2 Crónicas 34

Josías, rey de Judá

1 Josías comenzó a reinar a los ocho años. La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró treinta y un años.

2 Josías obedeció a Dios en todo, pues siguió fielmente el ejemplo de suantepasadoDavid.

3-7 A la edad de dieciséis años, el rey Josías empezó a obedecer al Dios de su antepasado David. Cuatro años después, comenzó a quitar los altares en los que el puebloadorabaal dios Baal. También quitó las imágenes de la diosa Astarté, las imágenes y losídolosque había por todo el territorio de Judá y en Jerusalén.

Josías ordenó que destruyeran todo eso hasta hacerlo polvo, y que luego esparcieran el polvo sobre las tumbas de quienes habían ofrecidosacrificiosen ellos. Después mandó quemar los huesos de lossacerdotesde esos dioses, y los quemaron sobre los altares que ellos mismos habían usado para quemarincienso. Al terminar, también destruyeron esos altares.

Esto mismo hizo Josías en todo Israel y Judá, y no solo en las ciudades, sino también en los poblados cercanos.

Se encuentra el libro de la Ley

8 Después, a los dieciocho años de su reinado, Josías le ordenó a Safán hijo de Asalías, a Amasías, gobernador de la ciudad, y a su secretario Joah hijo de Joacaz, que repararan el templo de Dios.

9 Ellos fueron a ver a Hilquías, el jefe de lossacerdotes, y le entregaron el dinero que había en el templo de Dios. Ese dinero era el que los vigilantes de las entradas del templo habían recogido entre la gente de lastribusde Manasés, Efraín y Benjamín, y también entre la gente de Judá y de Jerusalén, y el resto del territorio israelita.

10 El dinero fue entregado después a los encargados de la construcción del templo para que pagaran

11 a los carpinteros y a los constructores. Con ese mismo dinero compraron la madera y las piedras que necesitaban para las reparaciones. El templo estaba en ruinas, porque los reyes de Judá lo habían descuidado.

12 Los encargados de la construcción del templo eran hombres honestos, dirigidos por los siguientes ayudantes de los sacerdotes:

Jáhat,

Abdías,

Zacarías,

Mesulam.

Los dos primeros erandescendientesde Merarí, y los otros dos, descendientes de Quehat.

Los ayudantes de los sacerdotes

13 vigilaban el trabajo de los cargadores, y dirigían a todos los obreros, sin importar el trabajo que realizaran.

Algunos ayudantes de los sacerdotes eran muy buenos músicos, y otros eran secretarios, inspectores o vigilantes de las entradas del templo.

14 En el momento en que estaban sacando el dinero del templo, el sacerdote Hilquías encontró el libro de laLeyde Dios, que había sido dada por medio de Moisés.

15 Entonces Hilquías le dijo al secretario Safán: «¡Encontré el libro de la Ley en el templo de Dios!» Y se lo dio.

16 Safán le llevó el libro al rey, junto con este informe:

«Tus ayudantes están haciendo todo lo que les encargaste:

17 Juntaron el dinero que había en el templo, y se lo dieron a los encargados de la construcción.

18 Además, el sacerdote Hilquías encontró un libro y me lo entregó».

Entonces Safán se lo leyó al rey.

19 Y cuando el rey escuchó lo que decía el libro de la Ley, rompió su ropa en señal de tristeza.

20 Después les dio esta orden a Hilquías, a Ahicam hijo de Safán, a Abdón hijo de Micaías, al secretario Safán y a su ayudante personal Asaías:

21 «Vayan a consultar a Dios, para que sepamos qué debemos hacer en cuanto a lo que dice este libro. ¡Dios debe estar furioso con nosotros, pues nuestrosantepasadosno obedecieron lo que está escrito aquí!»

22 Ellos fueron a ver a laprofetisaHuldá, que vivía en el Segundo Barrio de Jerusalén. Huldá era la esposa de Salum hijo de Ticvá y nieto de Harhás. Salum era el encargado de cuidar la ropa del rey. Cuando la consultaron,

23-25 Huldá les contestó:

«El rey Josías debe enterarse del desastre que el Dios de Israel va a mandar sobre este lugar y sus habitantes. Así lo dice el libro que le han leído al rey. Dios está muy enojado, pues lo han abandonado paraadorara otros dioses. ¡Ya no los perdonará más!

26-28 Pero díganle al rey que Dios ha visto su arrepentimiento y humildad, y que sabe lo preocupado que está por el castigo que se anuncia en el libro. Como el rey ha prestado atención a todo eso, Dios no enviará este castigo por ahora. Dejará que el rey muera en paz y sea enterrado en la tumba de sus antepasados. Luego el pueblo recibirá el castigo que se merece».

Los mensajeros fueron a contarle al rey lo que había dicho Dios por medio de la profetisa Huldá.

29-30 Entonces el rey mandó a llamar a loslíderesde Judá y de Jerusalén, para que se reunieran en el templo con él. A la cita acudieron todos los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes y sus ayudantes. Toda la nación, desde el más joven hasta el más viejo, fue al templo. Allí, el rey les leyó lo que decía el libro delpactoque habían encontrado.

31 Después se puso de pie, junto a una columna, y se comprometió a obedecer siempre todos losmandamientosde Dios, y a cumplir fielmente el pacto que estaba escrito en el libro.

