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Jeremías 21

La oración de Sedequías

1-3 El rey Sedequías envió a Pashur y alsacerdoteSofonías, a que le dijeran alprofetaJeremías:

«Nabucodonosor, el rey de Babilonia, nos está atacando. Por favor, ruégale a Dios que nos ayude. Pídele que haga uno de susmilagrosa favor de nosotros, para que ese rey nos deje tranquilos».

Pero Dios tenía otro plan, y se lo comunicó a Jeremías. Entonces Jeremías les respondió a Pashur y a Sofonías:

«Díganle al rey Sedequías

4 que el Dios de Israel dice: “El rey de Babilonia y sus soldados están rodeando y atacando la ciudad de Jerusalén. Frente a sus ataques, tus tropas retrocederán y se refugiarán en la ciudad.

5 Es más, yo mismo voy a pelear contra ustedes, y lo haré con todo mi poder y con toda mi furia. ¡Ya me tienen harto!

6 Voy a mandarles una enfermedad terrible, que matará a todos los que viven en esta ciudad, y hasta los animales.

7 A ti, Sedequías, y a tus oficiales, los pondré en manos de Nabucodonosor y de su ejército. También entregaré a la gente que no haya muerto por la enfermedad, la guerra o el hambre. Les juro que ese rey los matará sin compasión”».

8 Dios le dijo a Jeremías:

«Dile de mi parte a este pueblo:

“A todos lo que viven en Jerusalén les daré a elegir entre la vida y la muerte.

9 Los que se queden en la ciudad morirán en la guerra, o los matará la enfermedad y el hambre. Solo se salvarán si salen y se rinden a los babilonios.

10 Ya me cansé de tratar con bondad a esta ciudad. La voy a destruir. Se la entregaré al rey de Babilonia, para que la destruya con fuego. Les juro que así lo haré”.

11-12 »A losdescendientesdel rey David diles que presten atención a mis palabras. Este es mi mensaje para ellos:

“No dejen de hacer el bien,

y protejan a los que son maltratados.

Si no lo hacen así,

mi enojo arderá como un fuego

y nadie podrá apagarlo.

Así los castigaré por todas sus maldades.

13 ”Habitantes de Jerusalén,

yo estoy muy enojado con ustedes.

Ustedes creen que Jerusalén,

por estar en la montaña,

es la más fuerte de la región.

Creen que nadie puede conquistarla

ni destruir sus murallas.

14 Pero yo les daré su merecido:

Le prenderé fuego a su bosque,

y ese fuego destruirá

todo lo que hay a su alrededor.

Les juro que así lo haré”».

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Jeremías 22

Dios castigará a los jefes de Judá

1 Dios me dijo:

«Jeremías, ve al palacio del rey de Judá, y anuncia allí este mensaje:

2 “Rey de Judá, oficiales del palacio y habitantes de Jerusalén, les pido que presten mucha atención a lo que Dios dice.

3 Él les ordena hacer el bien: proteger a los que son maltratados, cuidar al extranjero, al huérfano y a la viuda, y no matar al inocente.

4 Si de veras me obedecen, siempre habrá en Judá un rey de la familia de David. Sus ejércitos entrarán y saldrán por los portones de la ciudad, acompañados por el pueblo y sus gobernantes.

5 De lo contrario, les aseguro que este palacio será totalmente destruido”.

6 »Yo, el Dios de Israel, les digo a los que están en el palacio de Judá:

“Ustedes son para mí

tan especiales como el monte Galaad

y como las altas montañas del Líbano.

Pero voy a convertirlos en un desierto,

en una ciudad deshabitada.

7 Yo enviaré contra ustedes

un ejército para que los destruya,

y para que les prenda fuego

a sus bosques más hermosos.

8 ”Mucha gente de otras naciones pasará por aquí, y se preguntará por qué hice esto con esta gran ciudad.

9 Y la respuesta será que ustedesadorarona otros dioses y no cumplieron con mipacto.

10-12 ”No lloren ni se pongan tristes

por la muerte del rey Josías.

Lloren más bien por su hijo Salum

que será llevado a otro país.

Allí lo tratarán como esclavo,

y nunca más volverá a ver

la tierra donde nació”.

»Y yo declaro que Salum nunca más volverá a ver este país, pues morirá en el lugar al que será llevado».

Y así sucedió. Tiempo después, tras la muerte de su padre Josías, Salum llegó a ser rey de Judá, pero se lo llevaron a Babilonia.

Advertencia contra el rey Joacín

13-14 Dios continuó diciendo:

«En cuanto al rey Joacín, tengo algo que decirle:

“¡Qué mal te irá, Joacín!

Edificas tu casa con mucho lujo;

piensas ponerle grandes ventanas,

y recubrirlas con finas maderas.

Pero maltratas a los trabajadores,

y para colmo no les pagas.

15 Te crees un gran rey

porque vives en lujosos palacios.

”Tu padre Josías disfrutó de la vida

y celebró grandes fiestas,

pero siempre actuó con justicia.

16 Protegió al pobre y al necesitado,

y por eso le fue bien en todo.

¡A eso le llamo conocerme!

