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Jeremías

Jeremías 11

Judá no respeta el pacto

1 Dios me dijo:

«Jeremías,

2 presta atención a las obligaciones de estepacto, y comunícaselas a todos los habitantes de Judá.

3 Diles que yo soy el Dios de Israel, y que maldeciré a quien no obedezca las obligaciones del pacto.

4 Este pacto es el mismo que hice con losantepasadosde ellos, cuando los saqué de Egipto, país que parecía un horno para fundir hierro. Yo les pedí que obedecieran todos mismandamientos, así ellos serían mi pueblo y yo sería su Dios.

5 Entonces yo cumpliría el juramento que les hice a sus antepasados: les daría un país muy fértil, donde siempre habría abundancia de alimentos. ¡Y ese es el país que hoy tienen ustedes!»

Yo respondí: «Que así sea, Dios mío».

6 Dios me dijo:

«Anuncia todo esto en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Diles que presten atención a las obligaciones de este pacto y que las obedezcan.

7 Desde que los saqué de Egipto y hasta ahora, les he estado advirtiendo que me obedezcan.

8 Pero ellos no me obedecen ni me prestan atención. Al contrario, siguen haciendo lo que les dicta su malvado corazón. Por eso les he enviado los castigos anunciados en este pacto.

9 »La gente de Judá y de Jerusalén se ha rebelado contra mí.

10 Sus antepasados se negaron a obedecerme, y ellos hacen lo mismo, puesadorana otros dioses. ¡Ni el pueblo de Israel ni el de Judá han cumplido el pacto que hice con sus antepasados!

11 »Por eso, les advierto que voy a mandarles una desgracia de la que nadie podrá escapar. Aunque me rueguen de rodillas que no los castigue, no los escucharé.

12 Les pedirán ayuda a los dioses que adoraron, pero ellos no podrán salvarlos de su desgracia.

13 Porque tú, Judá, tienes tantos dioses como ciudades, y tantos altares como calles tiene Jerusalén; en esos altares quemasteinciensoa Baal, lo cual es una vergüenza.

14 »Y tú, Jeremías, no me ruegues por este pueblo. Cuando les llegue la desgracia, yo no escucharé sus oraciones.

15 »Este es mi pueblo querido,

pero ya hapecadodemasiado;

¿para qué viene ahora a mi templo,

a presentarme susofrendas?

Ni con ofrendas ni con fiestas

evitarán el castigo.

16 »Yo le decía con cariño:

“Bello árbol de olivo,

¡qué deliciosos son tus frutos!”

Pero ahora voy a prenderle fuego,

¡y sus ramas arderán

en medio de grandes gritos!

17 »Yo soy el todopoderoso Dios de Israel. Yo planté a Israel y a Judá en esta tierra, como quien planta un árbol. Pero les he mandado esta desgracia por causa de su maldad, pues adoraron a Baal y con eso me hicieron enojar».

Planes contra Jeremías

18 Dios me dijo: «Jeremías, tus enemigos están tramando hacerte daño».

19 Pero yo parecía un manso cordero que es llevado al matadero, pues ni idea tenía de sus planes. Mis enemigos decían:

«Vamos a matarlo.

Vamos a derribarlo como a un árbol,

y a destruir todos sus frutos,

¡para que nadie vuelva a recordarlo!»

20 Pero tú, Dios todopoderoso,

eres un juez justo;

tú conoces todo lo que sentimos

y todo lo que pensamos.

¡Yo confío en ti,

déjame ver cómo los castigas!

21-22 Los habitantes de Anatot querían matarme. Entre gritos y amenazas me decían: «¡Ya no hables en nombre de Dios! De lo contrario, te mataremos». Pero el todopoderoso Dios de Israel me aseguró: «Yo castigaré a los de Anatot. Sus mejores soldados morirán a filo de espada, y sus hijos y sus hijas morirán de hambre.

23 Cuando llegue el momento de castigarlos, les mandaré una terrible desgracia, ¡y ninguno de ellos quedará con vida!»

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Jeremías 12

Jeremías se queja

1 Jeremías le dijo a Dios:

«Dios mío,

en todos mis pleitos contigo,

tú siempre sales ganando;

pero de todas maneras,

insisto en mis demandas.

¿Por qué prosperan los malvados?

¿Por qué viven tranquilos los traidores?

2 Tú los plantas como a los árboles,

y ellos echan raíces,

crecen y dan fruto.

Te alaban con los labios,

pero te niegan con sus hechos.

3-4 Llévalos al matadero, como a las ovejas;

márcalos para el día de la matanza.

»La tierra y el pasto están secos;

¿cuándo vas a hacer que llueva?

Los animales y las aves se mueren

por culpa de los que habitan el país.

¡Son tan atrevidos que hasta dicen

que tú no puedes verlos!