32 Luego hizo que todos los que estaban allí presentes, y que eran de Jerusalén y de la tribu de Benjamín, se comprometieran a obedecer ese pacto. Y ellos cumplieron el pacto del Dios de sus antepasados.

33 Josías destruyó todos los odiososídolosque había en el país, y les ordenó a los israelitas que adoraran solamente al Dios de Israel. Mientras Josías vivió, su pueblo obedeció al Dios de sus antepasados.

2 Crónicas 35

Josías celebra la Pascua

1 El día catorce del mes de Abib, Josías ordenó dar inicio a la celebración de laPascuaen Jerusalén,sacrificandoel cordero de la fiesta.

2 A lossacerdoteslos organizó de acuerdo a sus tareas, y los animó para que hicieran bien su trabajo en el templo de Dios.

3 A los ayudantes de los sacerdotes que se dedicaban a la enseñanza de la ley de Dios, les ordenó lo siguiente:

«Ya no es necesario que transporten de un lugar a otro elcofre del pactode Dios. Pónganlo en el templo que el rey Salomón construyó. De ahora en adelante trabajarán en el templo, al servicio de su Dios y su pueblo Israel.

4 »Sigan las instrucciones que el rey David y su hijo Salomón nos dieron, y organícense de acuerdo a sus familias y a sus turnos de trabajo.

5 Así, un grupo de ayudantes de cada familia tendrá su oportunidad de servir en el templo. Cada grupo representará a las demás familias israelitas.

6 Cumplan con la ceremonia de preparación y sacrifiquen el cordero de la Pascua, para que así sus compatriotas tengan todo lo necesario para celebrar la fiesta, tal y como Dios lo ordenó por medio de Moisés».

7 Entonces Josías les dio a todos los que estaban allí treinta mil animales de su propio ganado, para que celebraran la Pascua. Entre los animales iban corderos y cabritos, además de otros tres mil novillos que también ofreció.

8 Al ver esto, los asistentes del rey también regalaron animales, para que el pueblo, los sacerdotes y sus ayudantes celebraran la Pascua.

Además, Hilquías, Zacarías y Jehiel, que eran los asistentes del rey y estaban a cargo del templo de Dios, les dieron a los sacerdotes dos mil seiscientos corderos y trescientos novillos.

9 Conanías y sus hermanos Semaías y Natanael, así como Hasabías, Jehiel y Jozabad, jefes de los ayudantes de los sacerdotes, dieron cinco mil corderos y quinientos novillos.

10 Una vez que los sacerdotes estuvieron listos y sus ayudantes se organizaron por grupos, de acuerdo a las órdenes del rey, empezaron la celebración de la Pascua.

11-13 Los sacerdotes sacrificaron los animales de la Pascua y rociaron el altar con la sangre. Los ayudantes les quitaron la piel a los animales, y les sacaron la grasa para darle a cada familia la parte que le correspondía quemar ante Dios. Luego asaron los animales para la fiesta, y el resto de lasofrendasde Dios las cocinaron en ollas, calderos y sartenes. Todo eso lo repartieron entre la gente del pueblo, y así cumplieron con lo que había ordenado Moisés.

14-15 Los ayudantes de los sacerdotes no solo tuvieron que cocinar su propia parte, sino también la que les tocó a todos aquellos que estuvieron muy ocupados como para hacerlo por sí mismos. Los sacerdotes, por ejemplo, estuvieron ocupados hasta el anochecer, presentando la grasa y las ofrendas que fueron quemadas. Los cantores estuvieron ocupados siguiendo las indicaciones que habían dejado David, Asaf, Hemán y Jedutún, elprofetadel rey. Y los encargados de vigilar las entradas del templo tampoco pudieron dejar su puesto.

16 Así fue como organizaron todo lo que se necesitó para celebrar la Pascua, y para quemar sobre el altar las ofrendas presentadas a Dios. Todo se hizo según las instrucciones del rey Josías.

17 Durante siete días, los israelitas celebraron la fiesta de la Pascua y de lospanes sin levadura.

18-19 Cuando Josías cumplió dieciocho años de gobernar, tanto él como los sacerdotes y el pueblo celebraron la Pascua en Jerusalén. Nunca antes se había festejado la Pascua de esa manera; ni en la época en que gobernó el profeta Samuel, ni en la época de los reyes que gobernaron Israel antes de Josías.

La muerte de Josías

20 Mucho tiempo después de que Josías reparara el templo, Necao, rey de Egipto, salió en plan de guerra hacia Carquemis, junto al río Éufrates. Josías pensó que Necao quería atacarlo;

21 pero Necao envió mensajeros a decirle:

«No tengo nada contra ti, rey de Judá. No he salido a pelear contra ti, sino contra una nación enemiga. Además, Dios me ha ordenado hacer esto con prontitud. No te opongas a los planes de Dios, porque él podría destruirte».

22 Pero Josías no se dio cuenta de que Dios le estaba hablando por medio de Necao. Así que se puso su armadura y fue a pelear contra Necao en el valle de Meguido.

23 En medio de la batalla, una flecha alcanzó al rey Josías, y sus ayudantes lo sacaron del campo, pues estaba herido de muerte.

