y malvado

que miente acerca de mí.

3 Tanto odio me tiene

que me ataca sin razón;

¡me tiene acorralado!

4 Habla mal de mí,

a pesar de que lo amo

y hago oración por él.

5 Me odia, me trata mal,

a pesar de que lo amo

y lo trato bien.

6 Dios mío,

¡págale con la misma moneda!

¡Haz que lo acuse

su propio abogado!

7 ¡Haz que lo declare culpable

el juez que le dicte sentencia!

¡Haz que lo condenen

sus propias mentiras!

8 ¡Quítale la vida

antes de tiempo,

y que otro haga su trabajo!

9 ¡Que se queden huérfanos sus hijos!

¡Que deje viuda a su esposa!

10 Convierte a sus hijos

en vagos y limosneros;

¡haz que los echen

de esas ruinas donde viven!

11 ¡Que les quiten todo lo que tienen

los que antes les prestaban dinero!

12 ¡Que a esos huérfanos

nadie los trate con cariño

ni les tenga compasión!

13 ¡Haz que susdescendientes

pronto desaparezcan!

¡Haz que en el futuro

nadie recuerde que existieron!

14 Dios mío,

no te olvides nunca

de la maldad de su padre

ni delpecadode su madre,

15 y que nadie recuerde que existieron.

No pierdas de vista a mi enemigo,

16 pues jamás se le ocurrió

ser bondadoso con nadie;

persiguió a los pobres,

a los humildes y necesitados,

hasta quitarles la vida.

17-18 Ya que le encantaba maldecir,

¡que le caiga una maldición!

Ya que no le gustababendecir,

¡que nadie lo bendiga!

¡Castígalo donde más le duela!

19 ¡Que esa maldición

lo cubra como un manto!

¡Que lo apriete hasta ahogarlo!

20 Dios mío,

¡trata así al que me acuse,

y al que mienta contra mí!

21 Pero a mí, trátame bien;

tú eres un Dios bondadoso,

¡sálvame, por tu gran bondad!

22 Yo soy pobre y humilde,

y es muy grande mi dolor.

23 Poco a poco me voy debilitando

como las sombras de la noche;

¡hasta parezco una mariposa

sacudida por el viento!

24 Ya casi no como;

tan flaco estoy

que me tiemblan las rodillas.

25 Cuando la gente me ve,

se ríe y se burla de mí.

26 Dios mío, ¡ayúdame!

Por tu gran amor, ¡sálvame!

27 Que sepan que esto me sucede

porque tú así lo has querido.

28 Pero si tú me bendices,

no me importa que me maldigan.

Mis enemigos están listos para atacarme,

pero tú los pondrás en vergüenza

y a mí me llenarás de alegría.

29-30 Dios mío,

cubre a mis acusadores

de vergüenza y deshonra.

Yo te daré gracias

con el gran pueblo que te alaba,

31 porque tú defiendes a los pobres

y los salvas de los malvados

que los condenan a muerte.

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Salmos

Salmos 110

Dios da poder al rey

(1a) Himno de David.

1 1 (1b)Mi Dios le dijo a mi señor el rey:

«Siéntate a la derecha de mi trono

hasta que yo derrote a tus enemigos».

2 ¡Que Dios te permita

derrotar a tus enemigos,

y extienda desde Jerusalén

el poder de tu reinado!

3 ¡Que tus soldados te juren lealtad

sobre los cerros de Dios

en el día de la batalla!

Cuando salga el sol,

se renovarán tus fuerzas.

4 Dios ha hecho un juramento,

y lo cumplirá:

«Tú eressacerdotepara siempre,

como lo fue Melquisedec».

5-6 Mi Dios está a tu derecha,

y siempre te ayudará.

Cuando manifieste su enojo,

aplastará reyes y gobernantes,

juzgará naciones,

y por toda la tierra

amontonará cadáveres.

7 Junto al camino,

el rey apagará su sed

con el agua de un arroyo,

y así recobrará las fuerzas.