»Tú me conoces, Dios mío;

tú sabes lo que siento por ti».

Dios le responde a Jeremías

5 Dios le respondió a Jeremías:

«Tú no estás preparado

para discutir conmigo;

¡ni siquiera puedes ganarle

un pleito a tus semejantes!

Si tienes problemas

para ganar un caso fácil,

¿qué te hace pensar

que puedes enfrentarte a mí?

6 »Todos te han traicionado,

hasta tu propia familia te maldice.

Tal vez te hablen con dulzura,

pero no debes confiar en ellos.

7 »He abandonado a mi pueblo;

lo he dejado en manos del enemigo,

8 porque se rebeló contra mí.

Se portó conmigo como león salvaje.

9-13 ¡Y yo que lo consideraba

un ave de muchos colores

amenazada por los buitres!

»Son muchos los reyes enemigos

que vendrán a atacarlo;

¡vendrán como animales salvajes,

y devorarán a mi pueblo!

Alguna vez fue un hermoso viñedo,

pero yo mismo lo destruiré,

y todo quedará hecho un desierto.

»Mi pueblo trabajará en vano;

sembrará trigo, pero cosechará espinos.

¡Por causa de mi intenso enojo

se dañarán todas sus cosechas!

Los enemigos se reunirán

en las lomas del desierto.

Todo el país quedará arruinado,

pero eso a nadie le importará.

¡No habrá paz para nadie!

Restauración futura de Judá

14-15 »Todas las naciones vecinas han atacado y arruinado esta tierra, la cual yo le di a mi pueblo. Pero les advierto que voy a arrancarlas de sus tierras, y lo mismo haré con mi pueblo Judá. Sin embargo, volveré a tener compasión de mi pueblo, y lo sacaré de en medio de las naciones. Una vez que lo haya sacado de allí, haré que vuelva a su tierra.

16 Y si estas naciones enemigas dejan de enseñarle a mi pueblo a jurar por Baal, llegarán a formar parte de mi pueblo. Pero deben aceptar mis enseñanzas y aprender a jurar por mi nombre, y decir: “Que viva el Dios de Israel”.

17 A la nación que no obedezca, la expulsaré de su país y la destruiré por completo. Les juro que así será».

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Jeremías 13

El calzoncillo de lino

1 En Anatot, Dios me dijo:

—Jeremías, cómprate un calzoncillo de tela de lino, y póntelo; pero no lo laves.

2 Yo fui y compré el calzoncillo, y me lo puse, tal como Dios me lo había ordenado.

3 Entonces Dios volvió a decirme:

4 —Ahora, toma ese mismo calzoncillo y vete al río Éufrates para esconderlo allí, en la grieta de una roca.

5 Yo fui al río Éufrates y lo escondí, tal como Dios me lo había ordenado.

6 Pero tiempo después Dios volvió a decirme:

—Jeremías, ve al río Éufrates y busca el calzoncillo que te mandé esconder.

7 Yo fui al río Éufrates, y saqué el calzoncillo del hoyo donde lo había escondido, pero el calzoncillo ya estaba podrido y no servía para nada.

8 Entonces Dios me dijo:

9-10 —Así como se ha podrido el calzoncillo, así también haré que se pudran el reino de Judá y su capital Jerusalén. Son gente muy terca, orgullosa y malvada; no quieren obedecerme, y para colmoadorana otros dioses. ¡Pero quedarán como este calzoncillo, que no sirve para nada!

11 Yo quise que toda la gente de Israel y de Judá se ajustara a mi ley, así como el calzoncillo se ajusta a la cintura de quien lo lleva puesto. Solo así serían mi pueblo, y gozarían de fama y respeto, y la gente los alabaría. ¡Pero no quisieron obedecerme! Te aseguro que así será.

Vasijas rotas

12 »Ahora, Jeremías, dile a mi pueblo: “Todas las vasijas deben llenarse de vino”. Si ellos te dicen que eso ya lo saben,

13 tú les responderás: “Dios me mandó a decirles que él va a emborrachar con vino a todos los que viven en este país. Emborrachará a los reyes que descienden del rey David, a lossacerdotes, a losprofetas, y a todos los habitantes de Jerusalén.

14 Dios hará que se destrocen entre ustedes mismos, padres e hijos por igual. No va a tenerles lástima; ¡los destruirá sin compasión!” Te juro que así será».

Tengan cuidado

15 Jeremías le dijo al pueblo:

«¡Escúchenme, no sean tan orgullosos!

¡Préstenme atención, que Dios ha hablado!

16 Den honra a nuestro Dios,

antes de que él mande las tinieblas

y ustedes tropiecen en la oscuridad.

La salvación que ustedes esperan,

Dios la cambiará en profunda oscuridad.

17 Si por causa de su orgullo

ustedes no obedecen,

lloraré amargamente y en secreto,

hasta que ya no pueda más,

porque ustedes, pueblo de Dios,

serán llevados presos a una nación lejana.