24 Lo sacaron del carro de combate en el que estaba, lo pasaron a otro de sus carros, y lo llevaron a Jerusalén. Sin embargo, poco después murió. Lo enterraron junto a la tumba de susantepasados, y todos en Judá y Jerusalén lamentaron en gran manera la muerte de Josías.

25 Jeremías compuso un canto que expresaba su gran tristeza por la muerte de Josías. Lo mismo hicieron los cantores y cantoras; y hasta el momento en que esto se escribió, era costumbre en Israel recordar a Josías con esas canciones tan tristes. La letra de estas canciones está escrita en el «Libro de las lamentaciones».

26-27 La historia de Josías está escrita en el libro de la historia de los reyes de Israel y de Judá. En ese libro se puede leer acerca de todo lo que hizo Josías, y de cómo obedeció la ley de Dios.

2 Crónicas 36

Joacaz, rey de Judá

1-2 El pueblo eligió a Joacaz para que reinara en lugar de Josías, su padre. Joacaz tenía veintitrés años cuando comenzó a gobernar. La capital de su reino fue Jerusalén, pero su reinado solo duró tres meses,

3-4 pues el rey de Egipto no le permitió gobernar, y se lo llevó prisionero. Este rey obligó a todo el país a pagar unimpuestode treinta y tres kilos de oro y tres mil trescientos kilos de plata. Luego nombró a Eliaquim como rey de Judá en Jerusalén, que era la capital. Eliaquim era hermano de Joacaz, pero el rey de Egipto le cambió el nombre, y le llamó Joacín.

Joacín, rey de Judá

5 Joacín tenía veinticinco años cuando comenzó a gobernar sobre Judá. La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró once años.

Joacín no obedeció a Dios.

6 Nabucodonosor, rey de Babilonia, peleó contra él, lo encadenó y se lo llevó prisionero a Babilonia.

7 También se llevó con él una parte de los utensilios del templo de Dios, y los puso en el templo de su dios en Babilonia.

8 La historia de Joacín narra su terrible comportamiento, y está escrita en el libro de la historia de los reyes de Israel y de Judá. Joaquín, su hijo, reinó en su lugar.

Joaquín, rey de Judá

9 Joaquín tenía ocho años cuando comenzó a gobernar sobre Judá. La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado solo duró tres meses y diez días. Joaquín no obedeció a Dios.

10 En la primavera de ese año, el rey Nabucodonosor ordenó que llevaran a Joaquín preso a Babilonia. En su lugar, Nabucodonosor nombró como rey de Judá a Sedequías, que era hermano de Joaquín. También se llevaron a Babilonia los utensilios de más valor que había en el templo de Dios.

Sedequías, rey de Judá

11 Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a gobernar sobre Judá. La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró once años.

12 Sedequías no obedeció a Dios, ni le hizo caso alprofetaJeremías cuando este le dio mensajes de parte de Dios.

13 Fue muy orgulloso y terco; nunca quiso arrepentirse ni obedecer al Dios de Israel.

Sedequías fue tan rebelde que tampoco obedeció al rey Nabucodonosor ni cumplió con el juramento que le había hecho.

14 De la misma manera se comportaron los principalessacerdotesy el pueblo. Traicionaron a Dios en gran manera, pues siguieron las odiosas costumbres de los países queadorabandioses falsos. También se comportaron de manera terrible en el templo de Dios, el cual había sido dedicado a su adoración.

15 A pesar de eso, Dios amó a su pueblo y a su templo, y les envió muchos mensajeros para llamarles la atención.

16 Pero la gente siempre se burlaba de los mensajeros de Dios y de los profetas, y no les hacían caso. Y así siguieron hasta que Dios ya no aguantó más y, muy enojado, decidió castigarlos.

Dios castiga a su pueblo

17 Dios hizo que Nabucodonosor atacara Jerusalén y la derrotara. El rey Nabucodonosor mató a los jóvenes en el templo, y luego mató a muchos de los habitantes de Jerusalén, sin importar si eran hombres o mujeres, niños o ancianos.

18 Nabucodonosor se llevó a Babilonia todos los utensilios y tesoros del templo de Dios. También se apoderó de los tesoros del rey y de sus asistentes.

19 Luego derribó la muralla de Jerusalén, les prendió fuego al templo de Dios y a los palacios, y destruyó todos los objetos de valor.

20 Los israelitas que quedaron con vida fueron llevados presos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de susdescendientes. Así permanecieron, hasta que el reino de Persia se convirtió en un país poderoso y conquistó Babilonia.

21 Así fue como se cumplió lo que Dios había anunciado por medio delprofetaJeremías. El territorio de Judá quedó abandonado setenta años, y solo así pudo disfrutar de paz.

El emperador Ciro permite el regreso a Jerusalén

22-23 En el primer año del gobierno de Ciro, rey de Persia, este rey dio la siguiente orden a todos los habitantes de su reino:

«El Dios de los cielos, que es dueño de todo, me hizo rey de todas las naciones, y me encargó que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén, que está en la región de Judá. Por tanto, todos los que sean de Judá y quieran reconstruir el templo, tienen mi permiso para ir a Jerusalén. ¡Y que Dios los ayude!»

Ciro, rey de Persia

Con esta orden se cumplió la promesa que Dios había hecho por medio delprofetaJeremías.

