Eclesiástico 3

Deberes de los hijos

1 Queridos jovencitos,

escúchenme y sigan mis consejos,

y Dios los librará del peligro.

2 Dios quiere que los hijos

respeten a sus padres.

3-5 Dios perdona y hace prosperar

a los que obedecen a sus padres;

también escucha sus oraciones

y les concede la alegría

de gozar con sus propios hijos.

6-7 Los que obedecen a sus padres

y reconocen su autoridad,

los hacen vivir tranquilos.

Así cumplen los mandamientos de Dios,

y por eso vivirán muchos años.

8 Obedezcan a sus padres

con sus palabras y sus hechos,

y ellos los bendecirán.

9 Si sus padres los bendicen,

su familia se mantendrá firme;

pero si los maldicen,

acabarán en la ruina.

10 Ustedes serán la burla del pueblo

si sus padres son humillados.

11 Si ustedes respetan a sus padres,

se respetan a sí mismos.

12 Queridos jovencitos,

respeten las canas de sus padres

y cuiden de ellos mientras vivan.

13 Cuando ellos lleguen a viejos

y sus ideas no sean muy claras,

traten de comprenderlos

y no se burlen de ellos

por ser ustedes más jóvenes.

14 Dios jamás se olvida

del que ayuda a sus padres;

Dios toma eso en cuenta

y le perdona sus pecados.

15 Cuando estén afligidos,

Dios se acordará de ustedes

y perdonará sus pecados;

¡hará que desaparezcan

como el hielo bajo el sol!

16 Pero si abandonan a sus padres

y los hacen enojar,

ofenderán a Dios

y se ganarán su castigo.

Hay que ser humilde

17 Queridos jovencitos,

si actúan siempre con humildad,

serán queridos por todos.

18 Aunque sean muy importantes,

deben ser siempre humildes.

Así agradarán a Dios.

19 Abunda la gente orgullosa,

pero solo a la gente humilde

le confía Dios sus secretos.

20 Grande es el poder de Dios,

y los humildes lo reconocen.

Hay que buscar lo importante

21 No traten de alcanzar

lo que es inalcanzable,

ni traten de comprender

lo que es incomprensible.

22 Más bien, traten de cumplir

con lo que Dios les ha ordenado,

y no se preocupen por saber

lo que Dios guarda en secreto.

23 Dejen ya de preocuparse

por resolver todo misterio.

No tienen fuerzas suficientes,

y ya Dios les ha mostrado

más de lo que pueden entender.

24 Mucha gente se ha perdido

y se ha apartado de Dios

por sus locos pensamientos.

25 Para poder ver la luz,

hacen falta los ojos,

y para llegar a ser sabio

hace falta entendimiento.

No hay que ser terco

26 El terco acaba mal;

al atrevido le espera la muerte.

27 El terco se mete en problemas;

el pecador va de mal en peor.

28 No tiene caso ayudar

al orgulloso en desgracia;

es como un árbol con malas raíces.

29 Pero el que es inteligente

atiende los sabios consejos.

Hay que ser generoso

30 Con agua se apaga el fuego,

y con la ayuda a los pobres

se gana el perdón de Dios.

31 Devuelvan los favores que reciban,

y cuando necesiten ayuda,

no faltará quien los apoye.

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Eclesiástico 4

Hay que ayudar al necesitado

1-4 Queridos jovencitos,

no se burlen de los que sufren,

ni aumenten su tristeza.

No abandonen a los pobres,

ni le nieguen ayuda

a quien les pida limosna.

5 Si no lo hacen así,

esa persona podría maldecirlos.

6 Si le amargan la vida

y esa persona los maldice,

nuestro Dios atenderá su protesta.

7 Gánense el cariño de la gente

y respeten a las autoridades.

8 Cuando un pobre los salude,

devuélvanle el saludo.

9 Defiendan a los que son maltratados,

y luchen sin miedo por lo que es justo.

10 Dios los tratará como a hijos

si ustedes atienden a las necesidades

de los huérfanos y las viudas.

Así Dios los amará

más que sus propias madres.

Beneficios de la sabiduría

11 La sabiduría trata como hijos

a quienes buscan sus enseñanzas.

12 El que ama la sabiduría,

ama también la vida;

el que la busca con empeño,

encontrará la felicidad.

13 El que llega a poseerla,

recibe la bendición de Dios.

14 Amen a la sabiduría,

y Dios los amará a ustedes.

Sigan los consejos de ella,

y estarán adorando a Dios mismo.

