Categories
Sabiduría

Sabiduría 1

Hay que amar la justicia y confiar en Dios

1 Ustedes,

gobernantes de la tierra,

practiquen la justicia;

y busquen a Dios con sinceridad

para que lleguen a conocerlo.

2-3 Solo encuentran a Dios

los que confían en él;

los que lo ponen a prueba

solo encuentran confusión.

Dios se da a conocer

a los que en él confían;

pero rechaza por completo

a los que piensan en la maldad.

4 La sabiduría no está

donde viven los corruptos.

Ella no vive en medio del pecado.

5 El espíritu de Dios nos da sabiduría,

nos enseña a odiar la mentira

y los malos pensamientos.

¡La sabiduría que Dios nos da

no vive en medio de la injusticia!

Dios nos conoce

6 La sabiduría es nuestra amiga,

pero no perdona al que habla mal de Dios.

Dios conoce nuestros deseos

y nuestros pensamientos,

y hasta escucha

todas nuestras conversaciones.

7 Su espíritu está presente en todas partes,

todo lo sostiene y mantiene unido,

y escucha todas las palabras.

8 Por eso, los malvados no podrán esconderse

ni escaparán al castigo de Dios.

9 Dios examina el pensamiento de los malos;

Dios oye todo lo que ellos dicen.

Los malvados no pueden esconderse de Dios.

10 Dios escucha con atención

hasta lo que se dice en voz baja.

11 Por eso, apártense del chisme

y de las malas palabras.

Hasta la palabra más inocente

puede causar grandes desgracias;

las mentiras acaban con la gente.

Dios nos creó para la vida

12 No hagan lo malo,

ni desobedezcan a Dios,

pues de lo contrario

les caerá la desgracia

y los alcanzará la muerte.

13 Dios nos creó,

pero no para la muerte;

a él no le gusta destruir a la gente.

14 Él creó todo lo que existe,

y todo lo que hay en el mundo

es saludable y no provoca la muerte.

La muerte no gobierna este mundo,

15 y la justicia dura para siempre.

Así piensan los malvados

16 Los malos coquetean con la muerte;

la consideran su amiga

y la buscan con todas sus fuerzas.

Se han puesto de acuerdo con ella,

y son el uno para el otro.

Categories
Sabiduría

Sabiduría 2

1 En su locura, los malvados

se dicen unos a otros:

«Nuestra vida es corta y triste,

todos tenemos que morir.

¡Nadie ha vuelto de la muerte!

2 »Nacimos por casualidad,

y cuando nos llegue la muerte,

nadie se acordará de nosotros.

Nuestro aliento es como el humo;

nuestro pensamiento

es una pequeña chispa

que produce el latir del corazón.

3 Cuando esa chispa se apague,

nuestros cuerpos

se convertirán en polvo

y nuestro aliento

desaparecerá como un soplo.

4 Pasado el tiempo seremos olvidados

y nadie recordará lo que hemos hecho.

La vida pasa como una nube,

que no deja ningún rastro;

se deshace como la neblina

cuando sale el sol.

5 Nuestra vida se va como un suspiro;

la muerte nos llega a todos,

y de ella nadie se salva.

6 »¡Disfrutemos de la vida,

como lo hacen los jóvenes!

7-8 ¡Bebamos los mejores vinos,

usemos los más finos perfumes

y disfrutemos de las rosas,

antes que se marchiten!

9 ¡No faltemos a nuestras fiestas!

¡Dejemos por todos lados

recuerdos de nuestra alegría!

¡Para eso vinimos a este mundo!»

10 Los malvados también dicen:

«Maltratemos a los pobres,

no importa que sean honrados;

no tengamos compasión de las viudas,

ni respetemos a la gente anciana.

11 ¡Que sea la fuerza nuestra ley,

pues de nada sirve ser débil!

12 »¡La gente buena es un estorbo!

Se opone a todo lo que hacemos;

nos reprende por no obedecer

las enseñanzas de Dios.

No le agrada que despreciemos

la buena educación.

13 Los buenos están orgullosos

de conocer a Dios;

¡hasta se creen hijos de Dios!

14 Rechazan nuestra manera de pensar.

¡Su presencia nos molesta!

15 ¡Su vida es muy distinta a la nuestra

y su manera de actuar es diferente!

16 Se apartan de nuestra compañía,

y nos rechazan como si tuviéramos

una terrible enfermedad.

