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2 Crónicas 11

1 Cuando Roboam llegó a Jerusalén, reunió a ciento ochenta mil soldados que eligió de entre todas las familias de Judá y de latribude Benjamín, para luchar contra las demás tribus y recuperar el poder sobre todo Israel.

2 Pero Dios habló con Semaías, un hombre que amaba y respetaba a Dios, y le dijo:

3 «Debes darle a Roboam, y a todos los de la tribu de Judá y de Benjamín, este mensaje:

4 “Dios no quiere que haya guerra contra las demás tribus de Israel, pues ellos son sus parientes. Vuelvan a sus casas, pues es una orden de Dios”».

Al escuchar este mensaje, todos regresaron a sus casas y no atacaron a Jeroboam.

Roboam protege sus ciudades

5-12 Roboam se quedó a vivir en Jerusalén, y logró mantener bajo su control las ciudades de lastribusde Judá y de Benjamín. Pudo hacerlo porque protegió y fortaleció algunas ciudades hasta el punto de convertirlas en fortalezas. Además de construir fuertes murallas alrededor de ellas, puso en cada ciudad a jefes del ejército, y los armó con escudos y lanzas. Además, almacenó en las ciudades suficiente comida, aceite y vino.

Estas son las ciudades que reforzó:

Belén,

Etam,

Tecoa,

Bet-sur,

Socó,

Adulam,

Gat,

Maresá,

Zif,

Adoraim,

Laquis,

Azecá,

Sorá,

Aialón y

Hebrón.

Los sacerdotes y levitas se unen a Roboam

13-15 Jeroboam hizo altares para que la genteadoraraa losídolosy toros que él había fabricado. También nombró sus propiossacerdotes, y él y sus hijos expulsaron a los sacerdotes que servían a Dios. Por esa razón, los sacerdotes y levitas de todo Israel dejaron sus tierras y posesiones, y se unieron a Roboam. Se quedaron a vivir en Jerusalén y en el territorio de Judá.

16 Con ellos, llegaron a Jerusalén israelitas de todas lastribus. Era gente que con toda sinceridad quería adorar al Dios de Israel, el Dios de susantepasados.

17 Durante tres años, toda esta gente le dio su apoyo a Roboam hijo de Salomón, y así fortalecieron el reino de Judá, siguiendo el buen ejemplo de David y Salomón.

La familia de Roboam

18 Roboam se casó con Mahalat, que era hija de Jerimot y Abihail. Jerimot era hijo de David, y Abihail era hija de Eliab y nieta de Jesé.

19 Roboam y Mahalat tuvieron tres hijos:

Jehús,

Semarías,

Záham.

20 Roboam también se casó con Maacá hija de Absalón, y tuvo cuatro hijos:

Abiam,

Atai,

Ziza,

Selomit.

21 Roboam tuvo dieciocho esposas y sesenta mujeres, con las cuales tuvo veintiocho hijos y sesenta hijas.

Como Roboam amaba a Maacá más que a todas sus mujeres,

22 y quería que su hijo Abiam fuera el rey, lo nombró jefe de todos sus hermanos.

23 Pero también fue astuto, y envió a sus demás hijos a vivir en diferentes partes del territorio de Judá y de Benjamín. Los nombró jefes de las ciudades que había transformado en fortalezas, y les dio provisiones en abundancia y muchas esposas.

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2 Crónicas 12

El rey de Egipto conquista Judá

1-9 En cuanto Roboam se dio cuenta de que su reino era firme y poderoso, él y todo el pueblo de Israel dejaron de obedecer la ley de Dios. Por esa razón, cuando Roboam cumplió cinco años en el reinado, Dios permitió que Sisac, rey de Egipto, conquistara a los israelitas.

Sisac tenía un ejército de mil doscientos carros de combate y sesenta mil jinetes; además, venían con él soldados libios, suquienos y etíopes, en tal cantidad que no se podían contar.

El rey de Egipto fue conquistando, una tras otra, las ciudades y fortalezas de Judá, y finalmente llegó hasta Jerusalén. Los principales jefes de Judá se habían reunido allí con Roboam, y fue entonces cuando elprofetaSemaías les dijo: «Este es el mensaje de Dios para ustedes: “Como se olvidaron de mí, ahora yo los abandono y los dejo bajo el poder de Sisac”».

Entonces los jefes y el rey reconocieron con humildad su maldad y confesaron: «¡El castigo de Dios es justo!»

Cuando Dios se dio cuenta de que habían reconocido con humildad supecado, les mandó este mensaje por medio de Semaías:

«Ustedes han sido humildes al reconocer su pecado, y por eso no dejaré que Sisac destruya por completo Jerusalén. En poco tiempo los liberaré de su poder. Sin embargo, para que sepan cuán diferente es servirme a mí, que servir a los reyes de este mundo, serán servidores del rey de Egipto».

