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Amós

Amós 2

Contra Moab

1 El Dios de Israel ha dicho:

«Ustedes, habitantes de Moab,

han llegado al colmo de la maldad.

Por eso, ¡no los perdonaré!

Quemaron los huesos del rey de Edom

hasta dejarlos hechos cenizas.

2 Por eso les prenderé fuego

a las ciudades de Moab,

y dejaré hechos cenizas

los palacios de Queriot;

¡ustedes, moabitas, perderán la vida

entre gritos de batalla

y toques de trompeta!

3 ¡Yo les quitaré la vida

a su rey y a sus jefes!

Les juro que así será».

Contra Judá

4 El Dios de Israel ha dicho:

«Ustedes, habitantes de Judá,

han llegado al colmo de la maldad.

Por eso, ¡no los perdonaré!

Rechazaron mis enseñanzas

y no quisieron obedecerlas.

Prefirieronadorara los dioses falsos

que antes adoraron susantepasados.

5 »Por eso les prenderé fuego

a las ciudades de Judá,

y dejaré hechos cenizas

los palacios de Jerusalén».

Contra Israel

6 El Dios de Israel ha dicho:

«Ustedes, pueblo de Israel,

han llegado al colmo de la maldad.

Por eso, ¡no los perdonaré!

A la gente humilde y honrada

la venden como esclava

por unas cuantas monedas

y hasta por un par de zapatos;

7 a los pobres los humillan,

los arrastran por el suelo

y son injustos con ellos;

los padres y los hijos me ofenden

al tener relaciones sexuales

con una misma mujer.

8 Se acuestan con ella

junto a cualquier altar;

se acuestan sobre la ropa

que algún pobre les dejó

como garantía de pago;

con el dinero de multas injustas

compran vino y se emborrachan

en el templo de su dios.

9-10 »Pueblo de Israel,

yo los saqué de Egipto,

y durante cuarenta años

los guié a través del desierto;

destruí por completo a los amorreos

y les di a ustedes su país,

aunque ellos eran un pueblo

de mucha fuerza y gran estatura.

11 De entre los hijos de ustedes,

elegí a algunos comoprofetas

y a otros los aparté como nazireos.

¡Díganme ustedes si miento!

Les juro que así fue.

12 »Pero ustedes, pueblo de Israel,

emborracharon a los nazireos

y no dejaron que los profetas

les comunicaran mis mensajes.

13 »Por eso, pueblo de Israel,

¡yo los aplastaré contra el suelo,

como si los aplastara

una carreta cargada de trigo!

14-15 De mí no podrán escapar

ni los corredores más veloces,

ni los soldados más fuertes,

ni los guerreros más valientes,

ni los flechadores más diestros,

ni los que huyan a caballo;

16 ¡hasta los más valientes

huirán desnudos ese día!

Les juro que así será.

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Amós

Amós 3

1-2 »¡Israelitas,

escuchen la palabra de su Dios!

De todos los pueblos de la tierra,

solo a ustedes los elegí;

solo a ustedes los saqué de Egipto.

Por eso voy a hacerles pagar

toda la maldad que han cometido».

Hay una razón para todo

3 Si dos personas andan juntas,

es porque están de acuerdo.

4 Si el león ruge en la selva,

es porque está hambriento;

si gruñe en su cueva,

es porque atrapó un animal.

5 Si el ave queda atrapada,

es porque alguien puso una trampa.

6 Si la gente se alborota,

es porque sonó la alarma;

y si la gente se espanta,

es porque algo malo sucede.

Y si algo malo sucede,

es porque Dios lo causó.

7 ¡Dios nunca hace nada

sin comunicarlo a susprofetas!

8 Si el león ruge,

todo el mundo tiembla de miedo.

Si nuestro Dios habla,

todo profeta tiene que hablar.

Samaria será destruida

9-10 Nuestro Dios ha dicho:

«¡Den a conocer esto

en los palacios de Asdod

y en los palacios de Egipto!

¡Díganle a la gente que se junte

en las montañas de Samaria!

¡Que vea el desorden y la violencia

que hay en esa ciudad!

»Los de Samaria no saben

qué significa hacer lo bueno.

Solo saben robar a la fuerza,

y guardar en sus palacios lo robado».

