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Isaías 61

Anuncio de la salvación a Israel

1 El fiel servidor de Dios dijo:

«El espíritu de Dios está sobre mí,

porque Dios me eligió y me envió

para dar buenas noticias a los pobres,

para consolar a los afligidos,

y para anunciarles a los prisioneros

que pronto van a quedar en libertad.

2 »Dios también me envió para anunciar:

“Este es el tiempo que Dios eligió

para darnos salvación,

y para vengarse de nuestros enemigos”.

»Dios también me envió

para consolar a los tristes,

3 para cambiar su derrota en victoria,

y su tristeza en un canto de alabanza.

»Entonces los llamarán:

“Robles victoriosos,

plantados por Dios

para manifestar su poder”.

4 »Ustedes, habitantes de Jerusalén,

reconstruirán las ciudades antiguas

que quedaron en ruinas.

5 Gente de otras naciones

vendrá a cuidar los rebaños,

los campos y las viñas de ustedes.

6 »Ustedes serán llamados

“Sacerdotesde Dios”,

“Fieles servidores de Dios”.

Disfrutarán de las riquezas de las naciones

y se adornarán con sus magníficas joyas.

7 Porque ustedes han tenido que sufrir

el doble de lo que se merecían,

y los han llenado de vergüenza y de insultos.

Por eso recibirán doble porción de riquezas

y para siempre vivirán felices».

8 Dios dijo:

«Yo, el único Dios, amo la justicia,

pero odio el robo y el crimen.

Por eso les daré una gran recompensa

y haré con ustedes unpacto

que nunca tendrá fin.

9 Susdescendientesserán famosos

entre todas las naciones;

cuando la gente los vea, dirá:

“Son un pueblobendecidopor Dios”».

La alegría de los que habitan en Jerusalén

10 Isaías dijo:

«¡Mi Dios me llena de alegría;

su presencia me llena de gozo!

Él me dio salvación

y me trató con justicia.

11 »Así como de la tierra

brotan las semillas,

y en el jardín nacen las plantas,

así Dios hará brotar

la justicia y la alabanza

entre todas las naciones».

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Isaías 62

La nueva Jerusalén

1 Isaías dijo:

«Por amor a ustedes,

habitantes de Jerusalén,

no me callaré.

Por amor a ustedes,

no descansaré

hasta que Dios les dé la victoria.

Cuando Dios los salve,

ustedes brillarán

como el sol al amanecer.

2 »Israelitas, las naciones verán

cuando Dios los salve,

y todos los reyes de la tierra

reconocerán su grandeza.

Entonces Dios les dará

un nombre nuevo,

3 y serán en la mano de Dios

como la hermosa corona de un rey.

4 »Ya no le dirán a Jerusalén:

“Ciudad abandonada”,

sino: “La favorita de Dios”,

ni a la tierra de Israel:

“País en ruinas”,

sino: “La esposa de Dios”.

5 Porque Dios se casará con ella,

como se casa un joven con su novia;

Dios la reconstruirá y vivirá feliz con ella,

como vive feliz el marido con su esposa.

6 »Jerusalén, en tus murallas

yo he puesto guardias

que día y noche dirán:

“Ustedes, los queadorana Dios,

no se queden callados.

7 No le den a Dios

ni un minuto de descanso,

hasta que reconstruya Jerusalén

y la haga una ciudad famosa”.

8 »Dios ha jurado por sí mismo:

“Nunca más permitiré

que los enemigos de Israel

se coman su trigo,

o que los extranjeros les quiten el vino

que con tanto trabajo hicieron.

9 Israel comerá lo que coseche,

recogerá las uvas y beberá el vino nuevo,

cantando alabanzas a mi nombre

en los patios de misantotemplo”».

10 Isaías continuó diciendo:

«¡Habitantes de Jerusalén,

salgan por los portones de la ciudad,

preparen un camino para el pueblo!