Entonces Sisac atacó y conquistó a Jerusalén. Se llevó todos los tesoros del templo de Dios y del palacio real, incluyendo los escudos de oro que había hecho Salomón.

10 Luego Roboam hizo escudos de bronce en lugar de los de oro, y los puso al cuidado de los oficiales que vigilaban la entrada de su palacio.

11 Cada vez que el rey iba al templo, los vigilantes llevaban los escudos. Cuando regresaban, los ponían de nuevo en el cuartel.

12 Sin embargo, como Roboam se había humillado, Dios no permitió que Jerusalén fuera totalmente destruida, pues aún había algo bueno en Judá.

13 De hecho, Roboam recuperó su poder y siguió reinando en Jerusalén, que era la ciudad que Dios había elegido de entre todas lastribusde Israel, para vivir en ella.

Roboam tenía cuarenta y un años de edad cuando comenzó a reinar, y su reinado duró diecisiete años. Su madre se llamaba Naamá, y era amonita.

14 Pero su conducta fue mala, pues no obedeció a Dios con sinceridad.

Muerte de Roboam

15-16 15-16 (15)Roboam y Jeroboam siempre estuvieron en guerra. La historia de Roboam, de principio a fin, está escrita en estos libros: «Las historias delprofetaSemaías» y «Los mensajes del profeta Iddo».

17 17 (16)Cuando Roboam murió, lo enterraron en la Ciudad de David, en la tumba de susantepasados. Su hijo Abiam reinó en su lugar.

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2 Crónicas 13

Abiam, rey de Judá

1 Abiam comenzó a reinar cuando Jeroboam tenía ya dieciocho años de gobernar en Israel.

2 La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró tres años. Su madre se llamaba Micaías y era hija de Uriel de Guibeá.

Y también hubo guerra entre Abiam y Jeroboam.

3 Abiam eligió para la batalla a cuatrocientos mil soldados de los más valientes. Por su parte, Jeroboam eligió para la batalla a ochocientos mil valientes soldados.

4 Cuando estaba a punto de comenzar la batalla, Abiam subió a la parte más alta de Semaraim, que está en la montaña de Efraín, y gritó:

«¡Jeroboam! ¡Soldados de Israel! ¡Escúchenme!

5 ¿Acaso no recuerdan que Dios hizo unpactocon David y susdescendientes, y les prometió que ellos reinarían sobre Israel por siempre?

6 »Sin embargo, tú, Jeroboam, que no eras más que un sirviente de Salomón, te pusiste en su contra.

7 Te has rodeado de un grupo de malvados, buenos para nada. Son los mismos que mal aconsejaron a Roboam, el hijo de Salomón, y como él era muy joven e indeciso, no pudo enfrentarse a ellos.

8 »Dios reina en Israel por medio de los descendientes de David. Pero ahora ustedes creen que podrán vencer a nuestro Dios. Confían en que son muchísimos, y creen que les ayudarán sus dioses, ¡esos toros de oro que Jeroboam les hizo!, creen que podrán vencer a nuestro Dios.

9 »Además, ustedes han expulsado a lossacerdotesy a sus ayudantes, a los cuales Dios había elegido, ¡y han nombrado a sus propios sacerdotes! Se están comportando como los pueblos que no conocen al Dios verdadero: nombran como sacerdote de esos dioses falsos a cualquier fulano que traiga comoofrendaun ternero y siete carneros.

10 »Nosotros, al contrario,adoramosa nuestro Dios, y no lo hemos traicionado. Nuestros sacerdotes son los descendientes de Aarón, y sus ayudantes son de latribude Leví, a quienes Dios eligió para que le sirvieran.

11 »Tal y como Dios lo mandó, cada mañana y cada tarde ellos le presentansacrificioseincienso; todas las tardes van a la mesa que ha sido preparada para la adoración, y colocan en ella el pan ofrecido a Dios, y encienden las lámparas del candelabro de oro. ¡Nada de esto hacen ustedes!

12 »Yo les advierto que nuestro capitán es Dios, y que sus sacerdotes están listos para tocar sus trompetas y dar la señal de guerra. Ustedes no podrán ganarnos, así que les aconsejo no pelear contra el Dios de susantepasados».

13-14 Mientras Abiam hablaba, Jeroboam envió una parte de su ejército para que atacara por detrás al ejército de Abiam. Cuando los de Judá se dieron cuenta de que los iban a atacar por el frente y por detrás, le rogaron a Dios que los ayudara. Entonces los sacerdotes tocaron las trompetas,

15-19 y cuando el ejército de Judá lanzó el grito de guerra, Dios permitió que Abiam y sus hombres derrotaran a Jeroboam. Todo el ejército de Jeroboam salió huyendo de los hombres de Judá, quienes los persiguieron. Los de Judá lograron matar a quinientos mil de los mejores soldados de Jeroboam, y recuperaron las ciudades de Betel, Jesaná y Efraín, junto con las aldeas que las rodeaban.