11-12 Por lo tanto, pueblo de Israel, nuestro Dios les advierte:

«Un ejército enemigo vendrá a Samaria

y la rodeará para conquistarla;

derribará sus fortalezas

y dejará vacíos sus palacios.

Cuando un león ataca las ovejas,

el pastor lucha por salvarlas,

pero solo alcanza a rescatar

dos patas o un pedazo de oreja;

así también ustedes, israelitas

que ahora viven en Samaria,

querrán escapar y llevarse todo,

pero solo podrán llevarse

la pata de una cama

o una alfombra de Damasco».

13 Nuestro Dios, el poderoso Dios de Israel, también ha dicho:

«¡Pongan mucha atención!

¡Adviertan a losdescendientesde Jacob

14 que pronto voy a castigarlos

por lospecadosque han cometido!

Cuando llegue ese día,

derribaré los altares

que construyeron en Betel;

destruiré los cuernos del altar

y los arrojaré al suelo.

15 Derribaré todas sus casas

y todos sus palacios;

derribaré las casas adornadas de marfil,

que los ricos construyeron

para pasar el invierno

y descansar en verano.

¡Les juro que así lo haré!»

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Amós

Amós 4

Las mujeres ricas de Samaria

1 Y ustedes, mujeres de Samaria,

escuchen lo que tengo que decirles:

Ustedes están gordas

como vacas de la región de Basán,

pues maltratan y humillan a los pobres,

y a sus propios maridos

les piden vino para emborracharse.

2 Pero el poderoso Dios de Israel

les jura que ya está cerca el día

en que a ustedes y a sus hijos

se los llevarán lejos de aquí.

Tanto a ellos como a ustedes

les pondrán ganchos en la boca,

3 y a ustedes las sacarán

por los huecos de las murallas,

una detrás de la otra,

para llevarlas al matadero.

Israel no se arrepiente

Nuestro Dios les dice:

4-5 «¡Ya que a ustedes

les gusta tantopecar,

siganadorandoa susídolos

en el santuario de Betel

y en el santuario de Guilgal!

No me importa lo que hagan.

Yo, el Dios de Israel,

les juro que así es.

»¡Sigan pecando más y más!

Sigan presentando susofrendas

todas las mañanas,

y lleven cada tercer día

la décima parte de sus cosechas;

presenten toda clase de ofrendas,

y anuncien sus ofrendas voluntarias.

6 »Cuando les hice pasar hambre,

¡en ninguna ciudad había de comer!

Pero a pesar de eso,

ustedes no se arrepintieron.

Yo, el Dios de Israel,

les juro que así fue.

7 »Tres meses antes de la cosecha

decidí no enviarles lluvia;

mientras que en una ciudad llovía,

en otra no caía ni gota de agua;

unos campos quedaron empapados,

mientras que otros quedaron resecos.

8 Los que no tenían agua

iban a las ciudades que sí tenían,

aunque no lograban calmar su sed.

Pero a pesar de eso,

ustedes no se arrepintieron.

Yo, el Dios de Israel,

les juro que así fue.

9 »Yo destruí sus cosechas

y acabé con sus árboles frutales;

yo envié sobre sus campos

grandesplagasde saltamontes

y calientes vientos del desierto;

pero a pesar de eso,

ustedes no se arrepintieron.

Yo, el Dios de Israel,

les juro que así fue.

10 »Mandé plagas contra ustedes,

como las que mandé contra Egipto;

hice que perdieran en la guerra

sus caballos y sus mejores soldados;

¡el mal olor de los muertos

se sentía por todas partes!

Pero a pesar de eso,

ustedes no se arrepintieron.

Yo, el Dios de Israel,

les juro que así fue.

11 »A muchos de ustedes los destruí

como destruí a las ciudades

de Sodoma y de Gomorra;

¡hasta parecían una brasa

recién sacada del fuego!

Pero a pesar de eso,

ustedes no se arrepintieron.

Yo, el Dios de Israel,

les juro que así fue.

12 »Por todo eso, pueblo de Israel,

ahora voy a castigarlos;

y como no podrán evitarlo,

¡prepárense para encontrarse conmigo!

13 »Yo soy quien hizo

el viento y las montañas;

yo soy quien convierte

la luz del día en oscuridad;

yo soy quien comunica

sus planes a la humanidad entera;

yo soy el que camina

por las alturas de la tierra;

¡yo soy el poderoso Dios de Israel!»