Háganlo con cuidado,

quítenle las piedras

y pongan señales

que sirvan de guía a las naciones.

11 »Dios ha dado este mensaje

a todos los habitantes de la tierra:

“Digan a la ciudad de Jerusalén

que ha llegado su salvador;

díganle que Dios ha liberado a su pueblo.

12 Los israelitas serán llamados:

‘Pueblosanto, salvado por su Dios’,

y a Jerusalén la llamarán:

‘Ciudad deseada’,

‘Ciudad llena de vida’.”»

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Isaías 63

La victoria de Dios sobre Edom

Isaías

1 ¿Quién es ese

que llega desde Bosrá,

la capital del reino de Edom,

con las ropas teñidas de rojo?

¿Quién es ese

que está tan bien vestido

y avanza con una fuerza terrible?

Dios

Soy yo, el Dios de Israel,

el que anuncia la victoria

y tiene poder para salvar.

Isaías

2 ¿Y por qué están rojas tus ropas,

como si hubieras pisado uvas?

Dios

3 Yo he destruido a mis enemigos;

los he aplastado como a la uvas

cuando se hace el vino;

con furia los he pisoteado,

y su sangre me manchó la ropa.

4 Consideré que ya era tiempo

de hacer justicia

y de salvar a mi pueblo.

5 Miré, y vi con sorpresa

que nadie estaba dispuesto a ayudarme.

Fue mi poder el que me dio la victoria;

6 lleno de furia aplasté a las naciones,

y su sangre corrió por el suelo.

Dios es bondadoso con su pueblo

7 Isaías dijo:

«Quiero hablar del amor de Dios,

y cantar sus alabanzas

por todos sus favores.

»Dios ha sido muy bondadoso

con el pueblo de Israel,

le ha mostrado su bondad

y su gran amor.

8 »Dios había dicho:

“Ellos son mi pueblo,

son mis hijos fieles”.

»Por eso Dios los salvó

de todos sus males.

9 No fue un enviado suyo

el que los salvó,

sino Dios en persona.

Él los libró por su amor

y su misericordia;

los levantó en sus brazos,

como siempre lo había hecho.

10 »Pero los israelitas desobedecieron

y ofendieron al Diossanto;

por eso, él los trató

como si fueran enemigos

y les declaró la guerra.

11 »Entonces ellos se acordaron

de lo que Dios había hecho

en los tiempos pasados;

se acordaron de cómo Moisés

había liberado a su pueblo,

y por eso se preguntaban:

“¿Dónde está ahora

el Dios que sacó del río Nilo a Moisés,

ellíderde los israelitas?”

»También se preguntaban:

“¿Dónde está ahora

el Dios que puso en Moisés

susantoespíritu?

12-13 ¿Dónde está ahora

el Dios que con su gran poder

acompañó a Moisés;

el Dios que se hizo famoso

cuando dividió el mar

para que su pueblo cruzara

librándolo de todo peligro?

14 ¿Dónde está el Dios

que le dio descanso a su pueblo,

como cuando el ganado

baja a pastar a la llanura?”»

Isaías terminó diciendo:

«¡Dios nuestro,

así guiaste a tu pueblo,

y te cubriste degloria!»

Israel pide ayuda a Dios

15 Israel oró a Dios y le dijo:

«Dios nuestro,

tú tienes en el cielo

tu santo y grandioso trono.

Muéstranos tu amor y tu poder;

déjanos ver tu ternura y compasión.

No seas indiferente a nuestro dolor.

16 »¡Tú eres nuestro padre!

Aunque Abraham no nos reconozca,

ni Jacob se acuerde de nosotros,

tú eres nuestro Dios y nuestro padre;

¡siempre has sido nuestro salvador!

17 »No permitas que nos alejemos de ti

ni que seamos desobedientes.

¡Por amor a nosotros,

tus fieles servidores,

y a lastribusque te pertenecen,

vuelve a mostrarnos tu bondad!