Dicen que los buenos son felices

después de la muerte,

y se sienten muy orgullosos

de tener a Dios por Padre.

17 »A ver si es cierto lo que dicen,

veamos cómo será su muerte.

18 Si realmente son hijos de Dios,

él los ayudará y los librará

de todos sus enemigos.

19 Vamos a insultarlos,

vamos a torturarlos

para ver hasta dónde aguantan.

20 Les daremos una muerte

dolorosa y humillante;

vamos a ver si es verdad

que Dios vendrá en su ayuda».

El error de los malvados

21 Los malvados piensan así,

pero están muy equivocados:

su propia maldad los mantiene ciegos.

22 No pueden entender

los planes de Dios;

no creen que él premia

a la gente buena y obediente.

23 Dios nos hizo semejantes a él,

para que vivamos para siempre.

24 Pero la muerte entró en el mundo

por la envidia del diablo,

y los que pertenecen al diablo

son atrapados por la muerte.

Categories
Sabiduría

Sabiduría 3

Los buenos vivirán con Dios

1 La gente buena

está bajo el cuidado de Dios

y no tendrá ningún sufrimiento.

2 Los malvados creen que los buenos

están muertos en vida

y acabados para siempre.

Piensan que su muerte

es un terrible castigo,

3 y que han sido destruidos;

pero ellos realmente

disfrutan de mucha paz.

4 Aunque muchos piensan

que su muerte ha sido un castigo,

ellos estaban seguros

de que vivirían para siempre.

5-6 Dios los puso a prueba un tiempo

como se prueba el oro en el fuego,

pero al final los aceptó

como una ofrenda agradable.

Por eso será muy grande

el premio que les dará.

7 En la hora de la prueba,

la gente buena

alumbrará como una antorcha;

¡brillará como las chispas en el fuego!

8 Los buenos juzgarán a las naciones

y gobernarán a los pueblos,

y para siempre Dios será su rey.

9 Los que confían en Dios

conocerán la verdad.

Los que son fieles a Dios

vivirán para siempre en su amor,

porque Dios es bondadoso

y premia a sus elegidos.

El futuro de los malvados

10 Los malvados recibirán

el castigo que se merecen,

porque despreciaron a los buenos

y se apartaron de Dios.

11 El que rechaza la sabiduría

y se aleja de la enseñanza,

no conoce la felicidad;

su esperanza está perdida,

su esfuerzo no sirve de nada

y sus logros no tienen valor.

12 ¡Sus mujeres son tercas,

y sus hijos, unos malvados!

¡Todos sus descendientes

están destinados a la perdición!

Dios bendice a la gente fiel

13 Dios bendice a la mujer casada

que se aleja del pecado,

y que aunque no puede tener hijos,

no se acuesta con otros hombres.

14 Dios también bendice al hombre

que es fiel a sus mandamientos

y no comete ningún pecado.

Aunque no haya podido tener hijos,

recibirá un gran premio

y ocupará un lugar de honor

en el templo de Dios.

15 Hacer siempre el bien

da buenos resultados,

pues la sabiduría es como un árbol

que da mucho fruto.

16 Los hijos que nacen

de una relación sexual prohibida

no llegarán a ser adultos,

pues tendrán un fin trágico.

17 Y aun si llegan a viejos

nadie les hará caso ni los respetará.

18 Si mueren en plena juventud,

no tendrán esperanza,

y no habrá quien los consuele

en el día del juicio.

19 No hay duda que a la gente malvada

le espera un final muy cruel.

Categories
Sabiduría

Sabiduría 4

1 Vale más ser honrado

que tener muchos hijos.

A la persona honrada

todo el mundo la recuerda,

y Dios y la gente la aprecian.

2 La gente de buena conducta

es digna de ser imitada,

y cuando está ausente,

se le echa de menos.

La gente de buena conducta

siempre saldrá victoriosa,

pues sus triunfos son honestos.

Por eso, Dios les dará en el cielo

una corona que nadie les quitará.

3 Los hijos de los malvados

nacen como consecuencia

de relaciones sexuales prohibidas.

Aunque sean muchos,

no tendrán un final feliz;

parecen plantas sin buena tierra

y sin raíces profundas.

4 Aunque sus ramas

crezcan por un tiempo,

serán sacudidas por el viento

y arrancadas por los huracanes,

pues no tienen raíces profundas.

5 Sus ramas se quebrarán antes de tiempo,

y nadie comerá sus frutos

porque no madurarán.