17 ”A ti solo te interesa el dinero

y no te importa cómo lo ganes.

Con gran violencia robas

y matas a gente inocente.

18 ”Por eso estoy enojado contigo.

Cuando te mueras,

nadie llorará por ti;

ningún israelita se pondrá triste

de que ya no seas su rey.

19 Morirás como los animales:

te arrastrarán por todo Jerusalén

y te arrojarán fuera de la ciudad”».

Advertencia contra Jerusalén

20 Dios también les dijo a los habitantes de Jerusalén:

«¡Vayan por todo el país;

suban a las montañas más altas,

y lloren desconsolados!

Los países que iban a ayudarlos

ya han sido destruidos.

21 »Cuando les iba bien,

les advertí del peligro,

pero no me hicieron caso.

¡Siempre han sido rebeldes!

22-23 »Los que ahora viven en el palacio,

rodeados de finas maderas,

¡pronto sabrán lo que es sufrir!

Cuando les llegue la desgracia,

sabrán lo que es el dolor.

Serán llevados a otro país,

y allí serán tratados como esclavos.

Las naciones en las que ellos confiaron

sufrirán el mismo castigo».

Advertencia contra Joaquín

24 Dios le dio este mensaje a Joaquín:

«Tú eres hijo de Joacín,

y ahora reinas en Judá.

Aunque te quiero mucho,

juro que te expulsaré de aquí.

25 Te entregaré en manos

del rey de Babilonia y de su ejército,

y temblarás de miedo.

26-27 A ti y a tu madre los enviaré

a un país extranjero.

Aunque quieran volver a Israel,

nunca más volverán,

porque morirán en ese país».

28-29 Dios continuó diciendo:

«¡Israelitas,

escuchen mis palabras!

Joaquín no sirve para nada;

es como una vasija rota.

¿Para qué lo quieren expulsar del país,

junto con todos sus familiares?

Por gente como esa

no vale la pena preocuparse.

30 Yo, el Dios de Israel, les digo:

“Bórrenlo de su memoria,

es un hombre fracasado.

¡Ninguno de sus hijos

llegará a ser rey de Judá!”»

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Jeremías 23

El rey justo y sabio

1-2 El Dios de Israel dijo:

«¡Qué mal les va a ir a esos gobernantes que descuidan a mi pueblo y lo destruyen! Jamás se preocupan por él. Al contrario, se comportan como esos pastores que abandonan a sus ovejas. Les advierto que voy a castigarlos, porque abandonaron a mi pueblo en manos de otras naciones.

3 Sin embargo, aunque permití que así fuera, yo mismo haré que mi pueblo vuelva a su país, y que se convierta en una gran nación.

4 Le daré otros gobernantes que lo protejan, y así no volverá a tener miedo. Juro que así lo haré.

5 »En el futuro

haré que un rey justo ysabio

gobierne a mi pueblo.

Será de la familia de David,

gobernará con verdadera justicia,

6 y le pondrán por nombre

“Dios es nuestro salvador”.

Durante su reinado

mi pueblo vivirá en paz y libertad.

7 »Yo les aseguro que viene el día en que ya no se dirá: “¡Lo juro por Dios, que sacó a Israel de Egipto!”

8 Más bien, se dirá: “¡Lo juro por Dios, que sacó a nuestro pueblo de Babilonia! ¡Lo sacó de todos los países adonde lo había expulsado!” Entonces los israelitas habitarán en su propio país».

Los profetas mentirosos

9 Yo, Jeremías, les advierto a losprofetas:

«Dios me dio un mensaje especial.

Por eso siento un dolor profundo

y me tiembla todo el cuerpo;

¡hasta parezco un borracho

a punto de caerse!

10 »Los habitantes de este país

son gente malvada;

no saben lo que es ser fieles,

¡no saben hacer lo bueno,

solo cometen injusticias!

Por eso la tierra está bajo maldición:

los pastos se han secado,

y la tierra es un desierto.

11 »Dios mismo lo afirma:

“Los profetas y lossacerdotes

son los primeros en hacer el mal;

¡hasta en el templo

cometen terribles maldades!

12 Por eso los voy a castigar

y caerá sobre ellos la desgracia.

¡Nada ni nadie podrá salvarlos!

13 ”¡En Samaria he visto

las cosas más repugnantes!

Los profetas predican

en nombre del dios Baal

y hacen que mi pueblo me abandone.

14 Pero los profetas de Jerusalén

son peores que ellos;

no solo me abandonan,

sino que dicen mentiras

y ayudan a los malvados.

No hay uno solo de ellos

que quiera cambiar su conducta.

¡Son peores que la gente

de Sodoma y de Gomorra!”

15 »Por tanto, el Dios todopoderoso declara en contra de los profetas de Jerusalén:

“Ustedes son los responsables

de tanta maldad en este país.

Su sufrimiento será terrible

y su dolor no tendrá fin”.

16 »Y a ustedes, los israelitas, Dios les advierte:

“Esos profetas son unos mentirosos,

¡no les hagan caso!

Yo no les di ningún mensaje,

y los sueños que dicen haber tenido

son puro invento de ellos.