18 No permitas que los malvados

sigan pisoteando tu santo templo.

19 Desde hace mucho tiempo

nos hemos alejado de tusmandamientos;

¡vuelve a mostrarnos tu bondad!»

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Isaías 64

1-2 El pueblo de Israel continuó su oración:

«¡Dios nuestro,

cómo quisiéramos

que abrieras el cielo y bajaras,

haciendo temblar las montañas

con tu presencia!

Así tus enemigos te reconocerían

como el único Dios.

»¡Cómo quisiéramos

que bajaras como el fuego

que hace hervir el agua

y quema la paja!

Así las naciones temblarían ante ti.

3 »Tus terribles hechos

nos dejaron sorprendidos;

por eso hasta las montañas

temblaron ante ti.

4 »Jamás se ha escuchado

ni se ha visto que otro dios

haya hecho grandesmilagros

a favor de los que en él confían.

5 A ti te agradan

los que hacen el bien con alegría

y se acuerdan de obedecerte.

»Tú estás enojado

porque desde hace tiempo

hemospecadoy te hemos ofendido.

6 Aun nuestras mejores obras

son como un trapo sucio;

hemos caído como hojas secas,

y nuestros pecados

nos arrastran como el viento.

7 No hay nadie que teadore

ni haga nada para apoyarse en ti.

Somos unos malvados;

por eso te has escondido

y nos has abandonado.

8 »Dios, tú eres nuestro padre;

nosotros somos el barro

y tú eres el alfarero:

¡tú eres nuestro creador!

9 »Dios, no te enojes demasiado

ni te acuerdes todo el tiempo

de nuestros pecados:

¡mira que somos tu pueblo!

10 Las ciudades de tu pueblo elegido

son ahora un desierto;

Jerusalén está en ruinas,

completamente destruida.

11 »Nuestro grandioso santuario,

donde nuestros padres te alababan,

ha sido destruido por el fuego.

¡Todo lo que tanto queríamos

ha quedado en ruinas!

12 »Y ahora, Dios nuestro,

no te quedes sin hacer nada;

no te quedes callado

ni nos humilles más».

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Isaías 65

Dios condena la idolatría

1 Dios dijo:

«Yo he salido al encuentro

de gente que no me buscaba;

a un pueblo que no me había llamado,

yo le dije: “Aquí estoy”.

2 Siempre he estado dispuesto

a recibir a ese pueblo rebelde,

que va por malos caminos

y sigue sus propios caprichos.

3 Ese pueblo siempre me ofende:

ofrecesacrificiosa losídolos

y quemainciensosobre unos ladrillos.

4 »Este pueblo se sienta en los sepulcros

y pasa la noche en las cuevas

para rendirles culto a sus muertos;

hasta come carne de cerdo

y llena sus ollas con el caldo

que ha ofrecido a los ídolos.

5 »Este pueblo anda diciendo:

“No se metan con nosotros;

somos un pueblo elegido por Dios”.

»Pero son un pueblo tan molesto

como el humo en las narices,

como un fuego que arde todo el día.

6 Por eso llevo la cuenta

de todo lo que hace,

y no me quedaré callado,

sino que le daré su merecido.

7 »Castigaré a este pueblo

por todos los crímenes que ha cometido.

Me ofendió grandemente

al quemar incienso a los ídolos

sobre los montes y las colinas.

Por eso, ajustaremos cuentas,

y le daré su merecido.

Les juro que así será».

Dios da a cada uno su merecido

8 Dios también dijo:

«Cuando las uvas están jugosas,

la gente no las desecha,

porque puede sacar mucho vino.

Por eso yo,

por amor a mis servidores,

no destruiré a toda la nación.

9 Haré que Israel y Judá

tengan muchosdescendientes,

y que habiten esta tierra

llena de colinas y montañas.

Mis elegidos poseerán la tierra,

mis servidores habitarán allí.

