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Mateo 13

El ejemplo de las semillas

1 Ese mismo día, Jesús salió de la casa donde estaba, fue a la orilla del Lago de Galilea, y allí se sentó para enseñar.

2 Como mucha gente llegó a escucharlo, tuvo que subir a una barca y sentarse para enseñar desde allí. La gente permaneció de pie en la playa.

3 Jesús les enseñó muchas cosas por medio de ejemplos y comparaciones. Les puso esta comparación:

4 «Un campesino salió a sembrar trigo. Mientras sembraba, algunas semillas cayeron en el camino. Poco después vinieron unos pájaros y se las comieron.

5 »Otras semillas cayeron en un terreno con muchas piedras y poca tierra. Allí pronto brotaron plantas de trigo, pues la tierra era poco profunda.

6 Pero las plantas no vivieron mucho tiempo porque no tenían buenas raíces, y se quemaron cuando salió el sol.

7 »Otras semillas cayeron entre espinos. Cuando los espinos crecieron, apretaron las espigas de trigo y no las dejaron crecer.

8 »Pero otras semillas cayeron en tierra buena y produjeron una cosecha muy buena. En algunos casos, las semillas sembradas produjeron espigas con cien semillas, otras produjeron espigas con sesenta semillas, y otras produjeron espigas con treinta semillas.

9 »¡Ustedes, si en verdad tienen oídos, presten mucha atención!»

¿Por qué Jesús enseña con ejemplos?

10 Losdiscípulosse acercaron a Jesús y le preguntaron:

—¿Por qué enseñas a la gente por medio de ejemplos?

11 Jesús les dijo:

«A ustedes yo les permito conocer los secretos delreino de Dios, pero no a los demás.

12 Porque a los que saben algo acerca de los secretos del reino, se les permite saber mucho más. Pero a los que no saben mucho de los secretos del reino, Dios les hará que olviden aun lo poquito que saben.

13 Yo enseño a la gente por medio de ejemplos; así, por más que miren, no verán nada, y por más que oigan, tampoco entenderán nada.

14 Así se cumple en ellos lo que Dios había dicho por medio delprofetaIsaías:

“Esta gente,

por más que escuche,

nunca entenderá;

y por más que mire,

nunca verá.

15 Pues no aprende ni piensa,

sino que cierra los ojos para no ver,

y se tapa los oídos para no oír.

Si hiciera lo contrario,

entendería mi mensaje,

cambiaría su manera de vivir,

¡y yo lasalvaría!”

16 »Pero a ustedes, mis discípulos, Dios los habendecido, porque ven y escuchan mi mensaje.

17 Muchos profetas y mucha gente buena hubieran querido ver lo que ustedes ven y oyen, pero no pudieron.

Jesús explica el ejemplo de las semillas

18 »Ahora, pongan atención y les diré lo que significa el ejemplo del campesino.

19 Hay algunos que escuchan el mensaje delreino de Dios, pero como no lo entienden, eldiabloviene y hace que lo olviden. Estos son como las semillas que cayeron junto al camino.

20 »Las semillas que cayeron entre piedras representan a los que oyen el mensaje del reino de Dios, y lo aceptan rápidamente y con gran alegría,

21 pero como no entienden muy bien el mensaje, su alegría dura muy poco. Cuando tienen problemas, o los maltratan por ser obedientes a Dios, enseguida se olvidan del mensaje.

22 »Luego están las semillas que cayeron entre los espinos. Estas semillas representan a los que oyen el mensaje, pero no dejan que el mensaje cambie sus vidas. Solo piensan en lo que necesitan y en cómo hacerse ricos.

23 »Finalmente, las semillas que cayeron en buena tierra representan a los que oyen el mensaje y lo entienden. Estos sí cambian sus vidas y hacen lo bueno. Son como esas semillas que produjeron espigas con cien, con sesenta, y hasta con treinta semillas.»

La mala hierba y el trigo

24 Jesús les puso este otro ejemplo:

«En elreino de Diossucede lo mismo que le pasó a uno que sembró, en su terreno, muy buenas semillas de trigo.

25 Mientras todos dormían, llegó su enemigo y, entre las semillas de trigo, sembró semillas de una mala hierba llamada cizaña, y después se fue.

26 »Cuando las semillas de trigo produjeron espigas, los trabajadores se dieron cuenta de que también había crecido cizaña.

27 Entonces fueron a donde estaba el dueño del terreno, y le dijeron: “Señor, si usted sembró buenas semillas de trigo, ¿por qué también creció la cizaña?”

28 »El dueño les dijo: “Esto lo hizo mi enemigo”.

»Los trabajadores le preguntaron: “¿Quiere que vayamos a arrancar la mala hierba?”

29 »El dueño les dijo: “¡No! El trigo y la cizaña se parecen mucho, y a lo mejor ustedes van y arrancan el trigo junto con la cizaña.

30 Mejor dejen que las dos plantas crezcan juntas. Cuando llegue el tiempo de la cosecha, podremos distinguir cuál es el trigo y cuál es la cizaña. Entonces enviaré a los trabajadores para que arranquen primero la cizaña, la amontonen y la quemen. Luego recogerán el trigo y lo llevarán a mi granero.”»

La semilla de mostaza

31-32 Jesús también les hizo esta comparación:

«Con elreino de Diospasa algo parecido a lo que sucede con la semilla de mostaza. A pesar de ser muy pequeña, cuando un hombre la siembra en su terreno, crece hasta convertirse en la más grande de las plantas del huerto. Llega a ser tan grande como un árbol, y hasta los pájaros hacen nidos en sus ramas.»

La levadura

33 Jesús les puso una comparación más:

«Con elreino de Diospasa lo mismo que con la harina. Cuando una mujer pone en ella un poquito delevadura, ese poquito hace crecer toda la masa.»

Jesús cumple lo dicho por medio de un profeta

34 Jesús le enseñó todo esto a la gente por medio de ejemplos y comparaciones, y solo así enseñaba.

35 De esa manera, Jesús cumplía lo que Dios había dicho por medio delprofeta:

«Hablaré a la gente

por medio de ejemplos,

y contaré cosas

que Dios ha tenido en secreto

desde que hizo el mundo.»

Jesús explica el ejemplo de la cizaña

36 Jesús dejó a la gente allí y se fue a la casa. Entonces susdiscípulosfueron a decirle:

—Explícanos qué significa el ejemplo de la mala hierba en el terreno.

37 Jesús les dijo:

«El que siembra la buena semilla de trigo soy yo, elHijo del hombre.

38 El terreno es el mundo, y las buenas semillas de trigo son todos los que obedecen las leyes delreino de Dios. Las semillas de cizaña son los que obedecen al diablo,

39 que fue quien las sembró en el mundo. El tiempo de la cosecha es el juicio final, y los trabajadores que recogen la cosecha son losángeles.

40 Cuando Dios juzgue a todos, será como cuando se arranca la mala hierba y se quema.

41 Yo, el Hijo del hombre, enviaré a mis ángeles para que saquen de mi reino a todos los que hacen lo malo y obligan a otros a hacerlo.

42 A esas personas, los ángeles las echarán en elinfierno, y allí tendrán tanto miedo que llorarán y les rechinarán los dientes.

43 Pero los que obedecen a Dios brillarán en el reino del Padre como brilla el sol. ¡Ustedes, si en verdad tienen oídos, presten atención!