18 »Díganle al rey,

y también a su madre,

que bajen de su trono

y se sienten en el suelo,

pues ya no tienen derecho a lucir

sus hermosas coronas.

19 El ejército enemigo ha rodeado

las ciudades del desierto del sur,

y nadie puede entrar ni salir.

Todos los habitantes de Judá

serán llevados prisioneros.

20 »Ustedes, los que viven en Jerusalén,

salgan a ver a sus enemigos:

¡ya vienen del norte!

Ustedes estaban muy orgullosos

del pueblo que Dios les dio a cuidar;

pero ese pueblo se ha perdido.

21 Cuando Dios les ponga por jefes

a sus amigos preferidos,

en quienes ustedes confiaban,

lo van a lamentar.

Van a sentir los mismos dolores

que una mujer cuando tiene un hijo.

22 Cuando esto les pase, no se sorprendan,

pues si los desnudan y los violan,

será por sus muchospecados.

23 »Nadie puede cambiar el color de su piel,

ni puede el leopardo quitarse sus manchas;

¡tampoco ustedes pueden hacer lo bueno,

pues solo saben hacer lo malo!

24 »Dios los dispersará

por todas las naciones.

Serán como la paja

que se lleva el viento.

25 ¡Eso es lo que se merecen,

ya que ustedes se olvidaron de mí,

y decidieron confiar en dioses falsos!

26 ¡También los dejaré desnudos

para que pasen vergüenza!

27 Ustedes, habitantes de Jerusalén,

son igual que una prostituta.

Hanadoradoa dioses falsos

en los campos y en las colinas.

Han sido un pueblo infiel.

Yo lo he visto, y digo:

“Este pueblo nunca cambiará”.»

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Jeremías 14

Sequía, hambre y guerra

1 Hubo una época en que durante mucho tiempo no llovió. Por eso Dios le dijo a Jeremías:

2 «Todas las ciudades de Judá

están tristes y desanimadas;

la gente se sienta en el suelo,

y en Jerusalén todos lloran.

3 Los gobernantes piden agua,

y sus sirvientes van a buscarla,

pero los pozos están secos.

Confundidos y llenos de vergüenza

se agarran la cabeza,

pues regresan con sus baldes vacíos.

4 Los campesinos se preocupan

y se agarran la cabeza,

porque el suelo está reseco

y no ha llovido en el país.

5 Tan escasos están los pastos

que los venados, en el campo,

dejan abandonadas a sus crías.

6 Los burros salvajes parecen chacales:

se paran en las lomas desiertas

y desde allí olfatean el aire;

pero se desmayan de hambre

porque no tienen pastos».

Súplica de Jeremías

7-8 Jeremías dijo:

«Dios mío,

¿Por qué actúas en nuestro país

como si estuvieras de paso?

Te portas como un viajero

que solo se queda a pasar la noche.

Admitimos que somos muy infieles

y que son muchos nuestrospecados;

¡demuestra que tú sí eres fiel

y ven pronto a ayudarnos!

Tú eres nuestra única esperanza;

¡eres la salvación de Israel

en momentos de angustia!

9 »Dios de Israel,

todos saben que somos tuyos,

y que vives con nosotros.

¡No nos abandones!

Nos parece que estás confundido,

que eres un guerrero sin fuerzas,

incapaz de salvar a nadie».

10 Dios le dijo a su pueblo:

«A ustedes les gusta

adorara muchos dioses,

y andan de altar en altar.

Eso yo no lo acepto,

y por este terrible pecado,

los voy a castigar».

11 Y a mí me dijo:

«Jeremías, no me pidas que ayude a este pueblo.

12 Por más queayunen, no escucharé sus ruegos; por más que me presentenofrendasde animales y de cereal, no los aceptaré. Ya he decidido destruirlos, y voy a enviarles guerra, hambre y enfermedades».

13 Yo le respondí:

«¡Poderoso Dios de Israel! Hayprofetasque le aseguran a tu pueblo que no habrá guerra ni van a pasar hambre; dicen que tú los dejarás aquí para siempre, y que vivirán en paz».

14-16 Dios me contestó:

«Esos profetas que dicen hablar de mi parte, son unos mentirosos. Yo no los he enviado, ni les he dado ninguna orden. Es más, ni siquiera he hablado con ellos. Sus mensajes son una mentira, ¡un invento de su propia imaginación! Dicen también que no habrá guerra ni hambre en este país; pero yo les digo que morirán de hambre o los matarán en la guerra. No solo ellos morirán, sino también sus esposas, sus hijos y sus hijas. Sus cadáveres serán arrojados a las calles de Jerusalén, y no habrá nadie que los entierre. ¡Así les haré pagar su maldad!