10 En la llanura de Sarón

habrá muchas ovejas,

y en el valle de Acor

pastará el ganado

que tendrá mi pueblo fiel.

11 »Pero a ustedes,

que se apartan de mí,

que se olvidan de mi templo,

y ofrecen comida y vino

a los dioses de la buena fortuna

y del destino,

12 no les espera nada bueno.

Porque yo los llamé

y ustedes no me respondieron,

les hablé y no me obedecieron;

hicieron lo que no me gusta,

y eligieron lo que no me agrada».

13 Dios también dijo:

«Mis fieles seguidores tendrán comida,

pero ustedes,

los que se apartan de mí,

sentirán hambre;

mis seguidores tendrán agua,

pero ustedes tendrán sed.

»Mis seguidores se alegrarán,

pero ustedes quedarán avergonzados.

14 Ellos cantarán con el corazón alegre,

mientras que ustedes gritarán y llorarán

con el corazón hecho pedazos.

15 »A mis seguidores les daré

un nombre hermoso;

en cambio, el nombre de ustedes

se usará para maldecir a otros.

16 »Yo soy un Dios fiel,

y prometo que mis fieles seguidores

dejarán de sufrir.

Todo el que pida

unabendiciónen el país,

la pedirá en mi nombre,

porque yo cumplo lo que prometo;

y todo el que haga un juramento

jurará en mi nombre,

porque yo cumplo mis juramentos».

El cielo nuevo y la tierra nueva

17-18 Dios dijo:

«Llénense de alegría,

porque voy a crear algo nuevo.

Voy a crear un cielo nuevo

y una tierra nueva.

Todo lo del pasado será olvidado,

y nadie lo recordará más.

»Voy a crear una nueva Jerusalén;

será una ciudad feliz

y en ella vivirá un pueblo alegre.

19 Yo mismo me alegraré con Jerusalén

y haré fiesta con mi pueblo.

En Jerusalén no habrá más llanto

ni se oirán gritos de angustia.

20 »No habrá niños

que mueran al nacer,

ni ancianos que mueran

antes de tiempo.

Morir a los cien años

será morir joven;

no llegar a esa edad

será una maldición.

21-22 »Mi pueblo construirá casas,

y vivirá en ellas;

sembrará viñedos y campos de trigo,

y comerá pan y beberá vino.

Mi pueblo tendrá una larga vida,

y podrá disfrutar del trabajo de sus manos.

23 »Mi pueblo no trabajará en vano,

ni sus hijos morirán antes de tiempo.

Porque yo losbendeciré

a ellos, a sus hijos y a sus nietos.

24 Antes de que me llamen,

yo les responderé;

antes de que terminen de hablar,

ya los habré escuchado.

25 »El lobo y el cordero comerán juntos,

el león comerá pasto como el buey,

y la serpiente solo comerá tierra.

No habrá en toda Jerusalén

nadie que haga daño a los demás.

Les juro que así será».

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Isaías 66

Dios es el creador

1 Dios dijo:

«El cielo es mi trono;

sobre la tierra apoyo mis pies.

Nadie puede hacerme una casa

donde pueda descansar.

2 Yo hice todo lo que existe,

y todo me pertenece».

El culto que desagrada a Dios

Dios continuó diciendo:

«Yo miro con bondad

a los pobres y afligidos

que respetan mi palabra.

3 Pero hay gente que meadora

ofreciendo un toro ensacrificio,

y después sale y mata a una persona.

»Hay gente que me sacrifica una oveja

y ofrece a losídolosun perro.

Hay gente que me presenta

ofrendasde cereales

y luego me ofende

ofreciendo a los ídolos sangre de cerdos.

Hay gente que me honra conincienso

y luegobendicea un ídolo.

»Esa gente hace lo que quiere,

porque así lo ha decidido;

4 pero también yo decidiré

con qué desgracias castigarlos.