15 Obedézcanla y vivirán seguros

y además gobernarán naciones.

16 Confíen en la sabiduría,

y ella estará al servicio

de ustedes y de sus descendientes.

17 La sabiduría los pondrá a prueba,

para ver si realmente la aman;

18 pero luego los hará felices

y les hará saber sus secretos.

19 Sigan, pues, por el buen camino,

para que ella no los abandone;

así no fracasarán en la vida.

Ni valentón ni cobarde

20 Hagan todo el bien que puedan

y no le hagan daño a nadie;

así no tendrán de qué avergonzarse.

21 Hay dos clases de vergüenza:

la que siente el pecador,

y la que siente el hombre honrado.

22 Está bien que tengan vergüenza,

pero no se hagan daño a sí mismos.

23 Siempre que sea necesario,

no se queden callados

ni escondan su sabiduría,

24 porque en el modo de hablar

se conoce al hombre sabio.

25-26 No es ninguna vergüenza

reconocer la propia ignorancia.

Es más vergonzoso negar la verdad;

¡es como querer detener un río!

27 No les hagan caso a los tontos,

ni se humillen ante los poderosos.

28 Cueste lo que cueste,

luchen siempre por la verdad,

y Dios luchará a su lado.

29 No hablen más de lo necesario;

respalden con hechos sus palabras.

30 No sean valientes en la casa

y cobardes en la calle.

31 Si extienden la mano para recibir,

extiéndanla también para dar.

Eclesiástico 5

Contra la falsa seguridad

1 No confíen en sus riquezas,

ni digan que no necesitan ayuda,

2 pues no son tan hábiles ni tan fuertes

como para satisfacer todos sus caprichos.

3-4 No piensen que todo lo pueden,

ni crean que pueden pecar

sin sufrir las consecuencias,

porque Dios los llamará a cuentas.

Si todavía no les ha pasado nada,

es porque Dios es paciente.

5-6 No crean que él va a perdonarlos

si hacen del pecado una costumbre.

Dios es muy compasivo,

pero también llega a enojarse

y castiga a los malvados.

7-8 ¡No crean que las riquezas

los librarán del castigo!

¡Pídanle perdón a Dios!

¡No lo dejen para mañana!

De lo contrario él se enojará,

y cuando menos lo esperen

los castigará con la muerte.

Hay que saber responder

9-10 No crean todo lo que oyen.

No hagan hoy promesas

que mañana no cumplirán.

¡Dejen eso a los pecadores!

11 Presten atención a toda pregunta,

pero piensen antes de responder.

12 Si saben la respuesta, respondan;

si no la saben, guarden silencio.

13 Una respuesta puede ganar amigos,

pero también puede causar desgracias.

14 Dios castiga al mentiroso

y pone en vergüenza al ladrón.

No hablen mal de nadie,

para que no los llamen chismosos.

15 El pecado es pecado,

sea grande o sea pequeño,

así que no pequen contra nadie.

Eclesiástico 6

1 Si tienen amigos,

no los traten como a enemigos.

Esa conducta es de pecadores,

y les creará mala fama.

Los malos deseos

2-3 Si se dejan dominar por sus deseos,

arruinarán sus vidas.

Los caprichos son como el fuego,

que quema las ramas de un árbol

y arruina sus frutos,

dejando un tronco seco.

4 Los que tienen malos deseos

siempre acaban en la ruina

y son la burla de sus enemigos.

Amigos buenos y malos

5 El que habla con dulzura

se gana muchos amigos.

6 De mil personas que saludan,

solo uno puede llamarse amigo,

7 pero antes de confiar en él

hay que poner a prueba su amistad.

8 Hay amigos según la ocasión:

lo son cuando todo va bien,

pero se olvidan de ti

cuando más los necesitas.

9 Otros se vuelven tus enemigos,

y para hacerte quedar mal

cuentan por qué se pelearon.

10 Otros se sientan a tu mesa,

pero no los vuelves a ver

cuando te hallas en problemas.

11 Mientras te va bien,

son uña y carne contigo;

12 pero si te va mal,

se ponen en contra tuya

y no los vuelves a ver.

13 Es mejor alejarse de los enemigos,

y tener precaución con los amigos.

14 Encontrar un amigo fiel

es como dar con un tesoro

o como hallar un refugio seguro.

15 Un amigo fiel no tiene precio:

su valor no se mide con dinero.

16-17 Un amigo así nos salvará la vida.