17 »Tú, Jeremías, diles de mi parte:

“Día y noche lloraré sin cesar

porque mi pueblo preferido

ha sufrido una terrible desgracia;

¡ha recibido una herida muy grave!

18 Salgo al campo, y veo los cuerpos

de los que murieron en la guerra;

entro en la ciudad, y veo el desastre

que ha causado el hambre.

¡Pero ni profetas nisacerdotes

parecen entender lo que pasa!”»

Respuesta de Jeremías

19-20 Jeremías respondió:

«Dios de Israel,

nos has herido tanto

que ya no podremos recuperarnos.

Has rechazado por completo a Judá,

y ya no quieres a Jerusalén.

Esperábamos pasarla bien,

y la estamos pasando mal.

Esperábamos vivir en paz,

pero vivimos llenos de miedo.

Reconocemos nuestra maldad,

y lospecadosde nuestros padres;

¡hemos pecado contra ti!

21 Demuestra que eres fiel,

y no nos rechaces.

¡Cumple el trato

que hiciste con nosotros,

y no destruyas la bella ciudad

donde has puesto tu trono!

22 Dios nuestro,

sabemos que ningún ídolo

puede hacer que llueva;

eres tú quien manda los aguaceros.

Tú has creado todo lo que existe;

¡por eso confiamos en ti!»

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Jeremías 15

Los cuatro castigos

1 Dios me dijo:

«Jeremías, aleja de mí a los israelitas. Diles que se vayan. ¡Yo no voy a perdonarlos! No lo haría, ni aunque susantepasados, Moisés y Samuel, me lo pidieran.

2 Y si acaso te preguntan a dónde ir, respóndeles:

“Los que merecen la muerte, irán a la muerte;

los que merecen la guerra, morirán en la guerra;

los que merecen el hambre, morirán de hambre;

los que merecen el destierro, irán al destierro”.

3-4 »Les voy a mandar cuatro castigos diferentes: primero, morirán en la guerra; luego los arrastrarán los perros; además, los devorarán las aves del cielo; y finalmente los destrozarán las fieras del campo. Esto lo haré por culpa de Manasés hijo de Ezequías. No me he olvidado de lo que este rey de Judá hizo en Jerusalén. ¡Yo haré que todos los reinos de la tierra se asusten al verlos! Te juro que así será».

Morirán los habitantes de Jerusalén

5-6 Dios dijo a su pueblo:

«Jerusalén, Jerusalén,

me rechazaste; me traicionaste.

¿Quién va a llorar por ti?

¿Quién va a tenerte compasión?

¿Quién va a desear que te vaya bien?

Yo estoy cansado ya

de tenerte compasión,

así que te atacaré y te destruiré;

7 te arrojaré fuera de la ciudad,

como si fueras paja en el viento.

¡Voy a dejarte sin habitantes

porque no quisiste volverte a mí!

8 Habrá tantas viudas en el pueblo,

como arena hay en el mar;

¡a plena luz del día destruiré

a las madres de hijos jóvenes!

De repente enviaré contra ellas

la angustia y el terror.

9 Las que hayan tenido muchos hijos

se desmayarán y perderán la vida.

Quedarán humilladas y en vergüenza,

pues la brillante luz del día

se les volverá densa oscuridad.

¡Yo dejaré que sus enemigos

maten a los que queden con vida!

Les juro que así será».

Lamento de Jeremías

10 Jeremías dijo:

«¡Sufro mucho, madre mía!

¡Mejor no hubiera yo nacido!

A nadie le hice daño,

pero todos me maldicen

y me acusan de rebelde.

11 »Dios prometió protegerme

en momentos difíciles,

y hacer que mis enemigos

me pidieran compasión».

Esclavizados en un país ajeno

12 Dios le dijo a su pueblo:

«No hay quien pueda vencer

a los ejércitos de Asiria y Babilonia.

13 Ustedes hanpecadotanto

que yo les entregaré a sus enemigos

todas sus riquezas y tesoros.

14 Estoy tan enojado con ustedes

que los quemaré como el fuego.

Los haré esclavos de sus enemigos

en un país que no conocen».

Queja de Jeremías

15 Jeremías dijo:

«Dios mío, tú lo sabes todo;

tú bien sabes que, por ti,

me insultan a todas horas.

¡Acuérdate de mí, y ven a ayudarme!

¡No te quedes cruzado de brazos

y castiga a los que me persiguen,

antes de que me maten!

16 »Todopoderoso Dios de Israel,

cuando tú me hablaste,

tomé en serio tu mensaje.

Mi corazón se llenó de alegría

al escuchar tus palabras,

porque yo soy tuyo.

17 »Yo no ando de fiesta en fiesta,

ni me interesa divertirme.

Prefiero estar solo, porque estoy contigo

y comparto tu odio por elpecado.