Categories
Esdras

Esdras 1

Ciro permite el regreso de los judíos

1-4 En el primer año del gobierno de Ciro, rey de Persia, este rey dio la siguiente orden a todos los habitantes de su reino:

«El Dios de los cielos, que es dueño de todo, me hizo rey de todas las naciones, y me encargó que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén, que está en la región de Judá. Por tanto, todos los que sean de Judá y quieran reconstruir el templo, tienen mi permiso para ir a Jerusalén. El Dios de Israel vive allí, y los ayudará.

»Todos los que decidan ir a Jerusalén para trabajar en la reconstrucción, recibirán de sus vecinos ayuda en dinero, mercaderías y ganado. También recibirán donaciones para el templo de Dios».

Ciro, rey de Persia

Con esta orden se cumplió la promesa que Dios había hecho por medio delprofetaJeremías.

5 Cuando los jefes de lastribusde Judá y de Benjamín se enteraron de esta orden, sintieron que Dios les pedía que fueran a Jerusalén para reconstruir su templo. Lo mismo sintieron lossacerdotes, sus ayudantes y muchos otros judíos.

6 Todos sus vecinos les dieron recipientes de oro y plata, mercadería, ganado y otros objetos valiosos, además de muchas donaciones.

7-8 Por su parte, el rey Ciro le ordenó al tesorero Mitrídates que les devolviera a los judíos los utensilios del templo de Dios. Estos utensilios los había sacado del templo de Jerusalén el rey Nabucodonosor, y los había llevado al templo de sus dioses. Mitrídates se aseguró de entregarle todos estos utensilios a Sesbasar, gobernador de Judá.

9-10 Los utensilios entregados fueron:

treinta tazones de oro,

mil tazones de plata,

veintinueve cuchillos,

treinta tazas de oro,

cuatrocientas diez tazas de plata de un mismo juego,

y una gran cantidad de otros utensilios.

11 En total, el tesorero entregó cinco mil cuatrocientos utensilios de oro y plata. Todo esto se lo llevó Sesbasar a Jerusalén cuando regresó con los judíos que muchos años atrás habían sido llevados a Babilonia.

Categories
Esdras

Esdras 2

De regreso a Jerusalén

1-2 El rey Nabucodonosor se había llevado cautivos a Babilonia a muchos judíos. Los que volvieron de allá fueron los hijos de esos cautivos. Varioslíderesregresaron a Jerusalén y a las ciudades de Judá, bajo el mando de Zorobabel. Esta es la lista de los líderes que regresaron:

Josué,

Nehemías,

Seraías,

Reelaías,

Mardoqueo,

Bilsán,

Mispar,

Bigvai,

Rehúm,

Baaná.

3-20 Los otros judíos que volvieron fueron los siguientes:

De la familia de Parós, dos mil ciento setenta y dos personas.

De la familia de Sefatías, trescientas setenta y dos personas.

De la familia de Árah, setecientas setenta y cinco personas.

De la familia de Pahat-moab, que descendía de Josué y Joab, dos mil ochocientas doce personas.

De la familia de Elam, mil doscientas cincuenta y cuatro personas.

De la familia de Zatú, novecientas cuarenta y cinco personas.

De la familia de Zacai, setecientas sesenta personas.

De la familia de Binuy, seiscientas cuarenta y dos personas.

De la familia de Bebai, seiscientas veintitrés personas.

De la familia de Azgad, mil doscientas veintidós personas.

De la familia de Adonicam, seiscientas sesenta y seis personas.

De la familia de Bigvai, dos mil cincuenta y seis personas.

De la familia de Adín, cuatrocientas cincuenta y cuatro personas.

De la familia de Ezequías, noventa y ocho personas.

De la familia de Besai, trescientas veintitrés personas.

De la familia de Jorá, ciento doce personas.

De la familia de Hasum, doscientas veintitrés personas.

De la familia de Guibar, noventa y cinco personas.

21-35 También volvieron algunas familias que habían vivido en las siguientes ciudades y pueblos:

De Belén, ciento veintitrés personas.

De Netofá, cincuenta y seis personas.

De Anatot, ciento veintiocho personas.

De Bet-azmávet, cuarenta y dos personas.

De Quiriat-jearim, Quefirá y Beerot, setecientas cuarenta y tres personas.

De Ramá y Gueba, seiscientas veintiuna personas.

De Micmás, ciento veintidós personas.

De Betel y Ai, doscientas veintitrés personas.

De Nebo, cincuenta y dos personas.

De Magbís, ciento cincuenta y seis personas.

De Elam, mil doscientas cincuenta y cuatro personas.

De Harim, trescientas veinte personas.

De Lod, Hadid y Onó, setecientas veinticinco personas.

De Jericó, trescientas cuarenta y cinco personas.

De Senaá, tres mil seiscientas treinta personas.

36-39 También volvieron las siguientes familias sacerdotales:

De la familia de Jedaías, que descendía de Josué, novecientas setenta y tres personas.

De la familia de Imer, mil cincuenta y dos personas.

De la familia de Pashur, mil doscientas cuarenta y siete personas.

De la familia de Harim, mil diecisiete personas.

40-42 Las familias de latribude Leví que volvieron eran las siguientes:

De las familias de Josué y de Cadmiel, que descendían de Hodavías, setenta y cuatro personas.

De las familias de los cantores que descendían de Asaf, ciento veintiocho personas.