6 Los hijos que nacen

de relaciones sexuales prohibidas,

son la prueba de la maldad de sus padres.

A su debido tiempo Dios los castigará.

La gente buena que muere pronto

7 La gente buena,

aunque muera muy joven,

gozará de mucha paz.

8 Los ancianos dignos de respeto

no son los que viven mucho tiempo.

Tampoco medimos su dignidad

por los años que viven.

9 Las canas son la prudencia;

y la vejez, una vida ejemplar.

10 Hubo una persona buena

que hizo lo que a Dios le agrada,

y Dios lo amó.

Como vivía entre gente mala,

Dios se lo llevó a vivir con él.

11 Se lo llevó para que el mal

no le dañara su mente,

y para que no se dejara engañar

por la mentira.

12 La maldad trata

de acabar con el bien;

los malos deseos

dañan la mente de los justos.

13 Algunos necesitan muchos años

para llegar a la madurez,

pero los que aman Dios

maduran en poco tiempo.

14 Como agradan a Dios,

él se los lleva para librarlos del mal.

La gente ve esto y no lo comprende,

15 porque no saben que Dios

ama, cuida y acompaña a sus elegidos.

El triunfo de los buenos

16 La muerte del bueno

condena a los malvados.

El joven bueno y sabio

que llega pronto a la madurez

condena la larga vida de los malvados.

17 Cuando la gente

ve morir a la persona sabia

no comprende

lo que Dios quería de ella.

Tampoco sabe por qué

Dios se la llevó a un lugar seguro.

18 Los malvados se burlan

cuando ven morir al sabio;

pero al final será Dios

quien se burle de ellos.

19 Cuando los malos mueren,

nadie los recuerda con respeto.

Dios los expulsará lejos de su presencia;

no los dejará decir ni una palabra.

Ellos nunca podrán abandonar

el mundo de los muertos.

Serán como una casa en ruinas,

sufrirán para siempre,

y de ellos nadie se acordará.

El castigo de los malvados

20 Al oír el llamado de Dios,

los malvados temblarán de miedo.

Cuando Dios los juzgue por sus pecados,

sus crímenes los condenarán.

Categories
Sabiduría

Sabiduría 5

1 En el día del juicio,

los que fueron fieles a Dios

estarán frente a los malvados.

No les tendrán miedo

a quienes los habían hecho sufrir,

ni temblarán ante

los que se burlaron de su dolor.

2-3 Más bien, serán los malvados

quienes llorarán

y sentirán un miedo terrible,

cuando vean a Dios salvar a sus fieles.

Los malvados verán su error,

y se dirán unos a otros:

4 «¡Qué tontos fuimos

al burlarnos de la gente fiel a Dios!

Su vida nos parecía una locura

y su muerte una desgracia.

5 Pero Dios los ha puesto entre sus hijos,

y les ha dado un lugar entre su pueblo.

6 »¡Nunca actuamos con justicia!

¡Nos alejamos de la verdad!

¡Vivíamos como si el sol

no nos alumbrara!

7 Nunca quisimos buscar a Dios.

Siempre practicamos el mal.

Nuestra vida está llena de maldad.

8 Nuestro orgullo y riquezas

ya no sirven para nada.

9 Todo eso desapareció

con la rapidez de un mensajero

que lleva una noticia urgente;

10 como barco que navega por el mar

sin dejar huella alguna;

11 como pájaro que vuela por el aire

y no deja rastro alguno;

12 como flecha que cruza por el aire

sin dejar marcas de su paso.

13 »Así también nosotros:

tan pronto como nacemos

dejamos de existir;

tan pronto como morimos

caemos en el olvido.

¡Nuestra propia maldad nos destruye!»

14 La esperanza de los malvados

es como el polvo que se lleva el viento;

como humo que arrastra el viento;

como recuerdo de un viajero,

que nunca más regresó.

El futuro glorioso de los buenos

15 Los buenos viven para siempre;

el Dios altísimo los cuida

y tiene un premio para ellos.

16 Dios los hará príncipes,

les pondrá una hermosa corona,

y con su gran poder

los protegerá y los defenderá.

17 Con los malvados será diferente,

Dios usará la fuerza de su enojo

y movilizará a su creación

para destruir a sus enemigos.

18 La justicia es la coraza de Dios,

y la rectitud, su casco.

19 Su santidad es su escudo,

20 y su enojo, su espada.