Si obedecemos a Dios,

hallaremos ese amigo,

y sabremos reconocerlo

porque él también obedece a Dios.

Hay que adquirir sabiduría

18 Queridos jovencitos,

acepten las buenas enseñanzas

ahora que son jóvenes;

así, cuando lleguen a viejos

seguirán siendo sabios.

19 Sigan el ejemplo del campesino:

primero trabaja la tierra,

después siembra la semilla,

y luego espera tranquilo

una abundante cosecha.

Si se esfuerzan por ser sabios

tal vez se fatiguen un poco,

pero luego podrán disfrutar

de muchos beneficios.

20 La gente tonta y necia

no soporta que se le enseñe.

21 La sabiduría es para ellos

una carga muy pesada,

y buscan librarse de ella.

22 Como su nombre lo indica,

la sabiduría es conocimiento,

¡pero no todos la conocen!

23 Queridos jovencitos,

presten atención a mis enseñanzas

y no rechacen mis consejos.

24-25 Únanse a la sabiduría

y no abandonen sus enseñanzas;

manténganse unidos a ella,

como si fueran sus esclavos.

26 Búsquenla, quédense a su lado,

y ámenla con todas sus fuerzas.

27-29 Busquen la sabiduría,

no descansen hasta encontrarla;

y cuando al fin la encuentren,

no la dejen escapar.

Aunque al principio les sea difícil,

al final ella los protegerá,

y les dará paz y alegría.

30-31 Vístanse de sabiduría

como si llevaran el vestido de un rey,

como si lucieran una corona,

como si llevaran joyas

y cintas de color púrpura.

32 Queridos jovencitos,

si realmente lo desean,

podrán aprender muchas cosas.

33 Si saben escuchar y prestan atención,

podrán llegar a ser sabios.

34 Vayan a las reuniones de los adultos,

y cuando encuentren a un sabio,

háganse amigos de él.

35 Presten atención a los buenos consejos

y no rechacen las sabias enseñanzas.

36 Cuando conozcan a un sabio,

visítenlo siempre que puedan.

37 Si meditan todo el tiempo

en los mandamientos de Dios,

él cumplirá sus deseos

y les dará sabiduría.

Eclesiástico 7

Hay que saber comportarse

1 No hagan mal a nadie,

y nadie les hará daño.

2 Apártense de la maldad,

y la maldad se apartará de ustedes.

3 No cometan injusticias,

para que no reciban un castigo mayor.

4 Nunca le pidan a Dios

que les dé poder para gobernar.

5 Nunca digan que son justos o sabios

tan solo para impresionar a Dios.

6 Si no tienen valor suficiente

para luchar contra la injusticia,

ni se les ocurra ser jueces.

Para enfrentar a los poderosos

hace falta valentía y honradez.

7 No arruinen su buena fama

perjudicando a la comunidad.

8 Un solo pecado merece castigo;

así que no vale la pena pecar.

9 No crean que Dios los perdonará

por presentarle muchas ofrendas.

10 Cuando oren, háganlo con confianza,

y no dejen de ayudar a los pobres.

11 Nunca se burlen de los amargados,

porque si estamos tristes o alegres

es porque Dios así lo permite.

12 No hagan nada que perjudique

a sus parientes y amigos.

13 Jamás digan mentiras,

porque a nada bueno lleva.

14 En reunión de gobernantes

no se metan a opinar.

Cuando hagan oración,

no repitan siempre lo mismo.

15 No trabajen de mala gana,

porque Dios nos creó para trabajar.

16 No se junten con pecadores,

y Dios no los castigará a ustedes.

17 Deben ser siempre humildes;

¡a fin de cuentas todos moriremos!

La conducta con los parientes y amigos

18 Al amigo y al hermano

no los cambies por dinero.

19 A la esposa buena y sabia

no la cambies por nada en el mundo.

20 No maltrates a los obreros

que hacen bien su trabajo.

21 Ama al sirviente inteligente

como si fueras tú mismo,

y cuando llegue el momento oportuno

no le niegues su libertad.

22 Si tus animales te dan ganancias,

cuídalos y consérvalos bien.

Deberes de padres e hijos

23 Si tienes hijos, edúcalos

y desde niños enséñales a obedecer.

24 Si tienes hijas, cuida bien de ellas,

pero no les des todo lo que pidan.

25 Si quieres casar a tu hija,

cásala con un hombre sabio.

26 Si amas a tu esposa,

no te divorcies de ella;

si no la amas, no te confíes.