De las familias de Ater, Talmón, Acub, Hatitá, Sobai y Salum, que eran los guardianes de las entradas del templo, ciento treinta y nueve personas.

43-54 De los sirvientes del templo volvieron las familias que descendían de:

Sihá,

Hasufá,

Tabaot,

Querós,

Siahá,

Padón,

Lebaná,

Hagabá,

Acub,

Hagab,

Salmai,

Hanán,

Guidel,

Gáhar,

Reaías,

Resín,

Necodá,

Gazam,

Uzá,

Paséah,

Besai,

Asná,

Meunim,

Nefusim,

Bacbuc,

Hacufá,

Harhur,

Baslut,

Mehidá,

Harsá,

Barcós,

Sísara,

Temá,

Nesíah,

Hatifá.

55-58 Las familias de los sirvientes de Salomón que volvieron fueron losdescendientesde:

Sotai,

Soféret,

Perudá,

Jaalá,

Darcón,

Guidel,

Sefatías,

Hatil,

Poquéret-hasebaím,

Amón.

Así que los sirvientes del templo y de Salomón que volvieron fueron en total trescientos noventa y dos.

59-60 Desde los pueblos de Tel-mélah, Tel-harsá, Querub, Imer y Adón, llegaron algunas familias que descendían de Delaías, Tobías y Necodá. Eran en total seiscientas cincuenta y dos personas, pero no pudieron comprobar que eran judíos.

61-62 De las familias sacerdotales llegaron las de Hobaías, Cos y Barzilai. Este último se llamaba así porque se había casado con una de las hijas de Barzilai de Galaad y se había puesto el nombre de su suegro. Ellos buscaron sus nombres en el registro de las familias, pero no estaban, así que no pudieron comprobar que eran judíos; por eso no les permitieron sersacerdotes.

63 El gobernador no les permitió comer de los alimentos ofrecidos a Dios mientras un sacerdote no consultara el Urim y el Tumim, las dos piedritas usadas para conocer la voluntad de Dios.

64 En total se habían reunido cuarenta y dos mil trescientas sesenta personas,

65 además de sus esclavos y esclavas, que sumaban siete mil trescientos treinta y siete. También había doscientos cantores y cantoras.

66-67 También traían los siguientes animales: setecientos treinta y seis caballos, doscientas cuarenta y cinco mulas, cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte burros.

68 Algunos jefes de familia llevaron a Jerusalén donaciones para reconstruir el templo de Dios.

69 En total entregaron cuatrocientos ochenta y ocho kilos de oro, dos mil setecientos cincuenta kilos de plata y cien túnicas para sacerdotes, que fue cuanto pudieron dar.

70 Los sacerdotes, sus ayudantes y algunos otros judíos se quedaron a vivir en Jerusalén, pero los cantores, los guardianes y los sirvientes del templo, y los demás judíos se fueron a vivir a sus propios pueblos.

Categories
Esdras

Esdras 3

Construcción del altar

1 En el mes de Etanim, los judíos ya se habían instalado en sus pueblos, así que fueron a reunirse en Jerusalén.

2 Entonces elsacerdoteJosué hijo de Josadac, y los demás sacerdotes comenzaron a construir el altar de Dios, junto con Zorobabel hijo de Salatiel y sus parientes. Hicieron esto para poder ofrecer allíofrendaspara el perdón de lospecados, de acuerdo con las instrucciones que Moisés había dado.

3 A pesar de que tenían miedo de la gente que vivía en ese lugar, colocaron el altar donde había estado antes, presentaron a Dios ofrendas por la mañana y por la tarde.

4-5 También celebraron la fiesta de lasenramadasde acuerdo con lo que ordenaba la ley, y ofrecieron diariamente la cantidad de ofrendas que correspondía. También ofrecieron las ofrendas acostumbradas en la fiesta de laluna nuevay en todas las fiestas dedicadas a Dios. Además daban a Dios ofrendas voluntarias.

6 Y aunque todavía no habían empezado la reconstrucción del templo, desde el primer día del mes de Etanim comenzaron a presentar a Dios ofrendas para el perdón de pecados.

Comienza la reconstrucción del templo

7 Después, le pidieron permiso al rey Ciro para que los habitantes de Tiro y de Sidón cargaran sus barcos con madera de cedro del Líbano y la llevaran hasta el puerto de Jope. A esta gente le pagaron con comida, bebida y aceite, y a los albañiles y carpinteros les dieron el dinero necesario para comenzar su trabajo.

8 Zorobabel y elsacerdoteJosué comenzaron la reconstrucción del templo de Dios un año y dos meses después de haber llegado a Jerusalén. Los ayudaron los sacerdotes, sus ayudantes y todos los judíos que habían regresado a Jerusalén. Y para dirigir los trabajos eligieron a hombres de latribude Leví mayores de veinte años.

9 Así Josué, sus hijos y parientes dirigieron los trabajos de reconstrucción del templo de Dios, con la ayuda de Cadmiel y sus hijos, que eran de la familia de Hodavías. También los ayudaron los de la familia de Henadad.

10 Cuando los constructores colocaron los cimientos del templo de Dios, los sacerdotes se pusieron de pie y alabaron a Dios con trompetas. Llevaban puestas sus túnicas sacerdotales. También losdescendientesde Leví, de la familia de Asaf, que estaban con ellos, alabaron a Dios haciendo sonar sus platillos, según lo que años atrás había ordenado el rey David.