Ese día, el ejército de Judá obtuvo una gran victoria porque confiaron en el Dios de sus antepasados. Por el contrario, los de Jeroboam sufrieron una gran derrota.

20 Mientras Abiam fue rey, Jeroboam nunca recobró su poder. Un día, Dios hirió a Jeroboam, y este murió.

21 Por su parte, Abiam llegó a ser muy poderoso. Tuvo catorce esposas, veintidós hijos y dieciséis hijas.

22 El resto de la historia de Abiam, y sus acciones y sus palabras, está escrito en el «Comentario delprofetaIddo».

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2 Crónicas 14

Asá, rey de Judá

1-5 1-5 (13.23—14.4)Cuando Abiam murió, lo enterraron en la Ciudad de David. Asá, su hijo, reinó en su lugar, y en esa época Dios le permitió al pueblo disfrutar de diez años de paz.

Asá obedeció a Dios en todo, y mandó quitar de todas las ciudades de Judá los pequeños templos de las colinas, en los que el puebloadorabaa dioses falsos; hizo pedazos losídolosy las imágenes de la diosa Astarté. Además, le ordenó a toda la gente de Judá que adorara al Dios de susantepasadosy que siempre obedeciera su ley.

6-7 6-7 (5-6)Asá aprovechó que había paz, y le dijo al pueblo:

«Dios nos ha permitido estar en paz con nuestros enemigos, pues hemos vuelto a obedecer susmandamientos. ¡Ahora es el momento de reforzar la seguridad de nuestras ciudades! Vamos a construir murallas alrededor de ellas, y torres y puertas con buenos seguros».

El pueblo estuvo de acuerdo, y logró fortalecer las ciudades con gran éxito.

Guerra de Asá contra Zérah

8-9 8-9 (7-8)Tiempo después, Zérah, que era de Etiopía, le declaró la guerra a Judá. Al frente de un ejército muy numeroso y de trescientos carros de combate, llegó hasta Maresá, muy cerca de Jerusalén.

Aunque Asá tenía un ejército de valientes soldados armados con escudos y lanzas, eran apenas trescientos mil soldados de latribude Judá, y doscientos ochenta mil de la tribu de Benjamín.

10 10 (9)Sin embargo, Asá decidió enfrentarse a Zérah y a su ejército, y colocó a sus hombres en posición para la batalla en el valle de Sefata, que está muy cerca de Maresá.

11 11 (10)Luego oró a Dios, diciendo:

«Dios nuestro, nos hemos atrevido a pelear contra este ejército tan grande, porque confiamos en ti y queremos honrarte. No hay nadie como tú para ayudar al débil y liberarlo del poderoso. Por eso te rogamos que nos ayudes. ¡Tú eres nuestro Dios! ¡Sabemos que nadie te puede vencer!»

12-13 12-13 (11-12)Y efectivamente, Dios y su ejército acabaron con los etíopes. Zérah y su ejército salieron huyendo, pero los hombres de Judá los persiguieron hasta Guerar, y los mataron a todos sin dejar un solo etíope vivo. Luego se apoderaron de todas sus pertenencias.

14 14 (13)Al ver esto, la gente de los poblados cercanos a Guerar tuvo mucho miedo de Dios. Y el ejército de Judá se aprovechó de eso para quitarle a esa gente sus abundantes riquezas.

15 15 (14)Atacaron también los campamentos donde había ganado, y se apoderaron de muchísimas ovejas y camellos. Finalmente volvieron a Jerusalén.

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2 Crónicas 15

Asá es fiel a Dios

1-6 El espíritu de Dios le dio alprofetaAzarías hijo de Oded un mensaje para el rey Asá, el cual decía:

«¡Tú, Asá, y ustedes,tribusde Judá y de Benjamín, pongan atención! Hace mucho tiempo, Israel había dejado deadoraral Dios verdadero, y no tuvosacerdotesque le enseñasen su ley. En esos días, Dios castigaba a los pueblos con toda clase de angustias. Por todas partes, la gente vivía con mucha inseguridad y temor. Había guerras entre los pueblos y entre las ciudades; nadie estaba tranquilo.

»Aun así, cuando nuestra gente estaba angustiada, se arrepentía y se acercaba a nuestro Dios. Él siempre los recibía. Por eso ahora les digo: Si ustedes le son fieles, él estará siempre con ustedes; cuando lo necesiten, podrán encontrarlo; pero si ustedes lo abandonan, él también los abandonará.