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Amós

Amós 5

Israel debe arrepentirse

1-4 Pueblo de Israel,

escuchen este triste canto

que entono por lo que va a suceder.

Pueblo de Israel,

nuestro Dios les advierte:

«Ya ustedes pueden darse por muertos.

Quedarán tendidos en el suelo,

y no volverán a levantarse;

serán como una jovencita muerta

que no volverá a la vida.

»No les irá bien en la guerra.

Si de una ciudad salen mil soldados,

solo cien volverán con vida;

si de un pueblo salen cien soldados,

solo diez volverán con vida.

»Si quieren seguir viviendo,

vuelvan a obedecerme.

5 No vayan al santuario de Betel,

porque pronto será destruido;

tampoco vayan al santuario de Beerseba

ni pasen por el de Guilgal,

porque todos sus habitantes

serán llevados presos a otro país.

6 »Si quieren seguir viviendo,

vuelvan a obedecerme.

Si no lo hacen,

yo destruiré al reino de Israel;

¡le prenderé fuego al santuario de Betel,

y nadie será capaz de apagarlo!

7 »Ustedes no han tratado con justicia

a los que son maltratados,

ni han respetado sus derechos;

¡han convertido en malo lo que es bueno!

8-9 »Yo soy quien hizo

todas las estrellas del cielo;

yo soy quien convierte

la luz del día en oscuridad,

y la oscura noche en día;

yo soy quien manda a las nubes

que vengan y rieguen la tierra;

yo soy quien derriba murallas

y quien convierte grandes fortalezas

en un montón de ruinas;

¡yo soy el Dios todopoderoso!

10 »Ustedes desprecian

al que lucha por la justicia

y al que dice la verdad;

11 ustedes humillan a los pobres

y les quitan el pan de la boca

al cobrarles altosimpuestos.

Por eso no podrán disfrutar

de las lujosas casas que construyeron,

ni tampoco beberán el vino

de los hermosos viñedos que plantaron.

12 »Yo conozco todos suspecados;

conozco sus muchas maldades.

Sé que los jueces aceptan dinero

para juzgar a favor de los malvados

y en contra de la gente inocente.

Por eso el juicio lo ganan los ricos

y lo pierden los pobres.

13 ¡Hay tanta maldad hoy en día

que lossabiosprefieren callarse!

14-15 »Ustedes dicen estar seguros

de que yo vivo entre ustedes.

Si en verdad quieren que así sea,

dejen de hacer lo malo,

empiecen a hacer lo bueno

y traten a todos con justicia.

Puede ser que entonces

yo, el Dios todopoderoso,

viva entre ustedes y les dé vida.

Puede ser que entonces

yo, el Dios todopoderoso,

bendigaa los pocos de ustedes

que hayan quedado con vida».

El llanto de Israel

16-17 Nuestro Dios, el poderoso Dios de Israel, ha dicho:

«Cuando yo venga a castigarlos,

el llanto se oirá por todas partes.

Se llorará en las calles,

se llorará en los mercados,

se llorará en los viñedos,

se llorará en los campos,

¡y también en los velorios!

18 ¡Qué mal les va a ir a ustedes,

los que esperan con ansias

el día de mi llegada!

¡No saben lo que les espera!

¡No será un día de luz,

sino un día de terrible oscuridad!

19 Ese día sabrán lo que sienten

los que huyen de un león

y se encuentran con un oso.

Ese día sabrán lo que sienten

los que entran en su casa

y los muerde una serpiente

al apoyarse en la pared.

20 »En verdad, así será

el día de mi llegada:

¡no será un día de felicidad,

sino un día de terrible tristeza!

21 »¡Yo aborrezco sus fiestas religiosas!

¡No soporto sus cultos deadoración!

22 Ustedes se acercan a mí

trayendo toda clase deofrendas,

pero yo no quiero ni mirarlas.

23 ¡Vayan a cantar a otra parte!

¡No quiero oír esa música de arpa!

24 Mejor traten con justicia a los demás

y sean justos como yo lo soy.

¡Que abunden sus buenas acciones

como abundan las aguas

de un río caudaloso!

25 »Pueblo de Israel,

durante los cuarenta años

que anduvieron por el desierto,

ustedes nunca me presentaron ofrendas.