18 ¿Por qué tengo, entonces,

que sufrir este dolor constante?

¿Por qué no sanan mis heridas?

Realmente, me decepcionas;

eres, para mí, como un arroyo seco;

¡como una fuente sin agua!»

Dios acompaña a Jeremías

19 Dios me contestó:

«Yo soy el Dios de Israel.

Si te vuelves a mí,

yo calmaré tu dolor

y podrás de nuevo servirme.

Si dejas de hablar tonterías,

y comienzas a anunciar

lo que realmente vale la pena,

entonces tú serás miprofeta.

No le hagas caso al pueblo;

son ellos quienes deben escucharte.

20-21 »Yo haré que seas para este pueblo

como un fuerte muro de bronce.

Los malvados pelearán contra ti,

pero no te podrán vencer,

porque yo estaré contigo

para librarte de su poder.

¡Yo te salvaré de esos tiranos!

Te juro que así lo haré».

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Jeremías 16

Jeremías no debe casarse

1-3 Dios me dijo:

«Jeremías, no te cases en este país, ni tengas hijos ni hijas, porque de todos los que viven en este país,

4 algunos morirán de enfermedades horribles, otros morirán de hambre y otros en la guerra. Nadie llorará por ellos, ni los sepultará. Sus cadáveres quedarán tendidos sobre el suelo, como si fueran basura, y con ellos se alimentarán las aves del cielo y los animales salvajes.

5 »He decidido retirar de este pueblo mi paz, mi amor y mi compasión. Así que no vayas a ningún entierro, ni llores por ningún muerto.

6 En este país todos morirán, sean ricos o pobres, y nadie llorará por ellos ni los sepultará, ni guardará luto.

7 Nadie ofrecerá una comida para consolar a los que hayan perdido a un ser querido. A nadie se le ofrecerá consuelo, aunque haya muerto su padre o su madre.

8 »Tampoco vayas a ninguna boda, ni comas ni bebas nada allí.

9 Yo, el todopoderoso Dios de Israel, te digo que pondré fin a los gritos de alegría y de entusiasmo, y a las canciones de los novios y de las novias. Eso lo verán con sus propios ojos.

10 »Cuando comuniques todo esto al pueblo, te van a preguntar por qué decidí enviarles esta terrible desgracia. También preguntarán si se han portado mal, y si acaso hanpecadocontra mí.

11 Respóndeles que eso les pasa porque susantepasadosme rechazaron, no obedecieron mis enseñanzas y creyeron en otros dioses, a los cuales sirvieron yadoraron. Te juro que así fue.

12 Pero diles que ellos son peores que sus antepasados, porque no me obedecen. Ellos insisten en llevar a cabo sus planes malvados.

13 Por eso no les voy a tener compasión. Más bien, los echaré fuera de esta tierra; los llevaré a un país que ni ellos ni sus antepasados conocieron. Allá tendrán que adorar a otros dioses, día y noche.

14 »Llegará el día en que ya no dirán: “Viva Dios, que sacó de Egipto a los israelitas”;

15 sino que dirán: “Viva Dios, que sacó a los israelitas del país de los asirios y de los babilonios, y de todos los países adonde los obligó a ir”. Pero yo te aseguro que, en el futuro, haré que vuelvan a la tierra que les regalé a sus antepasados.

16 »Por lo pronto, voy a hacer que vengan muchos enemigos, y que los pesquen como si fueran peces. Después de eso, haré que vengan muchos enemigos y los persigan por todas las montañas y colinas, y hasta en las grietas de las rocas, como si fueran cazadores tras su presa.

17 Yo estoy enterado de todo lo que ellos hacen, pues no hay nada que yo no sepa. Ellos no me pueden ocultar ninguno de sus pecados.

18 Antes que nada, les daré un castigo doble por los terribles pecados que han cometido. Le han quitado al país su buena fama; ¡lo han llenado deídolosmalolientes que no tienen vida!»

Oración de Jeremías

19-20 Yo, Jeremías, le rogué a Dios:

«Dios mío, tú me das nuevas fuerzas;

cuando me encuentro en peligro,

tú eres mi refugio.

Desde los lugares más lejanos del mundo

vendrán a ti las naciones, y dirán:

“Nuestrosantepasados

fabricaron dioses falsos

que no sirven para nada”».

21 Dios me respondió:

«Voy a mostrarles mi gran poder;

ahora sabrán quién soy yo:

¡Yo soy el único Dios de Israel!»

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Jeremías 17

Dios castigará a Judá por su pecado

1 Dios le dijo a su pueblo:

«Gente de Judá,

ustedes llevan elpecado

grabado en el corazón.

Sus altares están marcados

con su rebelión.

2-3 »Los altares y las imágenes de Astarté

que ustedes levantaron

bajo los grandes árboles

y en las altas colinas

son un peligro para sus hijos.