17 Aseguran que yo dije

que a los malvados

siempre les irá bien;

que a los que me desprecian

nada malo les pasará.

18 ¡Pero ninguno de esos profetas

ha estado en mi presencia!

¡Ninguno de ellos ha querido

oír mi voz y obedecerme!

19-20 ”Yo estoy muy enojado con ellos

y no voy a quedarme tranquilo

hasta que los haya castigado.

Mi enojo será como un huracán,

que azotará a esos malvados.

”¡Un día de estos entenderán

por qué hago todo esto!

21 ”Esos profetas salen a predicar,

aunque yo no los he enviado

ni les he dado ningún mensaje.

22 Si hubieran estado en mi presencia,

habrían anunciado mi mensaje;

habrían invitado a mi pueblo

a dejar su mala conducta.

23-24 ”Yo soy el Dios de Israel.

Nadie puede esconderse de mí,

pues yo estoy en todas partes,

lo mismo lejos que cerca.

25 ”Ya he escuchado las mentiras de esos profetas. Según ellos, han soñado que les he dado un mensaje.

26 ¡Eso lo inventaron ellos! ¿Cuándo dejarán de mentir?

27 Lo que quieren es que mi pueblo me olvide, como me olvidaron susantepasadosporadoraral dios Baal.

28 ”Yo, el Dios de Israel, les digo: si un profeta tiene un sueño, que lo cuente; si recibe un mensaje de mi parte, que lo comunique al pie de la letra. ¡Pero que se dejen de cuentos!

29-32 Estoy cansado de sus mentiras. ¡Y todavía se atreven a decir que hablan de mi parte! Estoy en contra de esos profetas que dicen haber recibido mensajes de mi parte, pero yo no les he comunicado nada. Esa clase de mentiras no le hace ningún bien a mi pueblo; al contrario, lo conducen al error.

”Mi palabra es tan poderosa como el fuego, y tan dura como un martillo; ¡hasta puede hacer pedazos una roca! Les aseguro que así es.

Profetas falsos

33 ”Escucha bien, Jeremías: Cuando unprofetaosacerdote, o alguien del pueblo, te pregunte si tienes algún mensaje de mi parte, respóndeles que sí lo tienes. Diles que voy a abandonarlos.

34 Pero si otro profeta o sacerdote, o cualquier otra persona asegura tener un mensaje de mi parte, yo los castigaré, a ellos y a sus familias”».

35-37 Dios les dijo a los falsos profetas:

«Yo soy el Dios de la vida, el Dios todopoderoso. Si alguno de ustedes cambia mi mensaje por una mentira, se burla de mí. Más vale que nadie diga: “Tengo un mensaje de parte de Dios”. Al que se atreva a decirlo, le haré tragar sus propias palabras. Si preguntan entre ustedes, se darán cuenta que yo no le he hablado a nadie.

38 Por eso les prohíbo decir: “Tengo un mensaje de parte de Dios”.

39-40 »Si me desobedecen, abandonaré a Jerusalén, la ciudad que les di a ustedes y a susantepasados. De tal manera los humillaré y los avergonzaré, que nunca podrán olvidarlo. ¡Los lanzaré lejos de aquí!»

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Jeremías 24

Las dos canastas de higos

1 Tiempo después, el rey Nabucodonosor tomó preso a Joaquín hijo de Joacín, que había sido rey de Judá, y se lo llevó a Babilonia. Con él se llevó a los jefes de Judá, y también a los artesanos y herreros.

Poco después de eso, Dios me llevó a su templo, y allí me mostró dos canastas de higos.

2 En una de las canastas había higos muy buenos, de los que maduran primero, pero en la otra canasta solo había higos podridos. Esos higos estaban tan malos que no se podían comer.

3 Dios me preguntó: «Jeremías, ¿qué es lo que ves?» Yo le contesté: «Veo dos clases de higos. Unos están muy buenos, pero los otros están tan malos que no se pueden comer».

4-6 Entonces el Dios de Israel me dijo:

«Los higos buenos representan al pueblo de Judá que fue llevado como esclavo a Babilonia. Aunque yo permití que se lo llevaran, ahora lo cuidaré y lo haré volver a su tierra. Dejaré que se establezca allí y que vuelva a edificar sus casas, y nunca más volveré a destruirlo ni a enviarlo a otro país.

7 Cambiaré su manera de ser y de pensar, para que me reconozca como su Dios y me obedezca en todo. Judá será mi pueblo, y yo seré su Dios.

8 »Los higos malos representan al rey y a los gobernantes de Judá, y a todos los ricos de Jerusalén, la capital de Judá, que no fueron llevados a Babilonia. También representan a los que buscaron protección en Egipto. A todos ellos los castigaré.

9 Tan grande será mi castigo que, al verlo, todos los reinos de la tierra temblarán de miedo. La gente de los países por donde yo los disperse se burlará de ellos, los insultará y los tratará con desprecio.