»Llamé, y nadie me respondió;

hablé, y nadie me obedeció;

hicieron lo que no me gusta

y eligieron lo que no me agrada».

La nueva Jerusalén

5 Isaías dijo:

«Ustedes queadorana Dios,

escuchen su mensaje:

“Algunos de sus compatriotas,

que les tienen mucho odio

porque me adoran,

dicen burlonamente:

‘Que Dios muestre su poder,

a ver si se ponen contentos’.

¡Pero esos que los odian

serán avergonzados!

6 ”Una voz resuena en la ciudad,

una voz se oye desde el templo:

es mi voz,

que reprende a sus enemigos.

7 ”Jerusalén ha dado a luz

antes de sentir dolores de parto.

8 ¿Quién ha oído algo parecido?

¿Quién ha visto algo semejante?

Una nación no nace en un solo día.

Un pueblo no surge de repente.

En cambio la ciudad de Jerusalén,

sí nació en un día.

9 Yo no iba a impedirlo,

porque soy el Dios de la vida.

Les juro que así es”».

La felicidad de Israel

10 Dios dijo:

«Ustedes, los que aman a Jerusalén,

y han llorado con ella,

alégrense ahora y únanse a su alegría.

11 »Así Jerusalén, como una madre,

les dará un alimento delicioso,

y los dejará satisfechos.

12 Yo soy el único Dios;

yo haré que la paz

y las riquezas de las naciones

lleguen hasta Jerusalén

como un río desbordado.

»Jerusalén los llevará en sus brazos,

los alimentará y les mostrará su cariño.

13 »Yo, por mi parte,

los consolaré a ustedes,

como una madre consuela a su hijo.

Así ustedes recibirán consuelo

en la ciudad de Jerusalén».

14 Isaías dijo:

«Cuando vean todo esto,

el corazón se les llenará de alegría

y tendrán nuevas fuerzas.

Porque Dios mostrará

su poder entre sus seguidores

y su enojo entre sus enemigos.

15 Dios llegará en medio del fuego;

sus carros son como un torbellino.

Dios descargará su enojo;

su castigo será como fuego ardiente.

16 Dios juzgará al mundo entero

con el fuego y con la espada,

y serán muchos los muertos».

17-19 Dios dijo:

«Hay gente que entra en los jardines,

y allíadoraa losídolos.

Otros comen carne de cerdo, de ratas

y de otros animalesimpuros.

Pero yo sé bien

lo que esa gente hace y piensa;

por eso, de un solo golpe,

los castigaré.

»Yo mismo vendré,

y les daré una señal

a los que aún queden vivos.

Los enviaré a los pueblos y naciones

para que hablen de mi poder.

Los enviaré a Tarsis,

a Libia y a Lidia,

a Tubal y a Grecia,

y a los más lejanos países del mar.

20 »Ellos harán venir de las naciones

a todos los sobrevivientes de mi pueblo.

A unos los traerán a caballo,

a otros en carruajes,

a lomo de mulas o en camellos.

Serán unaofrendaespecial para mí.

Los traerán hasta Jerusalén

como los israelitas

traen sus ofrendas a mi templo.

Les juro que así será».

21 Dios siguió diciendo:

«A algunos de ellos los elegiré

para que seansacerdotes

y ayudantes en el templo.

22 »La descendencia y el nombre de ustedes

permanecerán para siempre,

así como permanecerán

el cielo nuevo y la tierra nueva

que yo voy a crear.

23-24 »El primer día de cada mes,

y el díasábado, de cada semana,

todos vendrán a adorarme.

»Cuando mi pueblo salga,

verá en el suelo los cadáveres

de los que se rebelaron contra mí.

Allí los gusanos nunca mueren,

y el fuego nunca se apaga.

»¡El mundo entero lo verá

y se llenará de espanto!

Les juro que así será».

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Eclesiastés 1

Nada tiene sentido

1-2 Estas son las palabras del Predicador, hijo de David, que fue rey en Jerusalén:

¡En esta vida nada tiene sentido!