26 En cambio, llevaban en hombros

la imagen de Sicut,

el dios que llaman rey,

y cargaban la imagen del dios Quiiún

que tenía la forma de una estrella.

27 Por eso haré que a ustedes

se los lleven presos a otro país

que está más allá de Siria.

Yo, el Dios todopoderoso,

les juro que así será».

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Amós

Amós 6

Dios castigará a Israel

1 Amós continuó diciendo:

¡Qué mal les va a ir a ustedes,

los que viven cómodos en Jerusalén!

¡Qué mal les va a ir a ustedes,

los poderosos de este gran país!

Si creen que Jerusalén y Samaria

son ciudades seguras y confiables,

2 vayan a la ciudad de Calné,

a la gran ciudad de Hamat

y a Gat, ciudad filistea,

¡y vean lo que pasó con ellas!

¿Se creen ustedes mejores que ellos,

o creen que su país es más grande?

3 ¡Aunque pongan un rey muy violento

no podrán alejar la desgracia!

4 Ustedes se pasan el día

recostados en lujosas camas de marfil

y comiéndose lo mejor del ganado.

5 Ustedes se la pasan tocando el arpa,

se ponen a componer canciones,

y hasta inventan nuevos instrumentos.

¡Así también hacía el rey David!

6 Beben vino hasta emborracharse,

y usan los más finos perfumes,

¡pero nada les importa

que el país esté en la ruina!

7 Por eso voy a poner fin

a sus falsas fiestas religiosas,

y cuando el pueblo

sea llevado a otro país,

a ustedes se los llevarán primero.

8 Nuestro Dios, el todopoderoso, claramente ha dicho:

«¡Ya no quiero a los israelitas!

¡Se sienten muy orgullosos

de sus hermosos palacios!

Por eso voy a entregarlos,

a ellos y a su ciudad,

en manos de sus enemigos.

9 »Cuando eso pase, no importa si solo diez hombres quedan con vida en una casa, todos ellos morirán.

10 Tal vez llegue algún pariente para recoger y quemar los cadáveres; si algún otro pariente le pregunta si todavía queda alguien, el primero le responderá que no, y le advertirá que se calle, porque podrían pronunciar misantonombre, y entonces les iría peor.

11 »Tomen esto en cuenta:

Yo, el Dios de Israel,

voy a destruir por completo

todas las casas, ¡grandes y pequeñas!

12 »Hay dos cosas imposibles de hacer:

correr a caballo entre las piedras

y arar en el mar.

Pero ustedes hicieron

lo que parecía imposible:

convirtieron la justicia en muerte

y en tristeza la alegría de un pueblo.

13 Ustedes se sienten muy felices

de haber conquistado

una ciudad insignificante

y creen que pueden vencer

a pueblos más poderosos.

14 »Pues oigan esto, israelitas:

Voy a mandar contra ustedes

una nación que los conquiste,

y los vencerá por completo;

desde Hamat, en el norte,

hasta el desierto, en el sur.

Yo, el Dios todopoderoso,

les juro que así será».

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Amós

Amós 7

Los saltamontes

1 Nuestro Dios me permitió ver los saltamontes que estaba por lanzar sobre los campos de Israel. Ya se había levantado la primera cosecha, la que pertenece al rey. Pero faltaba levantar la segunda cosecha, la que es para el pueblo.

2 Cuando vi que los saltamontes se estaban comiendo hasta la hierba, le rogué a Dios:

—¡Perdona a tu pueblo, Dios mío! ¿Cómo vamos a sobrevivir, si somos un pueblo tan pequeño?

3 Entonces Dios sintió compasión de nosotros, y dijo:

—Está bien. No voy a mandar estos saltamontes contra ustedes.

El fuego

4 Nuestro Dios me permitió ver el fuego con que pensaba castigarnos. Ese fuego quemaría toda la tierra, y también lo más profundo del mar.

5 Pero yo le rogué a Dios:

—¡No lo hagas, Dios mío! ¿Cómo vamos a sobrevivir, si somos un pueblo tan pequeño?

6 Entonces Dios sintió compasión de nosotros, y dijo:

—Está bien. Tampoco voy a mandar este fuego contra ustedes.