10 Yo les mandaré guerras, hambre y enfermedades, y así los eliminaré del país que les di a ellos y a susantepasados».

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Jeremías 25

Los años de esclavitud

1 Dios le dio alprofetaJeremías un mensaje para todo el pueblo de Judá. Ese mensaje lo recibió cuando Joacín hijo de Josías llevaba cuatro años como rey de Judá, y Nabucodonosor tenía un año de reinar en Babilonia.

2 Y este es el mensaje que el profeta comunicó a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén:

3 «Desde hace veintitrés años Dios me comunica sus mensajes. El primero que me dio fue cuando Josías hijo de Amón tenía trece años de reinar en Judá. Yo les he anunciado estos mensajes una y otra vez, pero ustedes no han querido hacerme caso.

4 »Dios también les ha enviado a otros profetas que están a su servicio, pero ustedes no les han hecho caso ni se han mostrado dispuestos a obedecer.

5 Ellos les han dicho: “Dejen ya de hacer lo malo; abandonen sus malas acciones. Si lo hacen, siempre podrán habitar en la tierra que Dios les ha dado a ustedes y a susantepasados.

6 No confíen en esos dioses que ustedes mismos se han fabricado. No losadoren, y Dios no se enojará con ustedes ni los castigará”.

7 »Pero ustedes no han prestado atención a estos mensajes de Dios. Al contrario, lo han ofendido con esosídolosque ustedes mismos se fabrican. Lo único que consiguen es causar su propia desgracia.

8 Por lo tanto, el Dios todopoderoso dice:

“Ya que ustedes no quieren obedecerme,

9 voy a enviar contra ustedes al rey de Babilonia y a todos los pueblos del norte. Ese rey está a mi servicio, así que lo enviaré contra ustedes y contra sus vecinos. Voy a destruirlos por completo; voy a convertirlos en un montón de ruinas, que solo causará terror y burla. Les juro que así será.

10 No dejaré que vuelvan a escucharse los gritos de alegría y de entusiasmo, ni las serenatas de los novios, ni se oirá ruido en las calles, ni se verá luz en las casas.

11 Todo este país quedará convertido en un montón de ruinas, que solo producirá terror. Y durante muchos años todos quedarán bajo el dominio del rey de Babilonia.

12 ”Pasado ese tiempo, yo castigaré por su maldad al rey de Babilonia y a su nación, ¡y ese país quedará destruido para siempre! Yo les juro que así será.

13 Haré con ese país todo lo que dije contra las otras naciones. Cumpliré las amenazas que anunció mi profeta Jeremías, y que han quedado escritas en este libro.

14 También los babilonios quedarán bajo el dominio de naciones y reyes más poderosos. De ese modo los castigaré por todo el mal que han hecho”».

El castigo a las naciones

15 El Dios de Israel me dijo:

«Jeremías, esta copa que tengo en la mano representa mi enojo. Tómala y haz que beban de ella todas las naciones a las que voy a enviarte.

16 Esas naciones comenzarán a tambalearse, y sus habitantes se volverán locos por causa de la guerra que voy a enviar contra ellos».

17 Yo recibí la copa de las manos de Dios, y se la di a beber a todas las naciones a las que él me envió.

18 También se la di a los habitantes de Jerusalén y de las ciudades de Judá, y a sus gobernantes, para destruirlos. Sus ciudades quedaron convertidas en ruinas. Hasta el momento en que esto se escribe, esas ciudades son motivo de espanto, de burla y de insultos.

19 También les di la copa del castigo al rey de Egipto, a sus jefes y oficiales, a todo su pueblo,

20 y a todos los extranjeros que allí vivían. Además bebieron de ella todos los reyes del país de Uz, los reyes filisteos de Ascalón, Gaza y Ecrón; los sobrevivientes de Asdod,

21 Edom, Moab y los amonitas.

22 Luego bebieron de ella los reyes de Tiro y de Sidón, y los reyes de los pueblos que viven en las costas del mar Mediterráneo;

23-24 los reyes de Dedán, Tema y Buz; todos los pueblos ytribusdel desierto; los reyes de Arabia

25 Zimri, Elam y Media;

26 todos los reyes del norte, tanto los cercanos como los lejanos, y todos los reinos que hay en la tierra. Por último, el rey de Babilonia también bebió de la copa.

27 El Dios todopoderoso también me dijo:

«Jeremías, esta copa representa mi enojo y la guerra que voy a mandar contra ellos. Ordénales que beban de la copa, hasta que vomiten y se caigan, y no vuelvan a levantarse.

28 Pero si se niegan a beber de ella, tú les dirás de mi parte:

“¡Tendrán que beber de ella, aunque no quieran!

29 Ya he comenzado a castigar a Jerusalén, ciudad donde se meadora, y están muy equivocados si creen que a ustedes no los castigaré”.

»Jeremías, voy a castigar a todas esas naciones, y lo haré por medio de la guerra. Yo, el Dios todopoderoso, te juro que así será.

30-31 Anuncia este mensaje contra esas naciones:

“Dios lanza un grito de guerra

desde el cielo, donde él tiene su trono.

Es tanto su enojo contra su pueblo

y contra los habitantes de la tierra,

que su voz retumba a lo lejos,

y se oyen sus botas

aplastando a las naciones.