Su aliado es el universo entero,

y juntos destruirán a los malvados,

porque fueron muy necios.

21 Desde el cielo,

Dios lanzará rayos,

22 y hará caer granizo.

Así los malvados

serán arrastrados por los ríos,

y acabarán ahogados en el mar.

No habrá para ellos compasión.

23 Un fuerte viento los barrerá;

un huracán los hará desaparecer.

Porque su maldad arruinó la tierra

y destruyó a los reyes.

Categories
Sabiduría

Sabiduría 6

Busquen la sabiduría

1 ¡Ustedes, reyes del mundo,

escuchen, entiendan y aprendan!

2 ¡Presten atención ustedes,

gobernantes de las naciones!

¡No se vuelvan orgullosos

por ser reyes de muchos pueblos!

3 El Dios altísimo,

les ha dado el poder y la autoridad.

Dios conoce sus pensamientos,

y solo él les pedirá cuentas

de todo lo que hacen.

4 Reyes de la tierra,

Dios les ha dado autoridad

para que reinen en su nombre.

Ustedes, sin embargo,

no han actuado bien,

ni han cumplido su ley;

¡no viven de acuerdo

con su voluntad!

5 Dios pronto vendrá

a castigarlos con fuerza.

Dios castiga sin piedad

a los que hacen mucho daño

y abusan del poder.

6 A los pobres de la tierra,

Dios les tiene compasión

y los perdona;

pero castiga con dureza

a los que abusan del poder.

7 Dios no retrocede ante nadie;

no le tiene miedo

a los poderosos.

Él hizo al grande y al chico,

y no hace diferencia

entre unos y otros;

a todos cuida por igual.

8 A los poderosos

Dios les pedirá cuentas

con mucho rigor.

9 Por eso, ustedes,

reyes y gobernantes,

aprendan a ser sabios

y no pequen contra Dios.

10 Si cumplen sus leyes

y se dejan enseñar por ellas,

esas mismas leyes los defenderán

en el día del juicio.

11 ¡Amen mis palabras!

Escúchenlas con atención,

y aprendan de ellas.

El amor a la sabiduría

12 La sabiduría alumbra como una luz,

y nada puede apagarla.

Los que la aman y la buscan

la encontrarán fácilmente.

13 Ella misma busca

a los que la desean.

14 El que la busca desde niño,

no perderá su tiempo,

pues ella misma irá a su encuentro.

15 La prudencia perfecta se consigue

cuando se piensa en ella.

El que se esfuerza en encontrarla

vivirá sin preocupaciones.

16 La sabiduría busca con entusiasmo

a los que la merecen,

y les sale al encuentro

en todos sus pensamientos.

17 El interés sincero por aprender

es el primer paso para ser sabio.

Solo el que ama la sabiduría

se interesa por aprender.

18 El que ama la sabiduría

obedece sus leyes,

y el que obedece sus leyes

vivirá para siempre

19 y estará cerca de Dios.

20 Solo el que ama la sabiduría

puede ser un buen gobernante.

21 Por eso, reyes de los pueblos,

si ustedes quieren reinar mucho tiempo,

tienen que amar la sabiduría.

El sabio comunica su sabiduría

22 Ahora voy a decirles

lo que es la sabiduría

y de dónde proviene.

Les contaré todo

desde el principio;

nada les ocultaré

ni les diré mentiras.

23 La envidia,

que solo busca destruir,

no me obligará

a ocultarles lo que sé.

La envidia y la sabiduría

no pueden ser amigas.

24 Los sabios

son la salvación del mundo,

y un gobernante sabio

da seguridad a su pueblo.

25 Dejen, entonces,

que les enseñe con mis palabras;

ya verán cuánto ganarán con ellas.

Categories
Sabiduría

Sabiduría 7

El rey es igual a los demás

1 El rey Salomón dijo:

«Yo soy un ser mortal

como todos los demás.

Soy descendiente

del primer humano

creado del polvo de la tierra,

y mi cuerpo fue formado

en el seno de mi madre.

2 Durante nueve meses

su sangre me dio forma.

Soy el fruto del amor

de mi padre y de mi madre.

3 »Cuando nací,

me recibió la tierra

como recibe a todos por igual.

Y como todos al nacer,

lo primero que hice fue llorar y respirar.

4 Mi madre me envolvió en pañales,

y todos me cuidaron con cariño.

5 »Los que somos reyes,

nacemos igual que todos.