7 ¡Sean valientes, no dejen de obedecer a Dios, y él les dará su recompensa!»

8 Cuando Asá escuchó al profeta, tuvo el valor de destruir los horriblesídolosque había en todo el territorio de Judá y de Benjamín, y en las ciudades que había conquistado en la montaña de Efraín. Al mismo tiempo, reparó el altar de Dios que estaba frente a la entrada del templo.

9 Después Asá mandó llamar a toda la gente de las tribus de Judá y de Benjamín. Y como en su territorio vivían muchos de las tribus de Efraín, de Manasés y de Simeón, también ellos respondieron al llamado del rey. Estos se habían unido a Asá porque se dieron cuenta de que Dios lo ayudaba en todo.

10 El mes de Siván del año quince del reinado de Asá llegaron todos a Jerusalén,

11 y ese día leofrendarona Dios setecientas reses y siete mil ovejas, que antes le habían quitado a sus enemigos.

12-15 Fue entonces cuando hicieron unpactoy juraron en voz alta que con toda sinceridad se esforzarían en obedecer solamente al Dios de susantepasados. También prometieron que quien no lo hiciera sería condenado a muerte, sin importar su edad o sexo.

Cuando terminaron el juramento, todo el pueblo de Judá se llenó de alegría. Festejaron con gritos de gozo y música de trompetas y cuernos, pues Dios los había aceptado. Y como Dios vio que el pueblo había sido sincero, losbendijoy les permitió vivir en paz con todos los pueblos vecinos.

16 Asá le quitó a su abuela Maacá su autoridad de reina madre, porque ella había hecho una imagen de la diosa Astarté. El rey Asá destruyó esa imagen y la quemó en el arroyo de Cedrón.

17 Y aunque no todos los pequeños templos de las colinas se destruyeron, Asá fue fiel a Dios durante toda su vida.

18 También llevó al templo todos los objetos de oro y plata que tanto él como su padre le habían prometido a Dios.

19 Y no hubo guerras hasta el año treinta y cinco del reinado de Asá.

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2 Crónicas 16

Guerra entre Asá y Baasá

1 Pero al año siguiente, Baasá, el rey de Israel, fue a atacar a Asá, rey de Judá, y lo primero que hizo fue conquistar la ciudad de Ramá. Enseguida comenzó a convertir a esa ciudad en una fortaleza, y puso en ella soldados, porque desde allí podía impedir que cualquiera entrara o saliera del territorio gobernado por Asá.

2 Entonces Asá tomó toda la plata y el oro que había en los tesoros del templo y del palacio del rey, y se los envió a Ben-hadad, rey de Siria, que vivía en la ciudad de Damasco. Además le envió este mensaje:

3 «Hagamos un pacto tú y yo, como lo hicieron tu padre y el mío. Yo te envío plata y oro a cambio de que rompas el pacto que hiciste con Baasá, para que deje de atacarme».

4 Ben-hadad estuvo de acuerdo y envió a los jefes de su ejército a pelear contra las ciudades de Israel. Así conquistó las ciudades de Iión, Dan, Abel-maim, y todas las ciudades de Neftalí en las que se almacenaban alimentos.

5 Cuando el rey Baasá se enteró de esto, dejó de fortificar Ramá.

6 Entonces el rey Asá le ordenó a todos los de Judá que se llevaran las piedras y la madera que Baasá había usado para fortificar la ciudad de Ramá. Con ese material, el rey Asá fortaleció las ciudades de Gueba y Mispá.

Los pecados de Asá

7-9 Pero en esos días elprofetaHananí fue a hablar con Asá, rey de Judá, y lo reprendió así:

«Nuestro Dios vigila todo el mundo, y siempre está dispuesto a ayudar a quienes lo obedecen y confían en él. Acuérdate de que, gracias a tu confianza en Dios, pudiste derrotar a los etíopes y a los libios, a pesar de que ellos tenían un ejército mucho más poderoso que el tuyo.

»Sin embargo, ahora pusiste tu confianza en el rey de Siria y no en tu Dios; por eso, nunca podrás vencer al ejército sirio. Fuiste muy tonto, y ahora vivirás en guerra toda tu vida».

10 Al oír esto, Asá se enojó tanto contra el profeta que lo encerró en la cárcel. También maltrató con crueldad a varios de los habitantes de la ciudad.

Muerte de Asá

11 La historia de Asá, de principio a fin, está escrita en el libro de la historia de los reyes de Judá y de Israel.

12 A los treinta y nueve años de su reinado, Asá enfermó gravemente de los pies. Sin embargo, tuvo más confianza en los médicos que en la ayuda que Dios podía brindarle.