»Yo entregaré a sus enemigos

todo lo que ustedes tienen,

hasta sus altares y tesoros.

Esto lo haré por los pecados

que cometieron en su territorio.

4 Por su propia culpa perderán

el país que yo les había dado.

Serán esclavos en una tierra

que ustedes no conocen.

»¡Es tan grande mi enojo

que parece un fuego

que nunca se apaga!

5 »Yo, el Dios de Israel, declaro:

“¡Maldito quien confía en los demás!

¡Maldito quien confía en sí mismo!

¡Maldito quien se aleja de mí!

6 Son como las espinas del desierto,

que nunca disfrutarán del agua,

pues viven en tierras áridas,

donde nada crece.

7 ”¡Perobenditossean aquellos

que solo confían en mí!

8 Son como árboles plantados

a la orilla de un río:

extienden sus raíces hacia la corriente,

el calor no les causa ningún daño,

sus hojas siempre están verdes

y todo el año dan fruto.

9 ”Ustedes se creen buenos,

pero son malos y mentirosos;

¡no tienen remedio!

10 Solo yo, el Dios de Israel,

sé muy bien lo que piensan,

y los castigaré por su mala conducta.

11 ”Los que se vuelven ricos

haciendo trampa,

perderán sus riquezas

y, cuando menos lo esperen,

acabarán en la miseria”».

Jeremías pide protección

12 Yo, Jeremías, dije:

«El templo donde tienes tu trono

desde un principio está en lo alto;

¡es un lugar muy hermoso!

13 »Los que te abandonan

quedarán avergonzados.

¡Desaparecerán como el polvo

que se lleva el viento!

»Solo tú, Dios de Israel,

eres la fuente de vida.

¡Tú eres nuestra única esperanza!

14 »Dios mío,

solo tú mereces mis alabanzas.

¡Devuélveme la salud,

dame salvación!

Así viviré feliz y en paz.

15 »La gente de Judá me dice:

“Dios no ha cumplido sus promesas.

¡Queremos que se cumplan ya!”

16 »Dios mío, yo no te pedí

que castigues a tu pueblo;

al contrario, lo cuidé

como un pastor a sus ovejas.

17 Cuando estoy en peligro,

tú me proteges.

¡No dejes que el miedo

se apodere de mí!

18 ¡Avergüenza a mis enemigos,

pero no me avergüences a mí!

¡Haz que tiemblen de miedo,

pero a mí no me asustes!

¡Mándales tiempos difíciles,

y destrúyelos de una vez!»

El día de descanso

19 Dios me dijo:

«Jeremías, ve a todos los portones de Jerusalén, y repite allí el mensaje que te voy a dar. Comienza por el portón principal, que es por donde entran y salen los reyes de Judá.

20 Esto es lo que tienes que decir:

“Reyes de Judá y habitantes del país, y todos los que pasan por estos portones, ¡escuchen la palabra de nuestro Dios!

21 Él me manda a recordarles que elsábadoes día de descanso. Por lo tanto, ese día no lleven ninguna carga, ni la introduzcan por los portones de Jerusalén.

22 Ese día no saquen de sus casas ninguna carga ni hagan ningún tipo de trabajo. El sábado es un día que deben dedicar a Dios; así se lo ordenó a nuestrosantepasados.

23 ”Ustedes, los que viven en Judá, no han querido obedecer a Dios; al contrario, se empeñan en desobedecerlo y no quieren ser disciplinados.

24 Pero si siguen fielmente las instrucciones acerca del sábado, y se lo dedican a Dios tal como ya les dije, Dios les asegura

25 que por estas puertas entrarán reyes y príncipes, y se sentarán en el trono de David para reinar sobre esta ciudad. Entrarán montados en carros y en caballos, seguidos por la gente de Jerusalén y de las otras ciudades de Judá. Además, la ciudad de Jerusalén siempre será habitada.

26 Vendrán al templo todos los habitantes del país, y darán gracias a Dios conofrendasde cereal y deincienso, que son las que le agradan.

27 ”Pero si ustedes no siguen las instrucciones de Dios acerca del sábado, sino que en ese día introducen cargas por los portones de Jerusalén, entonces les prenderé fuego a esos portones. Ese fuego no podrá ser apagado, sino que quemará toda la ciudad, junto con los palacios de Jerusalén”».

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Jeremías 18

Parábola del alfarero

1 Dios me dijo:

2 «Jeremías, ve al taller del alfarero. Allí voy a darte un mensaje».

3 Yo fui y me encontré al alfarero haciendo en el torno vasijas de barro.

4 Cada vez que una vasija se le dañaba, volvía a hacer otra, hasta que la nueva vasija quedaba como él quería.

5 Allí Dios me dio este mensaje

6 para los israelitas:

«Ustedes están en mis manos. Yo puedo hacer con ustedes lo mismo que este alfarero hace con el barro.