6 Del mismo modo llegamos a la vida,

y del mismo modo la abandonamos.

La alabanza de la sabiduría

7 »Yo pedí a Dios

sabiduría y prudencia,

y las recibí sin medida.

8 No hay tesoro más valioso

que la sabiduría de Dios.

9 Por eso, ni riquezas

ni piedras preciosas

valen tanto para mí.

El oro, frente a ella,

vale igual que un puñado de arena.

La plata, con su brillo,

vale tanto como el barro.

10 »Amo la sabiduría

más que a la belleza y la salud.

La prefiero más que el día,

porque este termina al caer la noche,

pero la sabiduría nunca se acaba.

11 »Fue la sabiduría

quien me trajo bienes y riquezas.

12 Gocé de todos esos bienes,

sin saber que ellos

vienen de la sabiduría.

13 La estudio con sinceridad,

la comparto sin envidia,

y no guardo para mí su riqueza.

14 Dios aprueba la sabiduría

y la recomienda.

Ella es un tesoro

que nunca se acaba.

Los sabios son amigos de Dios.

El sabio pide a Dios sabiduría

15 »Ruego a Dios que yo pueda

hablar como es debido,

y que mis pensamientos

merezcan los dones que él me dio.

Solo Dios muestra

el camino a la sabiduría;

solo él enseña a los sabios.

16 Nuestras vidas,

nuestras palabras,

y lo que somos capaces de hacer

están en las manos de Dios.

17 »Dios me enseñó

cómo está hecho el mundo,

y para qué sirve todo lo que existe.

18 Me enseñó a conocer el pasado,

el presente y el futuro.

También me dio a conocer

los movimientos del sol,

los cambios de las estaciones,

19 de los días y los meses,

y la posición de los planetas

y las estrellas.

20 »Dios me enseñó

cómo viven los animales,

tanto domésticos como salvajes.

Dios también me enseñó

los movimientos del viento;

me hizo conocer las distintas

clases de plantas y sus raíces.

Pero, sobre todo,

Dios me enseñó a conocer

el pensamiento de la gente.

21 »Así aprendí a conocerlo todo,

tanto lo que se ve

como lo que no se ve.

»La sabiduría,

que creó todo cuanto existe,

fue la que me regaló

ese conocimiento».

Las cualidades de la sabiduría

22 Salomón continuó diciendo:

«La sabiduría es inteligente,

única, libre, movible y clara;

es pura, está en todo, y ama el bien.

23 Es generosa y siempre hace lo bueno;

ama a la gente y es buena observadora.

»Entra en el pensamiento de todos:

de los inteligentes, de los puros

y de los que admiran la belleza.

24 Se mueve con más rapidez

que cualquier otra cosa,

y como es tan pura

lo atraviesa y penetra todo.

25 »La sabiduría es una demostración

del poder de Dios;

es un resplandor

del Dios perfecto y todopoderoso.

Por eso nada impuro

puede penetrar en ella.

26 Es un reflejo de la luz eterna,

¡imagen del poder y la bondad de Dios!

27 »Como la sabiduría

no tiene quien la iguale,

puede hacerlo todo

y renovar todo lo creado.

»En todas las épocas,

se hace amiga de la gente buena,

y la hace amiga de Dios

y la convierte en su mensajera.

28 Dios ama muchísimo

a los que viven unidos a la sabiduría.

29 »La sabiduría

es más brillante que el sol

y que todas las estrellas.

Brilla más que la luz del día.

30 La noche vence a la luz,

pero a la sabiduría no la vence

ni el poder del mal.

Categories
Sabiduría

Sabiduría 8

1 »La sabiduría avanza con poder

de un extremo a otro de la tierra,

y gobierna sobre todo lo que existe.

La sabiduría trae mucho bien

2 »Yo amé a la sabiduría;

cuando era joven la busqué,

me enamoré de su belleza

y quise que fuera mi esposa.

3 »Dios, el Dios de todos,

ama la sabiduría;

ella vive junto a Dios,

y en él tiene su origen.

Por eso ella es tan importante,

4 pues conoce los secretos de Dios

y actúa de acuerdo con él.

5 Todos desean la riqueza,

pero debemos recordar

que la sabiduría es más importante,

porque dirige todo lo creado.

6 Ella es dueña de la inteligencia,

y ha hecho todo lo que existe.

7 »Si de veras amas la justicia,

te irá bien en todo,

porque la sabiduría nos enseña

a ser prudentes y sabios,

justos y valientes.