13 En el año cuarenta y uno de su reinado, Asá murió.

14 Lo pusieron sobre una camilla, con toda clase de perfumes. Luego encendieron en su honor una gran hoguera, y lo enterraron en la tumba que él mismo había mandado hacer en la Ciudad de David, donde estaban enterrados susantepasados.

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2 Crónicas 17

Josafat, rey de Judá

1-9 En lugar de Asá reinó su hijo Josafat. Dios ayudó a Josafat porque se comportó como antes lo había hecho David, suantepasado. Josafat noadoróa las imágenes del dios Baal; además tuvo el valor de quitar, de todo el territorio de Judá, los pequeños templos de las colinas, que se usaban para adorarídolos, y destruyó las imágenes de la diosa Astarté.

Josafat obedeció a Dios, al igual que su padre, pues no siguió el ejemplo de los reyes de Israel. Por el contrario, cuando ya llevaba tres años de gobernar, envió a los oficiales más importantes de su reino a enseñar la ley de Dios a todo el pueblo.

Y ellos así lo hicieron: recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando acerca del libro de laLey. Estos son los nombres de los oficiales que envió el rey:

Ben-hail,

Abdías,

Zacarías,

Natanael,

Micaías.

Con ellos iban los siguientes ayudantes de lossacerdotes:

Semaías,

Netanías,

Zebadías,

Asael,

Semiramot,

Jonatán,

Adonías,

Tobías,

Tobadonías.

También los acompañaban los sacerdotes Elisamá y Joram.

En respuesta, Dios le permitió al rey Josafat tener bajo su control a todo su reino, y logró fortalecer sus ciudades para resistir cualquier ataque de Israel. El rey puso jefes del ejército y tropas en todo el territorio de Judá y en sus ciudades fortificadas, y en las ciudades que Asá había conquistado en el territorio de Efraín.

Además, toda la gente de Judá le hacía regalos. Por eso Josafat llegó a ser muy rico y estimado.

10 Y como todos los países vecinos de Judá le tenían miedo a Dios, no se atrevían a pelear contra Josafat.

11 Por el contrario, para estar en paz con Josafat, algunos de los filisteos le llevaban plata y otros regalos. De la misma manera, los árabes le llevaron siete mil setecientos carneros y la misma cantidad de chivos.

12 Josafat se hacía cada vez más poderoso; construyó en el territorio de Judá fortalezas y ciudades para almacenar alimentos,

13 y llegó a poseer muchas propiedades en las ciudades de Judá. Además, tenía en Jerusalén una guardia de soldados muy valientes.

14 Esta es la lista de los jefes de esos soldados, de acuerdo a latribua la que pertenecían.

De la tribu de Judá:

Adná, jefe principal de trescientos mil soldados.

15 Johanán, jefe de doscientos ochenta mil soldados.

16 Amasías hijo de Zicrí, que servía voluntariamente a Dios, jefe de doscientos mil soldados.

17 De la tribu de Benjamín:

Eliadá, jefe de doscientos mil hombres armados con arcos y escudos.

18 Jozabad, jefe de ciento ochenta mil hombres listos para la guerra.

19 Todos estos hombres estaban bajo las órdenes del rey, al igual que los valientes soldados que el rey había enviado a proteger las fortalezas y ciudades por todo el territorio de Judá.

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2 Crónicas 18

Micaías anuncia que Ahab será vencido

1-3 Josafat llegó a ser muy rico y poderoso. Se casó con una hija de Ahab, quien en ese momento era rey de Israel y vivía en Samaria. Pasados algunos años, Josafat fue a visitar a Ahab. Para celebrar la visita de Josafat y sus acompañantes, Ahab mandó matar muchas ovejas y reses.

Luego Ahab trató de convencer a Josafat de que atacaran juntos la ciudad de Ramot, en la región de Galaad. Esa ciudad pertenecía al rey de Siria. Ahab le dijo a Josafat:

—¿Me ayudarías a quitarle al rey de Siria la ciudad de Ramot de Galaad?

Josafat le contestó:

—Tú y yo somos del mismo pueblo. Así que mi ejército y mis caballos están a tu disposición.

4 Pero antes de ir a luchar, averigua si Dios está de acuerdo.

5 Entonces el rey de Israel reunió a losprofetas, que eran alrededor de cuatrocientos, y les preguntó:

—¿Debo atacar a Ramot de Galaad para recuperarla?

Los profetas contestaron:

—Atácala, porque Dios te la va a entregar.

6 Pero Josafat dijo:

—¿No hay por acá otro profeta de Dios al que le podamos consultar?

7 El rey de Israel le respondió:

—Hay un profeta al que podemos consultar. Se llama Micaías, y es hijo de Imlá. Pero yo lo odio porque nunca me anuncia cosas buenas, sino siempre cosas malas.