11-13 Al ver que se había comenzado a reconstruir el templo, todo el pueblo gritaba de alegría y alababa a Dios. Los gritos de alegría se mezclaban con el llanto de la gente, y desde lejos se escuchaba el alboroto. Unos cantaban alabanzas y daban gracias a Dios, y otros decían: «¡Dios es bueno! ¡Él nunca deja de amarnos!» Muchos sacerdotes, sus ayudantes y jefes de familia lloraban en voz alta, pues ya eran ancianos y habían conocido el primer templo.

Categories
Esdras

Esdras 4

Los enemigos se oponen a la reconstrucción

1 Los enemigos de los judíos se dieron cuenta de que estos habían regresado del exilio en Babilonia y estaban reconstruyendo el templo de su Dios.

2 Así que fueron a ver a Zorobabel y a los jefes judíos, y les dijeron:

—Déjennos ayudarlos a reconstruir el templo de Dios. Nosotrosadoramosal mismo Dios que ustedes. Desde que el rey Esarhadón de Asiria nos trajo a vivir aquí, hemos estado presentandoofrendasa Dios.

3 Pero Zorobabel, Josué y los otros jefes judíos contestaron:

—No podemos aceptar la ayuda de ustedes. Solo nosotros podemos reconstruir el templo de nuestro Dios, porque así nos lo ordenó el rey Ciro de Persia.

4 Entonces la gente que vivía allí trataba de desanimar a los judíos y meterles miedo para que no reconstruyeran el templo.

5 Además, les pagaron a algunos asistentes del gobierno para que no los dejaran continuar con la reconstrucción. Esto sucedió durante los reinados de Ciro y de Darío, reyes de Persia.

6 Cuando comenzó a reinar Asuero, el nuevo rey de Persia, los enemigos de los judíos le presentaron una acusación contra ellos.

7 Tiempo después hubo otro rey, llamado Artajerjes. Al principio de su reinado, Bislam, Mitrídates, Tabeel y sus demás compañeros le escribieron una carta en arameo que fue traducida al persa.

8-11 El comandante Rehúm y el secretario Simsai también le escribieron al rey Artajerjes una carta en contra de los judíos. La firmaron los gobernadores, los jueces y los consejeros de Persia, Érec, Babilonia y Susa. También la firmaron los asistentes de las naciones que habían sido expulsadas de sus territorios por el famoso y gran rey Asnapar. Esas naciones ahora vivían en las ciudades de Samaria y en el resto de la provincia al oeste del río Éufrates. La carta decía:

12 «Reciba usted, gran rey Artajerjes, un saludo de nosotros, sus servidores. Queremos informarle que los judíos que salieron de Babilonia y volvieron a Jerusalén, están reconstruyendo esa ciudad rebelde y malvada. Ya han comenzado a reparar los cimientos y a levantar los muros de protección.

13 También le hacemos saber que cuando ellos terminen de reparar esos muros y la ciudad esté reconstruida, no van a querer pagar ninguna clase deimpuestos, y el tesoro del reino sufrirá pérdidas.

14 Nosotros estamos al servicio de Su Majestad, y no podemos permitir que lo ofendan de esta manera. Por eso le enviamos esta información,

15 para que usted mande a revisar los archivos del palacio. Allí encontrará que esa ciudad es rebelde y peligrosa para los reyes y sus provincias. Comprobará que ya en otros tiempos se habían organizado en ella rebeliones, y que por eso fue destruida.

16 Queremos que Su Majestad sepa que si se reconstruye esa ciudad y se terminan de reparar sus muros, usted ya no tendrá dominio sobre la provincia que está al oeste del río Éufrates».

17 El rey les envió esta respuesta:

«Saludos del Rey al comandante Rehúm, al secretario Simsai, y a todos sus compañeros que viven en Samaria y en el resto de la provincia al oeste del río Éufrates.

18 He leído la traducción de la carta que ustedes me enviaron,

19 y ordené que se hiciera una investigación. Hemos encontrado que esa ciudad ya se había rebelado antes contra otros reyes, y que en ella siempre ha habido alborotos.

20 También se comprobó que hubo en Jerusalén reyes poderosos que dominaron en la provincia al oeste del río Éufrates, a quienes se les pagaban toda clase de impuestos.

21 Por lo tanto, ordeno detener la reconstrucción de la ciudad hasta que reciban órdenes mías.

22 Hagan cumplir esta orden enseguida, para que no se perjudique más el reino».

23 Tan pronto como Rehúm, el secretario Simsai y sus compañeros leyeron la carta del rey Artajerjes, fueron rápidamente a Jerusalén y obligaron a los judíos a detener los trabajos.

24 Así que la reconstrucción del templo de Dios quedó suspendida hasta el segundo año del reinado de Darío, rey de Persia.

Categories
Esdras

Esdras 5

Continúa la reconstrucción

1 LosprofetasHageo y Zacarías anunciaron un mensaje de parte de Dios a los judíos que vivían en Judá y en Jerusalén.

2 Cuando Zorobabel y Josué oyeron el mensaje, reiniciaron la reconstrucción del templo de Dios, y estos profetas los ayudaban.