”Dios está en pleito

contra todas las naciones

y contra todos los habitantes del mundo.

¡Él condenará a los malvados!

32 ”El Dios todopoderoso

les advierte que ninguna nación

escapará de la desgracia;

un poderoso ejército

las atacará por todos lados.

33 ”Ese día, aquellos a los que yo castigue con la muerte quedarán tendidos por toda la tierra, como si fueran basura. No habrá nadie que llore por ellos, ni habrá tampoco quien los recoja y los entierre.

34 ”Jefes y gobernantes del pueblo,

¡lloren y revuélquense en el suelo!

Ha llegado el día de la matanza,

y ustedes seránsacrificados

como si fueran ovejas engordadas.

35-37 ”Jefes y gobernantes del pueblo,

¡no podrán escapar a ninguna parte!

¡Solo se oirán sus gritos de dolor,

porque Dios está furioso

y ha destruido sus campos!

¡Ya no tienen qué comer!

38 ”Es tanto el enojo de Dios

que ha abandonado a su pueblo.

Dios salió en contra de ellos

como un león furioso,

¡y los hizo morir en la guerra!”»

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Jeremías 26

Jeremías recibe amenazas de muerte

1 Cuando Joacín, hijo de Josías comenzó a reinar sobre Judá, Dios le habló a Jeremías en Jerusalén, y le dijo:

2 «Ve al patio de mi templo. Quiero que hables con la gente de toda Judá que viene aadorarme. Comunícales todo lo que te voy a decir.

3 Si te hacen caso y dejan de hacer lo malo, entonces ya no los castigaré como había pensado hacerlo.

4 Y este es el mensaje que debes darles:

“Ustedes no me obedecieron ni siguieron las enseñanzas que les di

5 por medio de misprofetas. Una y otra vez los he enviado para hablar con ustedes, pero no han querido escucharlos.

6 Por eso, así como destruí el santuario de Siló, también destruiré el templo de Jerusalén, y esta ciudad será objeto de burla y de insulto”».

7-9 Jeremías anunció este mensaje en el templo de Dios, y lo escucharon lossacerdotes, los profetas y todo el pueblo. Pero tan pronto como terminó de anunciarlo, todos los que estaban allí se lanzaron contra él y lo apresaron, y amenazantes le dijeron:

«¡Esto te va a costar la vida! ¿Cómo te atreves a hablar en el nombre de Dios, y decir que este templo será destruido como el santuario de Siló? ¿Cómo te atreves a decir que Jerusalén será destruida, y que se quedará sin habitantes?»

10 Cuando los jefes de Judá supieron lo que había pasado, salieron del palacio del rey y fueron hasta la Puerta Nueva del templo. Al llegar allí, se sentaron,

11 y entonces los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a toda la gente: «¡Este tipo merece la muerte! ¡Ustedes mismos lo han oído decir que esta ciudad va a ser destruida!»

12 Pero Jeremías, dirigiéndose a los jefes y a todo el pueblo, dijo:

«Lo que he dicho contra el templo y contra Jerusalén, Dios mismo me mandó a anunciarlo.

13 Así que más les vale obedecer a nuestro Dios, y mejorar su conducta. Si en verdad lo hacen así, Dios ya no los castigará.

14 Yo estoy en las manos de ustedes, y pueden hacer conmigo lo que les parezca.

15 Pero si me matan, ustedes, jefes y pueblo, serán los culpables de haber matado a un inocente. Lo cierto es que Dios me mandó a darles este mensaje».

16 Los jefes y la gente del pueblo les dijeron a los sacerdotes y a los profetas: «No hay razón para matar a este hombre; lo único que hizo fue darnos el mensaje que recibió de nuestro Dios».

17 Entonces algunos jefes se levantaron y les dijeron a los que estaban allí reunidos:

18 «Cuando Ezequías era el rey de Judá, el profeta Miqueas de Moréset habló de parte de Dios y le anunció al pueblo de Judá este mensaje:

“La ciudad de Jerusalén será destruida;

quedará hecha un montón de ruinas.

Y en el monte de Sión,

donde se levanta el templo,

solo crecerán matorrales”.

19 »Y aunque Miqueas dijo esto, no lo mataron. Al contrario, el rey y el pueblo se humillaron ante Dios, y él los perdonó. Pero si nosotros matamos a Jeremías, Dios nos castigará».

20 Además de Jeremías, el profeta Urías hijo de Semaías, que era del pueblo de Quiriat-jearim, habló en contra de Jerusalén y del país.

21 Y como el rey Joacín y sus jefes y asistentes oyeron la denuncia del profeta, el rey intentó matarlo.

Cuando Urías se enteró de los planes del rey Joacín, tuvo miedo y huyó a Egipto.

22 Pero el rey envió a Elnatán hijo de Acbor y a otros hombres, para que buscaran a Urías.

23 Cuando lo encontraron, lo trajeron ante el rey. Entonces el rey mandó que mataran al profeta y que arrojaran su cadáver a una fosa en donde echaban muertos.