El tesoro escondido

44 »Con elreino de Diospasa lo mismo que con un tesoro escondido en un terreno. Cuando alguien lo encuentra, lo vuelve a esconder; y después va muy alegre a vender todo lo que tiene para comprar el terreno y quedarse con el tesoro.

La joya fina

45 »Elreino de Diostambién se parece a un comerciante que compra joyas finas.

46 Cuando encuentra una joya muy valiosa, vende todo lo que tiene, y va y la compra.

La red de pescar

47 »Elreino de Diosse parece a una red de pescar. Los pescadores echan la red al mar, y en ella recogen toda clase de peces.

48 Cuando la red ya está llena, la sacan a la orilla y se sientan a separar el pescado bueno del malo. Guardan el pescado bueno en una canasta, y tiran el pescado malo.

49 Así también sucederá cuando llegue el fin del mundo: Losángelessaldrán a separar a las personas buenas de las malas.

50 A las malas las echarán en elinfierno, y allí tendrán tanto horror que llorarán y les rechinarán los dientes.»

Cosas nuevas y cosas viejas

51 Jesús les preguntó a susdiscípulos:

—¿Entienden ustedes todas estas enseñanzas?

Ellos contestaron:

—Sí, las entendemos.

52 Jesús les dijo:

—Todomaestrode la Ley que se convierte en discípulo delreino de Dios, se parece al que va a su bodega, y de allí saca cosas nuevas y cosas viejas.

Jesús viaja a Nazaret

53 Cuando Jesús terminó de enseñar con estos ejemplos, se fue de allí.

54 Llegó a su pueblo y comenzó a enseñar en lasinagoga. La gente estaba tan sorprendida que algunos decían: «¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿Cómo puede hacer esosmilagros?»

Otros decían:

55 «Pero, ¡si es Jesús, el hijo de José, el carpintero! Su madre es María, y sus hermanos son Santiago, José, Simón y Judas.

56 Sus hermanas aún viven aquí. ¿Cómo es que Jesús sabe tanto y puede hacer estos milagros?»

57 Pero ninguno de los que estaban allí quiso aceptar las enseñanzas de Jesús. Entonces él dijo: «A unprofetase le respeta en todas partes, menos en su propio pueblo y en su propia familia.»

58 Y como la gente no creía en él, Jesús no hizo muchos milagros en aquel lugar.

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Mateo 14

La muerte de Juan el Bautista

1 En aquel tiempo, Herodes Antipas era gobernador de Galilea. Y cuando supo lo que la gente decía acerca de Jesús,

2 un día les dijo a sus asistentes: «En realidad, ese Jesús es Juan el Bautista, que ha vuelto a vivir. Por eso tiene poder para hacermilagros».

3-4 Tiempo atrás, Juan el Bautista le había dicho a Herodes: «¡Lo que has hecho no está bien! Herodías es la esposa de tu hermano Filipo, y tú se la quitaste para casarte con ella».

Entonces Herodes se enojó contra Juan, y ordenó que lo arrestaran, lo encadenaran y lo pusieran en la cárcel.

5 Herodes quería matar a Juan. Pero no se atrevía a matarlo porque le tenía miedo a la gente, pues muchos creían que Juan era unprofeta.

6 Cuando Herodes celebró su cumpleaños, la hija de Herodías bailó delante de los invitados.

7 A Herodes le gustó mucho el baile de la muchacha. Por eso prometió darle lo que ella le pidiera.

8 Herodías escuchó eso, y convenció a su hija de que le pidiera a Herodes la cabeza de Juan el Bautista.

9 Al oír esto, Herodes se puso muy triste, pues había prometido darle todo lo que ella le pidiera, y no podía romper una promesa hecha delante de sus invitados. Así que no tuvo más remedio, y ordenó a sus sirvientes que le dieran a la muchacha lo que pedía.

10 Entonces los sirvientes fueron a la cárcel y le cortaron la cabeza a Juan,

11 la pusieron en un plato, y se la llevaron a la muchacha. Ella se la entregó a su madre.

12 Losdiscípulosde Juan pasaron a recoger el cuerpo de su maestro y lo enterraron. Después, fueron y le contaron a Jesús lo que había sucedido.

Jesús da de comer a mucha gente

13 Cuando Jesús oyó lo que le habían hecho a Juan el Bautista, subió a una barca y se fue a donde pudiera estar solo. Cuando la gente de los pueblos cercanos supo que Jesús se iba, lo siguió por tierra.

14 Jesús bajó de la barca y vio que allí había una gran cantidad de gente. Entonces tuvo compasión de ellos y sanó a todos los que estaban enfermos.

15 Cuando ya empezaba a atardecer, losdiscípulosse acercaron a Jesús y le dijeron:

—Este es un lugar solitario, y se está haciendo tarde. Dile a la gente que se vaya a los pueblos y compre su comida.

16 Jesús les contestó:

—No tienen que irse. Denles ustedes de comer.

17 Los discípulos respondieron:

—Pero no tenemos más que cinco panes y dos pescados.

18 Jesús les dijo:

—Tráiganlos aquí.

19 Luego de ordenar que la gente se sentara sobre la hierba, Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró al cielo y dio gracias a Dios. Después partió los panes y se los dio a los discípulos, para que ellos los repartieran a la gente.

20 Todos comieron hasta quedar satisfechos. Y cuando los discípulos recogieron los pedazos que sobraron, llenaron doce canastas.

21 Los que comieron fueron como cinco mil hombres, además de las mujeres y los niños.

Jesús camina sobre el agua

22 Después de esto, Jesús ordenó a losdiscípulos: «Suban a la barca y vayan a la otra orilla del lago. Yo me quedaré aquí para despedir a la gente, y los alcanzaré más tarde.»

23 Cuando toda la gente se había ido, Jesús subió solo a un cerro para orar. Allí estuvo orando hasta que anocheció.

24 Mientras tanto, la barca ya se había alejado bastante de la orilla; navegaba contra el viento y las olas la golpeaban con mucha fuerza.

25 Todavía estaba oscuro cuando Jesús se acercó a la barca. Iba caminando sobre el agua.

26 Los discípulos lo vieron, pero no lo reconocieron. Llenos de miedo, gritaron:

—¡Un fantasma! ¡Un fantasma!

27 Enseguida Jesús les dijo:

—¡Cálmense! ¡Soy yo! ¡No tengan miedo!

28 Entonces Pedro le respondió:

—Señor, si realmente eres tú, ordena que yo camine también sobre el agua y vaya hasta donde tú estás.

29 Y Jesús le dijo:

—¡Ven!

De inmediato Pedro bajó de la barca. Caminó sobre el agua y fue hacia Jesús.

30 Pero cuando sintió la fuerza del viento, tuvo miedo. Allí mismo empezó a hundirse, y gritó:

—¡Señor, sálvame!

31 Entonces Jesús extendió su brazo, agarró a Pedro y le dijo:

—Pedro, tú confías muy poco en mí. ¿Por qué dudaste?

32 En cuanto los dos subieron a la barca, el viento dejó de soplar.

33 Todos los que estaban en la barca se arrodillaron ante Jesús y le dijeron:

—¡Es verdad, tú eres el Hijo de Dios!

Jesús sana a los enfermos en Genesaret

34 Jesús y susdiscípuloscruzaron el lago hasta llegar al pueblo de Genesaret.

35 Cuando los del pueblo reconocieron a Jesús, dieron aviso por toda la región. Entonces la gente llevó a los enfermos a donde estaba Jesús,

36 y le rogaban que al menos los dejara tocar el borde de su manto. ¡Y todos los enfermos que tocaron el manto de Jesús quedaron sanos!