3-4 En la provincia que está al oeste del río Éufrates, gobernaba Tatenai y lo ayudaban Setar-boznai y otros servidores del rey. Estos llegaron a Jerusalén y les preguntaron a los judíos: «¿Quién les dio permiso para reconstruir este templo y levantar estos muros? ¿Cómo se llaman sus jefes?»

5 Como Dios estaba protegiendo a los jefes judíos, el gobernador permitió que siguieran trabajando hasta que enviara su informe al rey Darío y recibiera su respuesta.

6 Así que el gobernador y sus ayudantes enviaron un informe al rey Darío,

7 el cual decía:

«Reciba usted, rey Darío, nuestros saludos y deseos de paz y bienestar.

8 Es nuestro deber informar a Su Majestad que fuimos a la provincia de Judá y vimos que el templo del gran Dios se está reconstruyendo, y que están cubriendo las paredes con madera. El trabajo se hace cuidadosamente y la obra avanza.

9-10 Averiguamos los nombres de los jefes encargados del trabajo, para que usted esté enterado. Cuando les preguntamos quién les había dado permiso para reconstruir ese templo y levantar los muros de protección,

11 nos respondieron lo siguiente:

“Nosotrosadoramosal Dios todopoderoso, y estamos reconstruyendo el templo que fue edificado hace muchos años por un gran rey de Israel.

12 Pero como nuestrosantepasadoshicieron enojar a Dios, él permitió que los venciera el rey Nabucodonosor de Babilonia. Ese rey destruyó este templo y envió cautivos a Babilonia a todos los habitantes de Jerusalén.

13 Más tarde, en el primer año de su reinado en Babilonia, el rey Ciro ordenó que se reconstruyera el templo.

14 También ordenó que fueran devueltos los utensilios de oro y plata que Nabucodonosor había sacado del templo de Dios en Jerusalén y se había llevado a Babilonia. Los utensilios le fueron entregados a Sesbasar, quien entonces era gobernador de Judá.

15 Ciro le había dicho a Sesbasar que llevara esos utensilios al lugar donde había estado antes el templo de Dios, y que allí reconstruyera ese templo.

16 Vino entonces Sesbasar a Jerusalén y puso los cimientos del templo. Desde entonces se ha estado reconstruyendo, y todavía no se termina.”

17 »Si le parece bien a Su Majestad, mande averiguar si hay en los archivos del palacio alguna orden del rey Ciro permitiendo la reconstrucción de este templo. Tan pronto usted tenga información, avísenos lo que ha decidido sobre este asunto.»

Categories
Esdras

Esdras 6

Aparece la orden de Ciro

1 Entonces el rey Darío ordenó que se buscara en los archivos del palacio la orden de Ciro para reconstruir el templo.

2 En el palacio de Ecbatana, que está en la provincia de Media, se encontró un libro donde estaba escrito el siguiente registro:

3 «En el primer año de su reinado, Ciro ordena: Que se reconstruya el templo de Dios en Jerusalén para que allí se presentenofrendas. El templo será de veintisiete metros de largo, nueve metros de ancho y trece metros y medio de alto.

4 Por cada tres hileras de grandes piedras se colocará una hilera de madera nueva. El tesoro del reino pagará todos los gastos.

5 Los utensilios de oro y plata del templo de Dios en Jerusalén, que Nabucodonosor trajo a Babilonia, deberán ser devueltos. Cada utensilio se colocará de nuevo en el lugar que le corresponde en el templo».

Darío aprueba la reconstrucción

6 Entonces el rey Darío les envió esta respuesta a Tatenai, a Setar-boznai y a los demás jefes de la provincia:

«Retírense de Jerusalén

7 y dejen que el gobernador y los jefes de los judíos continúen reconstruyendo el templo de Dios.

8 Además, ustedes deberán ayudarlos en los trabajos, y pagar puntualmente todos los gastos que tengan. Esto se hará con losimpuestosque esa provincia paga al tesoro del reino.

9 Asegúrense de que todos los días se les entregue lo que necesiten para lasofrendasque se presenten al Dios del cielo: toros, carneros o corderos, o bien trigo, sal, vino o aceite.

10 Quiero que las ofrendas que se presenten sean agradables al Dios del cielo y que rueguen por mi vida y la de mis hijos.

11 »Cualquiera que desobedezca esta orden morirá de la siguiente manera: Se le atravesará el cuerpo con la punta afilada de una viga sacada de su propia casa, y la casa deberá ser totalmente destruida.

12 ¡Y que Dios destruya a cualquier rey o nación que se atreva a desobedecer esta orden, o intente destruir su templo!

»Esta orden deberá cumplirse al pie de la letra.»

Darío, rey de Persia

Dedicación del templo

13 Entonces Tatenai, Setar-boznai y los demás jefes cumplieron cuidadosamente lo que había ordenado el rey Darío.

14 Animados por losprofetasHageo y Zacarías, los jefes judíos siguieron con la reconstrucción. Terminaron el edificio de acuerdo con lo que el Dios de Israel había indicado y según las órdenes de Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia.

15 El templo de Dios quedó terminado el día tres del mes de Adar, en el año seis del gobierno del rey Darío.

16 Lossacerdotes, sus ayudantes y todos los demás judíos que habían regresado de Babilonia festejaron con alegría la dedicación del templo a Dios.