24 Sin embargo, Jeremías contó con la protección de un hombre importante llamado Ahicam hijo de Safán. Por eso no fue entregado al pueblo y se libró de que lo mataran.

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Jeremías 27

¡Es mejor rendirse!

1 Cuando Sedequías comenzó a reinar en Judá,

2 Dios me dijo:

«Jeremías, quiero que fabriques un yugo de madera y que le pongas unas correas para atarlo a tu cuello.

3 Ve luego ante los mensajeros que han venido a Jerusalén para visitar a Sedequías, y lleva puesto el yugo que representa el poder de Babilonia. Envía con ellos el siguiente mensaje a los reyes de Edom, Moab, Amón, Tiro y Sidón:

4 “Yo soy el Dios todopoderoso; soy el Dios de Israel.

5 Con mi gran poder hice la tierra, y a los hombres y a los animales que viven en ella. Yo decido quién la gobierna.

6-8 Y como el rey de Babilonia está a mi servicio, ya he decidido darles a él, a su hijo y a su nieto, el dominio de todos esos países. Hasta les he dado las bestias del campo, para que las dominen. Si alguno de esos países no se rinde por las buenas ante el rey de Babilonia, yo lo castigaré con guerras, hambre y enfermedades, hasta que se rinda por completo. Les juro que así lo haré.

”Sin embargo, llegará el día en que también Babilonia será dominada por muchas naciones y por reyes más poderosos.

9-10 ”Por tanto, no crean en las mentiras que les dicen los falsosprofetas, los adivinos, los soñadores, los brujos y los astrólogos. Ellos les aconsejan que no se rindan ante el rey de Babilonia; pero si les hacen caso, serán llevados presos a otros países, y allí morirán.

11 En cambio, a la nación que se rinda por completo al rey de Babilonia y se ponga a su servicio, yo la dejaré en su propio país, para que viva en él y cultive la tierra. Les juro que así será”».

12 Al rey Sedequías le di el mismo mensaje, y además le dije:

«Si ustedes quieren seguir con vida, ríndanse y pónganse al servicio del rey de Babilonia y de su pueblo,

13 tal como Dios lo ha dicho. Si no lo hacen, morirán a causa de la guerra, el hambre o la enfermedad. ¡Sería una locura no obedecer a Dios!

14-15 No confíen en esos profetas que les aconsejan no rendirse. Ellos dicen que hablan de parte de Dios, pero Dios mismo ha dicho que no los ha enviado. Esos mentirosos solo conseguirán que Dios los expulse de esta tierra, y tanto ellos como ustedes morirán».

16 También hablé con lossacerdotesy con el pueblo, y les dije:

«Dios me manda a decirles que no les hagan caso a esos profetas. Ellos aseguran que, muy pronto, los babilonios van a devolver los utensilios del templo de Dios. ¡Pero son puras mentiras!

17-18 Si esos profetas de veras hablan de parte de Dios, mejor que le pidan que los babilonios no se lleven los utensilios que aún quedan en el templo, en el palacio del rey y en Jerusalén. Repito: ¡no les hagan caso! Mejor ríndanse al rey de Babilonia, y seguirán con vida. ¿Qué necesidad hay de que ustedes y Jerusalén sean destruidos?

19-21 »Cuando el rey de Babilonia se llevó preso al rey Joaquín y a la gente importante del país, no se llevó todo lo que había de valor en el templo y en la ciudad de Jerusalén. Dejó las columnas, el tanque para el agua, las bases y otros artículos de valor. Pero el Dios todopoderoso les advierte

22 que todos estos objetos serán llevados a Babilonia. Allí se quedarán hasta que Dios decida que sean traídos de nuevo a Jerusalén».

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Jeremías 28

Hananías, el profeta mentiroso

1 Había en el pueblo de Gabaón unprofetallamado Hananías hijo de Azur. Cuando Sedequías tenía cuatro años de reinar en Judá, Hananías habló conmigo en el templo de Dios, en presencia de lossacerdotesy de todos los que estaban allí, y me dijo:

2-3 —El Dios todopoderoso afirma:

“Voy a quitarle todo su poder al rey de Babilonia, porque sacó de mi templo todos los objetos de valor, y se los llevó a su país. Pero dentro de dos años los traeré de vuelta a Jerusalén.

4 También traeré de vuelta a Joaquín hijo de Joacín, que era rey de Judá, y a todos los habitantes de Judá que fueron llevados como esclavos a Babilonia. Yo soy el Dios de Israel, y les juro que voy a acabar con el poder del rey de Babilonia”.

5 Yo le contesté, también en presencia de los sacerdotes y de todos los que allí estaban:

6 —¡Qué bien, Hananías! ¡Quiera Dios hacer todo eso que ahora nos anuncias! Sería muy bueno que los babilonios devolvieran los utensilios del templo de Dios, y que volvieran acá todos los que fueron llevados prisioneros a Babilonia.

7 Pero antes escucha esto, y también ustedes, los que están aquí presentes:

8 Los profetas que vivieron antes que nosotros anunciaron que habría guerra, hambre y enfermedades en muchas naciones y en grandes reinos.