27 Respeta a tu padre de todo corazón,

y no olvides cuánto sufrió tu madre

el día en que tú naciste.

28 Recuerda que ellos te dieron la vida

y que nunca podrás pagarles

lo que ellos han hecho por ti.

29-30 Obedece y ama a Dios

con todo el corazón,

pues Dios es tu creador.

Respeta a los sacerdotes

y procura que nada les falte.

31 Dales lo que les corresponde:

ofrendas de trigo y de animales,

ofrendas de los primeros frutos

y la décima parte de todo.

32 No dejes de ayudar al pobre,

y Dios te bendecirá mucho.

33 Muestra tu amor por igual

a los vivos y a los muertos.

34 Acompaña en su dolor

a los que están de luto.

35 Visita sin falta a los enfermos,

y te ganarás su cariño.

36 Cuando comiences un proyecto,

planifica de principio a fin;

así no cometerás errores.

Eclesiástico 8

1-2 No te pongas a pelear

contra gente rica y poderosa,

porque usarán su dinero

para que otros luchen contra ti,

y al final caerás bajo su dominio.

El dinero influye en la gente,

¡y hasta corrompe a los reyes!

3 No discutas con charlatanes,

¡porque es echar leña al fuego!

4 No bromees con gente grosera,

para que no ofendan a tus padres.

5 No pongas en ridículo

a quien reconoce sus errores;

recuerda que nadie es perfecto.

6 No te burles de los ancianos,

porque también llegarás a viejo.

7 No te burles de los muertos,

porque todos moriremos.

8 No eches en saco roto

las enseñanzas de los sabios,

sino tómalas muy en serio,

porque así aprenderás

a tratar con gente importante.

9 Lo que ahora enseñan los maestros

lo aprendieron de sus padres.

Atiende a sus enseñanzas,

para que sepas cómo responder

cuando llegue la ocasión.

10 Provocar a un pecador

es jugar con fuego,

¡y te puedes quemar!

11 No discutas con gente orgullosa,

pues te atacará con tus propias palabras.

12-13 No prestes nada a los ricos

ni tampoco te hagas su fiador,

porque perderás lo que prestes

y acabarás pagando sus deudas.

14 No entables pleito con un juez,

pues dictará sentencia a su favor.

15-16 No discutas con los tontos,

ni viajes con gente alocada,

porque puede costarte la vida.

Para ellos la vida no vale nada,

y cuando estés indefenso te atacarán.

17 No le cuentes nada a un tonto,

porque no sabe guardar secretos.

18-19 No descubras tus secretos

ni digas todo lo que piensas

en presencia de un extraño.

No sabes lo que él puede hacer,

y podrías verte en problemas.

Eclesiástico 9

El trato con las mujeres

1 No seas celoso con tu esposa;

no despiertes en ella malos pensamientos.

2 No entregues tu amor a una mujer,

porque acabará por dominarte.

3-4 Aléjate de las prostitutas

que te divierten con sus cantos

y te seducen con sus bailes,

porque te harán caer en sus redes.

5 No mires mucho a las jovencitas,

porque puede salirte caro.

6 No te entregues a las prostitutas,

porque perderás todo lo que tienes.

7 No las busques por las calles,

ni te pierdas en esos callejones.

8 No te fijes en la mujer casada;

su bello cuerpo ya pertenece a otro.

Por la belleza de una mujer

y por el deseo de poseerla,

muchos hombres se han perdido.

9 Con una mujer casada

no comas ni bebas vino;

podrías enamorarte de ella,

y podría costarte la vida.

El trato con los hombres

10 No abandones al amigo de ayer,

que el de hoy no podrá reemplazarlo.

Las amistades son como el vino:

con el tiempo se disfrutan más.

11 No envidies la suerte del pecador,

pues no sabes qué fin tendrá.

12 No imites a los malvados,

porque no quedarán sin castigo.

13 Aléjate de quien tiene poder

para quitarte la vida.

Acercarse a él es como andar

por un camino lleno de trampas,

y si das un paso en falso

estarás en peligro de muerte.

14 Procura conocer bien a tus vecinos,

pero busca el consejo de los sabios.

15 Hazte amigo de gente inteligente,

para que estudien la ley de Dios.

16 Comparte tu mesa con gente honrada,

y obedece a Dios con orgullo.

17 Al artista se le alaba

por la belleza de su obra,

y al gobernante se le reconoce

por la sabiduría de sus palabras.

18 Pero el que habla por hablar

se vuelve odioso y temido.