La plomada

7 Nuestro Dios también me permitió verlo cuando estaba junto a un muro, con una plomada de albañil en la mano.

8 Me preguntó:

—¿Qué es lo que ves, Amós?

Yo le respondí:

—Veo una plomada de albañil.

Entonces Dios me dijo:

—Con esta plomada voy a ver si mi pueblo se comporta rectamente. Ya no voy a perdonarle un solopecadomás.

9 Destruiré los pequeños templos donde los israelitasadorana susídolos, y le declararé la guerra a la familia del rey Jeroboam.

Amós y Amasías

10 Unsacerdotede Betel, llamado Amasías, mandó a decirle a Jeroboam, rey de Israel:

«Amós anda haciendo planes en contra de Su Majestad. Como israelitas, no podemos dejar que siga haciéndolo.

11 Según él, Su Majestad morirá en el campo de batalla, y los israelitas serán llevados presos a otro país».

12 Amasías habló también conmigo, y me dijo:

—Óyeme tú, que dices que has visto lo que va a suceder: ¡largo de aquí! Mejor vete a Judá. Allá podrás ganarte la vida comoprofeta.

13 Deja ya de profetizar aquí en Betel, porque en esta ciudad está el templo más importante del reino, y aquí es donde el rey viene aadorar.

14 Yo le respondí:

—Pues fíjate que no soy ningún profeta, ni tampoco mi padre lo fue. Me gano la vida cuidando ganado y cosechando higos silvestres.

15 Si ahora profetizo, es porque Dios mismo me pidió que dejara de cuidar el ganado, y me mandó a anunciarle este mensaje a su pueblo Israel.

16-17 »Tú dices que yo no debo profetizar contra los israelitas, porque sondescendientesde Isaac. Ahora escúchame tú lo que Dios me manda a decirte:

“En esta misma ciudad,

tu mujer se volverá prostituta,

y tus hijos y tus hijas

morirán atravesados por la espada.

Otros se quedarán con tus tierras,

tú morirás lejos de tu patria,

y los israelitas serán llevados

a un país muy lejano”.

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Amós

Amós 8

La canasta con fruta

1 Nuestro Dios también me permitió ver una canasta, en la que había fruta madura.

2 Entonces me preguntó:

—¿Qué es lo que ves, Amós?

Yo le respondí:

—Veo una canasta llena de fruta madura.

Entonces Dios me dijo:

—Israel está lleno de maldad. Ya no volveré a perdonar suspecados.

3 Está cerca el día en que convertiré los himnos del templo en tristes lamentos por los muertos. Ese día habrá tantos cadáveres que los arrojarán en cualquier parte. ¡Será mejor que se callen! Yo, el Dios de Israel, les juro que así es.

4 »Escúchenme bien:

Ustedes humillan a los pobres

y están acabando con ellos.

5 Para vender más caro el trigo

ustedes se la pasan deseando

que pronto termine el díasábado

y que pase la fiesta de fin de mes.

Solo piensan en engañar a sus clientes,

usando pesas y medidas falsas.

6 Quieren venderlo todo,

¡hasta la cáscara del trigo!

Quieren hacer esclavos a los pobres

a cambio de unas monedas

o por el precio de unas sandalias.

7 »Pero yo soy el Dios de Israel,

y les juro que nunca olvidaré

sus malas acciones.

8 Por causa de todo esto,

la tierra misma temblará;

subirá como el agua del río Nilo,

y luego se hundirá por completo,

haciendo llorar a sus habitantes.

9 »Yo soy el Dios de Israel,

y les aseguro que ese día

el sol dejará de brillar;

el mediodía se convertirá en noche,

y toda la tierra quedará a oscuras.

10 Convertiré sus fiestas en velorios,

y sus canciones en tristes lamentos;

todos ustedes andarán de luto

y se raparán la cabeza;

andarán tristes y llenos de amargura,

como si hubiera muerto su único hijo.

11 »Yo soy el Dios de Israel,

y les aseguro que vienen días

en que haré que sientan hambre;

tendrán hambre, pero no de pan,

tendrán sed, pero no de agua;

¡tendrán hambre de oír mi palabra!

12 Andarán de este a oeste,

y de norte a sur,

con deseos de oír mi palabra,

pero yo no les hablaré.

13 »Cuando llegue ese día,

aun las muchachas más sanas

y los jóvenes más fuertes

se desmayarán de sed.