Josafat le dijo:

—No digas eso.

8 Entonces el rey de Israel llamó a un oficial y le dijo:

—Trae pronto a Micaías hijo de Imlá.

9 Ahab y Josafat llevaban puestos sus trajes reales y estaban sentados sobre sus tronos en un lugar alto, a la entrada de Samaria. En ese lugar se le quitaba la cáscara al trigo. Delante de ellos estaban todos los profetas dando mensajes.

10 Sedequías hijo de Quenaaná, se había hecho unos cuernos de hierro, y con ellos en la mano gritaba: «Dios ha dicho que con estos cuernos Ahab atacará a los sirios hasta destruirlos».

11 Todos los profetas anunciaban lo mismo, y le decían a Ahab: «Ataca a Ramot de Galaad, porque vas a triunfar. Dios va a darte la ciudad».

12 Mientras tanto, el oficial que había ido a buscar a Micaías, le dijo a este:

—Todos los profetas han anunciado que el rey Ahab vencerá. Habla tú como ellos y anuncia al rey algo bueno.

13 Pero Micaías le contestó:

—Juro por Dios que solo diré lo que Dios me diga.

14 Cuando Micaías se presentó delante del rey, este le preguntó:

—Micaías, ¿debo atacar a Ramot de Galaad?

Micaías le respondió:

—Atácala y triunfarás. Dios te entregará la ciudad.

15 Pero el rey le dijo:

—¿Cuántas veces te he rogado que me digas la verdad de parte de Dios?

16 Micaías contestó:

—Veo a todo el pueblo de Israel desparramado por las montañas. Andan como las ovejas, cuando no tienen pastor. Dios dijo que no tienen quién los dirija. Que cada uno vuelva tranquilo a su hogar.

17 Entonces Ahab le dijo a Josafat:

—¿No te dije que Micaías no me iba a anunciar nada bueno?

18 Micaías dijo:

—No debiste decir eso. Ahora escucha el mensaje que Dios te envía. Yo vi a Dios sentado sobre su trono. Todos losángelesdel cielo estaban de pie, unos a la derecha y otros a la izquierda.

19 Entonces Dios preguntó quién iría a convencer a Ahab de que atacara a Ramot de Galaad y fuera vencido ahí. Unos decían una cosa, mientras que otros decían otra.

20 Pero un espíritu vino delante de Dios y dijo que él iría a convencer a Ahab.

21-22 Dios le preguntó cómo iba a hacerlo. El espíritu dijo que haría que los profetas dijeran mentiras. Dios le permitió ir y hacer que los profetas dijeran mentiras, para convencer a Ahab. Así que Dios ha decidido que en esta batalla seas derrotado.

23 Entonces Sedequías hijo de Quenaaná se acercó, le dio a Micaías una bofetada en la cara y le dijo:

—¿Cómo te atreves a decir que el espíritu de Dios me ha abandonado, y que te ha hablado a ti?

24 Y Micaías le contestó:

—Cuando se cumpla lo que dije, te darás cuenta de que he dicho la verdad, y tendrás que esconderte donde puedas.

25 El rey de Israel ordenó:

—¡Llévense preso a Micaías! Entréguenlo a Amón, el gobernador de la ciudad, y a mi hijo Joás.

26 Díganles que lo pongan en la cárcel, y que no le den más que pan y agua hasta que yo regrese sano y salvo de la batalla.

27 Micaías dijo:

—Si tú regresas sano y salvo, significará que Dios no ha hablado por medio de mí.

Después, dirigiéndose a todos, agregó:

—¡Tengan en cuenta lo que he dicho!

Los sirios vencen a Ahab

28 Ahab y Josafat fueron a atacar Ramot de Galaad.

29 Ahab le dijo a Josafat: «Yo me voy a disfrazar para ir a la batalla, pero tú puedes usar tu propia ropa».

Así que el rey de Israel se disfrazó y fue a luchar.

30 El rey de Siria había dado esta orden a los treinta y dos capitanes de sus carros de combate: «¡Ataquen solo al rey de Israel!»

31-32 Cuando los capitanes vieron a Josafat dijeron: «Seguramente él es el rey de Israel».

Así que lo rodearon para atacarlo, pero Josafat gritó pidiendo ayuda. Y Dios lo ayudó, pues hizo que los capitanes de los carros de combate se dieran cuenta de que no era Ahab, y así dejaran de perseguirlo.

33 Pero un soldado tiró con su arco una flecha al azar e hirió a Ahab. La flecha le entró por uno de los huecos de su armadura. Entonces el rey le dijo al soldado que manejaba su carro: «Da la vuelta y sácame del campo de batalla, porque estoy malherido».