7 En el momento que yo quiera, puedo amenazar a una nación o a un reino, y anunciarle su completa destrucción.

8 Pero si esa nación deja de hacer lo malo, entonces yo decidiré no castigarlos como pensaba hacerlo.

9 En algún otro momento, puedo decidir que alguna nación o reino prospere y llegue a tener mucho poder.

10 Pero si esa nación hace lo malo y no me obedece, entonces decidiré no darle todo lo bueno que había pensado darle».

Dios abandonará a su pueblo

11 Luego Dios me dijo:

«Jeremías, adviérteles a la gente de Judá, y a los que viven en Jerusalén, que yo, el Dios de Israel, estoy por enviarles un desastre. Diles que dejen ya de hacer lo malo, y que mejoren por completo su manera de vivir.

12 Ellos te dirán que no insistas, que van a seguir viviendo como les dé la gana, y que cada uno seguirá haciendo todo lo malo que les dicte su malvado corazón.

13 »Por lo tanto, yo les digo:

“Este pueblo dice ser mío,

pero pregunten entre las naciones

y verán que ningún otro pueblo

ha hecho cosas tan terribles.

14 Las altas montañas del Líbano

nunca se han quedado sin nieve;

ni tampoco han dejado de correr

las frías aguas de las montañas.

15 Pero este pueblo cambia a cada rato,

pues se olvida de mí

yadoraídolosinútiles.

No sigue las enseñanzas

que desde un principio le di,

ni se da cuenta del peligro

de seguir las malas costumbres

de las otras naciones.

16-17 Por eso enviaré un ejército poderoso

y los haré huir ante sus enemigos.

¡Su país será destruido;

será la burla de todas las naciones!

Los que pasen y lo vean,

no podrán disimular su asombro.

¡Ese día sabrán que los he abandonado!”»

Planes contra Jeremías

18 La gente comenzó a hacer planes en contra de Jeremías. Decían:

«Acusémoslo de algún crimen, y así lo callaremos para siempre. De todos modos, nunca nos faltará unsacerdoteque nos enseñe la ley, ni unsabioque nos dé consejos, ni unprofetaque nos hable de parte de Dios».

Oración de Jeremías

19 Jeremías oró así:

«Dios mío,

escucha los gritos de mis enemigos.

20-22 ¡Han cavado un pozo

para hacerme caer en él!

¡No es justo que así me paguen

todo el bien que les he hecho!

¡Recuerda que vine a pedirte

que no los castigues!

¡Quítales la vida a sus hijos!

¡Haz que se mueran de hambre,

o que los maten en la guerra!

¡Que los hombres mueran asesinados!

¡Que las mujeres se queden viudas

y sin hijos que las ayuden!

¡Que los jóvenes mueran en la guerra!

¡Que se oigan sus gritos de angustia

cuando envíes contra ellos

un ejército poderoso!

23 »Dios mío,

tú sabes que ellos piensan matarme.

¡No olvides suspecados,

ni les perdones ningún crimen!

¡Desata tu furia contra ellos!

¡Hazlos caer derrotados!»

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Jeremías 19

La vasija rota

1-4 Dios me dijo:

«Jeremías, compra en el taller del alfarero una vasija de barro, y ve al valle de Ben-hinom, que está a la entrada del portón oriental. Haz que te acompañen algunos jefes del pueblo y lossacerdotesmás importantes. Cuando llegues allá, diles a los reyes de Judá y a los habitantes de Jerusalén que presten atención a mis palabras. Este es el mensaje que les darás de mi parte:

“Ustedes son mi pueblo, pero me abandonaron. Para colmo, me ofendieron aladoraren este valle a otros dioses. Esos dioses nunca se preocuparon por ustedes, ni por sus padres, ni por los reyes de Judá. Por eso yo, el todopoderoso Dios de Israel, voy a mandarles un desastre tan terrible, que quienes lo sepan temblarán de miedo.

”En este mismo valle ustedes han matado a mucha gente inocente.

5 Han construido altares a Baal, y en ellos han presentado a sus hijos comoofrendaa ese dios. ¡Pero eso es algo que yo nunca les ordené! ¡Jamás lo mencioné, y ni siquiera me pasó por la mente!

6 Llegará el momento en que este lugar no se llamará santuario de Tófet ni valle de Ben-hinom; más bien, se le conocerá como Valle de la Matanza.

7 Yo desbarataré aquí los planes de la gente de Judá y de Jerusalén; los entregaré a sus enemigos, para que los maten en el campo de batalla. Allí quedarán tendidos los cadáveres, y haré que se los coman las aves del cielo y las fieras salvajes.

8 ”A Jerusalén la convertiré en un lugar horrible. Los que pasen por aquí verán con asombro cómo quedó la ciudad, y se burlarán de ella.