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Mateo

Mateo 15

Las enseñanzas de los antepasados

1 Algunos de losfariseosy de losmaestros de la Ley, que habían venido de Jerusalén, le preguntaron a Jesús:

2 —¿Por qué tusdiscípulosno siguen las costumbres que nuestrosantepasadoshan practicado desde hace mucho tiempo? ¿Por qué no se lavan las manos antes de comer?

3 Jesús les dijo:

—¿Y por qué ustedes desobedecen elmandamientode Dios para obedecer sus propias costumbres?

4 Porque Dios dijo: “Obedezcan y cuiden a su padre y a su madre; la persona que maltrate a su padre o a su madre tendrá que morir.”

5-6 »Pero ustedes dicen que uno no desobedece a Dios si le dice a sus padres: “No puedo ayudarlos, porque prometí darle a Dios todo lo que tengo, incluyendo mi dinero.”

»Ustedes no hacen caso de los mandamientos de Dios, con tal de seguir sus propias costumbres.

7 ¡Son unos hipócritas! Dios tenía razón cuando dijo por medio delprofetaIsaías:

8 “Este pueblo dice que me obedece,

pero en verdad nunca piensa en mí.

9 De nada sirve que ustedes me alaben,

pues inventan reglas

y luego las enseñan

diciendo que yo las ordené.”

Lo que realmente contamina

10 Jesús llamó a la gente y le dijo:

—Escuchen y entiendan bien:

11 Lo que los haceimpurosdelante de Dios no es la comida que entra por su boca. Lo que los hace impuros son los insultos y las malas palabras que dicen.

12 Entonces losdiscípulosde Jesús se acercaron y le dijeron:

—A losfariseosno les gustó lo que dijiste.

13 Jesús respondió:

—Mi Padre tratará a los fariseos como trata el jardinero a las plantas que no ha sembrado: las arranca de raíz y las echa fuera.

14 No hagan caso de los fariseos: son como el ciego que guía a otro ciego, y si un ciego guía a otro, los dos terminan cayéndose en una zanja.

15 Pedro preguntó:

—Explícanos qué quisiste decir cuando hablaste de lo que nos hace impuros delante de Dios.

16 Jesús respondió:

—¿Tampoco ustedes entienden?

17 Todo lo que comemos o bebemos va al estómago, y después el cuerpo lo expulsa.

18-20 Pero si la gente dice cosas malas, es porque es mala y siempre está pensando en lo malo: en cómo matar, en cómo ser infieles en el matrimonio, en cómo hacer cosas indecentes, o en cómo robar, o insultar a otras personas, y mentir. A Dios no le agrada que gente así lo alabe. Pero cualquiera puede alabar a Dios, aunque coma sin lavarse las manos.

Una mujer no judía confía en Dios

21 Jesús se fue de allí a la región de Tiro y de Sidón.

22 Una mujer de esa región, que era del grupo al que los judíos llamaban cananeos, se acercó a Jesús y le dijo a gritos:

—¡Señor, tú que eres elMesías, ten compasión de mí y ayúdame! ¡Mi hija tiene undemonioque la hace sufrir mucho!

23 Jesús no le hizo caso. Pero losdiscípulosse acercaron a él y le rogaron:

—Atiende a esa mujer, pues viene gritando detrás de nosotros.

24 Jesús respondió:

—Dios me envió para ayudar solo a los israelitas, pues ellos son para mí como ovejas perdidas.

25 Pero la mujer se acercó a Jesús, se arrodilló delante de él y le dijo:

—¡Señor, ayúdame!

26 Jesús le dijo:

—No está bien quitarles la comida a los hijos para echársela a los perros.

27 La mujer le respondió:

—¡Señor, eso es cierto! Pero aun los perros comen de las sobras que caen de la mesa de sus dueños.

28 Entonces Jesús le dijo:

—¡Mujer, tú sí que tienes confianza en Dios! Lo que me has pedido se hará.

Y en ese mismo instante su hija quedó sana.

Jesús sana a muchos enfermos

29 Jesús salió de allí y llegó a la orilla del Lago de Galilea. Luego subió a un cerro y se sentó.

30 Mucha gente llevó a Jesús personas que estaban enfermas. Entre ellas había cojos, ciegos, mancos, mudos y muchos otros enfermos. Y Jesús los sanó.

31 La gente, asombrada de ver a todos completamente sanos, comenzó a alabar al Dios de los israelitas.

Jesús da de comer a mucha gente

32 Jesús llamó a susdiscípulosy les dijo:

—Siento compasión de toda esta gente. Ya han estado conmigo tres días, y no tienen comida. No quiero que se vayan sin comer, pues podrían desmayarse en el camino.

33 Los discípulos le dijeron:

—Pero en un lugar tan solitario como este, ¿dónde vamos a conseguir comida para tanta gente?

34 Jesús les preguntó:

—¿Cuántos panes tienen?

—Siete panes y unos pescaditos —contestaron los discípulos.

35 Jesús le ordenó a la gente que se sentara en el suelo.

36 Luego tomó los siete panes y los pescados, y dio gracias a Dios. Partió en pedazos los panes y los pescados, los entregó a sus discípulos, y ellos los repartieron a la gente.

37 Todos comieron hasta quedar satisfechos. Con los pedazos que sobraron, llenaron siete canastas.

38 Los que comieron fueron como cuatro mil hombres, además de las mujeres y los niños.

39 Después Jesús despidió a la gente, subió a una barca y se fue al pueblo de Magadán.

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Mateo 16

La señal de Jonás

1 Algunos de losfariseosy de lossaduceosse acercaron a Jesús para ponerle una trampa, y le dijeron:

—Queremos que hagas unmilagroque pruebe que Dios te ha enviado.

2 Pero Jesús les dijo:

—Cuando ustedes miran el cielo por la tarde, y está rojo, dicen: “¡Va a hacer buen tiempo!”

3 Pero si en la mañana el cielo está rojo y nublado, dicen: “¡Hoy va a hacer mal tiempo!” Ustedes entienden muy bien las señales en el cielo acerca del tiempo. ¿Por qué, entonces, no entienden que lo que ahora hago es una señal de Dios?

4 Ustedes piden una señal porque son malos y no quieren creer. Pero la única señal que les daré será lo que le pasó alprofetaJonás.

Dicho esto, Jesús los dejó y se fue.

Las enseñanzas de los fariseos

5 Jesús y susdiscípuloscruzaron al otro lado del Lago de Galilea. Pero los discípulos se olvidaron de llevar pan.

6 Y Jesús les dijo:

—Miren, tengan cuidado con lalevadurade losfariseosy de lossaduceos.

7 Los discípulos comenzaron a hablar entre ellos, y decían: «Seguramente Jesús dijo eso porque no trajimos pan».

8 Jesús se dio cuenta de lo que hablaban, y les dijo:

—¡Qué poco confían en Dios! ¿Por qué se preocupan por no tener pan?

9 Entiendan bien lo que les quiero decir; ¿o ya se olvidaron de aquella vez, cuando alimenté a cinco mil hombres con cinco panes nada más? ¿Ya se olvidaron de las canastas que llenaron con los pedazos que sobraron?

10 ¿Ya no recuerdan que también alimenté a otros cuatro mil con solo siete panes, y que ustedes llenaron muchas canastas?

11 ¿No entienden que yo no estaba hablando de pan? ¡Cuídense de la levadura de los fariseos y de los saduceos!