17 En esa fiesta de dedicación presentaron comoofrendacien toros, doscientos carneros y cuatrocientos corderos. También presentaron doce chivos como ofrendas para el perdón de lospecadosde las docetribusde Israel.

18 Después organizaron a los sacerdotes y a sus ayudantes según las instrucciones que Moisés había dado para laadoracióna Dios en Jerusalén.

Celebración de la Pascua

19 El día catorce del mes de Abib los que habían regresado de Babilonia celebraron laPascua.

20 Lossacerdotesy sus ayudantes estaban en condiciones de hacerlo, porque ya se habíanpurificado. Entoncessacrificaronel cordero de la Pascua por todos los que habían regresado de Babilonia, por los otros sacerdotes y por sí mismos.

21 De la comida de la Pascua participaron los judíos que habían regresado de Babilonia, y también todos los que allí vivían y habían dejado las malas costumbres de otros pueblos. Todos juntosadorabanal verdadero Dios de Israel.

22 Durante siete días celebraron con alegría la fiesta de lospanes sin levadura. Estaban muy contentos porque Dios había hecho que el rey de Persia los tratara bien, pues los ayudó a reconstruir el templo del Dios de Israel.

Categories
Esdras

Esdras 7

Esdras llega a Jerusalén

1 Tiempo después, durante el reinado de Artajerjes, llegó a Jerusalén un hombre llamado Esdras, que eradescendientede Aarón, el primersacerdotede Israel. Susantepasadosfueron:

Seraías,

Azarías,

Hilquías,

2 Salum,

Sadoc,

Ahitub,

3 Amarías,

Azarías,

Meraiot,

4 Zeraías,

Uzí,

Buquí,

5 Abisúa,

Finees,

Eleazar.

6-11 Esdras era un sacerdote y un maestro que conocía muy bien la ley que Dios había dado por medio de Moisés; la estudiaba constantemente, la obedecía y la enseñaba a los judíos.

Dios había hecho que el rey Artajerjes le diera a Esdras todo lo que él pidiera. Así Esdras logró salir de Babilonia el día primero del mes de Abib, del séptimo año del reinado de Artajerjes. Llegó a Jerusalén el día primero del mes de Ab de ese mismo año. Lo acompañaba un grupo de judíos, entre los que había sacerdotes, sus ayudantes, cantores, guardianes y servidores del templo de Dios.

Carta del rey Artajerjes a Esdras

Esdras llevaba una carta del rey Artajerjes que decía así:

12 «El gran rey Artajerjes, saluda alsacerdoteEsdras,maestro de la leydel Dios todopoderoso.

13 »Cualquier judío que esté en mi país y quiera acompañarte a Jerusalén, puede hacerlo, incluyendo a los sacerdotes y a sus ayudantes.

14 Yo, junto con mis siete consejeros, te envío a Jerusalén para averiguar si se está obedeciendo la ley de Dios que tú conoces bien.

15 Además, quiero que lleves el oro y la plata que nosotros hemos ofrecido al Dios de Israel, que tiene su templo en Jerusalén.

16 Lleva también todo el oro y la plata que puedas conseguir en toda la provincia de Babilonia, más lasofrendasque la gente y los sacerdotes den voluntariamente para el templo.

17 Con ese dinero comprarás toros, carneros y corderos, y también trigo y vino para ofrecerlos sobre el altar del templo.

18 Decidan ustedes lo que se deba hacer con el dinero que sobre, de acuerdo con lo que Dios les indique.

19 Debes entregarle a Dios los utensilios que te han dado para suadoración.

20 Todo lo que necesites, lo pagará el tesoro del reino.

21 »Yo, el rey Artajerjes, ordeno a todos los tesoreros de la provincia al oeste del río Éufrates lo siguiente: Si Esdras, sacerdote y maestro conocedor de la ley del Dios todopoderoso, les pide algo, se lo entregarán sin falta.

22 Le está permitido pedir hasta tres mil trescientos kilos de plata, diez mil kilos de trigo, dos mil doscientos litros de vino, dos mil doscientos litros de aceite y toda la sal que necesite.

23 Tengan cuidado de entregarle de inmediato todo lo que su Dios ha ordenado para su templo. Así Dios no se enojará con mi país ni con mis hijos.

24 Sepan también que no deben cobrar ninguna clase deimpuestosa los sacerdotes, sus ayudantes, cantores y guardianes, ni a ningún servidor del templo de Dios.

25 »Esdras, tu Dios te ha dado muchos conocimientos. Úsalos para nombrar gobernantes y jueces que conozcan la ley de tu Dios, y gobiernen con justicia a los habitantes de la provincia al oeste del río Éufrates. Estoslíderesdeberán enseñar la ley a los judíos que no la conozcan.

26 El castigo inmediato para cualquiera que no obedezca la ley de tu Dios y las órdenes del rey podrá ser: una multa, la cárcel, la expulsión de su país, e incluso la muerte».

Esdras alaba a Dios

27 Al leer la carta, Esdras dijo:

«Doy gracias al Dios de nuestrosantepasados, que puso en el rey el deseo de devolverle al templo de Dios su belleza.

28 Dios hizo que el rey y sus consejeros me trataran bien, y me dio ánimo para convencer a muchos jefes judíos de que regresaran conmigo a Jerusalén».