Eclesiástico 10

Buenos y malos gobernantes

1 El gobernante sabio

educa a su pueblo

y organiza bien su gobierno.

2 Todo pueblo tiene

el gobierno que se merece.

3 Cuando el rey es ignorante,

el pueblo acaba en la ruina;

cuando el rey es sabio,

el pueblo prospera.

4-5 Dios tiene en sus manos

el poder de gobernar este mundo,

y el poder de nombrar gobernantes.

Cuando llega el momento,

elige al gobernante adecuado

y le da su propia autoridad.

No debemos ser orgullosos

6 Si alguien te ofende,

no le hagas ningún daño

ni le guardes rencor.

7 Ni Dios ni los hombres soportan

a la gente orgullosa y malvada.

8 Por la maldad y el orgullo

las naciones cambian de dueño.

9 De nada nos sirve el orgullo;

solo somos polvo y ceniza,

y finalmente todos moriremos.

10 Ante una enfermedad grave,

el médico no tiene nada que hacer;

hoy reinamos, mañana morimos,

11 y en cuanto nos entierran

nos devoran los gusanos.

12 Comenzamos a ser orgullosos

cuando dejamos de tomar en cuenta

a Dios, nuestro Creador.

13 Del orgullo brota el pecado

como agua de un manantial;

por eso Dios nos manda desgracias

que nos destruyen por completo;

14-15 quita del trono a los reyes,

expulsa de su tierra a las naciones,

y en su lugar pone a los humildes.

16-17 Dios ha borrado de este mundo

a naciones y a pueblos enteros;

a esa gente nadie la recuerda.

18 Ciertamente Dios nos creó

para que seamos humildes.

La gente respetable

19 ¿Quieres ver un hombre honrado?

Mira al hombre que obedece a Dios.

¿Quieres ver un hombre malvado?

Mira al que no cumple los mandamientos.

20 Entre hermanos se respeta al mayor,

pero Dios bendice al que le obedece.

21 En cambio, rechaza

a los tercos y orgullosos.

22 Seamos ricos, seamos pobres,

nuestro orgullo es obedecer a Dios.

23 No respetes al pecador,

ni desprecies al inteligente

solo porque es pobre.

24 Grandes y dignos de respeto

son los jueces y las autoridades,

pero más grande que todos ellos

es el hombre que obedece a Dios.

25 Al sirviente inteligente y sabio

hasta sus patrones lo ayudan.

Humildad y autoestima

26 No te creas sabio

cuando cumplas con tu trabajo,

ni dejes que tu orgullo

te impida pedir ayuda

cuando te halles en problemas.

27 Más vale trabajar y comer

que presumir y morirse de hambre.

28 Querido jovencito,

debes ser humilde,

sin negar tus cualidades.

29 Porque nadie te respetará

si tú mismo no te respetas,

ni nadie creerá en tu inocencia

si te declaras culpable.

30 Al pobre se le respeta

por su buena educación,

pero al rico se le respeta

solo por ser rico.

31 Si te respetan siendo pobre,

¡más te respetarán siendo rico!

Si te desprecian siendo rico,

¡más te despreciarán siendo pobre!

Eclesiástico 11

Las apariencias engañan

1 El sabio, aunque sea pobre,

no tiene de qué avergonzarse;

por eso tiene un lugar

entre la gente importante.

2 No alabes ni desprecies

a nadie por su apariencia;

3 ¡la abeja es un insecto pequeño,

pero produce la miel más dulce!

4 No te sientas orgulloso

por la ropa que llevas

ni porque todo te salga bien:

Dios hace maravillas

y no alcanzamos a comprenderlas.

5 Hay reyes que lo han perdido todo,

y hay pobres que llegaron a ser reyes.

6 Hay gente importante y famosa

que al final cayó en desgracia.

Hay que actuar con cuidado

7-8 Querido jovencito,

primero averigua y luego critica;

primero escucha y luego responde.

No interrumpas mientras otro habla,

9 no te metas en asuntos ajenos,

ni discutas con gente malvada.

El que mucho abarca poco aprieta

10 Querido jovencito,

no trates de hacerlo todo,

pues no lo lograrás.

11 Por más que corras

siempre llegarás tarde.

12 Aunque estés pobre y necesitado,

Dios te verá con bondad

y te sacará de la miseria;

13 te hará andar con la frente en alto,

y al verte todos se admirarán.