12 Entonces los discípulos entendieron que Jesús no estaba hablando de la levadura que se pone en la masa del pan, sino de las malas enseñanzas de los fariseos y de los saduceos.

¿Quién es Jesús?

13 Cuando llegaron cerca del pueblo de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a susdiscípulos:

—¿Qué dice la gente acerca de mí, elHijo del hombre?

14 Los discípulos contestaron:

—Algunos dicen que eres Juan el Bautista, y otros dicen que eres elprofetaElías, o el profeta Jeremías, o alguno de los profetas.

15 Entonces Jesús les preguntó:

—Y ustedes, ¿qué opinan? ¿Quién soy yo?

16 Pedro contestó:

—Tú eres elMesías, el Hijo del Dios que vive y da vida.

17 Jesús le dijo:

—¡Bendito seas, Pedro hijo de Jonás! Porque no sabes esto por tu propia cuenta, sino que te lo enseñó mi Padre que está en el cielo.

18 Por eso te llamaré Pedro, que quiere decir “piedra”. Sobre esta piedra construiré miiglesia, y la muerte no podrá destruirla.

19 A ti, Pedro, te daré autoridad en elreino de Dios. Todas las cosas que tú prohíbas aquí en la tierra, desde el cielo Dios las prohibirá. Y las cosas que tú permitas, también Dios las permitirá.

20 Entonces Jesús ordenó a sus discípulos que no le contaran a nadie que él era el Mesías.

Jesús habla de su muerte

21 Desde ese momento, Jesús comenzó a decirles a susdiscípuloslo que le iba a pasar: «Tendré que ir a Jerusalén, y loslíderesdel país, lossacerdotesprincipales y losmaestros de la Leyme harán sufrir mucho. Allí van a matarme, pero tres días después resucitaré.»

22 Entonces Pedro se llevó a Jesús aparte y lo reprendió por hablar así. Le dijo:

—¡Eso no puede sucederte, Señor! ¡Que Dios nunca lo permita!

23 Jesús se volvió y le dijo:

—¡Pedro, estás hablando comoSatanás! ¡Vete! Tú no entiendes los planes de Dios, y me estás pidiendo que los desobedezca.

24 Luego Jesús les dijo a sus discípulos:

«Si ustedes quieren ser mis discípulos, tienen que olvidarse de hacer su propia voluntad. Tienen que estar dispuestos a cargar su cruz y a hacer lo que yo les diga.

25 Si solo les preocupa salvar su vida, la van a perder. Pero si deciden dar su vida por mi causa, entonces sesalvarán.

26 De nada sirve que una persona gane en este mundo todo lo que quiera, si al fin de cuentas pierde su vida. Y nadie puede dar nada para salvarla.

27 Porque yo, elHijo del hombre, vendré pronto con el poder de Dios y con misángeles, para darles su premio a los que hicieron el bien y para castigar a los que hicieron el mal.

28 Les aseguro que algunos de ustedes, que están aquí conmigo, no morirán hasta que me vean reinar.»

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Mateo 17

Jesús se transforma

1 Seis días después, Jesús llevó a Pedro y a los hermanos Santiago y Juan hasta un cerro alto, para estar solos.

2 Frente a ellos, Jesús se transformó: Su cara brillaba como el sol, y su ropa se puso tan blanca como la luz del mediodía.

3 Luego los tresdiscípulosvieron aparecer a Moisés y alprofetaElías, y ellos conversaban con Jesús.

4 Entonces Pedro le dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bueno que estemos aquí! Si quieres, voy a construir tres enramadas: una para ti, una para Moisés y otra para Elías.»

5 Mientras Pedro hablaba, una nube brillante vino y se detuvo sobre ellos. Desde la nube se oyó una voz que decía: «Este es mi Hijo, yo lo amo mucho y estoy muy contento con él. Ustedes deben obedecerlo.»

6 Al oír esto, los discípulos se tiraron al suelo, y no se atrevían a mirar, pues tenían mucho miedo.

7 Jesús se acercó, los tocó y les dijo: «Levántense y no tengan miedo.»

8 Cuando los discípulos se levantaron, vieron que Jesús estaba solo.

9 Mientras bajaban del cerro, Jesús les ordenó:

—No le cuenten a nadie lo que han visto hasta que yo, elHijo del hombre, haya muerto yresucitado.

10 Los discípulos le preguntaron:

—¿Por qué losmaestros de la Leydicen que el profeta Elías va a venir antes que elMesías?

11 Jesús les respondió:

—Eso es verdad. Elías viene primero, para prepararlo todo.

12 Sin embargo, les aseguro que Elías ya vino; pero la gente no lo reconoció, y lo trataron como quisieron. A mí, el Hijo del hombre, también me tratarán así, y sufriré mucho.

13 Los tres discípulos entendieron que Jesús estaba hablando de Juan el Bautista.

Jesús sana a un muchacho

14 Cuando llegaron a donde estaba la gente, un hombre se acercó a Jesús, se arrodilló ante él

15 y le dijo:

—¡Señor, ten compasión de mi hijo y ayúdalo! Está muy enfermo y sufre de terribles ataques. Muchas veces, cuando le da un ataque, cae al fuego o al agua.

16 Lo traje para que tusdiscípuloslo sanaran, pero no han podido hacerlo.

17 Jesús contestó:

—Ustedes están confundidos y no confían en Dios. ¿Acaso no pueden hacer nada sin mí? ¿Cuándo van a aprender? ¡Tráiganme aquí al muchacho!

18 Jesús reprendió aldemonioque estaba en el muchacho, y lo obligó a salir. El muchacho quedó sano.

19 Poco después, los discípulos llamaron a Jesús aparte y le preguntaron:

—¿Por qué nosotros no pudimos sacar ese demonio?

20-21 Jesús les respondió:

—Porque ustedes no confían en Dios. Les aseguro que si tuvieran una confianza tan pequeña como un grano de mostaza, podrían ordenarle a esta montaña que se moviera de su lugar, y los obedecería. ¡Nada sería imposible para ustedes!

Jesús habla otra vez de su muerte

22 Mientras viajaban juntos por la región de Galilea, Jesús les dijo a susdiscípulos: «Mis enemigos me van a traicionar,

23 y me matarán. Pero yo, elHijo del hombre, resucitaré al tercer día.»

Al oír eso, los discípulos se pusieron muy tristes.

El impuesto para el templo

24 Cuando Jesús y susdiscípulosllegaron al pueblo de Cafarnaúm, los que cobraban elimpuestopara el templo fueron a preguntarle a Pedro:

—¿Paga tu maestro el impuesto para el templo?

25 Pedro contestó:

—Sí, lo paga.

Cuando Pedro entró en la casa donde estaban todos, Jesús le habló primero y le dijo:

—Dime, Pedro, ¿a quiénes cobran los reyes impuestos y contribuciones? ¿A los ciudadanos de su reino, o a los extranjeros?

26 Pedro contestó:

—A los extranjeros.

Jesús dijo:

—Entonces, los ciudadanos del reino no tienen que pagar impuestos.

27 Sin embargo, para que estos cobradores no se enojen, ve al mar y echa tu anzuelo. Ábrele la boca al primer pez que saques, y allí encontrarás una moneda. Toma ese dinero, y paga mi impuesto y el tuyo.

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Mateo 18

¿Quién es el más importante?

1 En esa misma ocasión, losdiscípulosle preguntaron a Jesús:

—¿Quién es el más importante en elreino de Dios?