8 »Si deseas tener experiencia en la vida,

busca la sabiduría,

pues ella conoce el pasado

y sabe lo que pasará en el futuro.

La sabiduría tiene la respuesta

para todas las adivinanzas

y para las preguntas más difíciles.

Antes de que suceda algo,

la sabiduría ya lo sabe,

y también conoce

las épocas y las estaciones.

La sabiduría, compañera de mi vida

9 »Por eso quise hacer de la sabiduría

la compañera de mi vida.

Sé que ella me dará

los mejores consejos

en el momento oportuno,

y me dará consuelo

en tiempos de dolor y de tristeza.

10 »Aunque soy joven,

gracias a la sabiduría

seré famoso entre la gente,

y hasta los ancianos

me tratarán con respeto.

11 Gobernaré con inteligencia,

y los poderosos me admirarán.

12 Cuando me quede callado,

la gente deseará oír mis palabras.

Cuando me ponga a hablar,

todos me prestarán atención;

y si pronuncio un discurso,

todos me escucharán admirados.

13 »Gracias a la sabiduría,

viviré para siempre

y dejaré un recuerdo duradero

entre los que reinen después de mí.

14 Gobernaré muchas naciones

15 y seré un héroe en los combates;

los gobernantes crueles se asustarán

cuando oigan hablar de mí,

pero seré bondadoso con mi pueblo.

16 »Cuando regrese a casa,

descansaré tranquilo

junto con la sabiduría;

porque al lado de ella

no hay sufrimiento,

sino solo alegría y placer.

17-18 »Cuando pensé en todo esto,

comprendí de inmediato

que los amigos de la sabiduría

siempre vivirán felices

y gozarán de una larga vida.

También comprendí

que vivir a diario con la sabiduría

trae inteligencia, fama y riqueza.

Por eso me puse a buscarla

para llevármela conmigo.

19 »Fui un niño muy afortunado,

pues recibí un alma buena;

20 o más bien, por ser bueno,

nací en un cuerpo sano.

21 Pero pronto descubrí

que la sabiduría es un regalo de Dios.

Y pedí a Dios de todo corazón

que me diera sabiduría».

Categories
Sabiduría

Sabiduría 9

Salomón pide a Dios sabiduría

1 El rey Salomón pide a Dios sabiduría:

«Dios de mis padres,

Dios misericordioso,

por medio de tu palabra

tú creaste todo lo que existe.

2 Con tu sabiduría

formaste a los seres humanos

para que tuvieran dominio

sobre los animales y las plantas

que tú creaste;

3 para que gobernaran el mundo

de acuerdo con tus mandatos

y fueran honestos

al practicar la justicia.

4 »Por eso te pido, Dios mío,

que me llenes de la sabiduría

que siempre te acompaña,

y que yo nunca deje de ser

uno de tus hijos.

5 »Yo soy tu servidor,

hijo de una servidora tuya.

Soy un simple mortal,

débil y de corta vida;

es poco lo que entiendo de leyes

y de lo que pasa en los juzgados.

6 »Cualquier persona,

por perfecta que sea,

nada vale sin la sabiduría,

que solo tú puedes dar.

7 Fuiste tú, Dios mío,

quien me hiciste rey de tu pueblo,

para gobernar a todos por igual.

8 Me mandaste construir un templo

para rendirte culto en tu ciudad.

Me pediste hacerlo de acuerdo con el modelo

que preparaste desde el principio.

9 »Contigo está la sabiduría;

ella sabe todo lo que haces,

y estaba presente cuando creabas el mundo.

Ella sabe lo que te agrada

y lo que está de acuerdo con tu voluntad.

10 »Envíala, Dios mío,

desde tu trono maravilloso,

desde tu palacio en el cielo.

Necesito que me acompañe

en cada tarea que realice

y me enseñe lo que a ti te agrada.

11 Como la sabiduría todo lo conoce

y todo lo comprende,

será mi guía en todo lo que yo haga,

y con su poder me protegerá.

12 Con su ayuda,

haré todo lo que te agrada;

gobernaré a tu pueblo con justicia,

y ocuparé con orgullo

el trono de mi padre David.

13 »Dios mío,

los hombres y las mujeres

somos simples seres mortales;

nos es difícil conocer tus planes,

y saber lo que tú quieres.

14 Nuestros pensamientos son limitados

y mucho de lo que planeamos

termina en fracaso.