14 Además, caerán sin vida

los queadorabana losídolos

de Samaria, de Dan y de Beerseba.

Juraban en nombre de esos dioses,

creyendo que eran dioses vivos,

por eso no volverán a levantarse.»

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Amós

Amós 9

Dios juzgará a su pueblo

1 Después de eso vi a Dios. Estaba de pie, junto al altar, y me dijo:

«Golpea la parte alta

de las columnas del templo,

para que el templo se derrumbe

y caiga sobre la gente.

¡Nadie escapará con vida!

Pero si alguno logra escapar,

morirá en el campo de batalla.

2 »No importa que se escondan

en lo más profundo de la tierra:

de allí los voy a sacar;

no importa que se escondan

en lo más alto del cielo:

de allí los voy a bajar.

3 Tal vez se escondan

en lo más alto del monte Carmelo,

pero yo mismo iré a buscarlos

y de allí los voy a sacar.

Tal vez se escondan de mi vista

en lo más profundo del mar,

pero yo mandaré una serpiente

para que los muerda.

4 Y si acaso sus enemigos

los llevan presos a otro país,

aun allí daré la orden:

“¡Que los maten a filo de espada!”

Voy a estar pendiente de ellos,

pero no para hacerles bien

sino para hacerles mal.»

El gran poder de Dios

5 Y yo les digo:

¡Nuestro Dios es todopoderoso!

Toca la tierra,

y esta se desmorona;

la hace subir y bajar

como al agua del río Nilo,

haciendo llorar a sus habitantes.

6 Dios hizo su casa en el cielo,

pero puso las bases en la tierra.

Dios llama a las aguas del océano,

y las derrama sobre la tierra.

¡Nuestro Dios es todopoderoso!

Israel será castigado

7 Nuestro Dios ha dicho:

«Para mí, ustedes los israelitas

no son diferentes a otros pueblos:

a ustedes los saqué de Egipto,

a los filisteos los saqué de Creta,

y a los arameos los saqué de Quir.

8 Yo he visto que ustedes

también son un pueblopecador;

¡por eso los borraré del mapa!

Pero salvaré a losdescendientesde Jacob.

Yo soy el Dios de Israel,

y les juro que así lo haré.

9 »Pueblo de Israel,

ahora mismo daré la orden

de que ustedes sean sacudidos,

como se sacude el trigo

para limpiarlo de basura,

sin dejar caer un solo grano.

10 Todos ustedes piensan

que nada malo les pasará,

pero al final sus pecados

les causarán la muerte.

Dios reconstruirá a Israel

11 »Cuando llegue ese día,

haré que losdescendientesde David,

vuelvan a reinar sobre Israel.

Volverán a ser fuertes como antes.

12 Así, lo que quede de Edom

y de las otras naciones

volverá a ser de Israel,

el pueblo que alaba mi nombre.

Yo soy el Dios de Israel,

y les juro que así será.

13 »Ya está cerca el día

en que tendrán abundantes cosechas.

No habrán terminado de cosechar el trigo

cuando tendrán que volver a sembrar;

no habrán acabado de preparar el vino

cuando tendrán que plantar más viñas.

»¡En los cerros y en las colinas

correrá el vino como un río!

14 »Pueblo de Israel,

cuando llegue ese día,

los haré volver a su país.

Entonces reconstruirán sus ciudades

y volverán a habitarlas;

plantarán viñedos y beberán su vino,

sembrarán huertos y comerán sus frutos.

15 Yo mismo los plantaré en su tierra,

y nadie volverá a arrancarlos

de la tierra que les di.

Yo soy su Dios,

y les juro que así lo haré.»

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Jeremías

Jeremías 1

Introducción

1-3 Yo soy elprofetaJeremías hijo de Hilcías. Soy del pueblo de Anatot, y vengo de una familia desacerdotes. Anatot está en el territorio de latribude Benjamín. Dios me dio el siguiente mensaje, cuando Josías hijo de Amón llevaba trece años como rey de Judá. También me dio otros mensajes durante los reinados de Joacín y de Sedequías, hijos del rey Josías. Sedequías reinó durante once años y cinco meses, pero dejó de ser rey cuando los babilonios lo derrotaron y se llevaron prisioneros a los que vivían en Jerusalén.