2 Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos,

3 y les dijo:

—Les aseguro que para entrar en el reino de Dios, ustedes tienen que cambiar su manera de vivir y ser como niños.

4 Porque en el reino de Dios, las personas más importantes son humildes como este niño.

5 Si alguien acepta a un niño como este, me acepta a mí.

6 »Pero si alguien hace que uno de estos pequeños seguidores míos deje de confiar en mí, merece que le aten al cuello una piedra enorme y lo tiren al fondo del mar.

7 »Muchas cosas en el mundo hacen que la gente desobedezca a Dios, y no hay manera de evitarlo. Pero ¡qué mal le irá a quien haga que otro desobedezca a Dios!

8 »Si lo que haces con tu mano o con tu pie te hace desobedecer a Dios, mejor córtatelos y tíralos bien lejos. Es mejor vivir para siempre sin una mano o sin un pie, que ir alinfiernocon las dos manos y los dos pies.

9 Si lo que ves con tu ojo te hace desobedecer a Dios, mejor sácatelo y tíralo lejos. Es mejor vivir para siempre con un solo ojo, que ser echado al infierno con los dos.

10-11 »Recuerden: No desprecien a ninguno de estos pequeños, porque a ellos los cuidan losángelesdel cielo.

La oveja

12 »¿Qué opinan? Si uno de ustedes tiene cien ovejas y se da cuenta de que ha perdido una, ¿acaso no deja las otras noventa y nueve en la montaña y se va a buscar la oveja perdida?

13 Y si la encuentra, de seguro se alegrará más por esa oveja que por las otras noventa y nueve que no se habían perdido.

14 De la misma manera, el Dios y Padre de ustedes no quiere que ninguno de estos pequeños se pierda y quede separado de él para siempre.

Perdonar es importante

15 »Si uno de mis seguidores te hace algo malo, habla con él a solas para que reconozca su falta. Si te hace caso, lo habrás ganado de nuevo.

16 Si no te hace caso, llama a uno o dos seguidores míos, para que te sirvan de testigos. LaBibliaenseña que toda acusación debe hacerse frente a dos o más testigos.

17 Y si aquel no les hace caso, infórmalo a laiglesia. Y si tampoco quiere hacerle caso a la iglesia, tendrás que tratarlo como a los que no creen en Dios, o como a uno de los que cobranimpuestospara el gobierno de Roma.

18 »Les aseguro que cualquier cosa que ustedes prohíban aquí en la tierra, desde el cielo Dios la prohibirá. Y cualquier cosa que ustedes permitan, también Dios la permitirá.

19 »Les aseguro que si dos de ustedes se ponen de acuerdo, aquí en la tierra, para pedirle algo a Dios que está en el cielo, él se lo dará.

20 Porque allí donde dos o tres de ustedes se reúnan en mi nombre, allí estaré yo.

21 Entonces Pedro se acercó a Jesús y le preguntó:

—Señor, si un miembro de la iglesia me hace algo malo, ¿cuántas veces debo perdonarlo? ¿Solo siete veces?

22 Jesús le contestó:

—No basta con perdonar al hermano solo siete veces. Hay que perdonarlo una y otra vez; es decir, siempre.

El que no quiso perdonar

23 »En elreino de Diossucede algo parecido a lo que cierta vez sucedió en un país. El rey mandó llamar a sus empleados para que le informaran cómo andaban sus negocios y para que le pagaran todo lo que le debían.

24 »Cuando comenzó a sacar cuentas, le llevaron un empleado que le debía sesenta millones de monedas de plata.

25 Como el empleado no tenía dinero para pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa y sus hijos, y que vendieran también todo lo que tenía. Así, con el dinero de esa venta, la deuda quedaría pagada.

26 »Pero el empleado se arrodilló delante del rey y le suplicó: “Señor, déme usted un poco más de tiempo y le pagaré todo lo que le debo.”

27 »El rey sintió compasión de su empleado y le dijo: “Vete tranquilo; te perdono todo lo que me debes.”

28 »Al salir del palacio del rey, ese empleado se encontró con un compañero que le debía cien monedas de plata. Lo agarró por el cuello y le dijo: “¡Págame ahora mismo lo que me debes!”

29 »El compañero se arrodilló delante de él y le suplicó: “Dame un poco más de tiempo y te lo pagaré todo.”

30 »Pero aquel empleado no quiso darle tiempo, y mandó que metieran a su compañero en la cárcel, hasta que pagara el dinero que le debía.

31 »Los otros compañeros, al ver lo que había pasado, se molestaron mucho y fueron a contárselo al rey.

32 »Entonces el rey mandó llamar a aquel empleado y le dijo: “¡Qué malvado eres! Te perdoné todo lo que me debías, porque me lo suplicaste.

33 ¿Por qué no tuviste compasión de tu compañero, así como yo la tuve de ti?”

34 »El rey se puso furioso, y ordenó que castigaran a ese empleado hasta que pagara todo lo que le debía.

35 Jesús terminó diciendo: «Lo mismo hará Dios mi Padre con cada uno de ustedes, si no perdonan sinceramente a su hermano.»

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Mateo 19

Enseñanza sobre el divorcio

1 Cuando Jesús terminó de enseñar, salió de la región de Galilea y se fue a la región de Judea, al este del río Jordán.

2 Mucha gente lo siguió, y allí sanó a todos los que estaban enfermos.

3 Algunos de losfariseosllegaron para tenderle una trampa. Entonces le preguntaron:

—¿Puede un hombre divorciarse de su esposa por cualquier razón?

4 Jesús les respondió:

—¿No recuerdan lo que dice laBiblia? En ella está escrito que, desde el principio, Dios hizo al hombre y a la mujer para que vivieran juntos.

5 Por eso Dios dijo: “El hombre tiene que dejar a su padre y a su madre, para casarse y vivir con su esposa. Los dos vivirán como si fueran una sola persona.”

6 De esta manera, los que se casan ya no viven como dos personas separadas, sino como si fueran una sola. Por tanto, si Dios ha unido a un hombre y a una mujer, nadie debe separarlos.

7 Los fariseos le preguntaron:

—Entonces, ¿por qué Moisés nos dejó una ley, que dice que el hombre puede separarse de su esposa dándole un certificado de divorcio?

8 Jesús les respondió:

—Moisés les permitió divorciarse porque ustedes son muy tercos y no quieren obedecer a Dios. Pero Dios, desde un principio, nunca ha querido que el hombre se separe de su esposa.

9 Y yo les digo que, si su esposa no ha cometido ningúnpecadosexual, ustedes no deben divorciarse de ella ni casarse con otra mujer. Porque si lo hacen, serán castigados por ser infieles en el matrimonio.

10 Losdiscípulosle dijeron a Jesús:

—Si eso pasa entre el esposo y la esposa, lo mejor sería no casarse.

11 Jesús les contestó:

—Esta enseñanza solo la entienden las personas a quienes Dios les da como regalo el no casarse.

12 Es cierto que algunos no pueden casarse porque, desde antes de nacer, tienen algo que se lo impide. Otros no pueden casarse porque alguien les ha dañado el cuerpo. Pero también hay personas que no se casan, para dedicarse a trabajar solamente para elreino de Dios. Por eso, esta enseñanza es solo para quienes decidan vivir así.

Jesús bendice a los niños

13 Algunas madres llevaron a sus niños para que Jesús pusiera sus manos sobre ellos y orara. Pero losdiscípuloslas regañaron.