¡Todo es una ilusión!

3 Realmente, en esta vida

nada ganamos con tanto trabajar.

4 Unos nacemos, y otros morimos,

pero la tierra jamás cambia.

5 El sol sale por la mañana,

y por la tarde se oculta,

y vuelve corriendo a su lugar

para salir al día siguiente.

6 El viento gira y gira,

y no deja de girar;

a veces sopla hacia el norte,

y a veces sopla hacia el sur.

7 Los ríos corren hacia el mar,

y luego vuelven a sus fuentes

para volver a vaciarse en el mar,

pero el mar jamás se llena.

8 ¡Qué difícil me resulta

explicar lo aburrido que es todo esto!

¡Nadie se cansa de ver!

¡Nadie se cansa de oír!

9 Lo que antes sucedió,

vuelve a suceder;

lo que antes se hizo,

vuelve a hacerse.

¡En esta vida no hay nada nuevo!

10 Cuando alguien llega a decir:

«¡Aquí tengo algo nuevo!»,

resulta que eso ya existía

antes de que naciéramos.

11 Nosotros no nos acordamos

de lo que otros hicieron,

ni los que vengan después

se acordarán de lo que hicimos.

¡Los que vengan después

creerán empezar de nuevo!

Nada vale la pena

12 Yo, el Predicador, fui rey de Israel, y reiné en la ciudad de Jerusalén.

13 Toda misabiduríala dediqué a tratar de entender lo que se hace en este mundo. ¡Esta es la tarea que Dios nos dejó, y es una tarea muy pesada!

14 Pude darme cuenta de que no tiene sentido nada de lo que se hace en este mundo; ¡todo es como querer atrapar el viento!

15 Como dice el dicho: «Nadie puede enderezar lo torcido, ni contar lo que no tiene».

16 Entonces me puse a pensar: «Vaya, vaya, aquí me tienen, hecho todo un gran personaje. Nunca hubo en Jerusalén nadie más sabio que yo; nunca nadie tuvo tantos conocimientos.

17 Aquí me tienen, dedicado por completo a tratar de comprender lo que es la sabiduría; ¡conozco hasta las más grandes tonterías! Pero también eso es como querer atrapar el viento.

18 Lo cierto es que mientras más se sabe, más se sufre; mientras más se llena uno de conocimientos, más se llena de problemas».

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Eclesiastés 2

1 Entonces decidí ver qué de bueno ofrecen los placeres, ¡pero tampoco a esto le encontré sentido!

2 Y concluí que las diversiones son una locura, y que los placeres no sirven para nada.

3 Hice luego la prueba de beber mucho vino y de cometer las más grandes tonterías. Quería ver qué de bueno le encuentra la gente a sus pocos años de vida en este mundo. Pero hice esto sabiendo lo que hacía. Nunca perdí el control de la situación.

4 Todo lo hice en grande: construí mis propias casas, planté mis propios viñedos,

5 cultivé mis propios jardines, y en mis huertos planté toda clase de árboles frutales.

6 También mandé construir represas de agua para regar los árboles que allí crecían.

7 Llegué a tener muchos esclavos y esclavas, y también tuve más vacas y ovejas que todos los que reinaron en Jerusalén antes que yo.

8 Llegué a tener montones de oro y plata, y me quedé con las riquezas de otros reyes y de otras naciones. Tuve a mi servicio hombres y mujeres que cantaban para mí, y gocé de todos los placeres humanos, pues tuve muchas mujeres.

9 Entre los que reinaron en Jerusalén antes que yo, nunca nadie fue tan importante ni tansabio.

10 Hice todo lo que quise, todo lo que se me ocurrió. Disfruté plenamente de todos mis trabajos, pues bien ganado me lo tenía.