9 Sus enemigos rodearán la ciudad para destruir a sus habitantes. Habrá tanta falta de comida que la gente se comerá a sus propios hijos, y hasta se comerán los unos a los otros”.

10 »Tan pronto anuncies este mensaje, dirígete a los jefes y a los sacerdotes, y rompe en mil pedazos la vasija de barro.

11 Entonces les dirás de mi parte:

“Yo, el Dios todopoderoso, romperé en mil pedazos esta nación y esta ciudad, y ya no podrán volver a levantarse. Tendrán que enterrar a sus muertos en el santuario de Tófet, porque no habrá otro lugar donde enterrarlos.

12 La ciudad quedará arruinada, lo mismo que el santuario de Tófet. Les juro que así será.

13 No permitiré que se me adore en las casas de Jerusalén ni en los palacios de los reyes de Judá, pues en sus azoteas se quemóinciensopara adorar a las estrellas de los cielos, y también ofrendaron bebidas a otros dioses. Ni en el santuario de Tófet ni en esos lugares permitiré que me adoren”».

14 Cuando Jeremías volvió deprofetizaren el santuario de Tófet, se detuvo a la entrada del templo de Dios. Desde allí dijo a todo el pueblo:

15 «Así dice el todopoderoso Dios de Israel: “Esta ciudad y sus pueblos vecinos se han empeñado en desobedecerme. Por eso les voy a mandar todas las desgracias que les he anunciado”».

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Jeremías 20

Jeremías y el sacerdote Pashur

1-2 Cuando Pashur hijo de Imer oyó lo que elprofetaJeremías estaba predicando, ordenó que lo golpearan y lo metieran en la cárcel que estaba a un lado de la entrada de Benjamín, cerca del templo de Dios.

3 Sin embargo, a la mañana siguiente Pashur mandó que lo sacaran. Entonces Jeremías le dijo:

«Dios te va a cambiar de nombre. En vez de Pashur, te vas a llamar Magor-misabib, que quiere decir, “terror por todas partes”.

4 Porque Dios dice que tú serás un terror para ti mismo y para tus amigos. ¡Hasta verás cuando el enemigo mate a tus amigos! A todos los habitantes de Judá los entregaré al rey de Babilonia, para que se los lleve como esclavos a su país o para que los mate.

5 Además, a los enemigos de Judá les daré toda la riqueza de esta ciudad, junto con todos los tesoros de los reyes de Judá. Todo eso lo tomarán y se lo llevarán a Babilonia.

6 Y tú, Pashur, serás esclavo en Babilonia junto con toda tu familia. Allá morirás y serás enterrado; y lo mismo les pasará a todos tus amigos, a quienes les decías puras mentiras».

Protesta de Jeremías

7 Jeremías le dijo a Dios:

«Dios mío,

con lindas palabras me llamaste,

y yo acepté tu invitación.

Eres más fuerte que yo,

y por eso me convenciste.

»A toda hora

la gente se burla de mí.

8 Cada vez que abro la boca,

tengo que gritar:

“¡Ya viene el desastre!

¡Ha llegado la destrucción!”

No hay día que no me ofendan

por predicar tu mensaje.

9 »Hay días en que quisiera

no acordarme más de ti

ni anunciar más tus mensajes;

pero tus palabras

arden dentro de mí;

¡son un fuego

que me quema hasta los huesos!

He tratado de no hablar,

¡pero no me puedo quedar callado!

10 »La gente, en tono burlón, me grita:

“¡Hay terror por todas partes!”

También los oigo cuando dicen:

“¡Vamos a denunciarlo!”

Hasta mis mejores amigos

quieren que yo cometa un error;

buscan cómo ponerme una trampa

para derrotarme y vengarse de mí.

11-12 »Pero tú, mi Dios,

eres el Todopoderoso.

Tú examinas al que es justo

y sabes lo que pensamos y deseamos.

Eres un guerrero invencible,

y siempre estás a mi lado;

por eso no podrán vencerme

los que me persiguen;

¡quiero ver cómo los castigas,

porque en ti confío!

¡Quiero ver cómo los derrotas

y los pones en vergüenza!

¡Que nunca nadie se olvide

de que tú los derrotaste!

13 Alabemos a nuestro Dios,

porque él libera a los pobres

de las garras de los malvados.

14-15 »¡Maldito el día en que nací!

Maldito el que le dijo a mi padre:

“¡Te felicito! ¡Tuviste un hijo varón!”

16 ¡Cómo quisiera que ese tipo

terminara como las ciudades

que Dios destruyó sin compasión!

¡Quisiera que se vuelva loco de remate!

17-18 »¿Por qué tuve que nacer,

si vivo solo para sufrir?

Si voy a morir humillado,

mejor hubiera nacido muerto.

¡Así mi tumba habría sido

el vientre de mi madre!»