14 Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: «Dejen que los niños se acerquen a mí. No se lo impidan; porque elreino de Dioses de los que son como ellos.»

15 Jesús puso su mano sobre la cabeza de cada uno de los niños, y luego se fue de aquel lugar.

El joven rico

16 Un joven vino a ver a Jesús y le preguntó:

—Maestro, ¿qué cosa buena debo hacer para tener vida eterna?

17 Jesús le contestó:

—¿Por qué me preguntas qué cosa es buena? Solo Dios es bueno. Si quieres vivir de verdad, obedece losmandamientos.

18 El joven preguntó:

—¿Cuáles mandamientos?

Jesús le dijo:

—No mates; no seas infiel en tu matrimonio; no robes; no mientas para hacerle daño a otra persona;

19 obedece y cuida a tu padre y a tu madre; ama a los demás tanto como te amas a ti mismo.

20 Entonces el joven dijo:

—Todos esos mandamientos los he obedecido. ¿Qué más puedo hacer?

21 Jesús le dijo:

—Si quieres ser perfecto, vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres. Así, Dios te dará un gran premio en el cielo. Luego ven y conviértete en uno de mis seguidores.

22 Cuando el joven oyó eso, se fue muy triste, porque era muy rico.

23 Jesús entonces les dijo a susdiscípulos:

—Les aseguro que es muy difícil que una persona rica entre en elreino de Dios.

24 En realidad, es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para una persona rica entrar en el reino de Dios.

25 Los discípulos se sorprendieron mucho al oír lo que Jesús dijo, y comentaban entre ellos:

—Entonces, ¿quién podrásalvarse?

26 Jesús los miró y les dijo:

—Para la gente, lograr eso es imposible; pero para Dios todo es posible.

27 Pedro le contestó:

—Recuerda que nosotros hemos dejado todo lo que teníamos, y te hemos seguido. ¿Qué premio vamos a recibir?

28 Jesús les respondió:

—Les aseguro que todos ustedes reinarán conmigo cuando yo, elHijo del hombre, me siente en el trono de mi reino poderoso. Entonces Dios cambiará todas las cosas y las hará nuevas. Cada uno de ustedes gobernará a una de las docetribusde Israel.

29 Y todos los que, por seguirme, hayan dejado a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos o a sus hermanas, a su padre o a su madre, su casa o un terreno, recibirán cien veces más de lo que dejaron, y tendrán además vida eterna.

30 Pero muchas personas que ahora son importantes, serán las menos importantes, y muchos que ahora no son importantes, serán los más importantes.

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Mateo 20

Los trabajadores en la viña

1 »En elreino de Diossucede algo parecido a lo que pasó en una viña. El dueño salió muy de mañana a contratar hombres para que trabajaran en ella.

2 Se puso de acuerdo con los trabajadores para pagarles el salario de un día completo; y los envió a trabajar.

3 Como a las nueve de la mañana, el dueño volvió a salir, y en la plaza encontró a varios hombres que estaban desocupados.

4 Les dijo: “Vayan a trabajar a mi viña, y les pagaré un salario justo.” Los hombres aceptaron y fueron a trabajar.

5 Como a las doce del día, el dueño volvió a hacer lo mismo; y salió otra vez a las tres de la tarde.

6 Ya eran las cinco de la tarde cuando el dueño fue de nuevo a la plaza, y vio a otros hombres desocupados. Entonces les preguntó: “¿Por qué han estado ahí todo el día sin hacer nada?”

7 »Ellos le contestaron: “¡Porque nadie nos ha dado trabajo!”

»El dueño les dijo: “Vayan a trabajar a mi terreno.”

8 »Cuando se hizo de noche, el dueño le dijo al jefe de los trabajadores: “Llama a cada uno de los trabajadores y págales, comenzando por los últimos que vinieron, y terminando por los que vinieron primero.”

9 »Entonces se acercaron los trabajadores que llegaron a las cinco de la tarde y recibieron el salario de un día completo.

10 Después, cuando pasaron los que habían llegado primero, muy de mañana, pensaron que a ellos les pagarían mucho más. Pero cada uno de ellos recibió el mismo salario de un día completo.

11 Después de recibir el dinero, esos trabajadores comenzaron a hablar mal del dueño de la viña

12 y le dijeron: “Los que llegaron a las cinco de la tarde solo trabajaron una hora, pero usted les pagó a ellos lo mismo que a nosotros, que trabajamos todo el día aguantando el calor. Eso no es justo.”

13 »Pero el dueño le contestó a uno de ellos: “¡Mira, amigo! Yo no he sido injusto contigo. Recuerda que los dos acordamos que tú trabajarías por el salario de un día completo.

14 Toma el dinero que te ganaste, y vete. No es problema tuyo que yo les pague lo mismo a los que vinieron a las cinco.

15 Yo puedo hacer con mi dinero lo que me parezca. ¿Por qué te da envidia que yo sea bueno con los demás?”

16 Jesús terminó diciendo: «Así, los que ahora son los primeros, serán los últimos; y los que ahora son los últimos, serán los primeros.»

Jesús habla otra vez de su muerte

17 Mientras Jesús iba hacia Jerusalén, en el camino reunió a sus docediscípulosy les dijo:

18 «Como pueden ver, ahora vamos a Jerusalén. Y a mí, elHijo del hombre, me entregarán a lossacerdotesprincipales y a losmaestros de la Ley. Ellos dirán que debo morir,

19 y me entregarán a mis enemigos para que se burlen de mí, y para que me golpeen y me hagan morir en una cruz. Pero después de tres días, resucitaré.»

La petición de una madre

20-21 La madre de Santiago y Juan, que eran dos de losdiscípulos, fue con ellos a hablar con Jesús. Cuando llegaron, ella se arrodilló delante de Jesús para pedirle un favor. Jesús le preguntó:

—¿Qué es lo que quieres?

Ella le dijo:

—Por favor, ordena que, cuando estés sentado en el trono de tu reino, mis hijos se sienten siempre junto a ti, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.

22 Jesús respondió:

—Ustedes no saben lo que piden. ¿Están dispuestos a sufrir todo lo malo que va a pasarme?

Ellos le dijeron:

—Sí, lo estamos.

23 Jesús les dijo:

—Les aseguro que ustedes sufrirán mucho, igual que yo. Pero solo mi Padre decide quiénes serán los más importantes en mi reino. Eso no lo decido yo.

24 Cuando los otros diez discípulos se dieron cuenta de todo esto, se enojaron con Santiago y Juan.

25 Entonces Jesús los llamó a todos y les dijo:

«Ustedes saben que los que gobiernan a los pueblos se portan como sus amos, y que los grandes señores imponen su autoridad sobre esa gente.

26 Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, si alguno de ustedes quiere ser importante, tendrá que servir a los demás.

27 Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el esclavo de todos.

28 Yo, elHijo del hombre, lo hago así. No vine a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás. Vine para dar mi vida por la salvación de muchos.»

Jesús sana a dos ciegos

29 Cuando Jesús salió de la ciudad de Jericó en compañía de susdiscípulos, mucha gente lo siguió.

30 Junto al camino estaban sentados dos ciegos. Cuando oyeron que Jesús iba pasando, comenzaron a gritar: «¡Señor, tú que eres elMesías, ten compasión de nosotros y ayúdanos!»

31 La gente comenzó a reprender a los ciegos para que se callaran, pero ellos gritaron con más fuerza todavía: «¡Señor, tú que eres el Mesías, ten compasión de nosotros y ayúdanos!»