15 »Nuestro cuerpo mortal,

hecho de barro,

limita las capacidades de nuestra mente

y es una carga pesada

para el desarrollo de nuestro espíritu.

16 Si nos cuesta tanto trabajo

conocer todo lo que hay en la tierra,

y con mucho esfuerzo descubrimos

lo que nos rodea,

¡como seres humanos nos es imposible

descubrir lo que está en los cielos!

17 »El único que puede conocer tu voluntad,

es aquel a quien tú le das sabiduría

y le mandas del cielo tu santo espíritu.

18 Gracias a la sabiduría,

la humanidad ha podido hacer lo bueno.

Gracias a la sabiduría,

hemos aprendido a obedecerte.

¡Gracias a la sabiduría,

los mortales nos salvamos!»

Categories
Sabiduría

Sabiduría 10

La sabiduría en la historia

De Adán hasta Abraham

1 La sabiduría protegió a Adán,

el primer hombre

y padre de todos nosotros.

Cuando no había nadie más que Adán,

ella lo rescató del pecado

que había cometido,

2 y le dio poder sobre todo lo creado.

3 Caín, en cambio,

rechazó la sabiduría,

y lleno de odio y de rabia,

mató a su hermano Abel;

así Caín provocó su propia muerte.

4 Por su culpa,

el agua inundó la tierra,

pero la sabiduría volvió a salvarla:

hizo que Noé, un hombre bueno,

flotara sobre las aguas

en un simple cajón de madera.

5 Tiempo después,

las naciones se unieron para hacer el mal,

y Dios las llenó de confusión.

Pero la sabiduría eligió al justo Abraham,

y lo llenó de valor para ser bueno

y obediente a Dios.

Fue también ella

quien le dio fortaleza a Abraham

cuando Dios le pidió

sacrificar a Isaac, su hijo amado.

6 Cuando el incendio destruyó

las cinco ciudades malvadas,

la sabiduría salvó a Lot,

que era un hombre justo.

7 Como resultado de aquella maldad,

esa tierra se volvió un desierto;

las plantas ya no dan fruto,

y allí puede verse una estatua de sal

que recuerda a la esposa de Lot,

la mujer que no confió en Dios.

8 Así, los necios habitantes de esas ciudades

no solo fueron incapaces de conocer el bien,

sino que dejaron un recuerdo de su locura,

para que nadie se olvidara

de su terrible maldad.

De Jacob hasta José

9 La sabiduría libró a sus servidores:

10 llevó a Jacob por un camino seguro,

cuando huía de su hermano Esaú.

Le mostró el reino de Dios

y le dio a conocer grandes cosas.

Además, lo hizo prosperar

en todos sus trabajos.

11 Defendió a Jacob de sus enemigos,

y le dio muchas riquezas.

12 Cuando Jacob luchó con Dios,

la sabiduría le enseñó

que no hay nada más poderoso que la oración.

13 La sabiduría no abandonó a José,

el hombre bueno,

sino que lo libró de la maldad

cuando sus hermanos lo vendieron.

14 Lo acompañó cuando estuvo preso

y lo sacó de la cárcel.

Lo puso como gobernante de Egipto

y le dio dominio sobre sus enemigos.

Demostró que sus acusadores mentían

y, por eso, lo hizo famoso para siempre.

Tiempos de Moisés

15 La sabiduría liberó al pueblo de Dios.

Lo libró de quienes lo habían esclavizado.

16 La sabiduría acompañó a Moisés,

ayudante de Dios.

Por eso,

Moisés pudo vencer a reyes malvados

con milagros y con el poder de Dios.

17 La sabiduría premió al pueblo de Dios

por los muchos sufrimientos en Egipto.

Llevó al pueblo por un camino maravilloso.

Durante el día lo protegía con su sombra,

y de noche lo alumbraba con una gran luz.

18 La sabiduría hizo que el pueblo

cruzara a pie por el Mar de los Juncos,

y lo guió a través del mar profundo.

19 A los enemigos del pueblo,

la sabiduría los hundió en el mar,

y sus cuerpos quedaron tendidos en la orilla.

20 Así defendiste, Dios mío, a tu pueblo,

y les entregaste las riquezas

de esos pueblos malvados.

En gratitud, todo tu pueblo se puso a alabarte,

y a darte gracias por haberlo defendido.

21 La sabiduría soltó la lengua de los mudos

y enseñó a hablar a los niños pequeños.