11 Luego me puse a pensar en todo lo que había hecho, y en todo el trabajo que me había costado hacerlo, y me di cuenta de que nada de esto tenía sentido; todo había sido como querer atrapar el viento. ¡En esta vida nadie saca ningún provecho!

Nada nos llevamos de este mundo

12 Como yo era el nuevo rey, y no podía hacer más de lo que ya estaba hecho, me puse a pensar en lo que significa sersabioy ser tonto.

13 Entonces me di cuenta de que ser sabio es como andar en la luz, y que ser tonto es como andar a oscuras,

14 pues el sabio sabe lo que hace, pero el tonto no sabe nada de nada.

Pero también me di cuenta de que todos tenemos un mismo final,

15 así que me puse a pensar: «¿Qué gano yo con ser tan sabio, si al fin de cuentas moriré igual que los tontos? ¡Esto no tiene ningún sentido!»

16 Como los sabios mueren igual que los tontos, y como todo se olvida con el tiempo, después nadie vuelve a acordarse ni de unos ni de otros.

17 Como nada en este mundo me causaba alegría, terminé por aborrecer la vida. Lo cierto es que nada tiene sentido; ¡todo es como querer atrapar el viento!

18 También terminé por aborrecer el haber trabajado tanto en esta vida, pues el fruto de todo mi trabajo tendría que dejárselo a quien reinara después de mí,

19 sin importar que ese nuevo rey fuera sabio o tonto. ¡Realmente no tiene sentido que alguien venga y se quede con todo lo que tanto trabajo nos ha costado llegar a tener!

20 Una vez más me desanimó el haber trabajado tanto en esta vida.

21 Resulta que algunos ponemos a trabajar nuestrasabiduría, nuestros conocimientos y experiencia, ¡tan solo para dejarle todos nuestros bienes a quien nunca hizo nada para ganárselos! ¡Eso está muy mal, y no tiene ningún sentido!

22 Después de tantos trabajos, esfuerzos y preocupaciones, ¿qué nos llevamos de este mundo? ¡Nada!

23 Nuestra vida está llena de dolor y sufrimiento; ni de noche logramos descansar. ¡Eso no tiene sentido!

24 Lo mejor que podemos hacer es comer y beber, y disfrutar de nuestro trabajo. He podido darme cuenta de que eso es un regalo de Dios,

25 pues si no fuera por él, ¿quién podría comer y estar alegre?

26 Cuando Dios quiere a alguien, le da sabiduría y conocimientos, y lo hace estar alegre; en cambio, al que desobedece lo hace trabajar y amontonar mucho dinero, para luego dárselo todo a quien él quiere. ¡Pero eso tampoco tiene sentido! ¡Es como querer atrapar el viento!

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Eclesiastés 3

Hay un tiempo para todo

1 En esta vida todo tiene su momento; hay un tiempo para todo:

2 Hoy nacemos,

mañana morimos;

hoy plantamos,

mañana cosechamos;

3 hoy herimos,

mañana curamos;

hoy destruimos,

mañana edificamos;

4 hoy lloramos,

mañana reímos;

hoy guardamos luto,

mañana bailamos de gusto;

5 hoy esparcimos piedras,

mañana las recogemos;

hoy nos abrazamos,

mañana nos despedimos;

6 hoy todo lo ganamos,

mañana todo lo perdemos;

hoy todo lo guardamos,

mañana todo lo tiramos;

7 hoy rompemos,

mañana cosemos;

hoy callamos,

mañana hablamos;

8 hoy amamos,

mañana odiamos;

hoy tenemos guerra,

mañana tenemos paz.

Los regalos de Dios

9-10 Me he fijado en la carga tan pesada que Dios ha echado sobre nosotros. ¡Pero nada nos queda después de tanto trabajar!

11 Cuando Dios creó este mundo, todo lo hizo hermoso. Además, nos dio la capacidad de entender que hay un pasado, un presente y un futuro. Sin embargo, no podemos comprender todo lo que Dios ha hecho.