32 Entonces Jesús se detuvo, llamó a los ciegos y les preguntó:

—¿Qué quieren que haga por ustedes?

33 Ellos le respondieron:

—Señor, haz que podamos ver de nuevo.

34 Jesús tuvo compasión de ellos, y les tocó los ojos. En ese mismo instante, los ciegos pudieron ver de nuevo y siguieron a Jesús.

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Mateo 21

Jesús entra en Jerusalén

1 Jesús y susdiscípulosllegaron al pueblo de Betfagé y se detuvieron junto al Monte de los Olivos, ya muy cerca de la ciudad de Jerusalén.

2 Al llegar allí, Jesús dijo a dos de sus discípulos:

«Vayan a ese pueblo que se ve desde aquí. Tan pronto como entren, van a encontrar una burra atada, junto con un burrito. Desátenlos y tráiganmelos.

3 Si alguien les dice algo, ustedes responderán: “El Señor los necesita; enseguida se los devolverá.”»

4 Esto sucedió para que se cumpliera lo que Dios había anunciado por medio delprofeta:

5 «Díganle a la gente de Jerusalén:

¡Miren, ahí viene su rey!

Él es humilde,

viene montado en un burro,

en un burrito.»

6 Los dos discípulos fueron al pueblo e hicieron lo que Jesús les había ordenado.

7 Llevaron la burra y el burrito, y pusieron sus mantos sobre ellos. Jesús se montó y fue hacia Jerusalén.

8 Muchas personas empezaron a extender sus mantos en el camino por donde iba a pasar Jesús. Otros cortaron ramas de árboles y también las pusieron como alfombra en el suelo.

9 Y toda la gente, tanto la que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba:

«¡Sálvanos,Mesíasnuestro!

¡Bendito tú, que vienes en el nombre de Dios!

Por favor, ¡sálvanos, Dios altísimo!»

10 Cuando Jesús entró en la ciudad de Jerusalén, toda la gente se alborotó, y decía:

—¿Quién es este hombre?

11 Y los que venían con Jesús contestaban:

—¡Es Jesús, elprofeta! Él es de Nazaret, el pueblo de Galilea.

Jesús y los comerciantes del templo

12 Cuando Jesús entró en la ciudad de Jerusalén, fue al templo y empezó a sacar a todos los que estaban vendiendo y comprando cosas. Derribó las mesas de los que cambiaban dinero de otros países por dinero del templo, y también tiró los cajones de los que vendían palomas.

13 Y les dijo: «Dios dice en laBiblia: “mi casa será llamada: ‘Casa de oración’.” Pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones.»

14 Luego algunos ciegos, y otros que no podían caminar, se acercaron a Jesús, y él los sanó.

15 Lossacerdotesprincipales y losmaestros de la Leyse enojaron mucho al ver losmilagrosque él hacía, y al oír que los niños le gritaban alabanzas a Jesús, elMesías.

16 Por eso le dijeron:

—¿Acaso no oyes lo que estos niños están diciendo?

Jesús les contestó:

—Los oigo bien. ¿No recuerdan lo que dice la Biblia?:

“Los niños pequeños,

los que aún son bebés,

te cantarán alabanzas.”

17 Luego Jesús salió de Jerusalén y se fue al pueblo de Betania. Allí pasó la noche.

Jesús y la higuera

18 Muy de mañana, Jesús fue otra vez a la ciudad de Jerusalén. En el camino tuvo hambre,

19 y vio por allí una higuera. Pero cuando se acercó, no encontró ningún higo para comer. El árbol solo tenía hojas. Entonces, Jesús le dijo: «¡Nunca volverás a dar higos!»

En aquel mismo instante, el árbol se secó.

20 Y cuando losdiscípulosvieron lo que pasó, se asombraron y preguntaron a Jesús:

—¿Cómo fue que el árbol se secó tan rápidamente?

21-22 Jesús les contestó:

—Les aseguro que si ustedes tienen confianza y no dudan del poder de Dios, todo lo que pidan en sus oraciones sucederá. Hasta podrían hacer lo mismo que yo hice con la higuera, y más todavía. Si le dijeran a esta montaña: “Quítate de aquí y échate en el mar”, ella los obedecería.

La autoridad de Jesús

23 Jesús entró en el templo y comenzó a enseñar a la gente. Lossacerdotesprincipales y loslíderesdel país se acercaron a Jesús y le preguntaron:

—¿Quién te dio autoridad para hacer todo esto?

24-25 Jesús les contestó:

—Yo también voy a preguntarles algo: ¿Quién le dio autoridad a Juan el Bautista parabautizar? ¿Dios o alguna otra persona? Si me responden eso, yo les diré quién me dio autoridad para hacer todo lo que han visto.

Ellos comenzaron a discutir y se decían unos a otros: «Si respondemos que Dios le dio autoridad a Juan, Jesús nos preguntará por qué no le creímos.

26 Por otro lado, nos da miedo decir que fue un ser humano quien se la dio; porque la gente cree que Juan era unprofetaenviado por Dios.»

27 Entonces respondieron:

—No lo sabemos.

Jesús les dijo:

—Pues yo tampoco les diré quién me da autoridad para hacer todo esto.

Los dos hijos

28 Jesús también les dijo:

—¿Qué opinan ustedes de esto que voy a contarles? Un hombre tenía dos hijos, y le dijo al mayor de ellos: “Hijo, ve a trabajar en la viña.”

29 »Él le respondió: “¡No quiero ir!”

»Pero después cambió de idea y fue a trabajar.

30 »Luego el hombre también le dijo a su hijo menor que fuera a trabajar, y él le respondió: “¡Sí, señor, iré!”

»Pero el muchacho en verdad no fue.

31 ¿Cuál de los dos hijos hizo lo que el padre quería?

Lossacerdotesy loslíderescontestaron:

—El hijo mayor hizo lo que el padre le pidió.

Jesús les dijo:

—Les aseguro que la gente de mala fama, como los cobradores deimpuestosy las prostitutas, entrará alreino de Diosantes que ustedes.

32 Porque Juan el Bautista vino y les enseñó a hacer lo bueno y a obedecer a Dios, pero ustedes no le hicieron caso. En cambio, los cobradores y las prostitutas sí le hicieron caso. Y ustedes, aunque vieron eso, no cambiaron de idea, sino que siguieron sin creer en él.

La viña alquilada

33 »Escuchen este otro ejemplo: El dueño de un terreno sembró una viña, y alrededor de ella construyó un cerco. Preparó un lugar para hacer vino con las uvas que cosechara, y construyó una torre para vigilar el terreno. Luego, alquiló la viña a unos hombres y se fue de viaje.

34 »Cuando llegó el tiempo de la cosecha, el dueño del terreno envió a unos sirvientes para pedir la parte de la cosecha que le correspondía.

35 Pero los que alquilaron la viña trataron mal a los sirvientes. A uno de ellos lo golpearon, a otro lo mataron, y a otro le tiraron piedras.

36 »Entonces el dueño envió más sirvientes que al principio, pero los hombres los trataron igual.

37 Finalmente, el dueño envió a su hijo, porque pensó: “Esos hombres sí respetarán a mi hijo.”

38 »Pero cuando los hombres vieron que había llegado el hijo del dueño, dijeron entre ellos: “Este muchacho heredará la viña cuando el dueño muera. Vamos a matarlo; así nos quedaremos con todo.”