34 Ese día la batalla fue muy dura. Algunos soldados mantuvieron en pie al rey en su carro de combate, para que se enfrentara a los sirios, pero murió al caer la tarde.

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2 Crónicas 19

El profeta Jehú reprende a Josafat

1 Por el contrario, Josafat, rey de Judá, regresó sano y salvo a su palacio en Jerusalén.

2 Entonces elprofetaJehú hijo de Hananí, salió a recibirlo y le reclamó: «¿Por qué ayudaste a un malvado, y te hiciste amigo de gente que odia a Dios? Dios está muy enojado contigo.

3 Sin embargo, a Dios le agrada que hayas destruido en todo el país las imágenes de Astarté, y que lo ames con sinceridad».

Josafat habla a su pueblo y nombra jueces

4-5 Aunque Josafat vivía en Jerusalén, recorría todo su territorio visitando cada una de sus ciudades; hablaba con la gente y hacía que se arrepintiera yadoraraal Dios de susantepasados. Al mismo tiempo, iba nombrando jueces en todas las ciudades de Judá, las cuales había convertido en fortalezas.

6-7 A estos jueces les decía:

«Ustedes serán los representantes de la justicia de Dios, no de la justicia humana. Por eso deben ser muy cuidadosos al cumplir con su deber. Respeten siempre a Dios, y recuerden que él no acepta las injusticias; él no verá bien que ustedes favorezcan más a una persona que a otra, o que le den la razón a alguien a cambio de dinero. Dios los ayudará a ser justos en todo lo que hagan».

8 En la ciudad de Jerusalén, Josafat eligió a algunos de lossacerdotesy de sus ayudantes, así como a algunos jefes de familia de Israel, para que sirvieran como jueces y resolvieran los problemas que tuviera la gente.

9 A ellos les dio las siguientes instrucciones:

«Para que ustedes cumplan con su trabajo como Dios manda, es necesario que siempre obedezcan a Dios, y hagan su trabajo con honestidad.

10 »Ustedes deben enseñarles a sus compatriotas a obedecer todo lo que Dios ha ordenado, ya sea que se trate de un asesinato, o de cualquier otro tipo de problema. Díganle a la gente que no ofenda a Dios, para que él no los castigue. Sigan ustedes mi consejo, y no tendrán de qué arrepentirse.

11 »Como jefe de ustedes he puesto a Amarías, el jefe de los sacerdotes; él los guiará en todos los asuntos que tengan que ver con Dios. Zebadías, hijo de Ismael y jefe de latribude Judá, los ayudará a resolver los asuntos que tengan que ver con el bienestar del reino. Los ayudantes de los sacerdotes los ayudarán en lo que ustedes pidan. ¡Dios los ayudará a hacer el bien! ¡Sean valientes, y manos a la obra!»

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2 Crónicas 20

Josafat vence a Moab y a Amón

1 Después de esto, los moabitas, los amonitas, y parte de los meunitas, se unieron para atacar a Josafat.

2 Los mensajeros de Josafat le dieron aviso, diciéndole: «¡Un ejército muy numeroso viene a atacarte! Partió de Edom, del otro lado del Mar Muerto, y ya está muy cerca, en la ciudad de En-gadi».

3 Josafat, lleno de miedo, buscó la ayuda de Dios, y para mostrar su angustia le pidió a todo su pueblo que no comiera.

4-5 De todas las ciudades de Judá llegó gente a Jerusalén para pedir la ayuda de Dios. Al ver a la multitud, Josafat se puso de pie, frente al patio nuevo que está en la entrada del templo de Dios,

6 y oró así:

«Dios de nuestrosantepasados, ¡tú estás en los cielos, y dominas a todas las naciones de la tierra! ¡La fuerza y el poder te pertenecen! ¡Nadie puede vencerte!

7 »Dios nuestro, tú expulsaste a los pueblos que antes vivían en este territorio, y nos lo diste a nosotros, que somosdescendientesde tu amigo Abraham.

8 »Este ha sido nuestro país, y en él edificamos un templo para honrarte; allí hicimos esta oración:

9 “Si en alguna ocasión nos castigas con toda clase de males, y en medio de nuestras angustias venimos a buscarte a este templo, escúchanos y ayúdanos”.

10-11 »Cuando nuestros antepasados salieron de Egipto, tú no les permitiste entrar al territorio de Amón, Moab y Seír, sino que les mandaste que fueran por otro camino. Así evitaste que ellos destruyeran a esos pueblos. Pero ahora los ejércitos de esa gente nos están atacando, y nos quieren echar del territorio que tú nos diste.

12 »Dios nuestro, ¡castígalos! Nosotros no podemos hacerle frente a un ejército tan grande. ¡Ni siquiera sabemos qué hacer! Por eso nos dirigimos a ti en busca de ayuda».