Dios llama a Jeremías

4 Dios me dijo:

5 «Yo te elegí antes de que nacieras;

te aparté para que hablaras en mi nombre

a todas las naciones del mundo».

6 Le contesté:

—Dios todopoderoso, yo no sé hablar en público, y todavía soy muy joven.

7-9 Pero Dios me tocó los labios y me dijo:

—No digas que eres muy joven. A partir de este momento tú hablarás por mí. Irás a donde yo te mande, y dirás todo lo que yo te diga. No tengas miedo, que yo estaré a tu lado para cuidarte.

10 Desde hoy tendrás poder sobre reinos y naciones, para destruir o derribar, pero también para levantar y reconstruir.

11-13 Luego Dios me hizo dos preguntas:

—Jeremías, dime, ¿qué ves?

Yo le respondí:

—Veo la rama de un almendro. Sus frutos son los primeros en madurar.

Entonces me dijo:

—Tienes razón. Yo soy el primero en hacer cumplir mis palabras. Pero, ¿qué más ves?

Le respondí:

—Veo en el norte una olla hirviendo, que está por volcarse hacia el sur.

14 Entonces Dios me explicó:

«Desde el norte voy a enviar un terrible castigo sobre todos los que viven en este país.

15 Ya lo he decidido. Estoy reuniendo a todos los reinos del norte, y vendrán y pondrán sus tronos a la entrada misma de Jerusalén. Atacarán a sus habitantes y a todos los que viven en Judá, y se los llevarán presos.

16 Voy a castigar a mi pueblo, porque todos ellos han sido muy malos.Adoraronídolosque ellos mismos hicieron, y les ofrecieronincienso, pero a mí me abandonaron.

17 »Así que, ¡prepárate! Ve y diles todo lo que yo te mando. No les tengas miedo, pues de lo contrario te haré temblar de miedo cuando te enfrentes a ellos.

18 Yo te haré tan fuerte como un poste de hierro, como un portón de bronce, como una ciudad amurallada. Vas a enfrentarte a todas las autoridades de Judá.

19 Esa gente peleará contra ti, pero te aseguro que no te podrán vencer, porque yo estaré a tu lado para cuidarte».

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Jeremías

Jeremías 2

Israel se rebela contra su Dios

1 Dios me dijo:

2-3 «Jeremías, ve y diles de mi parte a todos los habitantes de Jerusalén:

“Yo recuerdo, pueblo de Israel,

que en tus primeros años

me amabas solo a mí.

Parecías una novia enamorada

y me seguiste por el desierto,

por tierras donde nada crece.

Tú eras solo mía;

¡fuiste mi primer amor!

Si alguien te hacía algún daño,

sufría las consecuencias.

Te juro que así fue”.

4-5 »Escúchenme, israelitas:

“Yo no traté mal a susantepasados,

sin embargo, ellos se alejaron de mí.

Adoraronaídolosinútiles,

y ellos mismos se volvieron inútiles.

6 Jamás preguntaron por mí,

a pesar de que fui yo

quien los liberó de Egipto,

quien los llevó por el desierto,

por un terreno seco y peligroso,

donde nadie pasa y donde nadie vive.

7 Fui yo quien los trajo a esta buena tierra,

donde hay comida en abundancia.

Pero llegaron ustedes y todo lo ensuciaron;

¡convirtieron mi tierra en un lugar asqueroso!

8 ”Lossacerdotesnunca preguntaron por mí,

los maestros deBibliajamás me conocieron,

los dirigentespecaroncontra mí,

y losprofetasno hablaron en mi nombre.

Todos ellos siguieron a otros dioses

que no sirven para nada,

y en nombre de ellos hablaron.

9 ”Por eso, a ustedes,

a sus hijos y a sus nietos,

los voy a llevar ante los jueces.

Les juro que así lo haré.

10 ”Envíen mensajeros

al desierto de Arabia,

o a las islas del Mediterráneo,

para que se fijen y averigüen

si alguna vez pasó algo parecido.

11 Jamás he conocido a una nación

que haya abandonado a sus dioses,

aun cuando sus dioses sean falsos.

Pero ustedes me cambiaron a mí,

que soy el Dios verdadero y glorioso,

por dioses que no sirven para nada.

12 El universo entero se sorprende

y tiembla de espanto.