9 Pero cuando un profeta habla de paz, sabremos que habla de parte de Dios solo si se cumplen sus palabras.

10 Entonces el profeta Hananías tomó el yugo que llevaba yo en el cuello, el cual representaba el poder de Babilonia, y lo hizo pedazos.

11 Y dijo delante de todos:

—Esto es lo que Dios ha declarado: “Dentro de dos años haré pedazos el poder del rey de Babilonia, y no volverá a dominar a las naciones”.

Yo me retiré de allí,

12 pero algunos días después Dios me dijo:

13 «Jeremías, ve y dile de mi parte a Hananías lo siguiente:

“Tú has hecho pedazos un yugo de madera, pero ahora voy a cambiarlo por uno de hierro.

14 Yo soy el Dios todopoderoso, y voy a darle al rey de Babilonia un poder extraordinario. Ahora va a dominar a todas estas naciones, y las hará sus esclavas. ¡Hasta las bestias del campo estarán bajo su dominio!”»

15 Entonces yo le dije a Hananías:

—Ahora escúchame tú, señor profeta. Tú estás haciendo que este pueblo crea en una mentira, pues Dios nunca te envió a hablarles.

16 Lo que Dios ha declarado es que va a destruirte por completo. Con tus palabras has hecho que este pueblo se rebele contra Dios. Por eso, antes de que termine el año, morirás.

17 Y así sucedió: en el mes de Etanim de ese mismo año, el profeta Hananías murió.

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Jeremías 29

Carta de Jeremías

1 Yo, Jeremías, les envié desde Jerusalén una carta a los jefes del país y a lossacerdotes, a losprofetasy a todos los que el rey de Babilonia se había llevado prisioneros a su país.

2-3 Esa carta la envié con Elasá hijo de Safán y con Guemarías hijo de Hilquías. A estos dos el rey Sedequías los había enviado antes a Babilonia, para hablar con el rey de ese país. Cuando yo envié la carta, ya habían sido llevados prisioneros a Babilonia el rey Joaquín, la reina madre, los funcionarios y jefes de Judá, y también los artesanos y los herreros. La carta decía:

4 «Yo, el Dios de Israel,

a todos los que llevé a Babilonia:

5-6 “Ya que están allí, construyan casas y vivan en ellas. Cultiven sus granjas y coman los frutos que allí se den. Cásense y tengan hijos; no dejen que su población disminuya. Asegúrense de que sus hijos e hijas también se casen y tengan hijos.

7 Además, trabajen para que prospere la ciudad. Rueguen por Babilonia, pues si la ciudad prospera, también ustedes prosperarán.

8-9 ”No se dejen engañar por esos profetas y adivinos que andan entre ustedes, y que usan mi nombre para anunciar sus mentiras. No crean en los sueños que dicen tener. Les aseguro que yo no los he enviado.

10 ”Ustedes van a vivir unos setenta años en Babilonia. Cuando se cumpla ese tiempo, les prometo que los haré volver a Jerusalén.

11 Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar.

12 Cuando ustedes me pidan algo en oración, yo los escucharé.

13 Cuando ustedes me busquen, me encontrarán, siempre y cuando me busquen de todo corazón.

14 Estaré con ustedes y pondré fin a su condición de esclavos. Los reuniré de todas las naciones por donde los haya dispersado, y los haré volver a Jerusalén. Les juro que así lo haré.

15-17 ”Tal vez dirán ustedes que yo les he puesto profetas en Babilonia. Pero debo aclararles algo. Yo, el Dios todopoderoso, voy a mandar guerra, hambre y enfermedades contra el rey que ocupa el trono de David, y contra todos los parientes de ustedes que aún quedan en Jerusalén, es decir, contra todos los que no fueron llevados como esclavos a Babilonia. ¡Serán como higos podridos, que de tan podridos no se pueden comer!

18-20 ”Todos ustedes, los que fueron llevados prisioneros de Jerusalén a Babilonia, ¡obedezcan de una vez por todas mi palabra! Hasta ahora no han querido obedecerme. No han hecho caso de los mensajes que, una y otra vez, les he enviado por medio de mis servidores los profetas. Por eso, yo los perseguiré con guerras, hambre y enfermedades. Al verlos, todas las naciones adonde yo los mande temblarán de miedo. ¡Ustedes serán objeto de burla y de insulto! Les juro que así será.

21-23 ”Yo, el Dios todopoderoso, sé todo lo que han hecho, y les advierto que voy a entregar a Ahab hijo de Colaías, y a Sedequías hijo de Maasías. Los entregaré al rey de Babilonia, porque usaron mi nombre para anunciar cosas que yo jamás les ordené decir. Todo lo que han dicho es mentira. Además, cometieron algo terrible en Israel, pues tuvieron relaciones sexuales con mujeres que no eran sus esposas. Por eso el rey de Babilonia los matará delante de ustedes. Y cuando los que fueron llevados prisioneros a Babilonia quieran maldecir a alguien, dirán: ‘Que Dios te quite la vida como lo hizo con Ahab y Sedequías’. A estos dos el rey de Babilonia los quemó en el fuego. Les juro que así será”».