39 »Los hombres agarraron al muchacho, lo sacaron de la viña y lo mataron.

40 »Cuando venga el dueño de la viña, ¿qué piensan ustedes que hará con esos hombres?

41 Ellos contestaron:

—El dueño matará sin compasión a esos malvados. Luego les alquilará la viña a otros hombres que le entreguen la parte de la cosecha que le corresponde.

42 Jesús les dijo:

—¿No recuerdan lo que dice laBiblia?:

“La piedra que rechazaron

los constructores del templo

es ahora la piedra principal.

Esto nos deja maravillados,

pues Dios es quien lo hizo.”

43 »Les aseguro que Dios les quitará a ustedes el derecho de pertenecer a su reino, y se lo dará a los que lo obedecen en todo.

44 Cualquiera que caiga sobre la piedra que despreciaron los constructores, quedará hecho pedazos. Y si la piedra cae sobre alguien, lo dejará hecho polvo.

45 Cuando lossacerdotesprincipales y losfariseosescucharon estas comparaciones y ejemplos, se dieron cuenta de que Jesús hablaba de ellos.

46 Entonces quisieron apresarlo, pero no se atrevieron a hacerlo. Y es que tenían miedo de la gente, porque la gente pensaba que Jesús era unprofeta.

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Mateo 22

La fiesta de bodas

1 Una vez más, Jesús les puso un ejemplo a lossacerdotes, a loslíderesjudíos y a losfariseos:

2 «En elreino de Diospasa lo mismo que cuando un rey hizo una fiesta para celebrar la boda de su hijo.

3 El rey envió a sus sirvientes para que llamaran a los invitados a la fiesta. Pero los invitados no quisieron ir.

4 Entonces el rey envió a otros sirvientes con este mensaje: “La comida ya está lista. He mandado preparar la carne de mis mejores terneros. ¡Vengan a la fiesta!”

5 »Pero los invitados no hicieron caso, y cada uno se fue a hacer otras cosas. Uno fue a ver sus terrenos, otro fue a atender su negocio,

6 y los otros agarraron a los sirvientes del rey y los mataron a golpes.

7 »El rey se enojó mucho, y envió a sus soldados para que mataran a esos invitados y quemaran la ciudad donde vivían.

8 Luego, el rey dijo a sus sirvientes: “La fiesta de bodas está lista, y aquellos invitados no merecían venir.

9 Vayan por las calles, e inviten a todos los que encuentren para que vengan a la fiesta de bodas.”

10 »Los sirvientes fueron a las calles de la ciudad e invitaron a muchas personas, unas malas y otras buenas; y así el salón de la fiesta se llenó de invitados.

11 »Cuando el rey entró al salón para conocer a los invitados, vio a uno que no estaba bien vestido para la fiesta,

12 y le dijo: “¡Oye, tú! ¿Cómo hiciste para entrar, si no estás vestido para la fiesta?”

»Pero él no contestó nada.

13 Entonces el rey les ordenó a sus sirvientes: “Átenlo de pies y manos, y échenlo afuera, a la oscuridad; allí la gente llora y rechina de terror los dientes.”

14 »Esto pasa porque son muchos los invitados a participar en el reino de Dios, pero son muy pocos aquellos a los que Dios acepta.»

Una trampa para Jesús

15 Un día, losfariseosse reunieron y decidieron ponerle una trampa a Jesús, para hacer que dijera algo malo.

16 Mandaron a algunos de sus seguidores, junto con unos partidarios del rey Herodes, para que dijeran a Jesús:

—Maestro, sabemos que siempre dices la verdad. Tú le enseñas a la gente que debe obedecer a Dios en todo. No te importa lo que digan los demás acerca de tus enseñanzas, porque tú no hablas para quedar bien con ellos.

17 Dinos ahora qué opinas: ¿Está bien que le paguemosimpuestosal emperador de Roma, o no?

18 Pero como Jesús conocía las malas intenciones que tenían, les dijo:

—¡Hipócritas! ¿Por qué quieren ponerme una trampa?

19 Muéstrenme una de las monedas que se usan para pagar el impuesto.

Entonces le trajeron una moneda de plata,

20 y Jesús les preguntó:

—¿De quién es la imagen que está en la moneda? ¿De quién es el nombre que tiene escrito?

21 Ellos contestaron:

—Del emperador romano.

Jesús les dijo:

—Pues denle al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios.

22 Los fariseos quedaron asombrados al escuchar la respuesta, y se fueron.

Los saduceos hablan con Jesús

23 Ese mismo día, unossaduceosfueron a ver a Jesús. Los saduceos no creían que los muertos pueden volver a vivir,

24 y por eso le preguntaron:

—Maestro, Moisés escribió que, si un hombre muere sin tener hijos con su esposa, el hermano de ese hombre debe casarse con la viuda y tener hijos con ella. De acuerdo con laLey, esos hijos le pertenecen al hermano muerto y llevan su nombre.

25 »Pues bien, aquí vivieron una vez siete hermanos. El hermano mayor se casó, y tiempo más tarde murió sin tener hijos. Entonces el hermano que seguía se casó con la mujer que dejó el mayor,

26 pero, tiempo después, también él murió sin tener hijos. Con el tercer hermano pasó lo mismo. Y así pasó con los siete hermanos.

27 Finalmente, murió la mujer.

28 »Ahora bien, cuando Dios haga que los muertos vuelvan a vivir, ¿de quién será esposa esta mujer, si estuvo casada con los siete?

29 Jesús contestó:

—Ustedes están equivocados. Ni saben lo que dice laBiblia, ni conocen el poder de Dios.

30 Cuando Dios haga que los muertos vuelvan a vivir, nadie se va a casar, porque todos serán como losángelesdel cielo.

31 Y en cuanto a si los muertos vuelven a vivir, ustedes pueden leer en la Biblia lo que Dios le dijo a Moisés:

32 “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, tusantepasados”. Por tanto, Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para Dios todos ellos están vivos.

33 Al oír las enseñanzas de Jesús, la gente que estaba allí se quedó asombrada.

Los dos mandamientos más importantes

34 Cuando losfariseosse dieron cuenta de que Jesús había dejado callados a lossaduceos, se reunieron y fueron a ver a Jesús.

35 Uno de ellos, que sabía mucho acerca de la ley de los judíos, quiso ponerle una trampa y le preguntó:

36 —Maestro, ¿cuál es elmandamientomás importante de todos?

37-38 Jesús le respondió:

—El primer mandamiento, y el más importante, es el que dice así: “Ama a tu Dios con todo lo que piensas y con todo lo que eres.”

39 Y el segundo mandamiento en importancia es parecido a ese, y dice así: “Cada uno debe amar a su prójimo como se ama a sí mismo.”

40 Toda la enseñanza de laBibliase basa en estos dos mandamientos.

La pregunta acerca del Mesías

41 Mientras losfariseostodavía estaban reunidos, Jesús les preguntó:

42 —¿A qué familia pertenecerá elMesías?

Ellos respondieron:

—A la familia del rey David.

43-45 Jesús les dijo:

—Con la ayuda del Espíritu Santo, David escribió:

“Dios le dijo a mi Señor el Mesías:

‘Siéntate a la derecha de mi trono

hasta que yo derrote a tus enemigos.’”

»A ver, explíquenme: Si el rey David llama Señor al Mesías, ¿cómo puede el Mesías ser sudescendiente? ¡Hasta David lo considera más importante que él mismo!

46 Nadie pudo responderle a Jesús, y desde ese momento ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.