12-13 Mientras tengamos vida, hagamos lo bueno y pasémosla bien. El comer y el beber, y el disfrutar del fruto de tanto trabajo, es algo que Dios nos permite. Eso lo sé muy bien,

14 como sé también que todo lo que Dios ha hecho permanecerá para siempre; a su creación no hay nada que agregarle ni nada que quitarle; Dios lo hizo todo así para que reconozcamos su poder.

15 Todo lo que ahora existe, ya existía mucho antes; y todo lo que habrá de existir, existe ya. Dios hace que todo vuelva a repetirse.

Todo vuelve al polvo

16 En esta vida he visto también las injusticias que cometen los jueces, de quienes esperamos que hagan justicia.

17 Pero como todo en este mundo tiene «su hoy y su mañana», me consuela pensar que un día, Dios juzgará al justo y al malvado.

18 También me consuela pensar que Dios nos pone a prueba, para que nosotros mismos nos demos cuenta de que no somos diferentes de los animales, ni superiores a ellos;

19 nuestro destino es el mismo: tanto ellos como nosotros necesitamos del aire para vivir, y morimos por igual. En realidad, nada tiene sentido.

20 Todos vamos al mismo lugar, pues «todo salió del polvo, y al polvo todo volverá».

21 Lo cierto es que nadie sabe si el espíritu del hombre sube a las alturas, ni tampoco si el espíritu de los animales baja al fondo de la tierra.

22 Lo que sí he visto es que, cuando morimos, nadie nos trae de vuelta para ver lo que pasará después. Por eso, disfrutemos de nuestro trabajo, ya que trabajar es nuestro destino.

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Eclesiastés 4

1 Miré hacia otro lado, y esto fue lo que vi en este mundo: hay mucha gente maltratada, y quienes la maltratan son los que tienen el poder. La gente llora, pero nadie la consuela.

2 Entonces dije: «¡Qué felices son los que han muerto, y que lástima dan los que aún viven!»

3 Aunque, en realidad, son más felices los que no han nacido, pues todavía no han visto la maldad que hay en este mundo.

4 También vi que todos trabajan y buscan progresar solo para tener más que los otros. Pero tampoco esto tiene sentido, porque es como querer atrapar el viento.

5 Es verdad que, «el tonto no quiere trabajar y por eso acaba muriéndose de hambre»;

6 pero «más vale una hora de descanso que dos horas de trabajo», pues el mucho trabajo no sirve de nada.

La unión hace la fuerza

7 Miré hacia otro lado, y vi que en esta vida hay algo más que no tiene sentido.

8 Me refiero al hombre solitario, que no tiene hijos ni hermanos: todo el tiempo se lo pasa trabajando, y nunca está satisfecho; siempre quiere tener más. Ese hombre jamás se pone a pensar si vale la pena tanto trabajar y nunca gozar de la vida. ¡No tiene sentido esforzarse tanto!

9 La verdad, «más valen dos que uno», porque sacan más provecho de lo que hacen.

10 Además, si uno de ellos se tropieza, el otro puede levantarlo. Pero ¡pobre del que cae y no tiene quien lo ayude a levantarse!

11 Y también, si dos se acuestan juntos, entran en calor; pero uno solo se muere de frío.

12 Una sola persona puede ser vencida, pero dos ya pueden defenderse; y si tres unen sus fuerzas, ya no es fácil derrotarlas.

Juventud y sabiduría

13 Si tengo que elegir, prefiero al joven pobre perosabio, que al rey viejo pero tonto que no deja que nadie lo aconseje.

14-16 Porque ese rey viejo muere y viene otro más joven, y aunque el nuevo rey haya nacido en la pobreza, o haya estado en la cárcel, la gente lo apoya al principio. Sin embargo, con el tiempo habrá muchos que tampoco estarán contentos con él. Y esto no tiene sentido; ¡es como querer atrapar el viento!