Mensaje para Semaías

24 Después Dios me ordenó darle este mensaje a Semaías, el soñador:

25 «Yo, el Dios todopoderoso, sé que tú enviaste cartas alsacerdoteSofonías hijo de Maaseías, a todos los otros sacerdotes y a toda la gente que está en Jerusalén. En esas cartas le decías a Sofonías

26 que yo lo había nombrado sacerdote en lugar de Joiadá, para que cuidara mi templo. También le decías que a todo loco que se creyeraprofeta, él debería meterlo en el calabozo y atarlo con cadenas.

27 Además, le reclamabas a Sofonías el no haber apresado a Jeremías. Según tú, Jeremías se hacía pasar por profeta

28 y hasta se había atrevido a enviar una carta a los prisioneros en Babilonia. En esa carta, Jeremías les aconsejaba construir casas y vivir en ellas, plantar árboles frutales y comer de los frutos que dieran, porque pasarían muchos años como esclavos en Babilonia».

29 ¡Esa carta se la leyó el sacerdote Sofonías al profeta Jeremías!

30 Dios también me ordenó

31 darles el siguiente mensaje a todos los que habían sido llevados como esclavos a Babilonia:

«Semaías, el soñador, les ha dado un mensaje en mi nombre, y les ha hecho creer en una mentira. Pero yo no lo he enviado.

32 Y como ha hecho que mi pueblo se rebele contra mí, yo lo voy a castigar. Él y su familia dejarán de ser parte de mi pueblo, y no disfrutarán del bienestar que yo le daré a mi pueblo. Les juro que así será».

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Jeremías 30

Restauración de Israel

1 Dios me dijo:

2 «Jeremías, yo soy el Dios de Israel y te ordeno que pongas por escrito todo lo que te he dicho hasta ahora.

3 Viene el día en que haré volver de la esclavitud a Israel y a Judá. Los dos son mi pueblo, y los traeré a la tierra que les di a susantepasados. Te juro que así lo haré».

4-5 En cuanto a Israel y a Judá, Dios me dijo:

«Se oyen gritos de espanto,

de terror y de preocupación.

6 ¿Por qué están pálidos los hombres?

¡Los veo retorcerse de dolor,

como si fueran a tener un hijo!

¡Pregunten, y todos les dirán

que los hombres no dan a luz!

7-8 Viene un día terrible,

como nunca ha habido otro.

Cuando llegue ese día,

mi pueblo sufrirá muchísimo,

pero al final lo salvaré;

romperé las cadenas de su esclavitud,

lo libraré del poder que lo domina,

y nunca más volverá a ser

esclavo de extranjeros.

¡Les juro que así lo haré!

9-10 »Mi amado pueblo de Israel,

no tengas miedo ni te asustes,

porque a ti y a tus hijos

los libraré de la esclavitud

que sufren en Babilonia.

Podrán vivir seguros y tranquilos;

no volverán a tener miedo de nadie.

»Yo soy tu Dios,

y solo a mí meadorarás.

Servirás al rey,

porque el rey que te daré

reinará como David.

11 »Yo soy tu Dios;

yo estoy contigo para salvarte.

Destruiré a todas las naciones

por las que te he dispersado.

A ti no te voy a destruir,

pero te daré el castigo que mereces.

Te juro que así lo haré».

12 Dios también le dijo a Jerusalén:

«Tu herida es una llaga

que ya no tiene remedio.

13 No hay nadie que te defienda;

no hay medicina que te sirva;

jamás volverás a estar sano.

14-15 Los países en que confiabas

te han olvidado;

¡ya no les importas!

Yo te he causado dolor,

como si fuera tu enemigo.

Pero no tiene caso que te quejes;

¡para tu dolor ya no hay remedio!

Te he castigado y corregido,

porque has cometido muchospecados.

16 »Por esa misma razón,

los que te roben serán robados,

los que te ataquen serán atacados,

y los que te destruyan serán destruidos.

Castigaré a todos tus enemigos

y los mandaré como esclavos

a las naciones más lejanas.

17 Pero a ti te curaré las heridas.

No importa que todos te desprecien

y te llamen “Ciudad abandonada”».

18 Dios también les dijo a los israelitas:

«Haré volver a los prisioneros,

y los trataré con amor y compasión.

Jerusalén será reconstruida,

y el palacio volverá a edificarse.

19 En las calles volverán a oírse

alabanzas y gritos de alegría.

Yo les daré muchos hijos,

y volverán a ser un pueblo numeroso;

volverán a ser un pueblo respetado.

20 »Ustedes, pueblo de Israel,

volverán a ser importantes,

pues yo les devolveré su fuerza.

¡Castigaré a todos sus enemigos!

21 Del mismo pueblo saldrá su rey,

a quien permitiré estar en mi presencia,

aunque no a todos se lo permito.

22 Ustedes serán mi pueblo,

y yo seré su Dios.

Les juro que así será.

23 »Mi enojo es como una tormenta

que azotará a los malvados.

24 Solo me calmaré

cuando mis planes se hayan cumplido.

Esto ahora no lo entienden,

pero un día lo entenderán».