Les juro que esto es así.

13-18 ”Ustedes, pueblo mío,

cometieron dos pecados:

me abandonaron a mí,

que soy para ustedes una fuente

de agua que les da vida,

y se hicieron sus propios estanques,

que no retienen el agua.

Yo era su guía,

pero ustedes me rechazaron.

”Israelitas,

¿qué ganan ahora con confiar

en el poder de Egipto

y en el poder de Asiria?

Ustedes son libres;

¡no nacieron siendo esclavos!

¿Por qué ahora los tratan así?

”¡Los soldados de Menfis y Tafnes

han acabado con sus gobernantes!

¡Lanzan rugidos, como leones,

y destruyen el país!

¡Han quemado las ciudades,

y ya nadie vive en ellas!

19 ”Sus propias rebeliones y maldades

demuestran que ustedes son culpables.

Pónganse a pensar, y reconozcan

lo malo y triste que es abandonarme

y no obedecerme.

Les juro que esto es así.

20 ”Hace ya mucho tiempo

que ustedes me abandonaron;

rompieron los lazos que nos unían,

y se negaron a adorarme.

Me traicionaron,

pues en lo alto de las colinas

y bajo todo árbol frondoso,

se entregaron a otros dioses.

21-22 Tan grande es la mancha de su pecado

que ni el mejor jabón del mundo

podrá quitarles esa mancha.

”Yo los he cuidado

como se cuida al mejor viñedo.

Sus antepasados me obedecieron,

pero ustedes son tan rebeldes,

que son como un viñedo

que solo produce uvas podridas.

Les aseguro que esto es así.

23-24 ”¿Cómo se atreven a decir

que no han pecado

ni han adorado a dioses falsos?

¡Miren cómo se portaron

en el valle de Ben-hinom!

¡Admitan todo lo que han hecho!

Son como una burra en celo

cuando anda en busca del macho:

se pone a olfatear el viento,

y en cuanto corre al monte

nadie la puede frenar.

Si el macho la busca,

fácilmente la encuentra.

25-26 ”Ustedes están empeñados

en seguir adorando a dioses extraños,

pero su terquedad los hará sufrir.

Por eso andan descalzos

y muriéndose de sed.

Ustedes y sus autoridades

quedarán avergonzados,

como el ladrón cuando es sorprendido.

27 ”Ustedes, israelitas,

llaman ‘padre’ a un pedazo de madera;

¡llaman ‘madre’ a una piedra!

Me dan la espalda

y no me miran a la cara,

pero en cuanto están en peligro

gritan pidiéndome ayuda.

28 ”¿Y dónde están esos dioses

que ustedes mismos se fabricaron?

¡Que vengan ellos a salvarlos

cuando se encuentren en peligro!

¡Al fin y al cabo,

ustedes tienen más dioses que ciudades!

29 ¡Por qué me acusan,

si todos ustedes me rechazan!

Les juro que es así.

30 ”No tiene caso castigar a sus hijos,

pues no aceptan mis correcciones.

¡Todos ustedes, como leones feroces,

mataron a mis profetas!

31 Pero escúchenme bien

todos los que están presentes:

¡yo no he sido cruel con ustedes

como el ardiente desierto,

ni como la terrible oscuridad de una cueva!

¿Entonces, por qué me dicen

que van a hacer lo que quieran,

y que no volverán a adorarme?

32 No hay novia que se olvide

de su vestido ni de sus joyas,

¡pero ustedes, que son mi pueblo,

hace mucho que se olvidaron de mí!

33 ”Y tú, Judá, eres muy hábil

para conseguirte amantes.

¡De ti aprenden hasta las prostitutas!

34 Tus vestidos están manchados

con la sangre de pobres e inocentes.

Y a pesar de que nunca los viste

cometer ningún delito,

35 todavía te atreves a decir

que no has pecado,

y que yo no estoy enojado contigo.

¡Pues voy a llevarte ante los jueces

por insistir en que eres inocente!

36 Tú cambias de opinión

con mucha facilidad;

pero Egipto te abandonará

como antes te abandonó Asiria.

37 Yo mismo he rechazado

a esos que llamas tus amigos.

Así que volverás de Egipto

derrotada y llena de vergüenza,

¡y de nada te servirá su ayuda!”»