Hay que confiar en Dios

14-15 Todo viene de Dios:

lo bueno y lo malo,

la vida y la muerte,

la pobreza y la riqueza,

la sabiduría, el entendimiento,

el conocimiento de la ley

y la práctica de las buenas obras.

16-17 Y es que Dios es tan bondadoso

que concede sus dones a los buenos

y siempre los hace prosperar.

Pero para los malos

Dios preparó la estupidez y la oscuridad,

y el mal los acompañará

hasta el día de su muerte.

18 Tú puedes hacerte rico,

si trabajas y ahorras tu dinero;

pero eso, ¿de qué te servirá?

19 Cuando al fin decidas

disfrutar de tus ganancias,

puedes morirte en cualquier momento

y otros se quedarán con tus riquezas.

20 Querido jovencito,

cumple con tu deber

y siempre mantendrás tu trabajo.

21 Lo que hacen los pecadores

no es digno de admiración;

más te vale confiar en Dios

y seguir haciendo tu trabajo.

Para Dios es cosa fácil

hacer rico al pobre en un instante.

22 Dios bendice a los buenos

y muy pronto los hace prosperar.

23-24 Nunca digas que ya tienes bastante,

y que nada te hace falta;

tampoco creas que, por tenerlo todo,

nada malo te habrá de suceder.

25 Con lo bueno olvidamos lo malo,

y con lo malo olvidamos lo bueno.

26-27 Cuando llega la desgracia

olvidamos la alegría,

y cuando llega la muerte,

para Dios es cosa fácil

darnos lo que nos merecemos.

¡Y al fin de cuentas se descubre

lo que en realidad somos!

28 A la gente se le conoce

a la hora de su muerte.

Por eso, antes de que muera

no hay que llamar feliz a nadie.

Cuidado con los extraños

29 No dejes entrar en tu casa

a todo el que te encuentres,

porque hay gente mañosa

30 que te espía y te pone trampas.

Son como los que cazan pájaros:

solo esperan que des un mal paso.

31 La gente chismosa

convierte lo bueno en malo.

32 Basta una sola chispa

para causar un gran incendio,

y basta un solo malvado

para cometer un gran crimen.

33 Por eso, cuídate de los malvados,

porque pueden causarte daño

y hasta manchar tu buen nombre.

34 Un extraño en tu casa

te causará muchos problemas,

y aun hará que tú mismo

resultes un extraño en tu casa.

Eclesiástico 12

A quién hay que ayudar

1 Haz el bien, pero fíjate a quién,

y así tendrás quien te lo agradezca.

2 Haz el bien a la gente buena,

y tendrás tu recompensa.

Si ellos no te lo pagan,

ya te lo pagará el Dios altísimo.

3 Pero nada bueno recibirás

si te empeñas en hacer lo malo

y dejas de ayudar al pobre.

4-5 Ayuda al que obedece a Dios,

pero no al que hace lo malo,

porque si le das de comer

puede llegar a dominarte,

y por el bien que le hayas hecho

recibirás un doble mal.

6-7 Por lo tanto, ayuda a los buenos

pero no a los malvados,

porque el Dios altísimo los aborrece

y al final les dará su merecido.

Los falsos amigos

8 Cuando todo va bien,

todos dicen ser amigos;

cuando todo va mal,

sabes en verdad quién es amigo.

9 Cuando todo va bien,

sobran los que se dicen amigos;

cuando todo anda mal,

solo el amigo fiel te acompaña.

10 Nunca confíes en tu enemigo,

porque está lleno de maldad;

¡es como metal oxidado!

11 Hará como que te escucha,

y hasta fingirá humildad,

pero no debes confiar en él,

porque hoy te muestra una cara

y mañana te muestra otra.

12 No dejes que se acerque,

ni lo trates con preferencia,

porque al final te traicionará.

Y entonces te acordarás

de mis advertencias

y con tristeza las entenderás.

13 Si el león muerde al domador,

nadie siente lástima por él.

14 Si te haces amigo de un malvado

y participas en su maldad

nadie sentirá lástima de ti.

15 Por un tiempo dirá que es tu amigo,

pero cuando más lo necesites

no vendrá en tu ayuda.

16 El enemigo te dice cosas bonitas,

pero solo piensa en traicionarte.

Tal vez llore como un niño,

pero cometerá crimen tras crimen

si se le presenta la ocasión.

17 Cuando te pase algo malo,

tal vez lo veas a tu lado

con la intención de ayudarte,

pero solo te hará más daño.

18 Entonces mostrará su otra cara,

y entre risas se burlará de ti.