13 Todo el pueblo de Judá, hombres, mujeres y niños, estaba de pie en el templo de Dios.

14 Allí también se encontraba uno de los ayudantes de lossacerdotes, llamado Jahaziel hijo de Zacarías. Estos son los antepasados de Jahaziel:

Asaf,

Matanías,

Jeiel,

Benaías,

Zacarías.

De pronto, el espíritu de Dios le dio este mensaje a Jahaziel,

15-17 quien dijo:

«¡Rey Josafat, y todos los que viven en Judá y en Jerusalén, escuchen bien esto! Dios dice que él peleará contra ese ejército tan numeroso, así que no se alarmen ni tengan miedo.

»El día de mañana, ellos subirán por la cuesta de Sis; ustedes salgan a encontrarlos donde termina el río que está frente al desierto de Jeruel. Pero no los ataquen; más bien quédense quietos allí, y sean testigos de cómo Dios peleará contra ellos».

18 Entonces Josafat se puso de rodillas, hasta tocar el suelo con la frente, y todos los que estaban con él también se arrodillaron ante Dios y loadoraron.

19 Mientras tanto, los descendientes de Quehat y de Coré, de latribude Leví, se pusieron de pie, alzaron su voz y empezaron a cantar alabanzas a Dios.

20 Al día siguiente, se levantaron muy temprano y se prepararon para ir hacia el desierto de Tecoa. Cuando iban saliendo de Jerusalén, Josafat se puso de pie y les dijo: «Escúchenme con atención, todos los que viven en Jerusalén y en Judá: Confíen en nuestro Dios, y en susprofetas; si lo hacen, todo saldrá bien; ¡nada nos sucederá!»

21 Luego Josafat se puso de acuerdo con el pueblo, y eligió a varios cantores para que marcharan al frente del ejército, y fueran cantando y alabando a Dios con el himno que dice: «Den gracias a Dios, porque él nunca deja de amarnos». Los cantores marcharon, vestidos con sus trajes especiales,

22-23 y en cuanto empezaron a cantar, Dios confundió a los enemigos de Judá. Fue tal la confusión, que los amonitas y los moabitas atacaron a los de Seír, hasta que acabaron con todos. Luego, los amonitas y los moabitas se pelearon entre ellos, y acabaron matándose unos a otros. Así fue como cayeron derrotados.

24-25 Cuando el ejército de Judá llegó hasta el punto desde el cual se ve el desierto, solo vieron un montón de cadáveres regados por todos lados. ¡No quedó nadie con vida!

Entonces Josafat y su ejército fueron a apoderarse de las pertenencias de sus enemigos. Encontraron gran cantidad de alimentos, ropa y utensilios valiosos; era tanto lo que había, que pasaron tres días recogiéndolo todo, y ni aun así pudieron llevárselo.

26 Al cuarto día se reunieron en un valle parabendecira Dios. Por eso, hasta el día en que se escribió esta historia, a ese lugar se le conoce como «Valle de Bendición».

27 Y como Dios les había dado una gran alegría por la derrota de sus enemigos, todos los hombres de Judá y de Jerusalén regresaron muy felices a Jerusalén, bajo el mando de Josafat.

28 Al llegar, se dirigieron al templo de Dios tocando arpas, instrumentos de cuerdas y trompetas.

29 Cuando los demás pueblos de la región se enteraron de que Dios mismo había peleado contra los enemigos de Israel, tuvieron mucho miedo

30 y ya no se atrevieron a pelear contra Israel. Desde entonces, el reinado de Josafat gozó de mucha tranquilidad.

Resumen del reinado de Josafat

31 Josafat tenía treinta y cinco años de edad cuando fue nombrado rey, y reinó en Jerusalén veinticinco años. Su madre se llamaba Azubá, y era hija de Silhí.

32 Josafat se comportó siempre bien, y obedeció a Dios en todo, así como lo había hecho su padre Asá.

33 Sin embargo, Josafat no destruyó los pequeños templos que había en las colinas, donde seadorabaa otros dioses, pues no todos amaban a Dios con sinceridad.

34-37 A pesar de que Ocozías, rey de Israel, era un hombre malvado, Josafat también se unió a él, y juntos construyeron barcos en el puerto de Esión-guéber, para enviarlos a Tarsis. Fue entonces cuando Eliézer hijo de Dodavahu, de la ciudad de Maresá, le dio a Josafat este mensaje de parte de Dios: «A Dios no le agradó que te unieras a Ocozías, y por eso destruirá los barcos que has construido».

Y así sucedió; los barcos se hundieron y no pudieron partir hacia Tarsis.

La historia de Josafat, de principio a fin, está escrita en «Las historias de Jehú hijo de Hananí», que son parte del libro de la historia de los reyes de Israel.